Furtrees, mi hogar,
Cristales resplandecientes, mi sol,
Cuevas vivas, mi patio de recreo,
Niebla espesa, amiga mía,
Te extraño con cada respiro
Mientras deambulo por mundos distantes.
Silencio Calórico
Canciones de exilio involuntario
Siguiendo las reglas básicas, si se pide tirar una moneda, Cara es la primera opción del manual y Cruz la segunda.
un viajero solitario de otro mundo. No recuerdo por qué aterricé en Skyrealms o de dónde vine.
Mi extraño cuerpo se ha entrelazado con la flora local. Dentro de mi traje espacial crece un ecosistema de insectos, flores y enredaderas silbantes. Soy un desconcertante cruce entre zombie y vegetal.
Soy excepcionalmente resistente al daño, excepto al producido por el fuego y la magia de colores.
Una vez al día puedo viajar hacia atrás unos segundos y rehacer una acción.
Mi bosque corporal produce jaleas, con las que comercio con las bestias Emo a cambio de abrazos.
El traje espacial tiene un radar, una mochila de cohetes y un orbe luminoso para alumbrarme en la oscuridad.
Cosas que me gustan: el sol, cazar, las flores, la música y mirar las estrellas.
Cosas que no me gustan: la magia de colores, la soledad, el fuego, los bichos, el Xenomorfo.
Motivo: orígenes
Tirada: 2d6
Resultado: 4, 1 (Suma: 5)
Tras tomar el sol sin mi traje protector, he estado deambulando por el bosque de pieles.
He estado aquí antes, pero caminar entre los árboles siempre me parece una experiencia nueva.
Aún llevando un tiempo aquí, todavía me pregunto si soy bienvenido en este mundo.
Con todos los cambios por los que he pasado, todavía tengo mis dudas. Pero al final, este mundo parece abrazarme.
Mientras inspecciono el aroma de un árbol de pieles, de repente me rebasa una bola de pelo, que, asustada, se esconde bajo un arbusto. Hablo con él. Es un cachorro Furling1, de colores naranjas, azules y verdes, lo que significa que me ha reconocido.
Motivo: reconoce? 1s 2n
Tirada: 1d2
Resultado: 1 [1]
1 FURLINGS: son fuertes, orgullosos y combativos.
Madurados en los árboles más viejos, los Furlings caen de sus ramas durante la decimoséptima luna nueva, gritando como bebés temerosos. Altos y fuertes como grandes osos, los Furlings se reúnen en tribus guerreras y habitan en desordenadas cuevas de árboles. Con frecuencia descienden a valles y costas para saquear a los Conebeings. Debido a su naturaleza pendenciera, constantemente se involucran en duelos a muerte por motivos frívolos.
Después de cada batalla, estas criaturas melancólicas se pierden en días interminables de arreglos de pieles y cánticos poéticos improvisados.
Les gustan: Duelos, Tribu de Guerra, Bosques, Miel, Anochecer
No les gustan: Niebla, Mar, Sonidos fuertes, Bestias Emo, Forasteros, Fuego
MAESTROS MENTIROSOS: A los Furlings les gusta embellecer historias. Hay una probabilidad de 3/6 de que la historia de un Furling contenga una mentira.
MIMETISMO: En su hábitat natural, los oscuros bosques de pieles, los Furlings pueden pasar desapercibidos.
El cachorro Furling, con su pelaje que cambia a tonos amarillos, naranjas y rojos, muestra claramente su felicidad al reconocerme. Sus ojos brillan con un destello de familiaridad, y una cálida aura parece envolverlo. Inmediatamente, recuerdo un antiguo poema que mis familiares solían recitar en momentos de encuentros afortunados.
En bosques antiguos, entre cielos lejanos,
donde el sol se mezcla con sombras de árboles ancianos.
Las ramas susurran historias, secretos del pasado,
y los niños danzan, en armonía abrazados.
Un canto en su corazón,
se encuentran perdidos, pero en mi hallan un lazo.
