Consigues huir de la policía, no importa donde estés, una noche mientras duermes no cesas de darte vueltas, retorciendo las sábanas como si fueran cuerdas alrededor de tu cuerpo.
Sueñas con criaturas que rezuman un icor pútrido por cavidades esparcidas a lo largo y ancho de su cuerpo amorfo. Ves como las cavidades se abren y cierran , y después gritas en silencio al ver que un ojo hambriento y taciturno descansa en cada una de ellas.
Te despiertas con un escalofrío y en el breve segundo de lucidez que te resta te das cuenta de que no estabas soñando, es indudablemente, el FIN.
Fin de la partida, el artefacto se ha perdido para siempre y además de perder este investigador pierdes la aventura.