Apoyas tu cuerpo contra la puerta, y rebuscas entre las llaves lo más rápido que puedes, después de probar tres de ellas consigues que una entre y cerrar la puerta del despacho.
Por unos instantes te quedas apoyado contra la puerta. Estás aquí encerrado, pero al menos has conseguido que no te atrape...
¡En ese momento el puño del zombi atraviesa la puerta de madera e intenta agarrarte!
¡Lo consigue!
Tira FUEx5 (90%) para liberarte, si fallas te hace 1D3 de daño en el forcejeo.
¿Qué quieres hacer?
Motivo: Presa
Tirada: 1d100
Resultado: 14 [14]
¡Buena esquiva!
El alivio me dura poco cuando un sonoro golpe hace que me sobresalte. Una extremidad asoma por el centro de la puerta de madera y me agarra momentáneamente del brazo. Por suerte para mí y dado el susto inicial, me separo lo bastante como para que me agarre superficialmente. Sin dificultad, echo el brazo hacia atrás librándome de la presa del zombi.
Desde un costado, veo como asoma el brazo que a tientas intenta agarrarme en el aire sin alcanzar ni ver momentáneamente a su objetivo. Me apoyo de costado contra la puerta clavando los piés fuertemente en el suelo para bloquearla con más fuerza y evitar que pueda embestirla y tumbarla, pudiendo utilizar mi fuerza y mi tamaño en caso de que intente arrollarla. Mientras tanto, aprovecho ese momento de vulnerabilidad y bloqueo su brazo agarrando con mi mano izquierda su muñeca. Aprieto con toda mi fuerza, aprovechando que el brazo al estar bloqueado resulta un objetivo más fácil de dañar. Mientras tanto, descargo con la diestra una fuerte cuchillada contra su extremidad, tratando de cortar su brazo por la parte opuesta al codo que une su antebrazo con el resto.
Aunque bloqueo momentáneamente el brazo, tengo cierta dificultad para atinar con el cuchillo en este primer ataque. Mantengo la posición intentando dificultar sus movimientos intentando que al estar bloqueado por una extremidad no pueda retroceder y placar la puerta con todas sus fuerzas. Por otro lado, al estar metido hacia dentro su brazo derecho, su izquierdo tiene menos ángulo de movimiento para golpear la puerta.
Motivo: Fuerza enfrentada
Tirada: 1d100
Dificultad: 90-
Resultado: 14 (Exito) [14]
Motivo: Fuerza enfrentada / bloquear brazo
Tirada: 1d100
Dificultad: 90-
Resultado: 27 (Exito) [27]
Motivo: Cortar extremidad
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 80 (Fracaso) [80]
He consultado la 3ª Edición y he entendido un poco lo siguiente.
Aplico la tirada de Fuerza enfrentada (entiendo que se asemejará a la última, pero si todavía tiene que tirar el zombi me dices. De momento dejo el d100 tirado y si hay que cambiar el efecto se cambia).
Tanto si consigo bloquear el brazo como si no, ataco con cuchillo. El objetivo del bloqueo del brazo es ver si puedo obtener algún modificador positivo a la tirada de ataque. He leído que esto es subjetivo y no hay criterio específico por lo que lo dejo a tu decisión. Por ahora tiro como si fuera al 60% y si se aplica una bonificación se suma y si no, no. Igualmente, con un 80 salvo que obtenga un bonificador de +20% como el del suelo está difícil que me toque hacer tirada de daño este turno (tengo entendido que igualando tirada tendría éxito).
Los bloqueos y demás como es subjetivo ya me dices si le lastran o no. Yo únicamente intento aplicar subterfugios para aprovechar el entorno. No quiero pasarme de listo xD, solo intento sobrevivir.
Bueno, la tirada que te puse para librarte era FUEx5, no una enfrentada, lo hice un poco arbitrariamente.
