Partida Rol por web

Al fin Mark se echaba atrás, sabía que no era por nosotros, miré a mi alrededor de reojo buscando algún peligro que tuviéramos que esquivar, aunque el peligro lo tenía que esquivar Mark en nuestro lugar.

Nuestra maestra con la regente Bo-Katan ya nos apresuraban para la retirada. En ese momento sí, apagué mi sable de luz, me giré y corrí hacia donde debíamos huir, salté y me colé esperando que mis compañeros hicieran lo mismo, obedeciendo las palabras de nuestra maestra.

La aparición - la bendición, realmente - de su maestra tornó la lucha a su favor, y Kanuth siguió obedientemente a su compañera en dirección a la cápsula. Ayudándose de las pocas fuerzas que le quedaban, llegó hasta el otro lado y esperó a que Wistie saltara.

No, no sólo por Wistie, esperaba a su maestra. No iba a permitir que se quedara atrás. Si hacía falta, usaría todos los trucos a su alcance para ello.

Umi intervino de repente pero no para ayudarles en el combate, como había sido la intención de Wistie cuando la contactó, sino que para conducirlos en el escape. Pero con como estaban las cosas el joven ewok no lo pensó demasiado.

Sena y Kanuth reaccionaron primero, pero su compañero no fue tras ella, prefiriendo quedarse a un lado para ser el último en marcharse. Wistie le lanzó una mirada a la cara cuando él dio el salto pero su compañero estaba enfocado en su maestra.

Mientras saltaba Wistie se preparó, con algo de miedo, llenando sus pulmones de aire.

A una orden de la regente los droides activaron los motores poniendo en marcha la nave. La rampa de bajada recibió un duro impacto, pero aguantó sin saltar por los aires. Los soldados de asalto no podían hacer nada más. 

Sin embargo el que preocupaba era Mark Targon. El aprendiz de sith podía usar su sable para desestabilizar la nave, abrir una brecha, o incluso estropear alguno de sus motores por lo que la huída sería muy corta.

La maestra Umdala se quedó allí, delante de la nave previniendo que Targon hiciera cualquier cosa que estropeara la huida. La nave despegaba y la sonrisa del aprendiz se hizo mas patente, y vuestra esperanza disminuía al comprender que la maestra no escaparía de allí. Si lo hacía, Mark atacaría. Si se quedaba allí salvaría la situación evitando el ataque, pero quedaría atrapada y con Goda Uksun de camino. 

De pronto una sensación cálida y amable entró en vuestra mente. Era Umi, despidiéndose de vosotros.

 -Cumplid con la misión. Lo habéis hecho bien en vuestra primera salida.- El contacto telepático se interrumpió. 

Cuando me recuperé de caer en el interior de la lanzadera, me di la vuelta para ver como mis dos compañeros aterrizaban a mi lado, uno con más solvencia que el otro, pero a salvo ambos.

Entonces me fijé en nuestra maestra. Estaba quieta, retando a Targon, evitando así que pudiera saltar hacia nosotros. La rampa de acceso a la nave sufrió un ataque, pero soportó.

- ¡NO, MAESTRA! - grite acercándome al exterior como esperando llamar su atención y hacer que viniera con nosotros.

Mi inercia era la de saltar hacia afuera y justo antes de doblegar ligeramente mis piernas para realizar la maniobra para volver al campo de batalla, la maestra Umdala, nuestra maestra, decidió conectarse con nosotros para darnos una, probablemente, última orden.

- No... - dejé escapar en un susurro a la vez que mi mirada se entristecía y mi cuerpo obedecía la orden para permanecer y cumplir con la misión.

Pulsé el botón para cerrar la rampa antes de que mis compañeros pudieran reaccionar, si pretendían salir. Sabía que Wistie sería el primero en tener ese impulso y Kanuth puede que también se viera tentado, como lo había hecho yo, pero no quería permitir que nadie más se quedase atrás.

Kanuth se unió a los gritos desesperados de Sena. Extendió la mano hacia su maestra, como si con sólo ese gesto pudiera llegar a ella, mientras las lágrimas luchaban por desbordarse del balcón de sus ojos. Y aunque sabía que lo que su compañera había hecho era lo correcto, no pudo reprimir golpear una, dos y hasta tres veces la metálica pared, lleno de frustración, hasta que se hizo daño. Gotas de sangre corrieron por sus nudillos hasta el suelo, mientras apoyaba la frente en la compuerta.

