De manera fulminante la bruja miró a la reina.
- Comprobemos entonces si realmente estáis a la altura de lo que pido... - sonrió mientras se acercaba más.
- A veces los precios a pagar no se calculan en oro, joyas o incluso tierras. Hay veces que algo tan limitado como nuestro tiempo es la mejor moneda de cambio - rió para sus adentros.
- Os ayudaré si consentís sacrificar parte de vuestra juventud... oh reina de Hyrule - su semblante se tornó funesto. Baba Yaga parecía sacada de la peor de las pesadillas.
- Dejadme absorber parte de vuestra energía y os daré lo que necesitáis para proseguir... juro que no morirá en el proceso... - drásticamente comenzó a frotarse las manos; desde que dijo esas palabras no dejó de mirar a Zelda.
Mientras la bruja se acercaba, Zelda sintió la necesidad de retroceder, pero con mucho esfuerzo se mantuvo en su sitio. Sin embargo buscó la mano de Link junto a la suya, a su lado se sentía más valiente. En ese momento, era justamente valor lo que más le hacía falta. Sintió la mirada terrible de la bruja sobre ella, junto a una petición inesperada, terrible...
Pero necesitaban la ayuda. Parte de su vida por la salvación de su hija, era para ella un precio justo. Apretó un poco más la mano de su esposo, y apartó la mirada de los ojos de Baba Yaga, aunque sentía aún sus ojos sobre ella. No confiaba por completo en la bruja, pero algo le decía que cumpliría su promesa. No moriría. A veces la muerte no era lo peor...
-Link... Pase lo que pase, salva a nuestra hija.- Pidió con voz dulce. Puso su mano en su mejilla, antes de apoyar su frente a la suya. Respiró profundo. Valor. Se separó entonces de él y se giró una vez más hacia la bruja. -Acepto tu precio.- Dio entonces un paso al frente, y esperó.
Sus ojos quedaron sorprendidos al escuchar a la bruja, se preguntó si sus oidos estaban bien ¿acaso quería robarle la juventud a su esposa? ¿A la reina de hyrule? Sin duda la avaricia viene en muchas formas distintas.
Link supo lo que sentia zelda, era en verdad admirable el sacrificio que esta a punto de realizar, era algo que no podía ignorar así como así a lo que dio un paso al frente y puso su brazo un momento frente a zelda - espera! ¿Acaso no hay algo más que desees? - sin duda podría ser la pregunta más estúpida que pudo haber hecho, pero la experiencia le había enseñado que había que intentar lo posible antes de aceptar lo peor como la única opción.
La bruja miró a Link sonriendo.
- Un hermoso gesto el de protegerla, pero si no has escuchado bien ella ha tomado una decisión y deberás respetarla ¿no crees? - dicho aquello miró de nuevo a la reina.
- No hay nada más que quiera salvo lo que he solicitado... en vuestra mano queda si aceptáis o que os tenga que invitar a que os marchéis -
¡Aceptar el trato!
Salir de la cabaña
Una sonrisa triste se dibujó en los labios de Zelda al escuchar a Link, una vez más dispuesto a protegerla de cualquier mal que la amenazara. Cerró los ojos unos instantes, recordando cada momento juntos, cada peligro que habían enfrentado y cada vez que él había estado allí para ella. Pero esta vez no podría cambiarlo.
-Link.- Repitió ella, mirándolo. Había aceptado ya su destino, y sería muy difícil que él pudiera convencerla de lo contrario. -Hyrule estará a salvo de todo mal mientras haya una princesa Zelda. Una princesa.- Le recordó, y esta vez le tomó las manos. Tetra aún era joven, pero era el futuro del reino. Ella era más importante, mucho más importante; no sólo por Hyrule, sino porque era su hija, su pequeña. -Baba Yaga ha dicho que no moriré. Creo en esas palabras. Creo en que podré acompañarte hasta la pelea final... Después de eso, no importará, porque Tetra estará a salvo. Y tú serás fuerte por ella, ¿verdad?- Lentamente volvió a soltar las manos de su esposo. -Confío en ti... ¿Confías tú en mi?-
Mi voto es para aceptar.