Si fuera enfrentada sería FUE vs FUE en la tabla de resistencia. Él tiene FUE12 y tu 18, según la tabla de resistencia tus posibilidades serían un 80%, por lo que también saldría. :)
Sí, una vez sujeto el brazo me parece bien el +20%, por lo que el % sería de 80% y tendrías éxito!
Lanza el daño 1D6+1D4, y si el resultado es mayor que 5 vamos a decir que corta el brazo/mano.
Si seccionas el brazo entonces saca lo que queda de brazo y se retira al otro lado de la puerta.
Si no lo seccionas puedes seguir repitiendo la maniobra (tirada de inmovilizar, ataque +20%).
La edición que estoy usando es la antigua:
eL cuchillo alcanza su objetivo inicialmente, pero desafortunadamente, mi mala posición y el constante zarandeo del zombi hacen que el corte no sea muy profundo, dañándole y haciéndole sangrar, pero siendo insuficiente. Finalmente, pierdo fuerza en el agarre al balancearme con el otro brazo para dar el corte, lo que hace el zombi consiga soltar la presa. Sigo bloqueando la puerta a la espera de la siguiente acometida. Esta vez, inclino un poco con las piernas semiflexionadas para contener mejor con mi posición la puera en caso de que embista a continuación. Preparándome para lo peor, me mantengo alerta.
(Si vuelve a atacar introduciendo un brazo y me es posible, intento esquivar el agarre inicial)
Motivo: Daño
Tirada: 1d6
Resultado: 1 [1]
Motivo: Daño
Tirada: 1d4
Resultado: 1 [1]
Motivo: Mantener brazo agarrado
Tirada: 1d100
Dificultad: 80-
Resultado: 92 (Fracaso) [92]
El zombi saca el brazo, y parece que se retira por el pasillo, oyes sus pasos alejándose.
¿Qué quieres hacer?
Observo por el agujero de la puerta como comienza a alejarse. Inicialmente, esto es motivo de tranquilidad momentánea. Pero en seguida mi mente comienza a temerse lo peor... .
Sin querer perderlo de vista, cojo la llave de la puerta y empiezo a abrir el cerrojo. Al saber que el zombi comienza alejarse por el pasillo y si veo que se aleja hacia las puertas abatibles, entreabro la puerta del despacho y le observo desde el marco de la puerta. Manteniendo una distancia segura por si decidiera volverse a atacar.
-Si veo que decide atravesar las puertas abatibles abiertas de par en par...
Confiando en que soy más veloz que él corriendo, si veo que no se detiene y sigue hacia el pasillo de las habitaciones comienzo a acecharle por la espalda sigilosamente, aún a riesgo de que pueda detectarme, en cualquier caso, si me detecta y se vuelve para atacarme repetiré la maniobra de antes y entraré corriendo al despacho cerrando la puerta. Como en un juego de pilla pilla en el que tientas al que "paga". Preocupado, observo como vuelve hacia las habitaciones temiéndome lo peor.
No... ni de coña vas a hacer eso... ¡¡¡ni se te ocurra acercarte ahí!!!.
Te asomas y ves que avanza dejando un reguero de sangre verdosa hasta la cocina y entra.
Lo sigues sin que te detecte y empieza a empujar torpemente la nevera.
No te ha visto, cualquier ataque por la espalda sería con un +20%.
Qué quieres hacer?
Por suerte para mí, veo que mi peor temor era infundado. La criatura parece guiarse únicamente por su instinto de comer. Ahora que le tengo tomada la medida, decido atacar con cautela. Esta se encorva un poco abriendo la puerta de la nevera. Como se interpone entre el interior de esta y yo no alcanzo a ver lo que hay en el interior del frigorífico.
Se encuentra tan absorta con el interior del mismo, halla lo que halla dentro, que no reacciona ni parece percatarse de mí. Aprovecho la oportunidad. Poco a poco, me acerco cuidando de no tropezar con la pata de una silla o de arrastrar los pies haciendo cualquier ruido. La puerta de la cocina está totalmente abierta. Tengo una vía de escape despejada en caso de que el ataque falle.
