Partida Rol por web

Sombras de venganza

02. Noches de infamia

Cargando editor
24/10/2021, 10:41
Narrador

Yegor tomó a Zhenya entre sus brazos, intentando contenerla a ella y a sus emociones, pero la pelirroja superó su abrazo y echó a correr como no lo había hecho nunca. Atravesó el centenar de tentáculos que inundaban la capilla y que se doblegaban a su paso como si no fueran más que negros juncos, y también a los traidores, aun sorprendidos por lo que acababa de ocurrir. En su huida incluso pisoteó el cadáver del hieromonje que les había guiado a la capilla, y que tan noblemente había perecido junto a su señora, y después siguió corriendo, embistiendo una puerta y otra, y otra, y otra… atravesando a toda velocidad los pasillos por los que había caminado con Kristina esa misma noche, tratando de asimilar que ya no estaba… y cuando cruzó el umbral que la sacaba del monasterio, despertó.

Notas de juego

Despiertas en tu refugio. 

Cargando editor
26/10/2021, 22:36
Zhenya Makarova

Zhenya se despertó con la sensación de estar ahogándose, algo que era absurdo a tantos niveles que se habría muerto de vergüenza si alguien la hubiese visto abrir los ojos con los labios separados tratando de coger aire. Las décadas se deslizaban con rapidez y sin embargo, aquellos resquicios de humanidad que estaban grabados en su genética, en su comportamiento, en su ser, no parecían disminuir lo más mínimo. Había logrado cierto grado de insensibilidad al respecto pero en ocasiones como esas, donde su subconsciente tomaba las riendas y daba libertad a la marea contenida, le era imposible. Por suerte, se encontraba sola en su cama, en aquel apartamento reforzado que se había tomado muchas molestias en dejar fuera de los libros. Resopló con fuerza y dejó de respirar, incorporándose poco después con una energía renovada dejando entre las sábanas el mal sabor de todo aquello.

No era la primera vez que aquellos sueños invadían las horas del día, pero en la noche tenía otras preocupaciones que atender. Se vistió y arregló con ceremonia, componiendo la máscara de quién era en aquel instante, en aquella ciudad y bajo aquel gobierno. Las cosas habían cambiado mucho y en su mente sólo había espacio para una cosa: sobrevivir. En eso estaba poniendo todo su empeño, forjando una nueva versión de sí misma que encajara entre aquellos lobos con piel de cordero.

Media hora más tarde, vestida con un traje de dos piezas y el maletín en la mano, salió por el portal haciendo una llamada a su ghoul. Decir que confiaba en él era un salto algo precipitado, pero la seguridad que le daba el vínculo sanguíneo que poseía con ella hacía que confiase en él más que en nadie más.

Necesito que me recojas.