Partida Rol por web

El 23 de abril sería un día difícil de olvidar para ellos.

De hecho, decir eso es un eufemismo propio del opening una teleserie de segunda. Si a continuación viniesen unos cuantos flashes de sus vidas previas al 23 de abril con Woody trabajando en la maderera, Wally saliendo de su taller para encontrarse con Amanda en el Foundry y a Shaggy fumando a escondidas con su uniforme de vendedor en el parking del Kaministiquia's Warehouse con un fundido negro entre ellas, y una música de stock con aspiraciones épicas ya podriamos echarnos a temblar. 

Pero el jodido 23 de abril sería un día dificil de olvidar para cualquier persona del mundo, ya que, en la línea de las peores entradillas de la historia literaria de la humanidad, aquel maldito día el mundo que conocían se había terminado. Ahora tendría que entrar el logo y pasarnos a una escena de tensión pero lo cierto es que el fin del mundo a los cuatro amigos les pilló desayunando. El día anterior habían abandonado el campamento Hattie Cove, en la zona norte del parque, para ir hacia las las rutas de senderismo de la costa del Lago Superior en una marcha a través del parque, de modo que ahora se encontraban en la zona más apartada del espeso bosque boreal, una extensión de duras coniferas salpicada de arces, helechos y algún que otro roble. Los caducifólios estaban verdeando ya, pero no brotarían de verdad hasta entrado el verano, en los meses más frondosos del clima, cuando el calor permitiera de verdad florecer a esas plantas. Por lo demás la hoja perenne de pinos, piceas y alerces ya se aferraba al moderado sol primaveral para alimentarse.

Durante la noche las temperaturas aún caían bajo cero pero durante el día se alcanzaban con facilidad unos agradables 7 o 9 grados centígrados. Mientras el desayuno se cocinaba en el hornillo de gas, en cualquier caso, no debía haber más de dos grados, aunque el sol anaranjado despuntando sobre las copas y reflejandose en la amplia superficie del lago, bien visible desde el punto de acamapada, parecía indicar que sería un día cálido. Un día jodidamente bueno para que se acabase el mundo.

El olor a café inundaba el pequeño claro y se colaba en el interior de las tiendas donde alguno de ellos aún se encontraba, remoloneando, o puede que acabando de calzarse las botas. Si apuraban el paso llegarían a media mañana a la ruta de senderismo costera, que planeaban seguir durante sus sesenta kilómetros de extensión. Junto a las tiendas descansaban una pareja de rifles, a pesar de que el parque nacional no permitía la caza en su interior viajar por los parajes más agrestes, acampando en solitario, rodeados de osos negros y lobos sin un rifle habría sido temerario, aunque todos confiaban en no tener que hacer uso de ellos, y en la mayoría de casos un disparo al aire era más que suficiente para solventar cualquier problema.

Pero como decía, el mundo se fue al carajo, y la única señal que estos cuatro aventureros tuvieron de ello mientras sorbían una taza de café de embolo fue la negrura, al unísono, de las pantallas de sus smartphones.

Shaggy bostezó mientras terminaba de atarse los cordones de sus botas y se apresuró en coger el mechero y su tabaco antes de ir a desayunar, alguien ya había hecho café y querían partir pronto.

Mientras fumaba miró el móvil y parecía estar apagado pero no se encendía. Lo abrió, le quitó la batería y volvió tratar de encenderlo pero no tuvo éxito. Se volvió mosqueado mirando a Wally:

- Illo, ¿tú me has tocado el móvil?, tenía la batería recién cargada y ahora no me va. Además, esta semana había expansión nueva de Hearstone y me voy a perder las cartas nuevas por tu culpa. ¿Alguien me puede dejar su móvil para entrar en mi cuenta?.-

"Joder, le dije a Woody que trajese el desodorante de pies. Aquí no hay quien duerma con este pestazo"-pensaba mientras salía de la tienda y se terminaba de poner bien la chaqueta por las prisas al salir. "Aaarrrgghhh ¡Dios, pero que bien sienta el aire del campo!"-decía mientras observaba como salía el sol haciendo que las sombras de las hojas bailasen a sus pies.

Se acercó a las ascuas aun calientes de la hoguera de la pasada noche. Era el primero y quería ir preparando el café para que pudiesen salir cuanto antes mejor.

Aun no había dado el primer sorbo al café, cuando se percato que Shaggy salía de la tienda en la que dormía. "¿Que, te hace un café?"-le dijo mientras cogía una de las tazas que estaban en un tocón que usaban de mesa improvisada.

