Chicos para que la partida funcione tenéis que postear. Tenéis como máximo hasta el día 04/10 o tendré que anularla por inactividad.
Temblaba... Todo me temblaba, pero sin vacilación respondí, por el bien de mi hija no iba a plantearme algo tan nimio como la juventud, si se diera el caso sería capaz de dar mi propia vida por ella.
Me levanté y me abrí de brazos como quien espera una puñalada, cerrando los ojos:
-Absorve mi energia, no me importa si es por el bien de nuestra hija. Adelante. -No paraba de temblar, mi voz era entrecortada.
Master, yo suelo contestar cada 3 días, día arriba día abajo. Si mi ritmo no es el correcto lo entenderé. Por otra parte en esta ocasión estaba esperando a Link por el ritmo que estábamos llevando.
Al oir cual sería el precio a pagar miré a Zelda con seriedad y miedo, no iba a permitir que se sacrificara ella, ya lo había hecho más de una vez por Hyrule. Si a alguien tenía que pasarle algo malo, en esta ocasión, era a mi. Me interpuse entonces en el camino entre Zelda y Baba
-¿Por qué no mejor obtienes algo de mi? - Miré de reojo a Zelda intentando no quitarle un ojo de encima a aquella bruja - Zelda se ha sacrificado bastante en su vida, por Hyrule, por la luz, por la trifuerza... en cambio yo, no he sacrificado nada. Soy el guerrero del tiempo, el salvador de Hyrule, el rey del mismo y el padre de una futura reina. Estaría bien que por una vez cambiaran las tornas, hazme sufrir a mi y no a ella. - Realmente aquellas palabras eran las más sinceras que podía decir para tratar de evitar que a Zelda le hicieran daño alguno, aunque tampoco sabía las consecuencias que supondría aquello, y si el sacrificarme supondría un dolor mayor para Zelda y nuestra hija.
Lamento la tardanza, pero bueno en el off ya he indicado el porque de mi ausencia, siento no haberle pedido a Carlas que te lo comunicara Zero
La bruja miró a Link con malicia.
- No quiero nada de ti, valiente guerrero - comentó con algo de burla.
- Igual si quieres sacrificarte lo que deberías hacer es respetar la voluntad de tu reina ¿o quieres llevarte todo el mérito? - ¿estaba aquella envejecida mujer haciendo una broma o estaba criticando ácidamente la actitud del rey de Hyrule.
- Mi petición está ya puesta "sobre la mesa", de ustedes depende que sigamos adelante con el acuerdo o que intentéis regatear en vano mientras la vida de vuestra hija pende de un hilo - se cruzó de brazos desafiante.
- ¿Tengo su permiso, alteza? - dijo mirando a Link como para obtener su "aprobación" para seguir adelante con la petición que había hecho a la reina.
Por una vez, sentí algo peor que una puñalada. Las palabras de la bruja, si bien eran hirientes por el hecho de indicar que me llevaría yo el merito en lugar de Zelda, también eran muy ciertas... Desde siempre ví el sacrificio de Zelda por el sufrimiento que ha tenido que soportar y pero también llevaba consigo el merito de lograr todo el bien que había en Hyrule por años...
Me aparté tras aquella pregunta pidiendo permiso, habiendo flaqueando por primera vez en mucho tiempo. Mi mirada se dirigió al suelo y mis puños se cerraron con rabia al ver lo impotente que estaba por no poder hacer nada en esta situación. Y por otro lado tenía que pensar en nuestra hija... aunque ya todo quedaba en manos de Zelda.
Ella se había decidido y yo había respondido ante la bruja sin decir palabra alguna.
Link intentaba salvarme, como siempre, era la persona en la que más podía confiar y me lo demostraba en cada ocasión, sentí una paz indescriptible en mi interior. La contestación de Baba por otra parte me pareció muy desagradable.
-Usted para ser tan conocedora y poseedora de sabiduría, se permite el lujo de juzgar las acciones de Link. Link es una persona capaz de darlo todo por los demás, honorable y bueno. No consentiré que se dirija así a Link; por lo que veo las dos estamos interesadas en hacer el trato, así que si quiere que haya trato al menos puede tratarnos con más respeto.
Estaba cabreada, me cabreaba que alguien intentara tirar por tierra todo el esfuerzo, sudor y sangre que Link no duda en ofrecer sin pedir nada a cambio.
Agarré fuertemente uno de los puños de Link mientras le miraba a los ojos:
-Te agradezco que siempre estés ahí para ayudarme, esta vez me toca a mi hacerlo. Le ofrecí una sonrisa sincera y pura.
