Partida Rol por web

De acuerdo Gorrin. ¡Vosotros! poneos a ese lado del pasillo, sentados en el suelo y con la espalda contra la pared.

Al pasar hacia las consolas paró un segundo junto a Puerquins y le susurró

Las órdenes de Wedge eran claras, pon el blaster en aturdir y que te vean, no piensen que los vas a ajusticiar

Aturda a todos los imperiales que se rindan y liquide a todo el que oponga resistencia. 

Dicho esto, bajó las escaleras de la sala y se dirigió a las consolas...

Tengo una idea, a ver si puedo modificar el sistema de intercomunicación de los TIE. Voy a activar el traductor automático para que lo que diga cada uno se traduzca a un idioma diferente, preferiblemente uno que sólo se hable en la octava constelación. Probablemente consiga que se descoordinen y con un poco de suerte el caos los inutilizará.

Joshua encontró una escotilla que subía a los niveles superiores, allí se encontraban los puestos de artillería de las armas de la corbeta. Teeubo le siguió. Afortunadamente al llegar encontraron a un oficial imperial muerto y a una docena de artilleros aturdidos. Tyria y Voort se encontraban en la habitación amontonando a los imperiales aturidos.

—¡Está hecho! —la mujer sonrió—. Sólo se nos resistió el oficial, pero creo que han bloqueado los cañones... o los han puesto en mantenimiento o algo, no van. ¿Cómo ha ido todo en la sala de máquinas? Decidme que no vamos a saltar por los aires.  

Kevin comenzó a hurgar en las consolas, buscando la manera de ayudar a que los cazas TIE que había fuera no tomaran venganza de la corbeta en un último acto de desafío. Cosa que por las vibraciones e impactos que se notaban era de temer.

Lo que encontró fue el premio gordo, ¡Un sistema de autodestrucción de los TIE a distancia! Además de uno simplemente de apagado para dejarlos muertos en el espacio. El sistema no extrañó tanto al piloto. Con el ascenso de la Nueva República, las fuerzas imperiales se encontraban con frecuentes deserciones y traiciones... los oficiales paranoicos instalaban estos sistemas en cuanto podían. 

- Todo bien en la sala de maquinas - contesta Jhosua bajando su arma y permitiéndose una sonrisa - Creo que hemos tomado el control de la corbeta. Solo queda el problema de los TIES de ahí afuera, pero no creo que sean un problema. Aún no ha llegado nuestra hora.

Lo que encontró fue el premio gordo, ¡Un sistema de autodestrucción de los TIE a distancia! Además de uno simplemente de apagado para dejarlos muertos en el espacio.

- ¡Mira! Resulta que yo esperaba tomarles un poco el pelo y ahora puedo dejarlos calvos...

Iba a contárselo a Puerquins, pero no estaba seguro, así que decidió contarle sólo una parte.

- Gorrin, creo que lo tengo, dejarán de ser una amenaza para nosotros y ¡qué ironía! van a probar su propia medicina...

Pulsó el botón de confirmación de la orden y de inmediato todos los TIE fighters redujeron su velocidad, se detuvieron y en unos segundos desapareció todo rastro de energía de ellos, como si estuvieran en el hangar, dormiditos.

A continuación encendió el comunicador y dijo con orgullo,

Comandante Antilles, la sala de máquinas está controlada y todos los TIEs han sido desactivados. El combate es nuestro.

Teeubo meneó nerviosamente los Teku al ver que las torretas estaban bloqueadas. La mecánica no era lo suyo y si dependían de su habilidad para desbloquearlas, lo iban a pasar muy mal. Afortunadamente los TIE se detuvieron por sí mismos.

Sí, ese era Wedge Antilles. Seguro que les había convencido para que se rindiesen o se uniesen a las fuerzas rebeldes sin realizar un sólo disparo. Oh!, Antilles sí que era un humano carismático. Cada día lo admiraba más.

Comandante Antilles, la sala de máquinas está controlada y todos los TIEs han sido desactivados. El combate es nuestro.

Los segundos fueron pasando y pronto se escuchó al comandante.

—Hemos visto que quedaban muertos en el espacio. Al que lo haya hecho, buen trabajo. Estamos en el Hangar, traigan a todos los prisioneros aquí. Disparen a cualquiera que no se rinda...

Había un torrente interminable de órdenes. Tenían que trasladar prisioneros, tenían que avisar a la Nueva República de su captura. Encontrar un tanque de Bacta, o directamente la enfermería. Acabar de capturar a toda la tripulación imperial, crear unas celdas (o ampliarlas)...

Pero la victoria, aunque costosa, era mucho más amplia de lo que pensaban, además de conseguir una corbeta corelliana fuertemente mejorada entera, los ordenadores y las claves de la nave estaban a su disposición, no las habían ni borrado... los próximos días serían los más importantes de sus vidas para los jóvenes pilotos de la Alianza. 

Jhosua comenta tranquilamente:

- Voy a explorar la nave, a ver si encuentro algo que nos sea útil. - mientras enfunda su arma y empieza a registrar la zona en la que esta.

