Partida Rol por web

Tony leyó el periodico y exclamó

¡Pobre familia! ¿Quién sería el desalmado que invocó a ese zombie para que devorase a toda la familia. Como le pillemos le sacaremos los ojos y haremos que se los trague. Por malnacido.

En fin-prosigue tras su perrorata de maldiciones- ¿Alguno tiene dinero? Quizá deberíamos hacernos con algún pack de vendas y una cuerda. Siempre es util una cuerda.

Por suerte las heridas de Tony y Kromi no fueron para tanto y no hizo falta contratar a un sanador. Ya lo que nos faltaba, gastos extra.

Al llegar al pueblo veo la noticia destacada y maldigo para dentro de mí cuando leo lo del anillo de diamante, sin embargo directamente después pienso "total, seguro que en vez de robar eso me habría llevado un cutre cuchillo de peltre".

En cuanto Tony pregunta sobre conseguir vendas y cuerda levanto la mano.

- Eeh, yo tengo cuerda, y creo que en nuestras bolsas de viaje deberíamos tener. Sobre las vendas puedo encargarme de... "agenciarlas".

Y sí, a agenciarlas me refiero a visitar un puesto donde vendan las vendas (ja ja... por favor no me apedreéis por el chistaco) y llevármelas gratis. Y sin remordimientos.

-Venga, va, te acompaño a lo de las vendas,... será más fácil así, y si hay algún ungüento, no vendría mal tampoco...

Ciertamente, tienen razón, eso nos será útil, así que...  sabiendo cual será el procedimiento para obtener el material, echaré una mano; al menos, para distraer al tendero, que así el compadre tendrá mejores posiblidades para hacer lo suyo...

... y de paso cambio de tema, para que no sigan con el asunto del zombi...

-"Joder, que desastre, pensaba que lo había controlado bien, y que obedecería las órdenes... lo mismo eran demasiado complicadas, dado su estado... la próxima vez, me limitaré a órdenes simples"- ... Pensé

-Wah que historia tan trágica- dije tan pronto como me enteré de la noticia del zombi -por suerte parece que ese monstruo no va a dar más problemas así que podemos continuar- expuse de forma optimista sin parar de avanzar y finalmente llegamos a la frontera -si vais a dar una vuelta en busca de cosas me apunto ¡suena divertido!- dije dando un pequeño saltito mientras levantaba el brazo mirando a mis compañeros y dispuesta a seguirles.

Después de decidir que había que conseguir algunas cosas, os dirigisteis a los almacenes del pueblo. Era el típico sitio donde vendían de todo. Desde comida a venenos. A veces hasta se podía ver comida envenenada, pero normalmente eso se solía fabricar en casa para evitar problemas con la ley. Y allí, un hombre musculoso de dos metros atendía la tienda. Cuando entrasteis, el hombre se cruzó de brazos mientras os miraba.

-¿Qué desean, señores?

Entramos en la tienda, vigilada por un tipo muy alto que está, como dice la gente hoy en día, mamadísimo. Sí, es de ésos que como te den el guantazo te visten de torero de arriba a abajo.

Cuando va a atendernos dejo que mis compañeros se encarguen para escabullirme y buscar cosas de utilidad. No tardo en encontrar un botiquín que nos vendría muy bien.

"Bien, Barret, haz tu magia con los dedos y no la vuelvas a liar", me animo a mí mismo.

Observo a mi alrededor para asegurarme de que no me vea nadie robando, extiendo rápidamente mi mano para coger el botiquín y me lo escondo sin demora en el bolsillo secreto de mi abrigo. Después, con completo disimulo, abandono la tienda y me meto en un callejón oscuro cercano para comprobar el botín, todo de forma completamente profesional. Y en cuanto lo saco de mi bolsillo secreto veo que en lugar del botiquín he robado por error otra cosa.

- Genial, otra vez... - maldigo en voz baja al ver que me ha pasado otra vez.

Yo, de lo de sustraer, voy peor que de lo de levantar muertos de sus tumbas, que ya de por sí reconozco que a veces me falla, lo que suele llamarse técnicamente "gatillazo", de modo que ni intento meter la mano donde no debo. El caso es que veo que nuestro compañero sí tiene la maña para dedicarse a estas cosas, así que decido echarle un cable.