Wally estaba fumándose un cigarro pensando en sus cosas, cuando Shaggy le recriminaba algo del móvil "No no he cogido tu móvil"- le contesto,-" el mío está en la tienda, cógelo si quieres. Así de paso despiertas a mi hermano que no quiero salir muy tarde."-Le dijo mientras veía como la colilla era consumida entre el pequeño fuego de la hoguera.

Amanda salió al poco de su tienda despejando y estirándose. El olor del café había despertado a la aqrquitecta que saludó a sus amigos con la cabeza antes de acercarse a la hoguera. - Huele bien. - dijo con voz de sueño antes de aclararse la garganta, sentándose alrededor del fuego escuchando los comentarios sobre los móviles. Levantó una ceja y llevó su mano a su riñonera para sacar el móvil. Viendo que la pantalla estaba apagada.

- Mi móvil también está en blanco. ¿Que demonios está pasando? - preguntó sorprendida mientras cogía una taza de café para poder pensar con claridad. El día olía a problemas.

- ¿El tuyo también esta sin batería? - dijo mirando a Amanda y volviendo a coger su propio móvil para observarlo más detenidamente (uso reparar para tratar de obtener más información, pero supongo que será inútil).

- Woodie, levanta, que estas hecho un lirón. - dijo acercándose a la tienda de Wally y Wolfwang. - Y comprueba si en tu móvil tienes batería, los nuestros parecen estar descargados. - 

- Bueno chicos, estaremos hoy sin wasap, ni twitter, ni FB, vaya cagada. Al menos podremos disfrutar del paseo por la ruta costera sin distracciones hasta que solucionemos lo de los móviles. Yo voy desmontando nuestra tienda mientras Woodie despierta.-

Wolfgang sigue remoloneando en la tienda mientras los demás tomáis el café y comenzáis a recoger el campamento para retomar el camino.

Shaggy dedica unos instantes a comprobar si su teléfono tiene algún problema. El móvil no responde ni lo más mínimo a ninguna pulsación, pero no solo el suyo, tampoco el de Amanda ni el de Wally. Ninguno de los tres teléfonos emite el menor brillo, sonido o señal, ni siquiera llega a aparecer una pantalla de carga anunciando que se encuentra sin batería. El vendedor no detecta olor a quemado, un síntoma fácil de descubrir ante un fallo eléctrico, ni ningún otro tipo de defecto lo bastante obvio para descubrirlo a simple vista.

Amanda termina el desayuno mosqueada por el fallo del teléfono, pero como desgraciadamente están lejos de la civilización y no pueden comprobar que ocurre seguir adelante es lo mejor que pueden hacer. Así que va recogiendo las cosas para continuar su avance mientras mira a sus compañeros preocupada. - ¿No os parece un poco raro? No parece un fallo técnico de sobrecalentamiento y es que han caído todos los móviles a la vez. -

"Gente, ¡que tampoco es el fin del mundo!. Los móviles no encienden, es raro, pero no el fin del mundo."-dijo mientras ultimaba los últimos detalles de su mochila."Aunque eso sí, raro que todos se jodan al mismo tiempo sí que es."

-¡Hey chicos!- dice Wolfgang mientras sale de la tienda -perdonad, estaba algo cansado entre el viaje y estos últimos días en el trabajo han sido mortales.-
Wolfgang se empieza a poner las botas para emprender el camino mientras dice -Por cierto, he estado escuchando mientras remoloneaba en el saco, ¿a todos se nos ha estropeado el móvil en la misma noche?. El mío tampoco va-
-¿Le puedes echar un vistazo ahora al mío también Shaggy mientras recojo rápido la tienda?-

Shaggy desmontó la tienda donde dormían Amanda y él, al principio había preferido compartir tienda con su colega Wally, pero lo decidieron a suertes y al menos se libró del olor de pies de Wolfang. Aunque Wally estaba harto de decirle que comprase unas botas que transpirasen mejor, parecía tenerle cariño a sus viejas compañeras de viaje y no aceptaba otras.

- En aquella dirección se encuentra el Lago Superior. Es una putada que se hayan descargado o muerto los móviles pero si nos damos prisa en partir llegaremos a media mañana a la costa. Ya los arreglaremos cuando volvamos a casa. Amanda, ¿llevo yo la tienda y tú uno de los rifles por si nos ataca un oso?. Jajaja. - Dijo Shaggy en tono burlón pues no confiaba en ver un oso durante el trayecto.