El joven pasa varias horas recorriendo la nave, se presenta voluntario para cuidar a los prisioneros, y en general hace cualquier cosa que se le ocurra o le manden. Todo menos estar ocioso.

—Hemos visto que quedaban muertos en el espacio. Al que lo haya hecho, buen trabajo.

- ¡Gracias, señor! ¡He sido y.. un gran trabajo en equipo!

Kevin, aprovechando que había trasteado por los entresijos de control de las consolas de la sala de máquinas intentó sacar algo extra de la situación.

- A ver si junto a los manuales del control remoto TIE han dejado alguna cosa más interesante... ¡Vaya! Estoy en racha... abrió el comunicador de nuevo Wedge, parece que no les ha dado tiempo a borrar la información clasificada. ¿Envía algún droide a transportarla o se la envío a algún comunicador?

Cerro el comunicador y siguió trasteando

Gorrin, mira, si cambiando estos parámetros de aquí puedo manejar la corbeta desde este Joyestick.

Movió la palanca suavemente a la derecha mientras tiraba hacia sí de otro deslizador y la corbeta empezó a moverse suavemente como un Tauntaun bien educado pero sin oler tan mal...

 ...vamos a encuadrar a los TIEs en este ventanal, ¿les hacemos un calvo? aunque no sé si podremos con este mono.

Gorrin, una vez que la nave estaba asegurada, no sabia que hacer. El era piloto, no mecánico. En cuanto Shopito reparó uno de los Ala-X se presentó voluntario para estar en el caza patrullando y protegiendo la corbeta a lo que nadie se opuso. Al fin y al cabo era un trabajo poco agradecido: sólo, en una cabina pequeña, sin nadie con el que hablar y sin poder sentarse en un sillon de la sala común de la corbeta a descansar.

Gorrin pasó el tiempo en el caza, haciendo piruetas dentro y fuera de la cabina.

Anda, si es Gris 2... El de la Twi'Lek... El traje este de vuelo se podía abrir aqui...

Puerquins le dió al botón de piloto automático y el caza se movió en linea recta durante minuto y medio.

Joshua se encontraba en su salsa. A él le gustaba capturar presas y no había presa más grande que una nave. Muchos de los imperiales tenían pequeños objetos y créditos que se pudo quedar. Lo hizo disimuladamente, porque por alguna razón, pensaba que Wedge lo desaprobaría. Pero había recogido una pequeña fortuna. El único que le vio hacerlo fue Squaky el droide, que le guiñó un ojo y le ofreció invertir en acciones de unas nuevas compañías de minería de asteroides que emprendía Lando Calrrisian que sin ninguna duda no podían fallar. 

Kevin se encontró siendo responsable de la sala de máquinas. En una nave tan grande había muchas estaciones que controlar y teníais pocos técnicos (y menos mal que en la lanzadera habían ido seis con vosotros). Entre el puente, el puente auxiliar, comunicaciones, la sala de máquinas, la sala de armas y la estación de soporte vital, estabais más que ocupados. 

Gorrin no sabía que hacer, y desde luego no había nadie para reparar los cazas X. Todos los técnicos estaba ocupados. Eso sí, le permitieron comenzar a entrenar en uno de los cazas TIE, y patrullar los alrededores de la nave hasta que llegaran refuerzos de la Nueva República. 

Aquellos imperiales no parecían dispuestos a colaborar. Quizá ni siquiera sabían donde estaba el tanque de Bacta y a Theseus le quedaban pocos minutos de vida. Puede que Zurrel tuviese un compartimento secreto donde guardaba en exclusiva un tanque para él.

Desesperada corrió hacia el cadáver del capitan y fingió examinarlo.

-Computador central, he encontrado pulso débil. El Capitán Zurrel sigue con vida, solicito que acudan las unidades médicas a la bodega de carga con extrema urgencia.

Dos minutos después  aparecían dos droides médicos que nadie sabía de donde habían salido y a los que sólo hubo que seguir para llegar hasta el preciado tanque.

Durante un instante, Theseus fue capaz de abrir levemente los ojos pero solo vio burbujas frente a él y se notaba flotar.

¿Se estaba ahogando? ¿Había muerto finalmente y se había vuelto uno con la fuerza, su ser alzado por miles de midiclorianos llevándole a saber dónde?

Fue levemente consciente de que una parte de su cuerpo tenía que dolerle pero le costaba recordar dónde.

 ¡Eh, mirad, ha abierto los ojos! - exclamó soltando una lluvia de migas y trocitos de chocolate sobre el cristal del tanque bacta. - Os dije que este tipo tenías pelotas para salir adelante... bueno, es un decir, ya sabéis que es una expresión, ^{_{ya me callo}}, ^{_{de verdad}}.

Uno de los droides médicos apartó sin miramientos a Puerquins para comprobar la pantalla que monitorizaba las constantes vitales y administró un nuevo sedante mientras el otro droide médico mandaba un aviso a Squaky, quien parecía estar llevando las apuestas sobre el resultado final de Quinn.