- Marchémonos de aquí - dijo, adusto. Con los ojos empañados, se irguió y se dirigió hacia los controles de la nave por si su protegida no podía pilotar. No tenía pleno conocimiento de ello pero al menos podría hacer que se alejaran del transporte imperial. No iba a permitir que el sacrificio de su maestra fuera en vano.

Wistie se dejó caer, sentandose allí donde aterrizó tras su salto. Dando por terminado todo aquello y listo para marcharse de allí. Tardó en darse cuenta que Umi no estaba yendo con ellos. De pronto la compuerta se cerró y él vio las reacciones de sus compañeros, por un momento miró a todos lados con confusión e incredulidad. 

Cuando finalmente asimiló lo que estaba sucediendo, Wistie se incorporó. Se quedó un momento como una estatua, con los ojos fijos en la compuerta, viendo con el rabillo de los ojos a Sena y a Kanuth.

Cuando Kanuth habló, Wistie clavó su mirada en él y soltó su espada, la cual hizo un sonido estruendoso en el tenso ambiente que se había instalado al estrellarse contra el suelo, caminó con pasos rápidos hasta interponerse en el camino del joven azul y le lanzó un buen golpe al vientre.

Todos os quedasteis compungidos ante el sacrificio de vuestra maestra. Si Mark no os hubiera entretenido, si no hubiera estado allí, ella estaría viva ahora. Con vosotros.

Wistie canalizó su rabia hacia su compañero, al cual le dio un puñetazo en el estomago que apenas sintió.

Vuestro primer maestro os abandonó por abrazar el lado oscuro. Umi os acogió cuando nadie quería, enseñándoos los verdaderos caminos de la fuerza. Y ahora ella también os ha abandonado, por salvaros.

La nave mandaloriana saltó al hiperespacio cuando la alarma de proximidad de otra nave armada comenzó a sonar, dejándoos a solas con vuestros sentimientos en el espacio.

No era la primera vez que Wistie le atacaba, pero sí la primera vez que lo hacía dejándose llevar por la ira. Y aunque fue apenas un empujón comparado con lo que acababa de sufrir el chiss, le dolió que fuese él su objetivo. Quizás ese sería el punto y final de su grupo después de tantos años. Quizás, tras esa misión en la que habían perdido a su maestra, tendrían que hablar con los demás tutores y pedir cambios. Mirarse a los ojos traería demasiado dolor, demasiados recuerdos. 

Kesk'anut'husdo y su prometedor futuro se sentaron a los mandos y pusieron rumbo a su destino. Con suerte, terminarían con éxito su misión sin perder a nadie más. Pero habían aprendido a las malas que la suerte no existía, y que sólo se trataba de los designios de la Fuerza. Una Fuerza que, desde que le inundó por primera vez, le había traído dolor y alegría a partes iguales. Equilibrada, como el Maestro Skywalker decía que era.

Su compañero no reaccionó, simplemente se hizo a un lado y siguió de largo como si nada hubiese ocurrido.

— ¿Qué...? ¡Tu...! — Wistie lo vio durante todo su camino hasta sentarse a los mandos de la nave, con el rostro contraido en una expresión furiosa enseñando los dientes apretados. — ¡Golpeame! ¿Que haces? ¡PEGAME!

Tras gritar esa última palabra a las espaldas de su compañero... la expresión de Wistie se desvanece de repente y su cuerpo pierde toda la tensión, como si todas sus energias se hubieran agotado en ese instante. Y enseguida se desploma en el suelo, cayendo sobre sus rodillas y sus manos... para enseguida también dejar que su frente se apoye en el suelo.

— ^Golpeame... 

Tras ese último susurro, el joven ewok se queda en silencio.

- ¿Pero qué...? - pregunté un tanto alarmada tras la reacción de mis compañeros - ¿No hemos aprendido nada de ella? - continué - Es difícil, lo sé, pero no vamos a solucionar nada peleándonos entre nosotros o lamentando su pérdida, ella se ha entregado para que nosotros pudiéramos acabar con la misión - les reprendí aunque sobre todo eran palabras hacia Wistie -. En vez de intentar enfrentarnos, deberíamos mantenernos unidos, como nos han enseñado, debemos seguir adelante, es duro, pero ahora es lo que nos toca, cuando volvamos a la academia, podremos meditar y pensar en lo que ha sucedido, Wistie, tenemos que mantener la calma - le dije ya directamente al pequeño ewok.