El mundo es un lugar horrible para sobrevivir. La comida y el agua se han convertido en artículos de lujo. Puedes conseguir cualquier cosa a cambio de comida o agua. O a cambio de armas. La Guerra demandó tal cantidad de armamento y munición que prácticamente se agotaron para la población civil.
Tener un refugio estable y en medianas condiciones es seguro. Más bien, es seguro siempre y cuando no lo descubran otros. La envidia, al fin y al cabo, es lo que ha movido siempre a la humanidad.
Los que han tenido muchísima suerte han sido aceptados en bandas callejeras que saquean vacías y muertas ciudades, armados con lo primero que han encontrado. Ahora, más que nunca, la imaginación le ha ganado la partida a la tecnología.
Durante la Guerra que enfrentó al mundo contra sí mismo se utilizaron armas que destruían la tecnología que se encontraba en su radio de acción. Así, encontrar un aparacto tecnológico que funcione no es más que un sueño de locos.
Además, por si esto no fuera poco, la Tierra aún sigue furiosa. A los días que calor asfixiante les siguen lluvias torrenciales que no cesan en semanas. Los terremotos y los maremotos se han convertido en algo casi cotidiando.
Este es el mundo en el que os encontráis ahora. Este es el mundo en el que desearíais no haber sobrevivido.