Partida Rol por web

-Amo Wistie, se equivoca de pasillo, ese se adentra aún mas en las ruinas. Este de aqui es el que lleva a la academia.-

Wistie se desvía hacia un pasillo lateral, ignorando la advertencia del droide. 

Caminaba rumiando para si misma su enfado consigo misma, con los robots, con Mark...y con los Maestros. Por otro lado, su vocecilla sensata la convencía de que los maestros hacían lo correcto, pero a Sena le parecía insuficiente. Una violación tan flagrante de las normas no sería tolerada en su planeta natal, eso seguro.

Sin embargo, la voz del peludito amigo la saca de sus pensamientos rabiosos y alza la cabeza mirando a ambos lados hasta que lo encuentra, desviándose de la ruta y estaba...¿olfateando el aire?

-Ah, ¡por supuesto!- dice sorprendida y triunfal, alarga el brazo para tomar a Kanuth por el codo y tira de él hacia atrás.- ¡Vamos Kanuth! Wistie ha encontrado el rastro.- sin perder tiempo y sin preguntarle a su compatriota si estaba de acuerdo con el cambio de planes.

-Pe..pero-. El droide apenas era capaz de asimilar lo estaba pasando delante de sus circuitos. -¡Esperad! Amo Wistie, Ama Sena, Amo Kanuth, esto es una falta grave al reglamento de conducta...

Las palabras del droide se alejaron cada vez mas hasta perderse entre los pasillos y cámaras por las que el ewok os conducía siguiendo un rastro que tenía grabado en la memoria.

Doblasteis dos esquinas y luego girasteis a la izquierda bajando una rampa que desembocaba en una cámara semiderruida de forma rectangular bastante grande. Mark Targon estaba al otro extremo de la sala, ante una puerta de aspecto viejo y oxidado. 
De repente sentisteis la presencia que os acosó hace tiempo, malvada, cuando comenzásteis a despertar vuestros sentidos. Mark sintió entonces vuestra presencia amedrentada por esa malvada sensación. Pues ahora que teníais mas experiencia, no parecía una presencia en si, mas bien una idea o una sensación impulsada por alguien.

La puerta se abrió. Mark os dedicó una sonrisa burlona y desapareció en las tinieblas de aquella puerta que se cerró justo detrás de él.

Por unos minutos, Kanuth se dejó llevar, amparándose en el ímpetu de su compañera y que aún se sentía dolorido y desorientado. Y, para qué mentirse, le gustaba no tener que pensar en las consecuencias de sus actos. Simplemente cerrar los ojos — metafóricamente — y perseguir la negra melena de Aohozal.

Lamentablemente, su goce terminó pronto cuando los habituales ruidos de la academia no tardaron en amortiguarse hasta quedar reducidos a un murmullo y luego, el silencio. Roto únicamente por los sonidos de sus respiraciones.

La puerta. No la había visto cuando tuvieron el primer encontronazo con eso, pero recordaba perfectamente la sensación que le embargó, y la garganta se le secó inmediatamente. Pero lo peor era ver a ese muchacho, de pie ante aquella puerta como si no fuera más que un trozo de metal oxidado. Sin importarle la pesadilla que se escondía detrás. Y esa sonrisa. Esa sonrisa que les dedicó antes de meterse en las sombras.

—Debemos informar al maestro Uksun inmediatamente —se adelantó, poniéndose entre sus compañeros y la sala que se abría ante ellos. Quería dejar claro que no les dejaría seguir a Mark—. No sé qué hay ahí dentro pero sé que es peligroso. Y Ahora un alumno ha entrado. Los maestros deben saberlo.

Wistie sigue el rastro, internandose en las ruinas y yendo incluso debajo del suelo. En todo momento él estaba consentrado en no perder el rastro por lo que no se detuvo a considerar hasta donde los estaba llevando. 
Finalmente llegaron a una gran sala, y allí pudieron ver al que habían estado siguiendo, el cual se volteó a verlos ni bien arribaron. Wistie entonces percibió la esencia perturbadora que estaba instalada en aquel lugar, pero el cara pintada no parecía para nada turbado sino que todo lo contrario. Enseguida atravezó una vieja puerta.