Camino con el brazo izquierdo extendido hacia adelante y el derecho echado hacia atrás empuñando el grueso cuchillo carnicero. Parecía estar emulando a mis antepasado blandiendo un tomahawk, reproduciendo el gesto que mi abuelo me enseñó cuando me narraba alguna de las viejas historias del Sioux. Solo que ahora la presa era algo distinta. A la manera de una hacha de mano, me dispongo a golpear con el arma la parte trasera de la cabeza del zombi.
Gracias a que el zombi se encuentra más quieto que antes y a que no está alerta, ejecuto el movimiento con precisión. Un golpe directo da a parar contra su cráneo, entre el hueso occipital y la nuca, tratando de atravesarlo y alcanzar sus sesos.
Descargo el golpe con tal contundencia que puedo oir el sonido de su cráneo quebrándose y cediendo al golpe del cuchillo que penetera hasta dar con su cerebro.
Motivo: Ataque contundente en la cabeza
Tirada: 1d100
Dificultad: 80-
Resultado: 67 (Exito) [67]
Motivo: daño
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
Motivo: daño
Tirada: 1d4
Resultado: 4 [4]
9 de daño + los 2 sobre el brazo de antes lleva -11 si se hace la suma global aunque sea en partes distintas.
La táctica surte efecto y el chuchillo penetra desde la nunca y le asoma por la boca. El cadáver se desploma y queda destruido...
¿Qué quieres hacer?
Gran tirada! Ese daño es suficiente para acabar con él (tenía 10PG), y más en la cabeza ;)
Está teniendo escenas un tanto gore ;-)
Forcejeo con el cuchillo atorado en el cráneo del zombi. Poco a poco, el arma va cediendo hacia arriba mientras noto el crujir de los huesos entre los que se halla el filo del cuchillo. Nada más soltarle, el no muerto cae desplomado de frente contra la nevera, dando su cabeza contra el interior de la misma frente a lo que hay dentro, fuera lo que fuera.
Inmediatamente, prosigo acuchillando innecesariamente la espalda del no muerto, a pesar de que la razón me decía que ya debía de estar definitivamente muerto, el temor ante lo que estaba presenciando y el estado de alerta en que me encuentro me hace descargar mi rabia contra el inerte e indefenso cuerpo de la criatura.
Cuando cedo a mi impulso homicida, contemplo por un momento lo que acabo de hacer. Me giro sobre mi espalda de cara a la salida de la cocina. ¡¡¡¿¿¿He matado a un hombre???!!!, o ¿sólo he hecho lo que debía?. No obstante, mi conciencia no era lo que más me revolvía la cabeza en ese momento. Acababa de salir de la cárcel hacía poco tiempo, tenía antecedentes policiales y ahora me encontraba envuelto en sangre con la cabeza de una mujer decapitada guiñándome los ojos, el cuerpo inerte de un hombre recién asesinado por mi mano y en un lugar desconocido. Todo ello embadurnado con una situación tan inverosímil que haría que cualquier jurado me pusiera de patitas en la cárcel otra vez. Nooo, ¿y ese doctor?, ¿acaso sabe de todo esto? él me ha salvado la vida, se supone. ¿Y si le inculpan a él en vez de a mí?. Él tiene que saber que esto podía pasar. ¿Acaso no estaba serrando la cabeza de aquella mujer?
Me recompongo de mis pensamientos más negativos y resuelvo que la mejor opción sigue siendo salir de aquí, o al menos buscar la salida. Ya daría cuenta del doctor dependiendo del escenario.
Salgo de la cocina y me encamino hacia el despacho. La oscuridad de este con su luz apagada me reconforta extrañamente y me dirijo contra el umbral de la puerta que da al laboratorio.