En el reflejo entre mundos, en el abrazo del árbol,
la ayuda se ofrece, sin medida, sin cabo.
El cachorro Furling, tranquilizado por los versos, que transparentan mis buenas intenciones, se acerca a mi con confianza. Susurra con un tono suave y melódico:
- Oh, Lostronauta de tierras lejanas, en tu presencia, el bosque canta con ganas. Me he perdido entre sombras y ramas, mi cueva hogar, la guardería, añoro sin calmas.
Sus ojos brillan con una mezcla de esperanza y preocupación, y continúa:
- Mi tribu aguarda, en la cueva serena, donde los cánticos de piel se alzan en pena. Pero la confusión me ha perdido la senda, y pido tu ayuda, en esta hora serena. No deben saber de mi ausencia, ni debo ser visto.
El cachorro Furling me mira con expectación, aguardando una respuesta.
Motivo: cómo se siente el furling
Tirada: 1d2
Resultado: 1 [1]
A pesar de la melancolía que yace en el fondo de mi ser, ante los recuerdos de esos versos y su petición, me siento responsable del bienestar del cachorro Furling. Decido ayudarle, sintiendo que esta acción podría aliviar parte de mi propia soledad.
Con gentileza, levanto a la criatura y la acomodo sobre mis hombros. Puedo sentir la suavidad de su pelaje y su ligero peso. Sus colores cambiantes danzan a la luz del sol filtrándose entre las ramas.
Sigo sus indicaciones, caminando a través del bosque de pieles. El suelo blando se adapta a cada paso, y las sombras danzan a nuestro alrededor, revelando una sincronía mágica con el entorno. El bosque nos rodea con sus misterios, pero el Furling parece confiar en mi guía.
El cachorro canta una melodía suave y reconfortante, como si intentara disipar las sombras de su confusión previa. Las ramas de los árboles se mecen al compás de su tonada, creando una sensación paz en medio de la travesía.
La luna sonríe, las estrellas danzan,
en el bosque mágico, la esperanza avanza.
Lostronauta y cachorro, juntos en canción,
en este viaje encantado, hallamos unión.
Entre las sombras juguetonas, la cueva asoma,
un hogar de pieles, donde el alma se entona.
Cánticos ancestrales, en la caverna resuenan,
historias de la tribu, en la penumbra se cuentan.
La cueva se aproxima, con abrazos de bienvenida,
un refugio entre árboles, donde el corazón palpita.
Así, entre cantos y colores que titilan, la aventura continúa,
mientras el destino destila.
A medida que avanzamos, el Furling señala con sus patitas en la dirección correcta, guiándome hacia la cueva árbol que sirve como guarida para su tribu.
Motivo: Cómo me siento
Tirada: 1d2
Resultado: 1 [1]
Al final del camino, emergemos ante la entrada de la cueva árbol. Todo parece en paz. El bosque aquí se sumerge en un silencio perfecto, algo casi increíble considerando las costumbres bulliciosas de los Furlings.
Las hojas de los árboles de pieles se mecen suavemente en el aire tranquilo, y las sombras se pliegan en patrones delicados sobre el suelo. La entrada de la cueva, decorada con pieles entrelazadas y adornos naturales, da la bienvenida de una manera silenciosa y majestuosa.
A pesar de la quietud, puedo sentir la energía pulsante de la vida dentro de la cueva.
El cachorro Furling, aún sobre mis hombros, parece relajarse, sus colores ahora reflejando una serenidad que se mezcla con gratitud. Mientras me acerco a la entrada, la luz que se filtra entre las hojas ilumina el umbral de la cueva, invitándome.
Motivo: Exterior
Tirada: 1d6
Resultado: 3 [3]
Las raíces de la entrada parecen cobrar vida mientras nos adentramos en el túnel de acceso, como si estuvieran en constante movimiento. A medida que avanzo, la tierra bajo mis pies parece susurrar una bienvenida silenciosa, como si el propio suelo deseara abrazarme.