La bruja asintió en silencio como dando a entender que entendía "vuestras condiciones"; ya no había marcha atrás, se supo en el instante que colocó sus huesudas manos sobre las sienes de Zelda.
- Ahora... ahora relájate niña... piensa que haces esto por un bien mayor... sí... mucho mayor... - Baba Yaga cerró los ojos y comenzó a murmurar algo. Los sonidos eran indescifrables pero tenía todo el aspecto de formar parte de un ritual.
Las velas que había alrededor vuestra comenzaban a parpadear como mostrando que algún tipo de fuerza sobrenatural estaba allí ejerciendo su poder como aliada hacia la bruja.
Zelda pudo sentir como el ritual tenía efecto. Notaba que había algo dentro de ella que se lo estaban arrebatando ¿su vitalidad?¿su energía¿su alma? Eran grandes incógnitas ahora.
Por momentos la reina comenzó a sentirse débil, pero sabía que tenía que resistir o todo habría sido en vano. El papel de impotente observador por parte de Link tampoco era agradable.
De repente, todas las velas se apagaron y Zelda sintió que las manos de la bruja dejaban de posarse en ella... ¿había acabado todo?
Como por arte de magia, las luces de las velas volvieron a encenderse.
Baya Yaga ya no estaba, en su lugar había una mujer de tez morena que sonreía de manera picaresca mientras contemplaba sus propias manos.
- Parece que vuestra parte del trato se ha completado - dice sonriente.
Zelda ha perdido un punto de vida de manera permanente (ya le he actualizado la ficha)
Todo transcurrió más deprisa de lo que parecía, cuando Baba Yaga puso las manos en mi sien sentí un escalofrió que se llevaba parte de mi, de mi alma, de repente me sentía muy cansada, mareada, hasta tenía la vista algo borrosa, cuando pude volver a mirar a Baba Yaga vi que era otra persona aparentemente muy diferente, tenía muchos años menos y rebosaba vitalidad, en cambio yo me sentía más cansada que nunca.
Intenté poner mis pensamientos en orden y centrarme a lo que realmente habíamos venido, un poco de cansancio no me iba a detener, se pasó por mi cabeza por unos instantes que podía ser todo una trampa y que Baba Yaga no cumpliera su parte del trato, pero era la única opción que teníamos, tenía que confiar.
-Ahora te toca a ti cumplir la tuya. ¿Dónde está nuestra hija y la trifuerza?
Gracias al apoyo de Zelda al responderle a la bruja y el que pusiera su mano sobre mi puño, me tranquilizaron y calmaron, pensaba que la impotencia de no poder hacer nada frente a ello me haría mella, pero no… esto era algo que solo Zelda podía hacer… aunque quisiera cambiarlo. Le devolví la sonrisa a pesar de la preocupación que tenía en mi mirada.
Durante el proceso, el ritual de Baba Yaga, no pude evitar volver a apretar mis puños varias veces, incluso hacer el amago de llevar mi mano a la espada maestra… pero tenía que aguantar. Zelda estaba dando su mejor esfuerzo en ello y yo tendría que hacer lo mismo. Y entonces todo terminó, Zelda parecía estar bien dentro de lo que cabía y… - ¿Baba Yaga? ¿Esa es la bruja? ¿Q-qué es lo que ha hecho?
-Cariño ¿Estás bien? – Tras hacer la instintiva pregunta, tomando a Zelda por los hombros, luego le tocó a la bruja. – Cumple lo prometido.
La mujer comenzó a tocarse sus propias mejillas mientras no borraba la sonrisa de su rostro.
- Si os planteáis dudas que sepáis que soy la misma persona que con ojos rejuvenecidos os mira con alegría - se acercó de manera provocativa a Link
- Si no estuvieras casado seguro que podría demostrarte en más ámbitos donde ya sí que no soy la misma de antes... -rió y se separó para ir a buscar algo.
- Soy una mujer de palabra... os daré vuestra justa recompensa... - con mucha vitalidad y casi tarareando una canción, Baba Yaga rebuscó dentro de su viejo arcón.
- Esto no es.... esto tampoco - comentaba mientras se oía de fondo el sonido de objetos moviéndose.
- ¡Sí, la encontré! - dicho aquello se acercó de nuevo a ustedes.
En sus manos tenía un artefacto bastante común ¡se trataba de una flauta!
- Tomad... es vuestra... - comentó mientras os la ofrecía con delicadeza.
- Esta flauta os llevará directamente allá donde vuestro destino os tiene reservado un lugar... aunque a veces sea mejor alejarse de lugares así - os contempló con interés.
Me levanté rápidamente aunque aún mareada y cogí casi arrebatándosela de las manos, la flauta a Baba Yaga.