La tristeza invadió a link al escuchar las palabras de zelda, lo hizo recordar cuando la conoció y ella era la princesa en ese entonces, hace mucho tiempo que algo no lo hacía sentir así de vulnerable, pero si zelda estaba dispuesta a aceptar, entonces no había mucho que decir - confío en ti - dijo después de un suspiro mientras la observaba a los ojos, esperando que todo saliera. Acto seguido link decide apartarse a un lado recoge la vela mágica que estaba en el piso y la sostiene mientras observa apretando los puños, ese sentimiento que tenía, era de impotencia.
Esta bien, esta bien acepto
La bruja asintió en silencio como dando a entender que entendía "vuestras condiciones"; ya no había marcha atrás, se supo en el instante que colocó sus huesudas manos sobre la sien de Zelda.
- Ahora... ahora relájate niña... piensa que haces ésto por un bien mayor... sí... mucho mayor... - Baba Yaga cerró los ojos y comenzó a murmurar algo. Los sonidos eran indescifrables pero tenía todo el aspecto de formar parte de un ritual.
Las velas que había alrededor vuestra comenzaban a parpadear como mostrando que algún tipo de fuerza sobrenatural estaba allí ejerciendo su poder como aliada hacia la bruja.
Zelda pudo sentir como el ritual tenía efecto. Notaba que había algo dentro de ella que se lo estaban arrebatando ¿su vitalidad?¿su energía¿su alma? Eran grandes incógnitas ahora.
Por momentos la reina comenzó a sentirse débil, pero sabía que tenía que resistir o todo habría sido en vano. El papel de impotente observador por parte de Link tampoco era agradable.
De repente, todas las velas se apagaron y Zelda sintió que las manos de la bruja dejaban de posarse en ella... ¿había acabado todo?
Como por arte de magia, las luces de las velas volvieron a encenderse.
Baya Yaga ya no estaba, en su lugar había una mujer de tez morena que sonreía de manera picaresca mientras contemplaba sus propias manos.
- Parece que vuestra parte del trato se ha completado - dice sonriente.
Zelda ha perdido un punto de vida de manera permanente (ya le he actualizado la ficha)
Link observo la escena con preocupación e impotencia, un aura espeluznante recorrió el lugar, olía a magia negra por todos lados y era un olor penetrante, sin embargo, las luces se apagaron por un instante ¿acaso los habían engañado? ¿Se abrían llevado a su esposa? La preocupación de link aumento - ¿te encuentras bien zelda? - exclamo link a la oscuridad, pero al instante las luces se encendieron de nuevo y una mujer joven apareció frente a ellos, zelda se veía más pálida que de costumbre, suponiendo que la magia había funcionado, se coloco cerca de zelda por si fuera a desmayarse o algo parecido y observo a la bruja con molestia - ya tienes lo que querías, ahora cumple con tu parte, bruja- la calida y justa mirada de link se posaba sobre aquella mujer con intención de juzgar sus futuras acciones, estaba listo para hacer lo necesario para recuperar la vitalidad de zelda de aquel ser si no cumplía con lo dicho... ya pensaria como ayudarla después si en cambio la información era de ayuda.
Zelda también había cerrado los ojos en el momento que las manos se apoyaron en ella. Aún cuando había elegido, el miedo atenazó su corazón, haciendo que latiera más fuerte, que su respiración se hiciera más rápida. Ni siquiera una reina podría huir al terror que los mortales tenían a la muerte. De pronto fue como si una parte de ella la abandonara, como si el oxígeno dejara su cuerpo. Cuando comenzó a sentir que las piernas no serían capaz de sostenerla, las manos de la bruja se apartaron. Zelda comenzó a caer, pero las manos de Link la atraparon. Estaba aún consciente, pero necesitaría descansar un momento. Se sentía tan cansada...
La voz de una mujer y de su esposo le llegaban de lejos, mientras intentaba enfocar la vista en aquella cabaña y lo que la rodeaba.
La mujer comenzó a tocarse sus propias mejillas mientras no borraba la sonrisa de su rostro.
- Soy una mujer de palabra... os daré vuestra justa recompensa... - con mucha vitalidad y casi tarareando una canción, Baba Yaga rebuscó dentro de su viejo arcón.
- Ésto no es.... ésto tampoco - comentaba mientras se oía de fondo el sonido de objetos moviéndose.
- ¡Sí, la encontré! - dicho aquello se acercó de nuevo a ustedes.
En sus manos tenía un artefacto bastante común ¡se trataba de una flauta!
- Tomad... es vuestra... - comentó mientras os la ofrecía con delicadeza.