El suelo se adapta a cada paso, las raíces se entrelazan formando patrones ondulantes, como brazos extendidos que se extienden para recibirnos. La sensación es asombrosa; es como caminar sobre un tapiz vivo, una alfombra de raíces que me guía más profundamente en el santuario natural de los Furlings.
Motivo: Localización 2
Tirada: 1d6
Resultado: 6 [6]
A medida que avanzo, el ambinete se carga cada vez de más humedad, como si las paredes y el suelo exudaran la esencia misma de la vida. La penumbra se cierne sobre mi, y mis sentidos se ven limitados por la oscuridad que nos rodea.
En un momento, el túnel se ensancha, llevándonos a una estancia redonda donde las paredes parecen palpitar con la humedad, creando una atmósfera densa y misteriosa. La única iluminación proviene de la tenue luz que se filtra desde el túnel de entrada, revelando sombras danzantes en las superficies lodosas.
Siento la presión reconfortante del cachorro Furling en mis hombros. Su agarre es firme, como si reconociera el cambio en el ambiente y buscara ofrecerte seguridad. La humedad en el aire parece intensificar la sensación de conexión con la cueva y sus misterios.
Motivo: Localización 3
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
Mientras avanzo por la estancia redonda, siento que el aire se vuelve más denso, como si la humedad estuviera tomando forma tangible a mi alrededor. De repente, tropiezo con una irregularidad en el suelo, y antes de que pueda reaccionar, me precipito al suelo. El aire abandona mis pulmones en un suspiro repentino, y la oscuridad de la estancia se cierne sobre mi.
Me esfuerzo por mantener al cachorro Furling a salvo, girándolo para protegerlo con mi cuerpo. La sensación de ahogo me envuelve, y por un instante, el pensamiento de la muerte parece rozar mi mente.
Sin embargo, en medio de la desesperación, el cachorro Furling emite un sonido peculiar. Un ronroneo suave, seguido de un intento de imitar el canto melódico de sus mayores. Aunque en tu estado, apenas puedo comprender sus palabras, algo en su tono tiene un matiz cómico.
Me hace reír. La risa, aunque débil al principio, es como una bocanada de aire fresco, y milagrosamente, siento que mi aliento regresa.
Con dificultad, me incorporo, aún sonriendo gracias a la ocurrencia del cachorro. Juntos, encontramos la manera de salir de la estancia redonda, avanzando hacia una nueva área de la cueva árbol. La humedad persiste, pero el ambiente cambia.
Estamos en una arcada, y la sensación es asombrosamente diferente. Aquí me siento como en casa. Un zumbido suave impregna la habitación, como una canción de cuna que acaricia mis sentidos. El cachorro Furling, después de su pequeño acto heroico, se acomoda contra mi espalda y comienza a dormitar.
Motivo: Desastre
Tirada: 2d6
Resultado: 1, 5 (Suma: 6)
Mis ojos exploran la nueva estancia, y pronto identifico un objeto peculiar. En el suelo descubro algo orgánico, pero seco. El cachorro me dice que es un corazón de Demonioca. Su forma retorcida y oscurecida sugiere que ha estado aquí durante mucho tiempo.
El Furling, aún descansando en mi espalda, observa el corazón con curiosidad. Con una expresión cambiante en su pelaje, me cuenta que ha aprendido de sus mayores acerca de las propiedades únicas de estos corazones. Según las tradiciones furling, sumergir este corazón seco en agua durante siete días resultaría en el nacimiento de una Demonioca. Si trituro a esta nueva criatura y la consumo disuelta, recuperaré toda mi salud.
Tomo el corazón con cautela, sintiendo su textura seca y frágil en mis manos. La idea de que este objeto pueda tener propiedades curativas me llena de curiosidad. Decido guardarlo dentro de mi traje, consciente de que esta reliquia podría ser valiosa en mi travesía.
Retornamos a la estancia redonda...