Aunque era posible, los osos de la zona solían ser animales que evitaban a los humanos, y si se diera el caso del ataque de un oso, lo más probable es que todos tirasen lo que llevaran encima y salieran corriendo. Al menos Shaggy y Wally es lo que harían. Quizás Amanda o Wolfang que eran los que se empeñaron en llevar las armas pensaran otra cosa, pero para Shaggy era un trasto inútil más que llevar, con el consiguiente peso que les suponía. 

La cuestión de los móviles inquietó a algunos más que a otros, pero lo que era cierto es que poco podían resolver en ese lugar. La reclamación en el servicio técnico tendría que esperar a su regreso a la civilización.

Aunque la recogida de las tiendas llevó algo más de lo previsto el inicio de la marcha no se retrasó demasiado y en seguida se encontraron cruzando el bosque, aún cuajado del helado rocío matinal, con sus alientos inundando de blancas vaharadas su visión. A pesar de la ausencia de otros seres humanos en las proximidades el bosque no resultaba silencio, el crujido de ramas, el viento en los matorrales, los animales que no se veían pero se escuchaban y el canto de la aves llenaba sus oídos en un rumor de fondo muy distinto al de su ciudad natal. Aunque al fin y al cabo, de eso se trataba.

La senda no era difícil de seguir, al fin y al cabo aquello era un parque nacional, no un lugar por completo inhóspito, pero había que estar atento, uno podía perder el rumbo si se lo permitía y la posibilidad de cruzarse con un animal salvaje aunque remota en estas zonas más transitadas seguía siendo real. Llevar el rifle al hombro, como hacía Amanda, no era del todo descabellado.

Un grito irrumpió los pensamientos de todos. Al principio no estaban seguros, pero al repetirse una segunda vez no quedó duda, alguien gritaba pidiendo auxilio. La voz estaba distorsionada por la distancia, a través de los arboles, pero el frío aire la traía con claridad desde el noreste, hacia la ladera de una colina algo escarpada.

Amanda avanzaba cubriendo la retaguardia del grupo mientras disfrutaba de aquella tranquila caminata que poco a poco iba terminando de despejarle, haciendo efecto junto al café. Pese a lo extraño que le había parecido lo de los móviles había optado por dejar el tema de lado porque de momento no tenía solución, y al estar en la retaguardia tan temprano no se mezclaba demasiado en las conversaciones.

Cuando escuchó la voz pidiendo auxilio llevó una mano hacia su escopeta y pegó un grito a sus compañeros. - ¡Eh! ¿Lo habéis oido? ¿Vamos? -

Tras un momento de duda, y tras haber escuchado a Amanda, Wolfgang echa a correr hacia el origen del grito mientras coge el rifle (principalmente para que no se le caiga mientras corre llevándolo al hombro) y dice -¡Vamos!-

Amanda es la primera en reaccionar, pero Wolfgang el primero en ponerse en marcha. Con todo ninguno de los dos duda en acudir a toda velocidad en la dirección del grito, mientras Shaggy y Wally se quedan plantados, viendolos correr, puede que sorprendidos por la situación.

Shaggy iba pensando en sus cosas mientras fumaba y disfrutaba del paseo campestre, estaba tan absorto en sus cosas que apenas se enteró del grito y le sobresaltó la rápida reacción de sus compañeros.

- Uhm, si, si, vamos. Pero cuidado, si es un oso igual un tiro no es suficiente para abatirlo, aunque igual sí para asustarlo y que salga huyendo, eso sino tenemos que salir huyendo nosotros antes de él.

Siguió a Wally y Amanda, que habían iniciado la ascensión hacia la colina. No estaba muy convencido de querer subir pues si era un oso no le agradaba la idea de tener que enfrentarse a él. Siguió a sus compañeros más por no parecer un cobarde o defraudarlos, que por el deber moral de ayudar al prójimo. No le gustaba la idea de jugarse el pellejo por un desconocido.

En cualquier caso, sube más pendiente de buscar posibles vías de escape o sitios en los que ocultarse si fuera necesario que de subir prontamente.

Wally empezó a trotar a un ritmo mas o menos estable, ni rapido ni lento. Mientras miraba a Shaggy dijo en tono hilarante:  -Pero, ¿qué os creeis que somos super heroes? 

Mientras ascendía la colina cogió un palo a modo de garrote, ya que no quería estar indefenso en el caso de que fuese un oso o algo peor.