- Voy a darte esto Ramiel... - Le dijo entregándole su antiguo amuleto de fortificación de la piel. - Me lo dio Ulrich hace muchos años. Me ha servido bien hasta ahora. - Se acercó encogió de hombros. - Es un préstamo. ¿Entiendes?
Se lo pasó alrededor del cuello. Se alejó dos pasos y le sonrió.
- Pues vamos a por ropa de abrigo. - Les dijo a todos. - Si vamos a las montañas hará frío. Podemos comprar caballos. No creo que sean muy caros...
Lothar asintió cuando Nahyeeda le informó la situación, algo le quedaba claro, el amigo de Nahy pertenecía a una organización o tenía gente a la cual organizar para una pelea, porque nadie se trae un cajón de armas de pata para él mismo. - Nahyeeda, ¿sabes como contactar a las personas a los que tu amigo pensaba entregar las armas? no las necesitaremos todas y sería bueno que alguien en la ciudad se encargue de defenderla si nosotros fallamos en nuestro cometido - inconscientemente jugó con el dije que llevaba en la muñeca, el símbolo que Quamara le había dado para contactar a sus asociados
- Llegado el caso podría contactar a mis asociados para que lo organicen, sólo necesito unas horas para ponerme en contacto con ellos. Piénsalo - intentó recordar la distancia que había entre Byrn Shander y el pico y frunció el ceño - Como sea necesitaremos caballos para llegar allí, si alguno ya posee uno que lo diga, iré a comprar el resto.
Caballo ligero 75 mo
Bridas 2 mo
Alforjas 4 mo
Silla 10 mo
Forraje 2 días 10 pc
Total 91 mo 10 pc
x4 = 364 mo, 40 pc
La mirada de la genasí de fuego bajó hasta el broche con el que Lothar jugaba. La maga abrió mucho los ojos, y extrajo de sus ropajes un emblema idéntico para enseñárselo a Lothar.
—Entonces la muerte caerá sobre ellos en alas de una canción, una canción de engaños sinuosos y prolongados —dijo canturreando en una voz sorprendemente melodiosa—. Y al final... ¡su muerte encaminaremos! ¡Y al final... un arpa sonreirá!
Nahyeeda sonrió y tendió la mano al paladín para estrechársela, en un gesto de contacto físico que no era nada propio en ella.
—Te acompaño. Tenemos que ponernos al día.
Lothar miró sorprendido a la genasi y al símbolo y todo adquirió sentido, pocas organizaciones tenían los recursos para organizarse a pesar de la falta de estructuras fijas como aquella a la que pertenecían. - La melodía de la libertad prevalecerá, y las tiranías perecerán ahogadas en su propia sangre - recitó melodiosamente mientras tomaba su mano y le sonreía.
- Vamos, hay mucho de lo que tenemos que hablar, y no termina con los licántropos. - dijo mientras se levantaba y la escoltaba fuera de la taberna - Nos encontraremos en la puerta norte, - le dijo a sus amigos - o en el mercado si es que tenéis que comprar algo.
- ¿De que puñetas hablan? - Le preguntó Wido a Ramiel por lo bajo al escuchar la extraña conversación sin sentido para él, que estaban manteniendo Lothar y Nahyeeda.
Lo mejor era ni separarse. Separarse solía salir bastante mal en Byrn Shander. Ya habían perdido a Lilandra por ello y puede que también a Hengar, aunque eso no lo recordaba. ¿Cómo habían matado a su colega? Se encogió de hombros.
- ¡Lo que si recuerdo es que fueron las pautas hienas! - Le dijo a Ramiel con rabia, sin que esté supiera de que puñetas hablaba en ese momento. - Te prometo que cuando volvamos nos cargaremos a esas putas ratas... - Miró hacia el suelo y se rascó la cabeza. - Bueno... A las ratas vamos a matarlas ahora y luego si eso ya mataremos a los gnolls...
Y así Ramiel y Wido siguieron a sus compañeros a hacer compras al mercado hablando de sus cosas. Aunque más bien Wido hablaba y Ramiel resoplaba hastiado.