Motivo: objeto
Tirada: 2d6
Resultado: 4, 5 (Suma: 9)
En un instante, como un destello de luz a través de las sombras de la amnesia, soy alcanzado por un recuerdo fugaz de mi planeta natal. En este recuerdo, el clima se manifiesta de manera inolvidable.
El cielo se extiende como una paleta interminable de colores cambiantes, fusionándose en una danza eterna entre tonos cálidos y fríos. Las nubes, en lugar de ser simples masas blancas, son espirales de gas y luz, girando en patrones hipnóticos que desafían toda lógica. Cada espiral es un torbellino de climas, desde la suavidad de una brisa cálida hasta la furia de tormentas eléctricas.
El aire es diferente, llevando consigo fragancias únicas que cambian según la hora del día. En la mañana, la dulce fragancia de las flores se mezcla con la frescura del rocío, mientras que al caer la noche, el aroma de especias y hierbas inunda el aire. Las estaciones, si es que existen de la manera convencional, se entrelazan en una danza sin fin de cambios sutiles y exquisitos.
En este mundo, la naturaleza se expresa en formas y colores desconocidos, creando un paisaje que desafía la imaginación. Los cuerpos de agua reflejan la luz de múltiples soles, y la flora se adapta a las condiciones cambiantes con una diversidad asombrosa. Los sonidos, una sinfonía de melodías alienígenas, llenan el aire en armonía con los fenómenos climáticos únicos.
Este recuerdo, aunque breve y fragmentado, me revela que mi hogar no era solo un lugar, sino un lienzo viviente donde el clima y la naturaleza se fusionaban en una experiencia sensorial única. Aunque la amnesia persista, esta visión efímera me proporciona una gran calidez y esperanza.
Motivo: Pregunta
Tirada: 1d10
Resultado: 5 [5]
Continuo explorando las profundidades de la cueva árbol, avanzando con el cachorro Furling a mi lado. De repente, nos encontramos en una inesperada sala de trofeos. La luz del sol, filtrándose de alguna manera a través de grietas en la cueva, irrumpe en la estancia, haciendo que me aprietes los ojos debido a su intensidad inesperada.
La sala está adornada con trofeos de antiguas batallas y hazañas. Las paredes están revestidas con pieles de criaturas exóticas, y armaduras deslumbrantes reflejan la luz solar. En pedestales, descansan objetos inusuales y reliquias que hablan de historias y victorias pasadas.
El cachorro Furling, intrigado, explora la sala a tu lado, olfateando y examinando los trofeos con curiosidad. Al observar los objetos expuestos, sientes la presencia de la historia impregnada en cada rincón. Sin embargo, la luz del sol en esta sala parece fuera de lugar, como si esta área hubiera sido olvidada por la oscuridad que domina la cueva.
Entre los trofeos imponentes de la sala, medio oculto y casi olvidado, descubro un objeto intrigante: la pata de un ave, con garras afiladas y plumaje aún visible. Una inscripción pequeña y delicada revela su misterioso propósito. 'Si es reventada ante alguien, te amaran por una jornada. Hay 1 entre 6 oportunidades de que, en su lugar te odien con toda su alma'.
La guardo junto con el corazón seco, preguntándome en que extraño tipo de coleccionista me convierten estos objetos.
Motivo: Localización 3 bis
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
Motivo: Localización 3 bis
Tirada: 1d2
Resultado: 2 [2]
Motivo: objeto
Tirada: 2d6
Resultado: 6, 2 (Suma: 8)
Por algún extraño motivo, el cachorro me mira y dice: - No me había dado cuenta de que eras un mentiroso, muy mal de tu parte, pero no se lo diré a nadie.
Motivo: Tras loc 6
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
Motivo: desastre
Tirada: 2d6
Resultado: 3, 1 (Suma: 4)
Desastre:Todos me toman por un mentiroso, hasta mis amigos más próximos. Durará hasta que beba un galón de agua salada.
