Próxima actualización.
Sabado 28/9(o antes si postean todos)
(Quienes no hayan posteado serán pnjotizados desintegrados)
Sirril enarcó una ceja al escuchar las palabras de la mujer, no esperaba nada aparentemente normal pero sin duda aquel requerimiento sobrepasaba la imaginación del vulcano. La extravagancia de aquellos seres no parecía tener límites y disfrutaban tratando a los demás como meras marionetas en el juego de su existencia.
Al oficial se le ocurrieron varias cosas que pedir a la mujer Q aunque las guardo para si, sabía bien que el precio de cualquier petición podía ser demasiado alto, aunque hay algo que quiso añadir.
- Desconocemos si la Ruby de este universo es realmente de aquí o de otro, aunque nos ayudó en cierto momento... tan solo sálvele también a ella bien sea aquí o donde quiera que vaya.... estoy listo.
—Coincido con Sirril. Salve a Ruby también si resulta ser de nuestro universo de origen. Respecto al encargo, nos encargaremos de cumplirlo al pie de la letra.
No le preocupaba parecer un bicho raro delante de Ruby, Bert y Becca. Los tres habían conocido antes a Queenie y supondrían que, de actuar de una forma extraña, habría una explicación lógica y razonable. Del mismo modo, esperaba que la capitana De Alba también supiese entender la situación.
Respecto al encargo de Queenie, todo parecía indicar que se trataba de una broma pesada. Aunque no era la primera vez que una de sus misiones terminaba teniendo un motivo oculto y trascendental que, en ese momento, resultaba indescifrable.
—Por cierto, Sirril. Sé que no soy quien de exigirte explicaciones, pero me gustaría saber más sobre tu encuentro con los En’Ar. Prometo no revelar cualquier información que consideres confidencial. Como xenoantropólogo, me siento intrigado por tu experiencia y creo que tu testimonio podría ser muy enriquecedor.
Luego de oír a ambos Vulcanos, la “mujer” conocida como Queenie lleva una mano a su frente anticipando una jaqueca.
-No. No es vuestro universo. Y no es mí obligación. Sin embargo deben saber que estará bien, cooperando con esos brutos... -
Responde a ambos, para luego despedirlos.
- Tan solo sigan las señales y estarán bien. Adiós mis niños... – se despide guiñando un ojo para luego chasquear los dedos.
Entonces todo resplandece y luego de eso Staafar y Sirril desaparecen de allí, para jamás regresar a ese universo (¿O si…?).