Examino con cuidado de no exponerme a la vista en un vistazo rápido que no halla ningún otro "paciente" del doctor dentro del mismo. También observo si hay algún otro elemento propio de una morgue, como un horno o chimenea para incinerar cuerpos, o cámaras mortuorias donde conservar a los cadáveres. Asegurándome de que no quede otro zombi que pueda darme la sorpresa.
Si no veo nada nuevo o de interés, me encamino hacia las cadenas que sujetan las puertas que hay al fondo del pasillo tras unos escalones. Probaré el juego de llaves para tratar de dar con la llave del candado.
Terminas tu sangrienta tarea, y el cadáver queda dando su cabeza contra el interior de la misma frente a lo que hay dentro. Que resulta ser una cabeza, que te es muy familiar.
La cabeza abre la boca lentamente, pero nada más.
Registras el despacho y sala de autopsias, pero ya no hay más cuerpos. No hay crematorio, pero sí muchos arcones frigoríficos.
Te encaminas hacia las cadenas que sujetan las puertas que hay al fondo del pasillo tras los escalones. Pruebas las llaves y al cabo de un rato das con la llave correcta, suena "click" quitas el candado y retiras la gruesa cadena.
Abres la puerta y sales al exterior. La luz del día te molesta bastante los ojos, y te das cuenta del por que: tus pupilas están dilatadas, pero te sientes bien porque has conseguido salir de ese sótano de locura y muerte.
Das unos pasos y poco a poco ves dónde te encuentras. Es un sótano de una especie de polígono industrial. A unas decenas de metros hay una calle asfaltada y al otro lado unas casas con jardín. Te sorprende que no haya tráfico, ni apenas gente por la calle.
Pero cuando miras mejor sí hay gente por la calle, un grupo grande de personas. Tu primer impulso es ocultarte, ya que vas sin camiseta y con dos manos de cadáver cosidas a tu pecho, pero entonces ves un periódico tirado en el suelo cerca de ti.
Y en ese momento te das cuenta de que toda la gente que se acerca tiene ese caminar de pesadilla que has sufrido ahí abajo....
Y te das cuenta de lo horrible de tu situación. El Mundo ha terminado.
NO HAY SALVACIÓN POSIBLE.
¡Hemos llegado al amargo final de esta historia!! :) ¡¡Espero que te haya gustado a ti y a tu PJ no!!
Puedes cerrar con un post final si quieres, o si prefieres alargar un poco más yendo a hablar con el Doctor y hacemos el post final ahí, pero el escenario termina aquí. :)
Lo planteé como si fuera un capítulo de media hora/ cuarenta y cinco minutos de Más allá del límite, en el que estás atrapado en una pesadilla zombi en manos de un Doctor enloquecido, sólo para que cuando pasas por ese horror descubrir que el Mundo ha sufrido un Apocalipsis Zombi.
No había investigación ni era el típico escenario de Cthulhu, pero sí está relacionado con los Mitos porque el origen de la epidemia es por culpa de los experimentos del Doctor West.
Quizás se podría jugar una continuación, ya ambientada en el Apocalipsis zombi, pero eso está más allá de este escenario corto que he preparado. Si te interesa puedo darle una pensada y meter a otro jugador, pero necesito tiempo.
No tengo palabras para describir lo que siento. El horror que me invade tras contemplar la apocalíptica escena me sume en una parálisis descorazonadora. No hay nada del otro lado, y no hay nada que quede en este mundo para mí. Todo lo que me rodea es muerte y desolación. Una sensación de vacío ocupa lo que antes había sido mi terror y mis ansias de vivir. Incluso el miedo y la esperanza en sobrevivir vivida unos instantes antes en ese lugar eran preferibles a lo que ahora contemplaban mis ojos.