- Esta flauta os llevará directamente allá donde vuestro destino os tiene reservado un hueco... aunque a veces sea mejor alejarse de lugares así - os contempló con interés.
La reina iba recuperando de a poco el sentido, aunque aún se sentía sin fuerzas. Mientras la mujer rejuvenecida frente a ellos se inclinaba a cumplir con la parte de su trato, Zelda se separó de los brazos de Link para poder reposar unos momentos sobre las sillas que habían abandonado unos minutos atrás. Escuchaba; como si hablaran a lo lejos, debajo del agua, pero los escuchaba. Y al grito de celebración de la bruja levantó la mirada para ver en sus manos lo que parecía ser una simple flauta de madera. Dejó que fuera su esposo quien la tomara, aunque escuchó las vagas instrucciones con curiosidad.
-¿Hay alguna tonada en especial? ¿O sólo hay que tocarla para que haga efecto?- Preguntó, y se sorprendió del sonido de su voz, apenas un susurro, como si tampoco sus labios tuvieran fuerzas para transmitir sus palabras. Sin embargo, no se iba a dejar vencer, no aún. Así que con algo de esfuerzo se puso en pie, colocándose junto a Link, esperando que se les indicara lo que debían hacer ahora. ¿Estaban preparados?
Los ojos de link se posaron con extrañesa sobre aquel instrumentos que les había ofrecido la bruja y con firmeza lo tomo, ¿acaso tendría propiedades mágicas? - ¿qué clase de tonada debo tocar en este instrumento mágico? - antes había experimentado el poder de la música, pero le preocupaba que las cosas no pudieran salir del todo bien, aunque habían pagado el precio y se había decidido a confiar - ¿como supiste que nosotros vendíamos hasta aquí? Tu magia te lo permitió? O fue el destino? Dudo que sea la primera y última vez que nos veremos - dice observando el rostro de aquella mujer, parecía como mirar un muñeco, con facetas finas por fuera, pero hueco por dentro, era como mirar un extraño espejo, alguien cualquiera se perderia en su mirada.
Baba Yaga antes de marcharse, intentó despejaros las dudas.
- Las cosas a veces son más sencillas de lo que parecen - dijo con algo de retintín.
- Lo que debéis hacer ahora, para así calmar vuestras conciencias, es cogeros de la mano y que alguno de ustedes sople pensando en el lugar donde deseáis estar. Intentad que vuestras ideas sean claras puesto que una mala interpretación puede ser fatal - rió
- ¡Ah! y cuando volváis a vuestro castillo no olvidéis darle recuerdos de mi parte a mi hermana Impa - con una risilla picarona Baba Yaga desapareció en una nube de humo. Ahora estabais completamente solos en su choza con aquella misteriosa flauta en vuestro poder. ¿Habrá merecido la pena el sacrificio?
Impa? A que se referirá la bruja? A caso habra conocido a impa en algún momento? De cualquier forma tenía ahora una nueva pista, link tomo la flauta y se dejó perder en sus pensamientos, un lugar donde desearían estar... No tenía mucha idea de como funcionaria la magia si no era específico con lo que pensaba, por lo cual tomo la mano de zelda y la coloco en su hombro - creo que podríamos intentarlo - dijo a su esposa mientras colocaba el instrumento en su boca y mientras probaba los sonidos que podía hacer, penso por un momento en su queriada niña - tetra... - link cerro los ojos y comenzó a recordar todos los momentos que había pasado con su pequeña y toco la melodía de la familia real, la nana que le cantaba a su niña y que cuando tuvo problemas lo ayudo en el pasado, si no estaba seguro de adonde quería ir, estaba seguro de con quien quería estar.... tal vez eso funcionaria.
No le pasó desapercibida la mención que la bruja hacía de quien había sido su nana, una segunda madre incluso, durante toda su vida. Impa jamás había mencionado a aquella bruja, sin embargo parecía que entre ambas había cierta familiaridad. Sería algo que hablaría quizás más tarde con la anciana protectora, cuando volvieran al castillo... sí volvía al castillo. No pensaba decir nada más a Link para no preocuparlo, pero temía que apenas tendría las fuerzas suficientes para continuar.
Aún así se aferró a su brazo y se acercó a él tanto como pudo, cerrando los ojos y pensando en Tetra. Todo habría valido la pena, si podía verla una vez más, a salvo.