Partida Rol por web

Wistie al ver la situación del enemigo, rodeado por sus compañeros, y ahora replegandose en si mismo e intentando enfocarse en los ataques, el joven ewok retrocede unos pocos metros para entonces poder impulsarse con una corta carrera al final de la cual da un salto y cae junto con su espada con la que ejecuta un corte descendente.

Pero no fue suficiente, aun no lograba dar con el punto preciso.

El soldado se concentraba en esquivar y detener los ataques, por lo que, cuando el pequeño ewok se le puso demasiado cerca y descubierto como para no ignorarlo, le propinó un golpe con el rifle intentando dejarlo KO.

El soldado cometió el error de desviar su atención para golpear a Wistie. Un error que el chiss no iba a dejar pasar: buscó deliberadamente el flanco contrario que dejaba su costado totalmente descubierto y realizó un ataque frontal con el sable laser que atravesó el abdomen de su oponente de lado a lado.

La armadura se ralla con la caída del filo de la espada y esta sigue de largo hasta golpear el suelo, Wistie entonces queda por un instante inclinado ante en soldado quien no desaprovecha la oportunidad y le da un golpe en la cabeza con el arma con toda la fuerza que podía imprimir en ese objeto contundente.

Wistie tambalea un momento, algo mareado, y contempla el corte que Kanuth le ejecuta en su lado desatendido. Recuperando la compostura, realiza un nuevo moviendo en arco su espada apuntando con la punta en las junturas de la armadura del cuello.

El soldado cae abatido en mitad del pasillo con un golpe sordo. La patrulla yace ante vosotros y los sentimientos de paz que os enseñaron en la academia se confunden con la adrenalina, el odio y el lado oscuro de la Fuerza.

¿Tenían familia y un hogar donde les esperaban?¿Cuáles serían sus nombres?¿Eran en verdad buenos de corazón pero eligieron el bando equivocado?. Todas estas preguntas se aglomeran en vuestro interior, intentando encontrar un camino de salida.

La mente de Wistie se encontraba como un pequeño lago de aguas cristalinas pero congelado y rodeado de llamas. Ardía en él la emoción de la lucha, pero al mismo tiempo él tenía las certezas sobre él mismo y su lugar en el universo: sabía por que estaba ahí, claro como el agua y estoico como esa misma agua hecha roca.
Una sola certeza bastaba para que las dudas desaparecieran al mismo momento en que surgían: Supervivencia, matar o ser asesinado. Ellos les atacaron primero.

— Ooloo... — Empezó a decir Wistie, serio y tranquilo, mirando a los cuerpos. Pero entonces levantó la cabeza para mirar a sus compañeros. — ... ooloo. Muerte, a los enemigos de los ewoks. Desde antes de yo nacer ewoks ya estaban luchando y muriendo contra guerreros de estos. Fueron derrotados, pero siguen atacando. Parece que estos guerreros serán mis enemigos por el resto de mi vida.

Wistie entonces guardó su espada larga en su cinturón y enseguida fue a recoger el arco corto que había dejado caer al suelo.

— ¡Treek dangar! — Les dijo entonces Wistie. — Más ya vienen.

— ¡Vamos a atacar! — Les dijo entonces Wistie.

El combate terminó, y Kanuth apoyó la espalda en la pared mientras Wistie reflexionaba sobre lo ocurrido. 

Él tenía sus propias preocupaciones.

Sabía que ese día llegaría tarde o temprano. Aunque sus tutores en la Academia hablaban de los caminos de los Jedi, que eran los caminos de la paz, también les hablaron de una época en la que los sables de luz de los caballeros segaron muchas vidas. Nunca inocentes, pero siempre vidas. El chiss había dedicado largas horas de vigilia a pensar en ello. ¿Cómo afrontaría su primera muerte? ¿Cómo se sentiría? Miraba a Sena, que había palidecido al atravesar a uno de los soldados, y luego a Wistie, que se enorgullecía de ello. 

¿Cómo era arrebatar una vida con sus propias manos?

El olor a carne quemada, al plastoide derretido, la sangre extendiéndose lentamente por el suelo metálico. Todo fue demasiado para él. El vómito acudió a su garganta tan rápido que apenas tuvo tiempo de hacerse a un lado y soltar todo lo que su estómago no había tenido tiempo de digerir tras la última comida. Percibió por el rabillo del ojo a Sena acercándose, pero alzó una mano, deteniéndola. Era algo que debía de hacer solo. Porque era un peso que tendría que llevar solo.

Se limpió la boca con el dorso de la mano y asintió, instando a Wistie a seguir explorando. Tenían un objetivo.

Luego habría tiempo de meditar sobre lo que acababa de hacer.

