Partida Rol por web

El muchacho te escucha mas que confuso, intentando asumir tus palabras, pero costandole demasiado... Cuando terminaste de hablar y levantaste un segundo la mirada a le viste que estaba como un tomate  aun dandole vueltas a todo...

Tras unos largos segundos de incomodo silencio el te miro y no dijo nada, solamene se incorporo un poco y junto sin pensarlo sus labios con los tuyos, cosa que te hizo averiguar que eran igual de dulces y calidos. Cerro los ojos por la vergüenza de lo que estaba haciendo misntras apoyaba sus dos manos en tus piernas.

Por su forma de pensar en lo que le estaba diciendo, pensaba que había llegado a la concluión de que estaba loca, pero era normal si teníamos en cuenta que su hermano era mi médico y que acababan de sacarnos a las tres de un hospital siquiátrico, pero lejos de desaparecer de delante mía como pensaba que iba a hacer, se acercó y me besó, lo que me hizo ponerme aún más roja que cuando estaba contándole aquello, pero contuve la respiración mientras lo hacía, seguía siendo tan dulce como recordaba, aunque en realidad no le recordara a él o quizás sí...

Estaba confusa, demasiado quizás, pero lo que tenía verdaderamente claro era que no quería que ese beso terminara nunca.

Cuando sus labios se separaron de los tuyos el siguio con su frente sobre la tuya y con los ojos cerrados - Tienes una labios muy suaves y dulces... - Susurro sonriendo mientras abria los ojos poco a poco dejando su mirada en la tuya - Me siento tan raro... es como... como si te conociera de siempre...- Notabas a esa escasa distancia como su corazon iba a cien por hora y como en sus ojos el esperaba que hicieras algo que lo sacara de aquel hechizo en el que se encontraba, de aquella confusion.

Notaba como mis mejillas ardían, teniendo que coger aire pues su gesto incluso me había dejado sin respiración, pero de todas formas, no pude hacer nada que no fuera mirarle a los ojos y escuchar sus palabras mientras se dibujaba una sonrisa en mis labios.

- Podría decirte cualquier cosa, pero no sé a qué se debe esto... aunque... - Me gustaba y mucho así que levanté una de mis manos y acaricié su mejilla, como queriéndoselo demostrar más que decir, pues siempre me faltaban las palabras con los chicos, eso lo tenía claro.

Había pasado de no saber cómo era ninguno a querer que me abrazaran y me besaran contínuamente y aunque no lo entendía, me gustaba su cercanía y que se sintiera asi de atraído por mí.

En ese momento entra Palenki con Astrid de la mano y os mira on una ceja enarcada - Astrid me lo ha explicado tod, es muy raro porque Clarise ni sabia que yo tenia un hermano... - John mira confuso a todos pero no suelta tu mano por nada del mundo. En ese momento baja laura ocn una toalla a la cabeza y un albornoz - Una mierda, esa perra entro en tus sueños sin tu consentimiento profe, y apostaria mis dos manos a que sabia que algo iba a pasar y por eso puso la imagen de tu hermanito... - La verdad es que su teoria tenia bastante sentido, hasta que el joven hablo.

- Eso tiene su logica pero... y la atraccion que siento por Norah - Laura arqueo una ceja y puso los ojos en blanco cogiendo un pieza de fruta y volviendo a subir las escaleras - Pues en todos los libros se habla de flechazos y amor a primera vista ¿no?

No solté la mano de John cuando el resto llegó o más bien, fue él quien no soltó la mía, haciendo que tuviera que bajar la vista y que mis mejillas siguieran totalmente rojas. Apenas respiré, ni me moví mientras soltaban todas esas teorías, pues por si no se habían dado cuenta me estaban incomodando todos con aquello muchísimo. Para mí aquello era tan extraño o incluso más que para ellos, pero tener que ponerse a comentarlo delante mío..

Comencé a sentir muchísimo calor e incluso cómo me faltaba el aire, mientras por mi mente sólo pasaban las imágenes de aquel sueño.

Sin decir nada sobre el tema me puse de pie, ahora sí, soltando la mano de John y apenas disculpándome, salí por la misma puerta por la que habían entrado el doctor y Astrid.

- Disculpadme por favor..

Necesitaba aire, sin duda, todo el que me faltaba allí dentro.

Pasaste unos minutos en aquel gran jardin observando el precioso lago que habia ante tus ojos y refrescandote. Para tu sorpresa cuando la puerta de abrio no eran ni John ni las chicas si no el doctor, que se acerco y se puso a tu lado mirando el paisaje - Se te pasara, han sido demasiadas emociones en poco tiempo - Te dice en tono comprensivo - Si necesitas hablar, desahogarte o consejo... bueno, apreovecha que tiene sun sicologo en casa - Te dice con una sonrisa acariciando tu rostro de forma fraternal.

