Esta partida está en revisión. Si el director no da señales de vida o es aprobada por un cuervo será borrada esta noche
Soyu sonríe y asiente, levantándose para irse junto a ti a dormir. Shihöyu se levanta, pues estaba adormilad en el suelo, bosteza y os sigue.
- Y no sé a qué te refieres con "eso" oka-san. Espero que sepas que como buen caballero, Hitsugaya taicho no ha pasado a más que hacerme regalos e invitarme a cenar.- obviamente obvia la parte de los besos inesperados- oka-san, eres muy mal pensada. "Eso" que tu dices deberías hacerlo con otto-san y así me dais un hermanito. Y... no me siento muy inferior, pero aún soy muy débil. Tengo que entrenar más y demostrar más lo que valgo. En la Academia era más fácil.
-En la academia eran niños, Soyu. De tu edad o poco mayores. Ahora te enfrentas a gente con cientos de años en muchos casos. Es normal que sea más complicado.
Acaricio el lomo a Shihöyu.
-¿Cómo vais con esa fusión?
- Tardamos menos en hacerla y duramos más. En algunos casos hemos podido incluso realizar movimientos de combate. La cosa está yendo más rápida de lo que creíamos así que estamos contentos. Solo una vez nos salió mal. ¡Tuve bolas de pelo en la boca durante más de cuatro horas!
Se desnuda y se mete en la cama, abrazándote para que le des calor.
- Ritsuko kotaicho vino a verme y me ayudó. Es muy buena conmigo. ¿Entonces mañana bajamos al sótano?
Le acaricio el pelo abrazándola.
-Sip, mañana bajamos al sótano. Y si...Ritsuko es muy buena. ¿Para que quieres más hermanos?- sonrío.
Comienzo a tararearle una nana de cuando era niña y la arrullaba para que se durmiese.
Agotada, termina durmiéndose bajo el suave influjo de tu voz y el calor que siempre desprendes. Shihöyu y Atila también sucumben y al poco tiempo hasta tú terminas durmiéndote.
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Amanece y los rayos del sol no penetran en la habitación. Es un día lluvioso que oculta por completo el sol y no tiene pinta de dejar que os ilumine por hoy.
Soyu continúa a tu lado, dormida con esa cara dulce que tanto te recuerda a cuando era pequeña.
Tigre y perro sí se han levantado y deben de haber ido a sus respectivos comederos para desayunar.
Con cuidado me levanto dejándola en la cama, y voy a la cocina para hacerle el desayuno, como cuando era mi pequeña Soyu de verdad.
Cuando lo termino, se lo llevo.
-Soyu. Enana, arriba. ¡Llegas tarde a la academia!- bromeo.
Se incorpora rápidamente.
- ¡¿Qué?! ¿por qué me has dejado dormir tan...?
A medias de vestirse a toda velocidad se da cuenta de que ya no está en la Academia y que no llega tarde a ningún sitio. Se va a quejar pero algo se lo impide de pronto.
- ¿Qué es ese olor? ¡Me hiciste el desayuno!
Sonríe ampliamente y se lanza a por él.
Le acaricio el pelo mientras come, antes de ir a por el mío.
-¿Qué plan tienes para hoy? Aparte de bajar a entrenar conmigo un rato.
Me acuerdo de algo.
-Tenteikura. Ritsuko, estoy despierta, si hay algún asunto otarea pendiente que necesite mi aprovación, tráemelo ahora.
- Supongo que tendré trabajo en la división, ¿no? Está todo muy tranquilo últimamente. Sin hollows, sin acción... alguna tarea me tendrá taicho.
Ritsuko se pone de inmediato en contacto contigo.
Ritsuko:- Nada relevante. Me ocupé personalmente de una pequeña pelea que hubo en la quinta. Luego ayudé a encontrar a los trillizos Kurosaki y nada más. Todo sigue como siempre, taicho.
Mientras Ritsuko habla, Soyu le da un poco de su desayuno a Shihöyu, que ha aparecido en cuanto ha olido la comida.
Finalmente se levanta y empieza a hacer estiramientos.
Soyu:- Lista, oka-san.
-Vamos abajo entonces.
Acaricio a Shihöyu y a Soyu en la cabeza, a los dos de la misma forma, cual mascotas. Y me alejo riendo.
no tengo pensado nada especila, por si quieres pasar ^^
Tras una mañana entera entrenando combates y técnicas, Soyu cae rendida al suelo. A unos kilómetros de vosotras Kempachi y Unohana continúan su entrenamiento. Tanto Zaraki como Soyu han avanzado mucho en sus respectivas habilidades y el momento en que el capitán de la undécima esté listo se aproxima y mejor que sea pronto, porque cuanto más tardes en ir al lugar secreto de los quincy o en formar una estrategia, más fuertes se hacen ellos y más probable es una nueva emboscada.
Soyu está agotada y Shihöyu también a su lado. La fusión agota a ambos por igual.
Ritsuko no te ha avisado con nada más así que imaginas que está tomando las riendas de los nimios problemas que surgen.
Soyu:- Oka-san, no es que me queje pero... ha pasado más de una semana desde que ibas a ir a...ese lugar. ¿Por qué aún no has ido?
La miro antes de responder, seria.
-Por que si voy...las posibilidades de que no vuelva son altas, Soyu. Tengo que ir...pero quiero dejar las cosas lo mejor preparadas posible...y porque no quiero separarme de ti.
-No lo puedo retrasar mucho más, me temo.