Al abandonar la sala de trofeos, nos encontramos en una sala majestuosa y silenciosa: la sala de guerra. Aunque no hay ni un alma, un aura de orgullo impregna cada rincón. Las paredes están adornadas con tapices que narran las glorias de las batallas pasadas, mientras que las armaduras y armas alineadas cuentan historias de hazañas y valentía.
El suelo resuena ligeramente bajo nuestros pies, como si las memorias de antiguos conflictos resonaran en la piedra misma. Aunque no hay nadie presente, el orgullo de las victorias pasadas parece impregnar el aire, creando un ambiente de respeto y reverencia.
Los estandartes de tribus Furling cuelgan con majestuosidad, ondeando en una brisa imaginaria que parece llevar consigo el eco de batallas lejanas. La sala está iluminada por una luz tenue y dorada que se filtra a través de rendijas en la cueva, destacando las glorias grabadas en las paredes.
Aun así, todo aquello a mí me huele a podredumbre, ni más ni menos.No me gustan estas salas, peor procuro no transmitirle mi malestar al cachorro ¿Dónde estará su guardería?
En el corazón de la sala de guerra, aparece inesperadamente una figura joven y ambiciosa. - Ese es Boo-New.- Me susurra el cachorro al oído, escondiéndose a mi espalda.
La postura de este joven Furling denota una determinación que desafía las tradiciones establecidas. - No se atiene a las viejas normas y está decidido a forjar su propio camino hacia la grandeza, o eso dice siempre.- Continua explicándome el renacuajo peludo.
Boo-New, con ojos centelleantes de ambición, se gira hacia mi con una sonrisa desafiante. Viste una armadura hecha de la piel de un dragón de niebla, lo que le otorga una presencia imponente. En sus garras sostiene una maza, mientras un escudo descansa en su espalda. No hay duda de que este joven guerrero está listo para cualquier desafío, ya sea en un duelo poético o en el fragor de la batalla.
- ¡Hola, forastero!- Exclama Boo-New con confianza, - ¿Vienes a unirte a la revuelta contra Boo-Boh y su autoridad obsoleta? Estoy aquí para cambiar las cosas, y no temo enfrentarme a cualquier desafío, incluso si viene de un intruso como tú.
Boo-New no tarda en compartir sus ambiciones conmigo. Quiere convertirse en un héroe de los Furlings y derrocar a Boo-Boh. Mientras habla, su mirada audaz revela una feroz determinación.
Si soporto su cháchara, que se me hace incomprensible, llena de sospechas y complots, es por mantener al pobre cachorro alejado de su mirada para librarle de problemas. Consigo caminar de espaldas mientras le doy la razón y empujo a la bola de pelo hacia otra sala, intentando librarnos de él cuanto antes. El alago y su mente, de natural distraído, parecen estar de nuestra parte.
Motivo: Próxima sala
Tirada: 1d6
Resultado: 3 [3]
Continuando con nuestra huida, llegamos a un mirador en lo más alto del lugar. La atmósfera aquí es única; el aire se siente denso, como si estuviera sumergido en la esencia misma de la cueva. La presión en el ambiente nubla mis pensamientos, haciendo que pensar con claridad sea un desafío. El cachorro Furling se esconde a mi espaldaa, sintiendo la extraña intensidad del lugar.
El mirador se abre ante mi, revelando un panorama impresionante. Desde esta elevada posición, puedo ver el intrincado tejido de los bosques de pieles, las sombras danzantes y la vastedad del cielo que se extiende hacia lo desconocido. La luz tenue que se filtra a través de las hojas crea una atmósfera mística y surrealista.
La experiencia de observar el mundo desde lo alto es verdaderamente asombrosa.
Motivo: siguiente sala bis
Tirada: 1d6
Resultado: 6 [6]
Al volver sobre nuestros pasos, volvimos a terminar en el cuarto de guerra, casi topándonos de nuevo con Boo-New, peor logramos esquivarlo a tiempo.
Motivo: next room?
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
Motivo: next room?
Tirada: 1d6
Resultado: 3 [3]
Motivo: next room?