Levanté la vista para mirar al doctor, pero permanecí en silencio incluso algo después de que el hablara, pues estaba triste a la vez que contenta, molesta a la vez que halagada y no sabía a ciencia cierta cómo me sentía tan sólo que estaba perdida.

- Perdona por haber salido así.. supongo que me incomodaba demasiado la conversación...

Como la primera vez que había visto a aquel doctor estaba siendo totalmente sincera, a fin de cuentas, no es que tuviera nada que esconder.

- Es que a pesar de estar rodeada de gente me siento sola y confundida.. Esto es un asco a la vez que un lugar maravilloso viendo lo que me hubiera tocado de no salir del siquiátrico..

Ahora sí miré al doctor, como si el pudiera tener las palabras que me hicieran no sentirme así.

Palenki sonrie y acaricia tu pelo con una sonrisa - Tranquila, te iras acostumbrando a esto, es normal que esteis sobresaturadas con todo, tu solo intenta relajarte y pasarlo bien el tiempo que puedas... aqui no creoq eu nos encuentren - Te dice con uan sonrisa tan amable que realmente te hace sentir tranquila, No te cuesta saber que es lo que vio y ve Astrid en el.

Por la ventana puedes ver como Laura comienza hacer algo de comer.

La verdad es que un simple gesto de aquel hombre me hizo sentirme bastante más tranquila y mi expresión de preocupación desapareció para hacer que una sonrisa se dibujara en mis labios.

- Astrid tiene mucha suerte.. - Dije para acercarme a él y darle un beso en la mejilla para agradecerle aquello. - Si llegais a casaros algún día me gustaría ser la madrina..

Eché un vistazo hacia la casa y vi como Laura comenzaba a hacer la cena.

- Iré a echarla una mano... creo que la más incómoda con todo esto debe de ser ella..

Me encaminé a la casa, esperando poder ayudarla en algo, pues aunque tampoco había cocinado nada en mi vida, sí que había pasado mucho tiempo correteando por la cocina de mi casa.

Cuando entrar realmente ves que tienes razon, Astrid y John hablan de forma alegre y Laura esta cortando cosas para hacer la comida, pero notas su cuerpo bastante tenso y la mirada algo perdida.

Cuando entrais se gira un poco para miraros pero sigue a los suyo. El doctor al percatarse de la situacion llama a su hermano - Vamos John acompañame a por leña para encender la chimenea de noche. - El muchacho se levanta y ambos salen de alli dejandoos solas.

Ya conocía el mal carácter de Laura pero también sabía que era una de esas personas con las que se puede contar a pesar de ello. Tampoco hacía falta que el doctor me dijera nada más pues a pesar de que a veces podía pecar de inocente, tampoco era tonta, así que esperé a que ambos hombres se fueran para hablarla.

- Me vas a tener que explicar hasta cómo funciona uma cocina. -

La sonreí de manera amable, quizás cómplice.

- Qué es lo que te sucede? Me das algo de miedo cuando pones esa cara..

Laura te miro primero a ti y luego a Astrid - No se que pinto aqui - Dijo sin mas volviendo a cortar las cosas - Los hombres siempre lo complican todo y ahora mismo tenemos dos, y yo soy la unica que sobra - No lo decia con mala intencion pero no era dificil percatarse de ello.

Astrid se acerco y suspiro - No sobras... yo tambien te necesito conmigo...

Ya había supuesto que eso era precisamente lo que la molestaba, pero no quería que se sintiera mal ni mucho menos, casi necesitaba que estuviera bien, quizás porque en lo poco que la conocía sentía que tenía que estar con nosotros.

Cogí de la mano a Astrid y la arrastré hasta Laura, haciendo que la abrazara al igual que hice yo.

- Yo apenas llevo tiempo contigo y ya te considero como una hermana. Imagínate todo lo que te quiere Astrid que has cuidado de ella con tan buen resultado. Sé que no estás nada cómoda con los hombres, pero ya sabes lo que siente ella por el doctor y no sería justo que ahora que ha conseguido tenerlo cerca se tuviera que separar de él... Vamos a seguir estando para lo que necesites y ellos también te ayudarán en todo lo que puedan, pero tienes que dejarte ayudar y cabrearte con ellos.

La di un beso en la mejilla intentando calmarla.

- Quizás también encuentres a alguien que te guste ahora que estás fuera del siquiátrico...

Sabía que me había ganado ya una mala respuesta, pero sonreí divertida.

- ¿ Qué me dices Astrid? ¿ Crees que habrá alguien tan loco como para querer que Laura le muerda de vez en cuando?