- No tienes por qué ir sola, oka-san. - hace una pausa mientras dibuja algo en el suelo con una piedra picuda. Cuando termina vuelve a alzar la cabeza y ves en ella una determinación como nunca antes habías visto.- Iremos contigo. Somos fuertes y si perfeccionamos la fusión nadie nos vencera. Ritsuko podría acompañarnos.
Es la misma mirada que tenías tú cada vez que te proponías algo.
Empiezo a negar antes de que termine de hablar.
-Precisamente por que sois fuertes, no debéis venir. Si atacan mientras no estoy...alguien debe pararlos lo bastante hasta que llegue yo, o los capitanes de la zero. Aquí, todos...quizá tengáis oportunidades. Y además...si tengo que ponerme totalmente seria...no quiero a nadie que no sea enemigo cerca de mí.
- ¡Pero no es justo! ¡Entonces vayamos todos! ¡O quédate!
Yoruichi:- No puede hacer eso Soyu. Ya hemos hablado de eso en muchas ocasiones. Ahora es la sotaicho y no puede quedarse porque sea lo que quiere.
- ¡Pero...!
Unohana:- Recuerda que debes discernir entre pariente y superior, Soyu Shihöin. La sotaicho es sabia.
- ¡La dejaréis ir y que desaparezca de nuevo!
Zaraki:- ¿Desaparecer? ¡JA! La perseguiré a donde vaya si no vuelve.
Se hace el silencio. Soyu no puede pelear contra todos vosotros a la vez. Pero se la ve molesta y tensa. Enfadada.
Me acerco a Soyu y le pongo las manos en sus hombros. Le hablo en un tono serio y totalmente sincero.
-Hija mía, no tengo intención de fracasar. Pero si eso ocurre...tengo que estar segura de que estáis protegidos.
Paso a acariciar su cara y su pelo.
-Nada hará que te abandone voluntariamente...si me voy, siempre trataré de regresar.
La beso en la frente.
-Y siempre estaré cuando más me necesites.
Suspiro.
-Creo...que debo partir ya. Unohana, Zaraki no va a mejorar gran cosa en dos dias, que es cuando planeaba marcharme. No tiene sentido arriesgarnos a que nos ataquen otra vez, marcando ellos el paso. Debo ir allí...a ver que consigo.
-Quizá...no me vengan mal un par de píldoras de esas tuyas.
Doy unos suaves toquecitos en el colgante de Soyu, para que no lo olvide. Que no olvide todo el reiatsu que metí en él, para ella. Para cuando lo necesite.
Mientras Unohana va a por esas píldoras, me acerco a Yoruichi.
-No dejes que me siga, por favor.
- No lo hará.- Te dice totalmente segura. La protegerá y quiere que puedas estar segura de ello.
Unohana:- Te las daré, pero quizás deberías descansar. Recuperar fuerzas. Llevas todo el día consumiendo reiatsu. Será mejor que te recuperes antes.
- Unohana taicho tiene razón. Debes ir al 100%. Además de que tendrás que hablar con el Seireitei, ¿no? Deben saber las órdenes.
Soyu está con la cara ensombrecida, con el puño cerrado con fuerza y la cabeza agachada.
-No he hecho ningún esfuerzo real, me recuperaré por el camino. Mis llamas pueden lograr eso. Pero...sí, hablaré con los capitanes. Reunión en media hora. No lo comentéis a nadie más...no sabemos si hay espías, aunque es poco probable.
Marcho hacia la primera división, ya envuelta en llamas regenerativas. Indico a Yoruichi, que no descuide a Soyu.
Al llegar, ordeno a Ritsuko que reuna a todos los capitanes en media hora.
-Y tú también, serás la capitana de la primera en mi ausencia.
Según te marchas del sótano escuchas a tu hija forcejear y gritar.
Soyu:- ¡No! ¡Oka-san! ¡No!
Una explosión de reiatsu pero nada más. Yoruichi cumplirá sus funciones, aunque tenga que ser mordida cien veces por Shihöyu.
Ritsuko no se sorprende de la decisión que has tomado. Sabe que es fuerte, y que, aunque no ha mandado más allá que dentro del campo de batalla, está convencida de que dentro de la división es respetada y que los soldados a su cargo la obedecerán.
Media hora más tarde ya tienes a los capitanes reunidos. Incluido Byakuya, que se está terminando de recuperar.
Kaori te tiene preparada la puerta-garganta.
-Taichos...voy a hacer una visita a los Quincy. No sé lo que tardaré...pero os quiero preparados para cualquier cosa. Puede que noten que me marcho y ataquen. Puede que por pura casualidad ataquen cuando me marche...o simplemente que llegue la fecha que hayan planeado....así que a partir de tres horas desde que me vaya...os quiero a todos en alerta.
-Francamente...no sé si regresaré, puede que esto me supere. Pero confío en hacer tanto daño que lo que quede podáis manejarlo, al menos lo bastante hasta que llegue la zero. Y aún en caso de que regrese, no sé cuanto tiempo pasará...quizá el tiempo discurra distinto.
-Cuidad del Seireitei...cuidáos todos...y cuidad de Soyu.- lo digo sobretodo mirando a Hitsugaya.
Suspiro.
-Ritsuko queda nombrada taicho de forma provisional, y Unohana Sotaicho. Recordad...si hay ataque cada capitán se encarga de su zona, los miembros de la primera los apoyarán. Todo shinigami de cualquier otra división con rango menor de kotaicho, que se limite a tareas de logistica, sanación...esas cosas. Es todo.
Los miro de nuevo uno a uno.
-Confío en vosotros.
Asiento, y me marcho. Mi última mirada, alo más intensa, ha sido para Byakuya.