Partida Rol por web

En el momento en el que Ina comienza a sacar el bastón y se dispone a usarlo, Kherlann le detiene con un gesto: ha encontrado algo.

Un segmento del muro que a simple vista parece igual al resto, al tacto parece más fino, más liviano. Con un simple empujón, la pared se separa, de forma muy parecida a como se separó el primer mapa de la mesa, solo que tras el muro no había otro diferente, si no una sala de colores dorados, negros, blancos, marrones.

Montones de estanterías con contenedores de todo tipo se abrían paso a través de toda la sala. Unos parecían cajas de madera, otros jarrones de cristal. Bolas de piedra, cuencos con tapa...

¿Cuál era el que buscaban?

Se oyen susurros. Las almas que están dentro de las vasijas agradecen la compañía. Se respira paz, con el mundo y consigo mismo. Se escuchan voces ancestrales, y voces de niños...

Espera Ina, aquí hay algo...

Se adentró en la sala maravillado por su contenido. Aquellas almas, deseaban que les acompañasen por la esterndad. La sensación era peligrosamente agradable.

Ponerse a buscar sin saber bien qué en aquel maremagnum era una tarea complicada. Miró a sus compañeros, sobre todo a la qephilim, esperando que tuvieran más suerte.

- Vaya.... - Ina se quedó con las ganas de usar por primera vez su juguete. Kherlann había demostrado de nuevo su valía para buscar el camino adecuado incluso cuando literalmente no hay camino. - ¡Bien hecho!

El vivo colorido de la sala le hizo casi olvidarse de lo incomodo de la situación unos minutos antes. Se seguían escuchando voces, ahora susurros. Pero mucho menos amenazantes que los anteriores. 

¿Cómo vamos a localizar aquí nada? ¿Dejó la Reina alguna indicación especial? ¿No verdad? - comentaba con sus compañeros mientras buscaba cuando algo le llamó la atención - ¿Puede que....

La Qephilim aplaude con un mudo asentimiento la penetrante vista de Kerhlann.

- Bien visto Kerhlann, esto podría habernos retrasado bastante, y algo me dice que el tiempo es un factor en esta búsqueda. -

Utuk'ku sigue traspasa el umbral entrando en la grandiosa Cámara Real. Miles de recipientes se agolpan allí, sin llegar a dar la sensación de estar apretados, debido a la extensión del lugar.

- A pesar de que la Reina hablaba de una urna en su "caja de voz", el tiempo que nos llevaría buscar aquí se podría medir en horas. Trataré de acortarlo. -

La Qephilim se concentra intentando percibir los patrones de la sala, en busca de uno extraño, el de un infante que pertenece a otro mundo
 

Ina comprende en seguida que los contenedores tienen cierto orden aunque a simple vista puede no parecerlo. Los más recientes están situados en una estantería que aún no está completa. Se dirige a esa zona y comienza a buscar. Hay cajas, jarros, contenedores que parecen joyeros, bolas de cristal, estatuillas de piedra... Tampoco le cuesta deducir que el continente del alma del niño seguramente sea pequeño, y de madera.

Por su parte, Utuk'ku deduce lo mismo al mismo tiempo usando su "Premonición", y también que siguiendo las voces puede llegar hasta la urna adecuada. Se concentra en las voces infantiles, y la que más le llama la atención es una presencia callada. Da la sensación de que intenta esconderse de los demás.

Aquello le lleva a la zona donde se encuentra Ina observando. Ambos ven un grupo de vasijas curioso, más junto que el resto, casi como si formaran un corro, y en su centro, una urna pequeña, de madera, muy sencilla.

Guiada por patrones que nada tienen de azarosos, Utuk'ku descubre finalmente junto con Ina, la urna. Es curioso como se han dispuesto los otros contenedores de almas cercanos, casi como si quisieran ocultar o amortiguar la presencia de este.

La Qephilim se inclina por un instante observando la urna, y habla suavemente.

- Niño del mundo verde, tu casa te espera, ¿vendrás con nosotros? - Mira hacia los lados por unos instantes, como temiendo algo, más devuelve su atención de nuevo a la urna de madera.

No había duda, eso era lo que buscaban. La qephilim le hablaba reverenciosa y Kherlann se sentía cada vez más incómodo en aquel lugar, era una incomodidad agradable, como cuando se te duerme una pierna, duele pero noquieres moverte.

Sin duda el hechizo, o lo que fuera, de  los espíritus podría nublar su juicio. Se puso en guardia y vigiló que nada les molestase.

Coge eso y salgamos de aquí.

El orden de colocación de los objetos en esa especie de santuario que formaba la Cámara Real era algo que Ina dedujo por pura lógica. Que el alma de un niño debería estar en una urna pequeña fue más un pensamiento al vuelo. El que la urna a buscar fuese de madera fue directamente un pálpito. 

Tiene que ser esta - dice Ina observándola de cerca. Su compañera directamente le habla al alma del niño. Ina acerca su cara a la urna lo más que puede intentando escuchar algún tipo de contestación o un mínimo ruido. Al no lograrlo, se incorpora y con todo el cuidado del mundo agarra la urna para salir de allí cuanto antes. 

En el momento en el que Ina mueve la urna, se oye un gran estruendo, y el suelo tiembla. Algo como un terremoto. El hueco de la puerta se cierra, y el suelo comienza a abrirse, algo así como visteis que se abrió el mapa para dejar paso al portal.

Sin poder evitarlo, caéis a lo que parece el vacío.