Partida Rol por web

Decido quedarme en la estación. No tengo buen recuerdo de los Egipcios.

Así pues, a las 18 coges el tren con destino a El Cairo. El viaje discurre sin incidentes y una hora después llegas a la estación de El Cairo, al bajar del tren descubres que la estación hiede a estiércol, es sumamente desagradable, además decenas de soldados británicos van de aquí para allá.

Puedes ir a:

- Puerto

- Aeropuerto

- Tiendas

- Hoteles

- Otros lugares donde dormir

-Mercado de Fuzira

- Comisaría de Policía

-Universidad Al-Azhar

- Museo de El Cairo

- Hospital

- Puestos de comida callejeros

- Tiendas

Me dirijo a un hotel.

Al pagar al taxista que te deja en el hotel, te das cuenta de que aquí realmente la vida está tirada de precio. El tío te cobra medio dólar por un trayecto de más de veinte minutos, pues... esa es otra. El tráfico de El Cairo es un caos.

Al entrar en el hotel, algo hace que te detengas...

Notas como un grupo de extraños te está vigilando desde la otra punta del vestíbulo, o al menos lo parece. Uno de ellos, se tapa la cara con algo que no aciertas a distinguir, sientes además... como una presencia extraña en el vestíbulo. Te encoges de hombros y tras reservar te diriges a tu habitación y a los pocos segundos de cerrar la puerta, ésta se abre de sopetón tras un golpe (puede que una patada), en la habitación entran dos hombres:

un hombre bajito empuñando una extraña daga y un hombre bastante más alto vestido con un manto provisto de capucha que le tapa la cara, son los que viste en el vestíbulo.
 

El hombre se abalanza sobre ti empuñando su daga pero logras esquivar su ataque.

Reaccionando lo más rápidamente que puedo, y tras esquivar por los pelos su ataque, saco mi pistola y apunto con mucho cuidado, alejando los remordimientos.

Maldita sea, es su vida o la mía.

El disparo acierta en el pecho del hombre, tirándolo hacia detrás. El hombre bajito queda tumbado bocarriba, cada vez que intenta respirar emite un gorgoteo sangriento.

Mientras, el hombre de la máscara avanza hacia ti.

No puedo evitar que los recuerdos de la guerra vengan a mi cabeza como una cascada rugiente y poderosa, parece como si de nuevo estuviera allí...

Dios mío, los disparon suenan igual... Igual...

Como si a través de los años los sonidos separados por el tiempo fuesen iguales, con la misma cadencia infernal, el mismo destello de fuego, el olor a pólvora y a carne quemada cuando la munición ahonda en su objetivo...

Cerrando los ojos disparo al hombre que avanza hacia mí, mientras su compañero se ahoga en una agonía inhumana, a la que, en nombre de mi conciencia, debo poner fin...

Disparas con los ojos cerrados, cuando vuelves a abrirlos el hombre está frente a ti, ahora puedes verle que los ojos del hombre están apagados y desprovistos de vida, no es un ser humano.

Bajas la mirada mientras recargas el rifle y ves a su espalda , en la pared , el impacto de los trozos del cartucho. ¡ EL DISPARO LE HA ATRAVESADO !

Completamente horrorizado, acosado por los recuerdos que se agolpan y profundamente perturbado y asqueado por la horrible visión que tengo ante mí, no puedo sino comenzar a llorar, tirando la escopeta al suelo y agachándome junto al cuerpo que hace un momento tenía vida... Y que ahora, gracias a mí, ya no la tiene...

Mientras estás sentado llorando cual niño sin su juguete, la figura se acerca y te agarra con sus dos manos alrededor del cuello, el contacto con él te asquea y un terror irracional invade lo más profundo de tu alma, impidiendo moverte. El hombre aprieta con una fuerza sobrehumana y comienza a estrangularte, poco a poco notas como todo se va volviendo oscuro a medida que el aire deja de llegar a tu cerebro y tus pulmones hasta la oscuridad absoluta... FIN.