Kanuth se adelantó unos pasos pero se volteó hacia ellos, reteniendolos en actitud protectora. Wistie pudo darse cuenta de que su compañero tenia miedo, o al menos estaba alarmado... Wistie también estaba preocupado, no estaba del todo seguro de por qué pero esa situación se sentía bastante más seria de lo que parecía.

— Acha. Esta bien. — Le dijo Wistie a Kanuth mirandolo seriamente. Entonces Wistie tomó con la suya la mano de su compañero. — Llama a maestro. Yo ayudo. — Wistie se volteó hacia Sena y también tomó su mano. — ¿Sena ayuda también?

Wistie se concentró, extrañamente le resultó extremadamente fácil entrar en ese estado de sensaciones en aquel lugar, y desplazó "su energía" hacia Kanuth.

-Maldición...-espeta en común al ver como Mark se les escapa por un pelo y mira alrededor, buscando el origen de esa presencia, aunque empieza a pensar que no tiene un origen concreto, sino que está en...todas partes. Se vuelve hacia sus compañeros y mira a Kanuth de reojo, tal vez pensando en reprobar su idea pero al ver que ewok también estaba de acuerdo, suspira y se acerca a ellos, tomando la mano de Wistie con cierta vacilación. A Sena no le gustaba utilizar los poderes telepáticos de la fuerza, seguramente debido a la mala experiencia de meses atrás, pero sabíais que le costaba gran esfuerzo abrir su mente, y aún así ahora afrontaba su malestar para ayudar...o para pescar a Mark y hacerle pagar el mal rato que les había hecho pasar.

Extiende su mano hacia Kanuth y le sonríe casi con afecto.

-Intentémoslo. Juntos somos más fuertes que él.- dice con seguridad.

Sin embargo...su malestar, sus miedos, sus recuerdos no tardan en asaltarla en cuanto la mente de Wistie se expande con esa fuerza y entra en la de ella...no puede conectar.

Kanuth se quedó mirando la mano de Wistie, sin entender qué pretendía, hasta que cayó en que buscaba potenciar sus capacidades para llegar hasta su Maestro. Normalmente podían comunicarse sin problemas entre ellos, pero estaba claro que aquella cosa le ponía nervioso porque no era capaz siquiera de concentrarse. Percibía las sensaciones del ewok a su lado, pero fue imposible: frunció el ceño, apretó los puños y se golpeó los muslos para descargar tensión.

—No puedo —dijo, finalmente. Se volvió una vez más hacia sus compañeros y en su rostro se vio la resolución de quien no iba a permitir que les hicieran daño—. Wistie, guíanos hasta un Maestro. Tu olfato nos puede ayudar. Debemos ser rápidos antes de que pase algo malo con Mark.

Algo aún peor, añadió, mentalmente.

Wistie miróa Kanuth, luego miró a Sena y luego volvió a mirar a Kanuth. ¿Había entendido bien? Allí no había estado el maestro, no podía estar su rastro, pero Wistie estuvo de acuerdo con que tenían que buscar de otra forma a aquel o a cualquier otro maestro. No podían solo quedarse allí, algo le hacía sentir que allí no era seguro.

Entonces Wistie empezó a correr, siguiendo sus pasos por donde habían venido, asumiendo que sus compañeros le seguirían.

Wistie comenzó a olfatear el aire, pero salir de allí no era lo mismo que entrar. Profirió un par de palabras en su idioma y lo intentó de nuevo.

Había seguido el rastro del chico sin percatarse de las vueltas y recovecos que habíais dado hasta alcanzarle, tampoco vosotros, confiando en su olfato, habíais memorizado el camino para volver. Sin embargo, sin un nuevo rastro que guiara el sensible olfato de Wistie hasta la salida, no se podía hacer mucho.

La desesperación se fue apoderando poco a poco de vosotros mientras el día llegaba a su final y la escasa luz que se filtraba a través de las grietas de los altos muros y cámaras, os abandonaba en una completa oscuridad. El miedo se cernía como un hábito de seda negra a vuestro alrededor. Encendisteis los sables para mitigar esa sensación de abandono y soledad que acuciaba el lugar, fue entonces cuando os percatasteis de que encima de la puerta había una rejilla semioculta, desvelada por el reflejo de la luz que irradiaban vuestros sables. 