De forma bien visible, ante las narices del tiarrón que está gestionando la tienda, manoseo y compruebo cuanta mercancía puedo, buscando... bueno, ya por curiosidad, busco lo que sea que pueda serme útil, aunque reconozco que voy pelao de capital, y no tengo ni para comprarme un moco de los que parece que la gente pega debajo del borde del mostrador (no, no es que lo haya palpado, es que estoy viendo como la gente lo hace)

Total, que... la mejor forma de distraer a este honrado comerciante, quizá sea hacerle hablar... así que busco una forma en que quede de espaldas a Barret, y le pregunto al que ... bueno, nos interesa

-Perdone, caballero... Venimos del Reino que está al Este, se rumorea... que más al oeste hay gente que muere por que sí, sin un motivo aparente... ¿podría decirnos si aquí pasan esas cosas, o si no tienen constancia de ello?

Yo se lo suelto... al menos, le hará pensar... y sabremos si estamos en territorio en que se da el problema, o si tenemos que viajar mucho más allá, más allá de hecho que del quinto pino, o sea al sexto o más.

Mientras, veo que Barret sale de la tienda con algo... esperemos que haya acertado,...

Tony sigue a sus compañeros con las manos en los bolsillos, procurando no señalar nada; y mirando al suelo, sin fijarse demasiado tiempo en un mismo punto.

Pero al entrar en la tienda, no puede evitar fijarse en alguno de sus artículos, especialmente una bomba de humo que está en la estantería de detrás del dependiente. No puede evitar recordar cuando en su corta época de héroe, la usaba para escapar y sonríe levemente.

De repente la bomba de humo estalla, debía de ser defectuosa y la mosca que se posó encima la activó, dejando cegado al tendero super ciclado.

-¡Ostras!- Con el susto, Tony se apoyó en una estantería que había a su lado y, por azares de la vida, el tornillo que la sujetaba a la pared, se dobló y la estantería cayó al suelo golpeando una vitrina de cristal en su camino, la cual se hizo añicos. 

Gateando hacia la puerta, Tony huyó de lo que pronto sería un huracán de furia por parte del tendero

Ya fuera, el hombrecillo murmuró para quien estuviera cerca -Bueno, otra tienda a la que no podemos volver- mientras se alejaba a buen paso de la tienda.

Cuando entramos a aquella tienda me dediqué a repasarlo todo con la mirada, incluido al vendedor y entonces nuestro nigromante comenzó a entablar conversación con él pero antes de que aquel buen señor, o al menos a mi me parecía que lo era, pudiese contestar la sala se llenó de humo, tosí un poco pero pronto se dispersó por el aire que generó una estantería al caer -¡¿pero que?!- exclamé sorprendida antes de toser de nuevo y tener una ligera sensación de deja vu ¿no nos había pasado algo parecido en la sala del alquimista? -esto... no conocíamos a ese de nada- expliqué de forma "nada" sospechosa -¿entonces la gente muere por accidentes como este o...?- pronuncié volviendo al tema rápidamente.

El lugar se convirtió en caos en un momento. El tendero y los demás clientes tosiendo. Y el estropicio de Tony no pasó desapercibido para él. Inmediatamente sucedió todo aquello os echó de la tienda a Kromi y Arnolfus, amenazando con llamar a los guardias. Pero parecía que Barret finalmente había logrado conseguir algo. Al principio creía que se trataba de un botiquín de primeros auxilios. El tamaño era igual de grande. Pero cuando se le ocurrió leer de que se trataba, la decepción le invadió. Nada más ni nada menos que un paquete de compresas de tamaño troll. ¿Quizás servirían de vendas si eras muy creativo?

Me quedo paralizado viendo el paquete de compresas talla trol y estoy a punto de soltarlo. A punto, pues rápidamente se me ocurre que podría improvisarse como vendas, si uno era muy imaginativo. Sí, pueden valer, pero será mejor procurar no acabar heridos otra vez.

Veo que de la tienda sale mucho humo, y mis compañeros salen corriendo de allí. ¿Qué habrán liado? Me guardo las compresas en mi mochila y me acerco a ellos con paso sosegado... bueno, lo que me permiten mis doloridos pies por esas botas tan estrechas que uso. Es tan doloroso ir a la moda...