Había vuelto de entre los muertos sabiendo que no había nada en el más hallá. Ni una visión cristiana ni pagana que me acompañara en mi destierro de este mundo. Nada en el mundo de los muertos, nada en el mundo terrenal. Ni siquiera mi corazon latía como antes, ni siquiera aquello que podría interpretar como miedo se manifestaba en mi cuerpo como antes. Mi sistema nervioso parecía poder actuar pero aquella circunstancia había anulado mis sensaciones. Esta extraña reencarnación me había privado hasta de mi vulnerabilidad. Mi sed y mi apetito no se sentían iguales, y no quedaba casi nada de mi viejo ser. Era un muerto literal y metafórico.
Mis ojos contemplaban con estoica desolación el panorama que tenía delante sin una aparente muestra de perturbación. Solo la nada invadía mi mente ante la impasividad de un cuerpo que ya no somatizaba como el de una persona normal.
Cerré las puertas tras de mí sin saber que hacer. En la semioscuridad de aquella lúgubre morgue improvisada. Todo estaba torcido. Lo perturbador me generaba una apatía existencial que me paralizaba y lo oscuro y lo lúgubre de aquel entorno semicavernario y soterrado me daba cierta calma.
El anochecer me alcanzó cuando tras unas horas pensativas contemplé en silencio el despacho del doctor y el laboratorio. Pensativo, volví al pasillo de las habitaciones.
Desde el interior de la habitación número 6.
Se pueden oir unos golpes duros contra contra la pared del pasillo. Algo choca y genera un extraño sonido de quiebre y humedad. Acto seguido, el mecanismo de la puerta comienza a girar haciendo su chirrido metálico. El Doctor, acuclillado contra el único mueble del interior mira temeroso hacia la puerta. Ha escuchado los gritos unas horas antes de la pelea de Tom y teme que tal vez nunca llegue a salir de la habitación.
Agarrado y sentado en un borde de la cama, contempla atónito como la puerta se abre. Lo que encuentra del otro lado le deja sin palabras. Tom se planta erguido con una mirada penetrante. Una mirada que asusta al doctor ya que sus ojos reflejan una impávida expresión que es la ausencia misma de vivacidad o dolor. Este, más ensangrentado que antes, avanza lentamente hacia el doctor con un cuchillo carniceor en mano.
El doctor Lee, antes más atrevido teme por su vida. Desconoce lo que ha pasado y cree que tal vez el experimento haya salido mal. ¿Acaso Tom había perdido la cordura? . No podía ser. ¡Era el sujeto de estudio con el cerebro en las condiciones óptimas!. La combinación química del Reagente había sido especialmente calculada. Su dosis tenía que estar mejor calibrada que la del doctor West. Tal vez no había esperanza. Es posible que el reagente solo revirtiera lo inevitable temporalmente y la degradación cerebral a la que todos los individuos humanos que la habían sufrido se acabara por apoderar irremediablemente de todas sus víctimas.
Tom alcanza en silencio al doctor. Este, en un último acto se arrodilla temiendo por su vida. Contemplándole en silencio, antes de ejecutar lo que parecía una puñalada, Tom le agarra por un brazo con fuerza. Con el cuchillo hacia arriba, corta las ataduras con las que vendó al doctor.
Fuera de la habitación.
Hago salir al doctor. Este tropieza momentáneamente con lo que parecen ser los restos de la cabeza de una de las pacientes, ahora irreconocible al haber sido reventada contra una de las paredes. Todavía se oyen los ruidos de dos de las criaturas atrapadas en la habitación.
Llevo al doctor hasta el despacho y dejo que tome asiento.
Bien. Hay mucho de lo que vamos a tener que hablar usted y yo de ahora en adelante, señor Lee. Pero empecemos por lo primero. Hay que hacer un poco de limpieza. Señalo la bandera confederada tendida en el suelo del despacho. Esa basura me trae malos recuerdos. ¡Deshágase de ella!
Diario de Tom. 31 de Abril de 1998.