Una rejilla por la cual bien podría caber un niño como vosotros.  

No tardaron en entender que estaban completamente perdidos.

Su primer instinto fue culpar a Wistie y Aohozal, sobre todo al primero. ¿Por qué siguieron a Mark? ¿Qué pretendían conseguir? Si lo hubieran alcanzado, ¿qué le habrían dicho o hecho?

Y ahora estaban en ese sótano desolado, bajo la sombra tenebrosa de algo que parecía hambriento y le hacía estremecer. Apretó el sable con fuerza, aferrándose a la única luz que le mantenía cuerdo, casi literalmente. Fue entonces cuando reparó en las expresiones de sus ojos: parecían tener el miedo miedo que él. La misma desazón. Eso desinfló un poco sus ganas de culparles por lo que había sucedido. Entonces, repararon en esa trampilla.

Pasar por ella implicaba infiltrarse aún más en aquellas oscuridades. Acercarse a eso. No le hacía ninguna gracia, pero al menos podían moverse en vez de dar vueltas como ratas womp enjauladas.

—Wistie —señaló con el sable la abertura. De los tres era el más ligero — no mucho más que Aohozal, calculó a ojo — y les costaría menos auparlo. Pero antes, hizo una marca en la pared indicando hacia dónde habían ido por si algún Maestro llegaba hasta allí atraído por su inútil intento de telepatía.

Wistie ascendió por la rampa que los llevó hacia aquella gran sala, luego giró hacia la derecha y enseguida dobló dos esquinas más... tras lo cual el ewok estaba seguro de que saldría por el pasillo lateral que desembocaba en el corredor ya bien conocido, pero cuando él giró la última esquina... se detuvo, y se quedó mirando un momento alrededor. Seguramente sus compañeros pensaron que ver al ewok así no era buena señal. Wistie rápidamente regresó sobre sus pasos para hacer el último giro en la dirección opuesta, pero nuevamente no reconoció como continuar ni tampoco percibía el rastro de cualquiera de ellos. Fue entonces cuando empezó a ponerse nervioso, nuevamente retrocedió pero esta vez dos esquina y tomó el otro camino que antes no había tomado, luego de dos giros a Wistie le pareció reconocer el camino, o dejó que sus emociones le engañaran, y siguió adelante esperando que tarde o temprano acabarían encontrando aquel pasillo lateral... pero no sucedió.

Kanuth en cierto momento, cuando empezó a oscurecer, le lanzó una mirada con el ceño fruncido, pero Wistie le miró apenado y apartó la vista hacia el suelo, Kanuth entonces simplemente pasó por su lado sin decirle nada.

Pronto se vieron aun tratando de encontrar el camino en la oscuridad, aunque podían usar sus espadas como antorchas.
Kanuth, que había tomado la delantera del grupo, llamó a Wistie y le señaló un pasaje estrecho entre unas rejas metálicas, ordenandole que fuera el primero en pasar por ellas. Wistie le obedeció sin decir nada, aun avergonzado por haberles fallado.

-Está bien.- Sena interrumpe el ir y venir de Wistie y le hace mirar hacia la abertura que Kanuth señalaba.- No pasa nada, saldremos por ahí. No desesperéis, la fuerza está con nosotros.- añade forzando una sonrisa. Estaba cansada y asustada, también se sentía un poco culpable por cómo habría derivado la situación. Pero no se iba a dejar llevar, tenía que dar apariencia de seguridad, ahora le tocaba ser la fuerte ante sus preocupados amigos. Aunque ella misma temblara por dentro.

-Wistie se subirá a los hombros de Kanuth y será el primero en entrar en la rejilla, Kanuth me ayudará a mi a subir y luego yo extenderé la mano para que subas.-organiza con aplomo, exhibiendo una sonrisa satisfecha.- Será pan comido, venga.

Wistie subió primero a hombros de Kanuth. La rejilla daba paso a un conducto metálico, rectangular y que se perdía mas allá de lo que su sable-antorcha podía iluminar. Su pequeño tamaño era ahora una gran ventaja y pudo pasar sin esfuerzo ni dificultad entre las lamas metálicas.