- Chicos - esbozo una sonrisa cabrona - Cuando hablaba de crear una distracción no me refería a ahumar la tienda entera - bromeo - Pero bueno, he... encontrado algo que puede servir como apósitos para las heridas.

Miro uno a uno a mis compañeros, empezando por mi buen amigo Arnolfus, siguiendo por Tony quien no sé si estará intentando lanzarme una maldición con la mirada o simplemente me está mirando normal maldiciéndome accidentalmente, y finalmente en Kromi, prestando atención a su cara.

- Ya casi no se te nota la herida, Kromi. Tienes suerte, no se arruinó esa cara bonita que tienes - le guiño un ojo con complicidad.

... Una sospecha se empieza a abrir camino en mi mente... pero sería demasiado obvio, así que, tras ser amablemente expulsados de la tienda por su dueño... que lo mismo quiere todo el humo para sí mismo y pillarse un colocón, planeo la duda que me carcome la imaginación desde hace unos momentos...

-Tony, por curiosidad.. el territorio este al que vamos, y donde mueren como moscas sin saber a cuento de qué... ¿no habrás estado por allí, no?

Yo pregunto, por si acaso, pues una poderosa magia debe rodear a nuestro compañero, ya que prodigios suceden alrededor suyo contínuamente... en verdad es un objeto de estudio para cualquier erudito; lo mismo está tocado por los Dioses o algo así..

Volviéndome a Barret, y viendo el producto de su esfuerzo.... a ver... si, y por tamaño, valdría para tapar casi cualquier herida; quedará pintoresco para el que tenga que usarlo, pero...

-Pues oye, sinceramente, no lo veo nada mal... al menos ya tenemos más equipo que cuando llegamos al pueblo; lástima que el tendero no quisiera tener la amabilidad de responder a mi pregunta antes de echarnos... Tendremos que seguir adelante, a ver si vemos muertos por la calle o que... Y lo mismo, hasta podría preguntarle a alguno de ellos, ahora que me doy cuenta -No, no convertirle en zombi otra vez, solo preguntarle-

El hombrecillo se rasca la poblada y despeinada barba pensativo

Pues no, que yo recuerde. He estado en muchas zonas, pero siempre en zonas agrestes y sin mucha población. De todas formas, mi maldición no mata...normalmente- añade al recordar el destino del paladín abrillantado.

Hecha un vistazo a las "vendas" que ha conseguido "Hector" y le lanza una mirada interrogativa, la cual parece asustar al susodicho pues enseguida se esconde detras de la diminuta maga.

Eso son vendas? Parecen otra cosa. -Se encoge de hombros- En fin, parece que valdrán. Sigamos hacia el Este, a ver si podemos arreglar algo... - baja la voz a casi un murmullo- o acabar por destrozarlo

-Que borde, tratando así a los clientes no va a vender mucho- murmuré mientras me alejaba un poco de la tienda y reuniéndome con mis compañeros; les escuché atentamente cuando ciertas palabras me sonrojaron discretamente haciendo que me llevase una mano hacia la mejilla donde había sido herida -¿de verdad? gracias... por preocuparte- dije apartando la mirada y devolviéndosela de reojo a Barret de vez en cuando, me había pillado un poco por sorpresa pero pronto el resto de la conversación de devolvió a lo importante -Bueno... no creo que sea culpa de Tony...- expliqué de forma optimista -al fin y al cabo no creo que Tony deje una especie de aura permanente de mala suerte por donde pasa ¿verdad?- pregunté mirándole como si pudiese saber si esta perdura a pesar de que no esté presente para comprobarlo -en cuanto a esas vendas...- dije haciendo una pausa -no creo que vayamos a usarlas, al fin y al cabo la gente muere sin más. No lo dije antes porque me apetecía ver la tienda- expliqué encogiéndome de hombros y asintiendo a Toni cuando propuso seguir nuestro camino,  siguiéndole -oye Tony ¿crees que la mala suerte tiene un límite? de ser así ya no te tiene que quedar mucha y entonces solo podrán pasarte cosas buenas serías algo así como un amuleto ¿no suena bien?- comenté mientras para hacer el camino más ameno.

Miró a la pequeña maga y sonrió triste.

La suerte es caprichosa y lo que para ti es buena suerte, para otro es mala. Dudo que se agote la mala suerte, pero a veces no me afecta a mí, sino a mis enemigos.- Se encoge de hombros- Una vez una manada de lobos me quería merendar, pero tuvieron la mala suerte de que se produjera un desprendimiento de tierra que se llevó a media manada, la otra mitad huyó.

