Partida Rol por web

Ruta Infernal

1- Night Bus

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22/07/2024, 12:44
Wright Schultz

- ¡¡¡Hoka Hey!!! (lengua lakhota: «¡Hoy es un buen día para morir!»)-  grita Wright a pleno pulmón mientras se lanza sobre Leo.

Wright se está sujetando con una mano la herida del cuello de la que sale mucha sangre, y a la vez se abalanza sobre Leo usando en la otra mano un spray antiviolación que ha sacado de un bolsillo, apuntando hacia los ojos de Leo.

Le ves pasar por encima de ti...

Escuchas disparos, y gritos... 

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22/07/2024, 17:01
Tom

Los dos disparos caen sobre mí como dos golpes letales contra los que mi cuerpo no puede aguantar. El primer disparo hace que mi agarre se quiebre y mis músculos se tensen ante el inesperado dolor que le acarrea la bala. El segundo disparo cae sobre mi pecho como una rayo imparable que hace que me desplace hacia atrás. El dolor intenso de las dos balas hace que me sea imperceptible el golpe provocado por la caída. Un dolor agudo y paralizante se apodera de mi cuerpo mientras apenas alcanzo a respirar de manera articulada. A pesar de que mis pulmones estén intactos, el torso atravesado me hace emitir una bocanada como si de un grito sordo se tratase, en la que el aire abandona el cuerpo y no consigue articular si quiera un alarido de dolor. Caigo paralizado hacia atrás bajo un charco de sangre. 

Ante la parálisis provocada por los disparos, mi mente ignora los ruidos de la pelea que continúa el pasajero del asiento número tres con Leo. Como si de un ajusticiamiento divino se tratase, la muerte parecía alcanzarme después de tanto tiempo y tantas cuentas por saldar. El escenario más inverosímil se presentaba ante mí como si una deidad ofendida nos hubiese hecho coincidir a Leo y a mí aquel día en este miserable autobús. Contemplo la cara de John y noto el tacto de la americana cayendo sobre mi cuerpo. 

Es curioso lo que una persona experimenta al borde de la muerte. Uno podría pensar en un momento reflexivo en el que la vida de uno pasa por delante de sus ojos, pensando en sus seres queridos o tratando de reconciliarse con la idea de su posible desaparición de la faz de la existencia. No obstante, no hay paz para los hombres que han llevado una vida de violencia. Cuando la fría dama te alcanza de esta manera solo te ofrece un instante para pasar del miedo y el shock a un mínimo instante de "paz". El tacto de la americana del pasajero a mi costado, la incómoda postura en la que me encontraba tendido boca arriba, o la húmeda sangre que impregnaba su chaqueta. Los sonidos y las voces que oyes a tu alrededor te dejan con un único pensamiento por absurdo o irrelevante que este pueda resultar para alguien cuya vida se acerca a su fin. 

En un momento de delirio y antes de sufrir el desmayo a causa del desangramiento y el shock de las heridas internas, solo alcanzo a pensar riendo por dentro en el extraño y absurdo pasajero que ahora se lanzaba cómicamente contra Leo. Mientras mi cabeza solo dice para sí misma un escueto y divertido "¡¡¡Hoka Hey!!!" 

 

Pierdo la conciencia...