Partida Rol por web

- Oye Mark coloca esas cajas ahí. Mar lleva la compra a esa señora hasta el coche. ¿ Marka has limpiado la cámara frigorífica ? ... - sí en seguida voy!.
Mark se encierra en la cámara y se enciende un cigarro. " es el único momento en el día que tengo de intimidad..."

Mark, saborea cada una de las caladas que da a su cigarrillo, si le pillan en la cámara frigorífica fumando le abroncarán. No importa.
Está harto de su trabajo, del inaguantable de su encargado, de las mujeres quisquillosas y de lo hombres preguntones que hace no se sabe cuanto tiempo no han ido a un supermercado y estan más perdidos que un pulpo en el desierto.Ya lo ha decidio, dejara el supermercado y el pueblo, necesita ir a una gran ciudad, un lugar donde se prime a los fuertes y decididos por encima de los que se amoldan a cualquier cosa y se ciñen a la "normalidad".
Da una larga y profunda última calada, apaga lo poco que queda del cigarrillo en la escarcha formada en la pared del fondo, y se dispone a seguir con su faena.

Voy a abandonar este maldito pueblo, pero, antes, he de ahorrar un poco más. Esta noche iré de marcha. Mark se mentaliza para proseguir con la jornada, aunque no sabe que, la "marcha" que le espera, es un poco diferente a la habitual.

ALgo golpea contra la puerta de la cámara, cerrándola por fuera. Oyes voces y gritos fuera, oyes un par de ruidos como si fuesen... disparos.
Otro atraco - piensas para ti, pero los gritos son de dolor, algo fuera de lo normal en los atracos ( lo sabes muy bien , has vivido unos cuantos ) intentas abrir la puerta pero nada, hay algo bloqueandola al otro lado. sigues intentandolo sin suerte. Joder!! un charquito de sangre asoma por debajo de la puerta. Estás jodido corres el riesgo de morir congelado si estás mucho tiempo ahi metido, pero esos ruidos, y la sangre.. estás cagado de miedo!!

Mierda, ¿que cojones está pasando?
Vale tranquilízate.
Mark intenta pensar en algo. La puerta está cerrada desde fuera, y, aunque estuviera abierta no está seguro de querer salir a la aventura.
Gira sobre sí mismo y busca algo que le pueda ser de utilidad.
Solo busca alguna alternativa a la puerta que lo separa del caos y el horror, o en su detrimento, algo que le permita defenderse.
Tiene miedo. Por un momento, mientras escudriña cada rincón, piensa que podría ser alguna broma gastada por algún conocido, lo piensa, pero solo, para tener un instante de tranquilidad, por que sabe, que lo que ocurre allá fuera es algo gordo.

Intentas forzar la puerta pero no hay manera. Está definitivamente atascada.
A tu alrededor Hay varios torsos de vaca colgados del techo. Aparte hay algunas cajas de cartón cerradas y un par de trajes blancos que usan los carniceros para no mancharse.
Fuera se oyen pasos, y latas cayéndose de las estanterías... PUM , ZAS, CRACK.

La maldita puerta está atrancada.
Mark se gira hacia los torsos de vaca colgados, decide arriesgar un poco. Se pone uno de los monos blancos de carnicero. Por lo menos, pasaré un poco menos de frío.
A continuación, comienza a descolgar los torsos de vaca, apilándolos en el fondo de la cámara, intenta no hacer ruido. Cuando acaba, deja cuidadosamente, un espacio entre la pared y los torsos, lo justo para un cuerpo humano.
Comienza a recoger todos los ganchos que sujetaban los restos de lo que antes fueron vacas y los esconde todos menos dos: uno que se guarda en el mono, y otro, que deja colgado, el más próximo a la puerta, donde coloca, a modo de distracción, el otro mono de carnicero.
Con un notable jadeo, producto del ejercicio y el frío, unidos estrechamente con el miedo, para hacer más pesados sus movimientos, comienza a cargar las cajas, esparciéndolas por delante de la puerta, como si una pila de ellas, se hubiera vencido por algún efecto desconocido.
Finalmente, suspira, saca su gancho del mono y lo sujeta con ambas manos, lo observa.
Ahora o nunca.
Levanta su brazo, y golpea con todas sus fuerzas la puerta en dos ocasiones; Mark sale corriendo y ocupa el hueco dejado entre los torsos de vacuno y la pared, completamente estirado, como si se tratase de un torso más, agarrando firmemente su gancho y luchando por controlar su respiración, solo le queda esperar, y que aquellos atracadores-asesinos, den media vuelta al no hayar a nadie a simple vista. Si no es así, tendría que usar el gancho, y tal vez, fuese la última cosa que hiciera en su vida.

