Partida Rol por web

La mujer evidentemente parecía estar muy agradecida de que aceptaseis su regalo.

Abristeis con cuidado el pequeño cofre para comprobar que en su interior había un objeto que a simple vista parecía sencillo; se trataba de una vela con una particularidad muy especial: siempre permanecía encendida y su fuego no quemaba. ¿Era acaso un simbolismo de justo lo que necesitaba vuestro reino?¿Luz en los días de oscuridad?

-pero, esto es... - hace años que link no veía aquel objeto tan singular, asombrado recordo como la primera vez que sostuvo una espada encontró una vela similar a esta, sino es que era la misma - siempre me pregunte que fue lo que le sucedio - al pasar su manl por la llama una sensación agradable recorrió su cuerpo - tan, cálida - monto su caballo y emprendió su camino de vuelta junto a zelda, observando como tenía cuidado, podía observar su preocupación por tetra en su rostro, después de que subiera a su corcel apresure el paso, escuchaba el ruido de las olas, no sabía con exactitud a donde nos dirigiriamos, pero al llegar sabría como abrir el camino, no hay obstáculo que no pudieran enfrentar juntos. 

La expresión de Link le llamó la atención, ella no recordaba haber visto una magia como aquella, pero las palabras de su esposo le daban a entender que no era la primera vez que tropezaba con un objeto como aquel, o mejor dicho, el mismo objeto de su pasado. -Será realmente útil en el camino.- Admitió Zelda, pues intuía que en el pantano la oscuridad sería una temible compañía. Ahora, con aquella pequeña luz de esperanza, se sentía más preparada.

Guardó el pequeño cofre con su preciado objeto en una de las alforjas de su montura, y volvió a subirse a él. Casi al mismo nivel que su esposo, emprendieron la cabalgata para intentar retomar su curso. Pronto fueron recibidos por el olor a salina y el romper de olas en la lejanía, frente a ellos. A lo lejos se podría ver el fulgor de la luz del sol rebotando sobre la inmensa extensión de mar, y no tardarían en llegar a sus costas. ¿Que peligros esperaban por ellos en aquel lugar, interponiéndose en su camino hacia el pantano?

Dejasteis atrás el pueblo que acababais de salvar, ahora con el rumbo fijo; llegasteis hasta la costa, donde el inmenso mar os separaba de continuar el paso por el pantano.

Era evidente que a nado era imposible cruzar aquella masa de agua, sin embargo no todo estaba perdido puesto que un poco de pericia solventaría cualquier contratiempo. Con maña y tiempo, podríais elaborar una pequeña balsa que os ayudase a cruzar las bastas aguas hasta el otro lado. A fin de cuentas tan solo eran 2 kilómetros que con buen hacer serían superados.

Después de algún tiempo, el paisaje del océano se impuso ante ellos, pero algo le preocupaba a link ¿Cómo podríamos cruzar aquel cuerpo de agua? Rodearlo seria demasiado tardado y nadar muy complicado o peligroso, pero en eso recordo que no era la primera vez que encaraba ese problema - una balsa! - dijo a su esposa, bueno la primera vez que uso una, extrañamente estaba en una mazmorra, pero seguro no es tan difícil realizar una con sus propias manos, por lo que se dispuso a recorrer la zona en busqueda materiales que pudieran servir, cortar algunos troncos de ser necesario, con su fuerza y la astucia de zelda no seria problema.

Poco a poco, se dio cuenta que era más difícil de lo que parecia, cortar madera, prepararla, apilar, revisar detalles, era mucho trabajo en realidad, muchas veces debió usar su ingenio para sortear acertijos, pero esto no era uno de sus puntos más fuertes - es más difícil de lo que parece, debo reconocer el trabajo que realizan en la costa esos pequeños pueblos - sin duda esperaba que su esposa fuera más habilidosa que el, aún que se volcará sin duda usaria hasta el último aliento que le quedara para cruzar hasta el pantano. 

Zelda desmontó de su caballo una vez se acercaron a la costa, donde un mar en calma se interponía entre ellos y su siguiente destino. Mientras la reina pensaba sobre las distintas opciones que pudieran tener, Link hizo una propuesta curiosa. Si, sería la mejor forma, aunque tendrían que dejar los caballos allí. De todas formas había dudado que sus monturas podrían avanzar a través del pantano... En seguida comenzó a realizar los cálculos necesarios para poder armas una balsa lo suficientemente resistente para dos personas adultas.

Harían una balsa con vela, pero le pondrían remos, pues no sabía si el viento estaría a su favor. Fue indicando a su esposo los materiales que les haría falta; para la vela amarró su propia capa al mástil, de manera que pudiera abrirla y cerrarla según soplara el viento. Dos ramas largas con hojas atadas en la punta serían los remos, utilizar las lianas que pudieran encontrar como soga resistente para poder atar los maderos, y tener extra por si era necesario más adelante. El proceso era lento, pero trabajando juntos podrían lograrlo. Finalmente, luego de atar el último madero, retrocedió unos pasos para ver lo que habían creado. Sólo esperaba que resistiera todo el camino.