-Estoy bien pero vámonos de aquí ya por favor, no soporto a esta mujer que nos trata sin respeto alguno. Estaba apenada y cabreada por la reciente insinuación a Link y por la forma general que había tenido de tratarnos, -¿Esto es lo que se debería esperar de una bruja?, quizás aún me faltaba mucho por conocer de este mundo.
Sin mediar más palabra me dirigí hacia la salida, la simple estancia en ese lugar se me hacía muy desagradable y quería irme lo más deprisa posible.
Al ver reaccionar a Zelda de una manera tan brusca, me sorprendí, pero rápidamente salió del lugar con la flauta en mano. - Zelda es la única a la que amo, así que olvidate de tus malos pensamientos. Ya has cumplido lo prometido, adios. - Y definitivamente salí con Zelda de aquella cabaña.
Al salir la agarré por los hombros poniendome tras ella - Tranquila cariño. No dejes que las palabras de esa bruja te perturben, pues no me afectan en nada. Solo te quiero a ti. Bueno, a ti y a nuestra hija. - tras ello la abracé tiernamente para que se tranquilizara, y tras ello le dí la vuelta para mirarla a la cara - Ahora averiguemos como funciona esta flauta. - Miré la flauta entre sus manos pero... no tenía ni idea de que hacer - ¿Se te ocurre algo?
Baba Yaga antes de que os marcharais, intentó despejaros las dudas.
- Infravaloráis mi parte del acuerdo sus majestades - dijo con algo de retintín.
- Lo que debéis hacer ahora, para así calmar vuestras conciencias, es cogeros de la mano y que alguno de ustedes sople pensando en el lugar donde deseáis estar. Intentad que vuestras ideas sean claras puesto que una mala interpretación puede ser fatal - rió
- ¡Ah! y cuando volváis a vuestro castillo no olvidéis darle recuerdos de mi parte a mi hermana Impa - con una risilla picarona Baba Yaga desapareció en una nube de humo. Ahora estabais completamente solos en su choza con aquella misteriosa flauta en vuestro poder. ¿Habrá merecido la pena el sacrificio?
Paré en seco ante las palabras de Baba Yaga, -madre mía no me puedo creer que esta mujer sea hermana de la venerable Impa, pero la verdad es que nos acaba de dar información muy útil, supongo que al fin y al cabo ha cumplido con el trato.
-Cariño, puede que esta sea nuestra oportunidad para resolver la situación, creo que es más fácil centrarnos en la imagen de nuestra hija y que la flauta nos lleva a donde esté.
Tendí la flauta hacia Link para que la cogiera él.
-Hazla sonar tu mi amor, estoy segura de que nos conducirá al lugar adecuado.
Seguidamente cogí la mano a Link con determinación. Mirándole a los ojos buscando su complicidad.
-Debemos tener las ideas claras, imaginemosla hasta con la misma ropa, la ultima vez que la vimos llevaba ese vestido azul que tanto la gusta, el pelo semirecogido y los pendientes que la regalaste por su cumpleaños. Si hay algún detalle más en el que estés pensando házmelo saber para que podamos imaginar exactamente la misma imagen.
¿Acaso la bruja no sabía cuando callar? Pero al menos la información que nos daba era valiosa - ¿Como Impa no nos advirtió de este detalle tan puntual? De saber que Baba Yaga era la hermana de Impa... igual le hubieramos pedido consejo a la propia antes de venir a verla a ella.
Pero eso ya daba igual. Teniamos lo que veniamos a buscar y ahora solo faltaba llegar a nuestra hija, y a la Trifuerza... Puede que fuera un pensamiento egoista pero... en ese momento estaba pensando en anteponer a Zelda antes que la Trifuerza. No podía perder a nuestra hija. Y parecía que Zelda, mi reina y amor, también lo haría. Tomé la flauta con confianza y la miré a los ojos mientras me decía como deberiamos rememorar a nuestra hija y en mi mente se iba formando la imagen de ella sonriendo... aunque no pude evitar agregarle un detalle.
-Quizás, yo le añadiría una pequeña cosilla. Es una tontería y puede que no te guste pero... no puedo evitar el recordar como intentaba imitarme muchas veces. - obviamente me refería a cuando empuñaba su espada de madera - Le gusta mucho esa espada. - Sonreí un poco sintiendome raro al pensar en ello - ¿Te parece bien? - agarré fuertemente su mano mientras escuchaba su respuesta - Esperemos que esta flauta funcione. - una vez estuviera de acuerdo pensaría en ella y soplaría por la flauta - Zelda, ya vamos.