Aquí me encuentro un día más con el viejo Doctor Lee por única compañía. Todavía sigue obcecado en sus experimentos. Reconozco que al principio pensé que era un viejo sádico que trataba a las personas como simples ratas de laboratorio con las que jugaba como un niño matando hormigas con una lupa. Todavía no me ha extraído por completo las manos cosidas a mi cuerpo, aunque al menos ha hecho un apaño dejándolas en pequeños muñones que me incomodan menos. Todavía hay cosas que tengo que entender sobre la inserción de otras partes del cuerpo.
El viejo ha intentado insistirme en reinyectarme el reagente para utilizarlo a modo de "Potenciador". Sí, el mismo compuesto químico que me dio la vida. Pero parece ser que este tiene alguna relación con lo que le ha pasado a la humanidad. La información de la prensa de los "últimos días" es bastante difusa y a veces pienso que el Doctor no me cuenta toda la verdad ya que teme mis cambios de humor si me da a entender lo que va pareciendo obvio. Que esta está relacionada con el mismo reagente con el que pretende revivir a los muertos.
A veces intento disuadirle de esa idea, pero el viejo no descansa. Yo soy sus músculos y su brazo derecho, y le ayudo con las tareas de las que precisa. Pero el no puede valerse por sí mismo. Teme que cada día estará más incapacitado para seguir sus investigaciones. Incluso se ha planteado injertarse esa cosa así mismo.
Yo por mi parte todavía estoy reuniendo los medios para alcanzar el hospital de Topeka. Querría ver al viejo... una última vez, aunque fuese en este estado. Si mis padres contrajeron la enfermedad como temo todavía estarán demabulando por las cercanías del hospital. Prefiero darles muerte yo mismo antes que dejarles en ese estado indefinidamente.
Desde aquella visión al salir del almacén soterrado, no he vuelto a ser el mismo. No he visto nada del otro lado, ni siquiera Wakan Tanka, el Gran Espíritu del que mi abuela me hablaba se me apareció y me guió al más allá. Este mundo está tan irreconocible que bien podría ser un infierno. Una especie de castigo por cuanto hice en vida. Mi salida de la cárcel no fue el final sino el inicio de otro camino. Ahora me encuentro aquí, largando palabras como un estúpido a un diario que solo leeré yo.
Pero que le voy a hacer, cualquier cosa es mejor que volverse loco. En cuanto al doctor y yo bueno, no puedo elegir a mis amistades pero es preferible eso a nada. Ya se sabe el dicho, hay que tener amigos hasta en el infierno...
THE END
A Renfield & Edmund23 production
CAST OF CHARACTERS (in order of appearance)
Tom Enapay RENFIELD
Bus Driver HAWTHORNE JAMES
Drunk man CREED BRATTON
Young woman SCARLET JOHANSSON
Wright Schultz RAINN WILSON
Sister Theresa MAGGIE SMITH
John Landmark JOHN LANDIS
Old lady HENRIETTA KNOWBY
Leo DANNY TREJO
Dr. Carmack Lee RICHARD LIBERTY
Written by Edmund23
Music by Richard Band
Filmed in Panavision
Played and Produced in Comunidad Umbria.
Directed by Edmund23.
Call of Cthulhu RPG written by Sandy Petersen
Copyright @ 1986 Chaosium Games
No animals were harmed in this story, but the whole human race was annihilated.
FILMOGRAFÍA
Reanimator (1985)
La novia de Reanimator (1990)
Más allá del límite (Serie TV) (1995)
La noche de los muertos vivientes (1968)
El día de los muertos (1985)
Posesión Infernal (1981)
Terroríficamente muertos (1987)
Historias de la Cripta (Serie TV) (1989)
The Office (Serie TV) (2005-2013)
BIBLIOGRAFÍA
Herbert West, reanimador - H.P. Lovecraft (1922)
Dylan Dog (Cómic) "El alba de los muertos vivientes" y otros títulos de la colección - Tiziano Sclavi (1988-Actualidad)