Tirada: 1d6
Resultado: 5 [5]
Con el cachorro Furling aún en mi espalda, decido tomar otra ruta, topándonos, por fin, con la guardería...
El lugar parece resonar con el murmullo de pequeñas risas y juegos. Coloco al cachorro en el suelo cuidadosamente. En un instante, la pequeña criatura rueda por el suelo y se une alegremente a sus hermanos y hermanas, que juegan en grupos pequeños. La sinfonía de alegría surgida del reencuentro entre amigos es contagiosa, incluso a los más serios de los Furlings.
Rodeado por la energía efervescente de los cachorros, que parecen asombrados por tu presencia, hago una cabriola para despedirme de mi pequeño amigo, antes de que sus mayores se enfaden. Los renacuajos saltan alegremente a mis pies, curiosos y ansiosos por jugar. Sus colores parpadean con entusiasmo, y sus ojos brillan con la fascinación de lo desconocido. Es como si mi llegada hubiera traído un toque de magia a la guardería. Miran las plantas y pequeños seres que salen del cuello de mi traje, sin miedo.
Me despido de los cachorros, quienes, en su ingenuidad y alegría, aún no entienden completamente quién o qué soy.
La separación de mi nuevo amigo me hace sentir inquieto, pero aun así, he de partir, puede que para no volver a verlo nunca más... O quién sabe...
Desciendo desde la guardería por una enredadera, yendo a dar a la entrada de este majestuoso árbol madriguera, donde me encuentro con un nuevo Furling adulto.
Es Boo-Gre, el anciano de la tribu, cuyos hombros llevan el peso de décadas de poesía y batallas. Su silueta encorvada revela la carga de la experiencia acumulada a lo largo de los años.
Boo-Gre, a diferencia de la energía juvenil que acabo de dejar atrás en la guardería, emana un aura de amargura y profunda decepción. Observa con ojos penetrantes y desencantados a la generación más joven, a quienes considera luchadores mediocres y poetas de segunda categoría.
Ya nos habíamos visto antes, el hombre tenía miedo de mi apariencia inicialmente, peor terminó escribiendo una poesía sobre nuestro primer encuentro y vino en mi busca para recitármela, volviendo a coincidir cordialmente algunas veces más.
Le confieso por qué he descendido por la enredadera desde la ventana de la guardería, y el anciano me mira desconcertado, como si no me creyese, pero al momento se mete en una nueva divagación poético-bélica que le hace olvidar por completo mi llegada, pero sintiéndose muy agradecido por tener a alguien que escuchase una de sus batallitas.
A mi vez, y aprovechando que nadie parece creerme desde hace un rato, le cuento a mi vez otra batalla lírica, como si fuese una continuación de la suya, y le animo a escribirla y corregirla a su antojo, aprovechando el momento en que toma papel y lápiz para tomar nota, para alejarme con paso rápido.
Aquella pequeña aventura había sido divertida, pero tengo que dejar constancia entre mis cosas de aquellos flashes que había recordado sobre mi mundo natal. Puede que nunca volviese a él, puede que ni tan siquiera quiera hacerlo, teniendo todos los Reinos de los Cielos para ser explorados y disfrutados, pero aquel pequeño pedazo de pasado me hace sentir reconfortado.
A saber qué nuevas maravillas me depara el mañana, pero temiendo por otros posibles encuentros, algo más peligrosos, no dejo de introducir el corazón seco de Demonioca en una jarra llena de agua, esperando que esta se regenere y me pueda ayudar en caso de ser herido, y también pongo a buen recaudo la garra de ave, preguntándome si realmente sería capaz de hacer uso de tan peculiar reliquia.
Motivo: Cómo me siento?
Tirada: 1d2
Resultado: 2 [2]
Motivo: Quién?
Tirada: 1d6
Resultado: 1 [1]
Motivo: me recuerda? 1s 2n
Tirada: 1d2
Resultado: 1 [1]
Motivo: digo la verdad? 1s 2n
Tirada: 1d2
Resultado: 1 [1]