Partida Rol por web

Tala es el líder del refugio, es un hombre decidido y se ha convertido en el lider de la comunidad de Sidarella, no lleva mucho tiempo aquí y su origen multiétnico se refleja en su rostro. De voz grave y pausada nadie parece dudar de sus palabras. Ahora es quien toma las decisiones sobre la organización de la variedad de gente que está llegando a este lugar.

La Doctora es una mujer con mucho carácter y para quien la prioridad es salvar la vida de sus pacientes. Ha curado a Tyler después de haber perdido a alguna que otra persona afectada por el mismo tipo de "enfermedad". Junto a Tyler curó a Alina, una de las jóvenes que salen del refugio en busca de recursos

Alina es una joven cuyo carácter ha cambiado después de sobrevivir a las graves heridas recibidas junto a Tyler. Ha perdido su arrojo y valentía y ahora permanece callada salvo que alguien se dirija a ella directamente, está bajo una estrecha vigilancia de sus primos que se sienten culpables del ataque que sufrió.

Cael es un joven atractivo hermano de Cian. No le gusta la violencia y tiende a estar siempre preocupado por los demás. Es bueno reparando cosas haciendo apaños con los materiales que tiene a su mano. Ahora apenas se aparta de su prima Alina.

Cian es el hermano mayor de Cael. Serio y pensativo, es muy protector. Maneja con soltura una vieja escopeta decorada con motivos celtas a lo largo de su cañón y ha demostrado ser muy efectivo contra los vampiros menores. Cuando un grupo sale en busca de recursos suele ser quien lo dirige ya que lleva toda la vida viviendo y moviéndose por las zonas urbanas y pocos las conocen como él.

Es el líder espiritual de la comunidad y firmemente convencido que es él quien mantiene a raya a las criaturas lejos de la fronteras del monte. Habla medio susurrando y con palabras enigmáticas.

Gregorio está apegado totalmente a Cristina y procura no acercarse mucho a Gonzalo. A veces habla de forma extraña, como si todo el mundo compartiera un secreto del que no se puede hablar, otras veces sus palabras no parecen tener sentido. El resto del tiempo está pendiente de las necesidades de Cristina para ayudarla a que su vaso esté siempre con agua, que no se le caiga el gorro del abrigo o si los cordones de las botas se han desatado.

A ratos se queda en silencio mirando al horizonte y parece susurrar algo, pero ningún sonido sale de su boca.