Fue buena suerte para mí, pero mala para ellos.- tras decir lo de buena suerte, mira para todos lados, esperando que una catastrofe se cierna sobre ellos.

Cojo una moneda de mi bolsillo y la lanzo al vuelo una y otra vez, y luego hago que gire sobre mis dedos con habilidad sin siquiera mirarla.

- Entonces no eres gafe, solo tienes suerte cambiante - comento al escuchar a Tony - Mientras se mantenga la mala suerte para los enemigos, por mí no hay quejas.

Miro nuevamente hacia la tienda y suelto un suspiro. No solo no he robado lo que quería sino que me acabo de acordar de esa fantástica baraja de cartas que tenía con todas las cartas perfectamente marcadas, con la que siempre ganaba dinero haciendo trampas. Me gustaría tener otra, aunque sea solo para entretenernos.

- ¿Alguien tiene una baraja de cartas o dados? Van a ser aburridas las paradas si no tenemos nada para echar el rato.

-Humm... cierto... hay una cosa llamada equilibrio cósmico o algo así; me lo enseñaron hace ya mucho tiempo... básicamente, el bien y el mal están en equilibrio, y si se rompe... llega el caos, y eso es marcadamente malo, incluso para el  mal, lo cual debería ser bueno, pero tampoco lo es para el bíen; total, en resumen... pasan tantas cosas buenas por azar como malas, y si alrededor tuyo pasan cosas malas con más frecuencia... bien para tí o para otros, en otro lugar debe pasar lo contrario, para que esto se equilibre

Tras una pausa en la que se me nota que reflexiono sobre lo digo, añado:

-Bueno, eso creo recordar, pues me lo contaron la noche antes de estar experimentando con unos brebajes que dejaron bastante turbado por una semana; de hecho, tenía un mareo que no me tenía en pie..., pero en fín, eso es pasado, sigamos adelante... por cierto, no, no tengo ni un dado, pero la próxima vez que invoque a un esqueleto, recordádmelo, para quedarnos con unos huesos, porque se puede tallar un dado muy apañao con un cacho de ellos...

Tony se detiene de golpe pensativo sobre lo que dice el nigromante

Entonces, si encuentro a esa persona, mi maldición se anularía... Tengo que encontrarla. Gracias amigo- Le dice el hombrecillo con lagrimas incipientes en los ojos y siguiendo un impulso le da un abrazo... lo cual lamenta inmediatamente- Puaj, apestas a muerto, es como abrazar a una momia encerrada durante eones en un sarcófago húmedo.

Luego mira a Barret y le responde

Tengo unas tabas, si te valen- Saca unos huesecillos de conejo, alguno aún tiene restos de carne reseca.- Las he hecho yo mismo, aunque aún hay que retocarlas un poco, je je je

-A mi me parece que más que tener mala suerte atrae a las desgracias, ya que por lo que cuenta y hemos visto acaba afectando más al resto que a si mismo, lo peor para él es tener que cargar con ser "la aparente" causa de todo ello- expliqué no terminando allí -en cualquier caso no te preocupes, vamos a intentar aprovecharnos de ello todo lo malo tiene su lado bueno como dices- dije tratando de animarle un poco aunque parecía que las palabras de nuestro compañero nigromante ya lo habían conseguido por lo que esbocé una sonrisa antes de llevarme un dedo al mentón pensativa -creo que lo más parecido que tengo a un dado es el cubo que nos dio el alquimista así que...-

Tras escuchar a mis compañeros asiento.

- Tanto los huesos como las tabas son buenas opciones para hacer unos bonitos dados. Si me los dejáis podría encargarme de tallarlos y dejarlos listos - y de paso trucarlos para estafar a otros viajeros y sacar algo de dinero - O si lo preferís hacer vosotros... eso si, Kromi, creo que es mejor no usar ese cubo para juegos de azar, no sea que la liemos... En fin, eso podremos hacerlo por el camino. Teníamos una importante misión, ¿verdad?

Sí, será mejor ponerse en camino y echar mano de esas posesiones abandonadas por los muertos, que no se van a robar solos averiguar qué diatres está pasando allí que se muere la gente sin más.