Partida Rol por web

Asentí ante los comentarios de mis compañeros... resultaba difícil tomar la iniciativa estando ausente el sargento... Gabi y yo lo echábamos en falta más que nadie. Era lo malo de estar acostumbrado a obedecer órdenes... no sabíamos como actuar cuando había que darlas, y más ante un grupo tan heterogeneo, con civiles y militares de otras nacionalidades... 

Me instalé pues en la comodidad de dejar a los demás hacer, al fin y al cabo, habían sobrevivido fuera mucho más que toda la base Cid, y sin armamento ni formación. Merecían ese voto de confianza.

Antes de intervenir me centré en tomar mi ración de champiñones... con cierta repugnancia, pues nunca había soportado el sabor a ajo, no esperaba encontrarlo en la isla de Man, desde luego que no... pero tampoco era plan de despreciar el desayuno que nos había brindado sir William.

Bien Silvia, si tú coges el toyota con Eilean, yo cogeré el Range Rover y haré de cebo para los zombies, trataré de juntarlos a todos y llevarlos al sur, donge Gabi bloqueará el puente una vez pasemos. Luego me abandonaré el coche y regresaremos a pie. Fácil. 

En ese momento recordé un detalle...

Yisus, al comienzo de la pista de servicio hay una verja de entrada a las pistas. Creo que es el mejor sitio para salir con el rebaño, el más cercano a donde queremos llevarlos. Derríbala en primer lugar con la compactadora, luego podrás dar rienda suelta a la picadora - dije con una sonrisa.

Dos veces, dos veces le pedí a Yul que me llenase el plato con champiñones... me encantan. Hacía mucho tiempo que no los probaba, y probablemente cuando nos largáramos de aquí no volvería a hacerlo... y además, Elena odiaba el ajo, este sin duda era un buen momento para comerlos, habida cuenta de que no compartiríamos ningún habitáculo en las próximas horas.

De acuerdo, queda entonces por decidir quien se encarga del combustible, y por eliminación, quedáis vosotros, chicos - dije, dirigiendome a Marc y a Benito.

Coged el Chrysler, si quitamos los asientos de atrás deben de caber al menos 4 barriles de combustible, si a eso sumamos otros cuatro que pueden cargar Eilean y Silvia, ¿será suficiente para llegar a Inverness? - dije, preguntando a nuestro piloto.

Ante el gesto afirmativo de éste, continué.

Si sir William os acompaña y alguno de los dos cisternas que hemos visto arranca, dejad el coche allí y traeros directamente el camión... ¿os parece? 

Yul, a la vez que afirmaba que acompañaría a mis compañeros me ofreció llenar nuevamente el plato con los últimos champiñones que quedaban. Sonreí y decliné...

Si tomo más exploto... gracias.

Bien... yo bloquearé el puente. Elena, Hay un parque de bicicletas siguiendo el curso del río hacia el norte. Por ahí cruzaré el pequeño puente y me encontraré contigo. Inutilizaré el paso de las vías del tren que hay junto a “nuestro” puente, por lo que no será una vía de escape viable.

Suerte, amigos.

Y repasando mi equipo abandoné la instalaciones encaminándome a pie hacia el sur.

Benito se recuperaba como podía del daño sufrido en la cantera, en parte gracias a los cuidados del Yisus y Diana. Pese a que aún estaba dolorido, el ibuprofeno le había ayudado a que se sintiera mucho mejor.

-Nosotros nos encargaremos de reajustar el Chrysler para que quedan los barriles -indicó el catedrático, dirigiendo una mirada a Marc. La idea de Gabi había sido buena. Quitando los asientos traseros aseguraban un mayor espacio dentro del vehículo y después podrían traerse directamente-. ¿Cómo te ves para conducir? Yo... No estoy seguro de que pueda llevarlo bien, aunque puedo intentarlo.

Se quedó unos momentos en estado de "shock" cuando el camión aplastó a los dos despojos que le tenían contra las cuerdas; por unos momentos, no parecía enterarse de lo que había pasado... y es que ver un atropello en primerísima fila, aun siendo de esas carcasas sin alma y con hambre, seguía siendo algo para lo que no terminabas de prepararte, al menos, todavía... cosas de ser humanos y tal.

Ayudó a levantarse al pobre desgraciado de la pata rota, que el hijoputa no quería separarse de su bici... joder que si la tenía cariño... lo mismo era un recuerdo de familia o algo así; el caso es que meneó la cabeza cuando se enteró de como se abría la puerta... tócate los cojones, pensó... ya podía avisar o poner un puto cartelillo, que los zombis no debían saber leer...  bueno, si lo ponía en inglés,... lo mismo turistas como él no sabían leerlo, también era cierto... pero joder, una flecha. ¿Qué le habría costado? ... pues poco, y mira que podía haber ahorrado disgustos.

Intentí hablar con el cojo, sonsacale de donde venía, si había más peña por ahí... no se, algo, pero el tío estaba a lo suyo, a quejarse de los dolores... y no era de extrañar, porque al rato perdió el sentido... para siempre, rato arriba, rato abajo.

Lo que fué otra jodienda... fue lo de Eilean... cuando se enteró, se quedó a cuadros... joder... no sabía ni que decir... la pobre estaba en trance de irse al otro lado -y volver hecha un zombi-. En silencio, observó como los que sabían de estas cosas, intentaban salvarla la vida, cortando la hemorragia, y a la espera de que no se convirtiese en otro mierda andante de esos...

... eso le recordó una cosa...

Se acercó al cuerpo ya sin vida del tío patirroto... joder... mira que se había jugado la vida por él, para terminar haciéndole semejante feo... En fín... sin pensárselo mucho... un hachazo a la cabeza, y un "descansa en paz, tronco", que no era plan de que se levantase de repente a buscar su bici de nuevo... que este era capaz de segir encelao con la "burra" en vez de hacer como los otros zombis, buscar carne.

Ya de vuelta de su labor humanitaria, asistió al intento de cauterización de la herida de la escocesa... Joder... esto parecía el siglo de mari castaña, que te hacías un roce, y la palmabas; o eso o te amputaban. Lo siguiente... sanguijuelas, seguro.

Un día triste, triste de cojones...

... al menos el Sargento parecía que había vuelto a la vida... pero la buena, no la otra...

Tengo un 18, ¿qué tiene Marc?