Los golpes secos en la puerta parecen haber llamado la atencion de los que estan fuera, ya que a los pocos segundos oyes golpes del otro lado. No van acompasados, son totalmente aleatorios y no son los suficientemente fuertes como para dañar la puerta. Oyes gemidos del otro que provienen del otro lado de la puerta. La verdad es que te asustas un poco, suenan muy extraños.

Oyes una explosión enorme no muy lejos, todos los objetos y tú mismo caeis al suelo de la onda expansiva de la explosión . Las bisagras de la puerta ceden y queda medio descolgada dejando un hueco libre.

Mark está conmocionado. No entiende muy bien lo que está pasando. Se levanta tambaleante de su escondrijo y se encamina con su gancho de carnicero hacia la puerta.
Joder! Pero que está pasando aquí?
Se acerca timidamente hacia la puerta y se asoma.
El desorden es tal y el humo tan molesto, que sale al exterior por el hueco a trompicones, sin orientarse muy bien, decide buscar la salida lo más rápido posible, no quiere encontrarse con quien haya hecho esto.
Tengo que salir de aquí

Ves un cuerpo destrozado de un hombre destrozado en el suelo, le falta medio brazo.
Es tu supervisor, o lo que queda de él... Todas las estanterías están tiradas en el suelo y el desorden es absoluto. te quedas paralizado al ver el caos, además te duelen los oidos de la explosión. Oyes un ruido debajo de una de los mostradores de las cajeras. Como si algo se moviese.

Mark presenta una imagen un tanto peculiar: vestido con el mono de carnicero, tiritando de frio y miedo, un gancho en la mano derecha, y una mueca de horror.
Esto no está pasando, NO-ESTÁ-PASANDO...
Por un momento aparta la mirada de su supervisor, y presta atención al movimiento bajo el mostrador.
Es uno de ellos.
Tiene miedo, mucho miedo, su cuerpo no reacciona, pero tiene que salir de ahí.
Avanza hacia la salida, lentamente, sin perder de vista el mostrador, por el que tiene que pasar cerca si quiere salir. Por un momento, recuerda su gancho, y prepara el golpe, como cuando en la feria del pueblo preparaba el martillo a sabiendas de que un topo de plástico iba a asomar por uno de los huecos de la mesa.
Avanza de lado, de cara al mostrador, con el gancho a punto, esos momento se hacen eternos.

De debajo del mostrador asoma lentamente un rostro, le falta un ojo y tiene media cara desfigurada.. Es laura! una de las cajeras . Se pone en pie y avanza hacia ti.

Mark ve salir algo detrás del mostrador. Se olvida de que tiene un gancho en la mano, está claro que era más fácil darle a los topillos de la feria, y sale corriendo, horrorizado del supermercado, en su mente, comienza a asimilar la imagen que ha visto.
Esa, no, no podía... ¿era Laura?
Fuera, a unos 50 metros del supermercado, se detiene y toma aire, se inclina con las rodillas semiflexionadas y apoya en ellas sus manos, dejando caer el gancho de carnicero.
Esto debe ser una broma, no puede ser... Habla en voz alta, casi gritando. Su ojo...
Avanza medio tambaleándose hacia ningún sitio. ¡Ayuda! ¡Que alguién llame a la policía! Casi solloza al pronunciar estas palabras.

Sales pitando de alli , pero ya en la calle vienen unos tios en llamas que corren hacia ti desde tu izquierda, no te da tiempo a ver cuantos son, pero más de dos seguro. Lo que sí ves es que la gasolinera que estaba enfrente de la tienda de armas y la comisaria ha reventado, y esta en llamas. Por el lado de tu derecha hay varios coches volcados que impiden que pases por alli.
Solo tienes dos opciones, o tirar por la izquierda e intentar esquivar a los que vienen en llamas o bien volver dentro del supermercado. Al fondo de la calle a la izquierda se oyen voces , te parece escuchar -¡Corran hacia aquí!-

Mark no puede creer lo que ven sus ojos: perosnas o... algo en llamas. ¿Como puede ser?
No quiere pensarlo más, podría volver atrás, al supermercado, allí podría intentar atrincherarse, pero, ¿y si había allí más seres raros de esos?. Aun a riesgo de equivocarse, Mark decide pasar entre medias de los seres en llamas y acudir a las voces de... humanos. Que raro le parece al chico pensar así.
Se lanza a por ellos, total, que mal pueden hacerle, al fin y al cabo, estan en llamas, ¿no?.

¡Esperadme! - grita Mark a los desconocidos del otro lado de la calle.