Tras dedicar tiempo, mucho esfuerzo y bastante pericia; los reyes fueron capaces de construir una balsa que podía soportar tanto su peso como ser viable a la hora de funcionar en el agua.

Ahora tan solo se necesitaba arrastrarla al ancho mar y comenzar a remar rumbo al pantano. No debería ser un trayecto demasiado largo pero estaba claro que sin la ayuda del transporte hubiese sido prácticamente imposible.

Sin duda la inteligencia de su esposa lo había sorprendido, con su ayuda y esfuerzo logramos crear una balsa lo suficientemente buena para transportarnos - buen trabajo - dice sonriendo a zelda, el sudor en su frente caiga por su rostro, pero finalmente estaba hecho.

El mar se alzaba ante ellos, sentia apenas una sensación cálida del agua, se dispuso a colocar ramas y pequeños troncos bajo la balsa para facilitar su transporte, lo último que les faltaba era que algo le sucediera - permiteme - digo mientras comienzo a trasladarla al agua - no te preocupes, iremos por tetra, sube conmigo, los caballos estaran bien son criaturas fuertes - dice mientras extiende su mano a zelda. 

Sonrió a la felicitación de su esposo. -Ha sido esfuerzo en equipo.- Respondió ella. Estaba orgullosa de lo que habían creado, de alguna forma le recordaba los obstáculos que habían tenido que enfrentar juntos durante todos los años que tenían reinando sobre Hyrule. Miró una última vez a los caballos, soltando un suspiro luego de las palabras de Link. Se acercó a ellos y pasó su mano sobre sus lomos.

-Si no volvemos pronto o se ven en peligro, vuelvan al castillo.- Les dijo. Sabía que eran criaturas inteligentes y que conseguirían alimentarse por si solos, y que si era necesario sabrían como regresar. Fue hasta la balsa, tomó la mano de Link y se subió a ella, preparada para el viaje.

Ahora había llegado el momento de la verdad, echarla al agua y probar si realmente era estable.

Una vez todos dentro, la balsa se mantuvo a flote ¡eso era fantástico! Con el impulso necesario la balsa se adentró en el ancho mar, navegando a ritmo lento pero seguro.

El viaje transcurrió con normalidad, sin embargo en mitad de la travesía un fuerte oleaje sacudió la zona.

Llegasteis a temer tanto por la misión como por vuestra vida, pero un buen trabajo siempre tiene una gran recompensa, eso significó que el haber elaborado la balsa con suficiente pericia y tiempo conllevó a una resistencia y estabilidad que os ayudó a sobrepasar aquellas olas que podrían haber sido fatales.

Ahora el pantano quedaba a la vista, vuestro objetivo estaba aún más cerca: el encuentro con Baba Yaga

De pie junto al mástil, donde el viento empujaba la tela y los hacía avanzar con velocidad, Zelda miraba hacia el horizonte, su cabello ondeando en la misma dirección que lo hacía la vela. Se sentía cansada por el viaje a caballo, y sin embargo estaba atenta por si alguna criatura del mar intentaba atacar también su pequeña embarcación. Si los monstruos de antaño habían regresado, ningún lugar estaba completamente a salvo, ni siquiera las profundidades del océano.

A medio camino el mar pareció embravecer, la reina cerró entonces la vela para evitar que entre el viento y el mar terminaran por volcarlos, y en vez de eso se posicionó al otro lado del remo, para mantener el barco estable mientras intentaban cruzar el peligroso oleaje. Respiró tranquila al comprobar que las ataduras habían soportado aquel inesperado cambio del terreno, y por fin relajó su postura cuando frente a ellos se extendió la vista del pantano. Se giró a mirar a Link.

-Ya estamos más cerca.- Le dijo con voz esperanzada. No sabía que peligros encontrarían más adelante, o que pediría la bruja Baba Yaga a cambio de su ayuda, pero ya estaban a menos de averiguarlo, y cada paso dado era uno más cerca de encontrar a Tetra.

El viaje había sido muy agitado, link como pudo sostuvo la cuerda de su mástil improvisado, como si domara una bestia trato de dirigirla mientras zelda hacía contrapeso, su esfuerzo en conjunto logro pasar la situación.

Al pasar la tormenta, con la lluvia en su rostro y ropa mojada, observo como el paisaje se aclaraba y poco a poco aparecia a lo lejos la tierra del pantano - cierto, al fin estamos aquí - el tiempo para el fue eterno durante la tormenta, en su mente rondaba las ideas de cuando zoras y monstruos marinos asomaban su rostro y le arrojaban desde piedras, hasta fuego. Sin duda se sentía mejor al pensar que su viaje no tuvo ese tipo de problemas - esperemos que Baba yaga responda nuestras dudas -