Una vez arriba le tocaba el turno a la Chiss. Sena se subió a hombros de Kanuth y, ayudada por el ewok, consiguió atravesar las lamas metálicas con algo menos de fluidez que el ewok.

Sena de dio la vuelta y extendió el brazo todo lo que pudo apoyándose sobre las lamas metálicas. Kanuth le cogió la mano con fuerza y con un pie como apoyo en la pared, consiguió saltar hasta agarrar una de las lamas. Kanuth colgaba en mitad de la puerta sujeto por Aohozal mientras que wistie sujetaba a esta. Entre los tres conseguisteis alzarlo y Kanuth pudo entrar al conducto.

Sus dimensiones os mantenían a todos a gatas, Wistie era el que más ventaja tenía por su menor tamaño en aquél conducto que no sabíais a donde pudiera llevaros y que se adentraba en las oscuras ruinas que los maestros os habían prohibido visitar. 

Wistie, entonces vio que ante ellos el tunel metalico estrecho los conducía hacía las ruinas de las que precisamente querían marcharse.

— No. — Dijo él, y de la posición a gatas en la que estaba se acomodó para sentarse recostando la espalda contra una de las paredes de aquel túnel. Él entonces apagó la llama mágica de su espada-antorcha y la dejó a un lado, enseguida acomodó ambas manos sobre sus piernas y cerró los ojos. Decidió entonces volver a intentar concentrarse, esta vez intentando él sentir la presencia de su maestro, olvidandose de la distancia. Pero Wistie tenía hambre ya, estaba preocupado por haberse perdido en un lugar que no conocía, tan lejos, y le acosaban recuerdos sobre lo que le decía su madre a él y sus hermanos sobre resguardarse en el interior de los hogares en cuanto empezara a anochecer y no salir por ninguna razón, recordaba a los vigías. Empezó a temer que algo los atacara allí. Dejó de concentrarse, demasiadas distracciones, respiró profundamente e intentó pensar en que ahora que estaban resguardados allí al menos estaban más a salvo que afuera

—Wistie, no te pares —masculló. Que el ewok estuviera más cómodo en aquellas estrecheces no le daba derecho a detenerse a mitad para hacer vete a saber qué. Y, dado que ellos podían ver perfectamente mientras su compañero usaba el sable láser, no tuvo problemas para seguir adelante hasta que Wistie decidió apagarla—. No me hace gracia seguir a Targon, pero al menos podremos movernos de sitio. Esos pasadizos son como un laberinto... y ahora entiendo el por qué.

Wistie miró a Kanuth, y luego apartó la mirada moviendo negativamente la cabeza.

— No. — Dijo, manteniendose sentado como estaba. — Ees fudana ta Tal. — Dijo primero, pero enseguida volvió a mirar a Kanuth y aclarativamente acotó. — Nosotros esperar... el Sol. — Hizo una pausa, desvió la mirada un momento y enseguida volvió a mirarlo para decir mientras se palmeaba el pecho. — Meechoo x'ekra. Tú y tú... — Dijo señalando a Kanuth y luego a Sena. — Dormir. Yo vigilar. Pasar noche dentro, seguir fuera con el Sol. Aquí dentro... no gusta a mi... para explorar. No poder luchar aquí, luchar se puede fuera.

—¿Pero qué...? ¿Sol? —si estar arrastrándose por un conducto oscuro en medio de unas ruinas siniestras no fuera suficiente, encima Wistie ahora hablaba sinsentidos—. ¡Que estamos en la Academia! ¡Bajo techo!

Masculló algo en su lengua natal que Aohozal reconoció como unos improperios que no correspondían a alguien de su edad. Estaba molesto, cansado y enfadado con Wistie por haberles llevado hasta allí y perderles. Él quería hacer caso a su Maestro, ir a entrenar y mejorar en sus habilidades con el sable. Pero ahora estaban en un lugar desconocido sin forma de comunicarse con los demás y sin saber cómo salir. Y el único camino lo bloqueaba su compañero.

—¿Te quieres quedar ahí? ¡Muy bien! —exclamó, algo más fuerte de lo deseado—. Aohozal, retrocedamos e intentemos salir de aquí. Ya saldrá él cuando tenga hambre.