A Wistie le impresionó mucho la sorpresiva reacción de su compañero, tanto que no estuvo muy seguro de como reaccionar él o como interpretarlo. Él sabía que Kanuth era fuerte, era un guerrero como él, quizás estaba sintiendo algo que él no... después de todo, cuanto más algo se endurecía naturalmente menos sensible sería. 
Wistie se dio la vuelta y se alejó unos pasos, queriendo darle espacio a su compañero para recuperarse.

Cuando Kanuth le hizo saber que volvía a estar listo, Wistie enseguida volvió a tomar su lugar encabezando la marcha.

Atrás quedaban aquellos dias de emociones infantiles y agradables, donde nunca ocurría nada fuera de lo habitual o una regañina a lo más. 

Sena se quedó en blanco, mirando fijamente las lentes del casco del soldado que yacía a sus pies. La vez anterior no sintió nada, tenía la adrenalina a tope y no había pensado en ello limitándose en seguir adelante. Pero ahora ...

Ni siquiera se daba cuenta de lo que ocurría a su alrrededor hasta que Kanuth vomitó. Intentó acercarse, buscando refugiarse de sus emociones, camuflándolo en una reacción de ayuda a un compañero, pero el chiss la detuvo sin decir nada.

Sena miró a Wistie, eufórico por haber matado a un enemigo. Se preguntó si no sentiría nada por ser de una raza distinta. Una raza "más" distinta de los humanos que los chiss claro, tomándolos como animales o insectos sacrificables ante los prehistóricos valores de su raza.

Sena quedó rezagada, en retaguardia, pensando en la próxima vez que tuviera que encender su sable para matar. Había elegido una hoja de color blanco porque la recordaba la pureza y la paz que un jedi debía de seguir. Pero ahora tenia miedo de encender el sable pues solo lo vería de color rojo.

Wistie se adelantó explorando las siguientes salas e intersecciones. Nada ni nadie mas parecía interponerse en vuestro camino, sin duda debido a la maniobra de distracción de Bo-Katan y vuestra maestra, llegando por fin a la sala donde se encontraba el control de los generadores de tracción.

Con una simple reprogramación los generadores quedaron desconectados, y para aseguraros la huida, Sena cortó los mandos con su sable siendo imposible volverlos a activar.

El tiempo era fundamental, ya que no sabiais cuanto mas podrian aguantar a las tropas en el hangar, por lo que, después de inutilizar el panel de control, corristeis en dirección contraria para salir de esa nave cuanto antes.

La emoción os embriagaba. Vuestra primera misión y había sido un éxito. Ademas habiais combatido y estabais vivos. La Fuerza estaba con vosotros. Pero la alegría duró poco, pues delante mismo de la puerta que daba al hangar, un hombre con vestiduras negras os cierra el paso. 

Su cara estaba oculta por una capucha negra, pero no necesitabais ver completamente el rostro de quien se ocultaba debajo, pues reconocisteis de inmediato el tatuaje en su cara.

-Hola. Volvemos a vernos-. Las palabras salidas de su garganta casi parecían una burla a vuestra existencia. Había querido mataros manipulando aquellos droides de entrenamiennto antes de que vuestro maestro orquestara aquella matanza en la que perdisteis amigos y compañeros.

-Espero que hayais aprendido algo mas que a llorar durante estos diez años.-

Los pies de Kanuth se deslizaron sobre la superficie de metal cuando el padawan frenó al ver a su antiguo compañero de Academia. Bueno, si era sincero consigo mismo, nunca fue un compañero. No en el estricto sentido de la palabra. Era otra persona, un alma más guiada por la Fuerza que tuvo la fortuna de ser elegido para ir al mismo lugar que ellos y que encontró en el reverso tenebroso su razón de vivir. No le había olvidado, pero confiaba en que hubiera terminado desterrado o muerto. Pero no, tras el ataque del Imperio, seguramente fue captado y convertido en eso.

—Por supuesto —respondió Kanuth, tomando el sable pero sin encenderlo. Quería estar preparado para defenderse—. No nos sorprende en absoluto verte aquí, rodeado del vacío del espacio. Siempre fuiste un niño triste y enfadado.

Abrió ligeramente los brazos para indicar a sus compañeros que se separaran para cubrir los flancos de Mark.

—Pero lo siento, no recuerdo tu nombre. Me vas a tener que disculpar —sonrió tristemente—, tiendo a olvidar el nombre de la gente poco importante. Tenemos prisa, ¿podrías apartarte?

Mark sonrió. -Por eso mismo nadie se acordará de ti cuando te mate. Chiss.- 

Wistie se sorprendió al comprender de quien se trataba aquel, era impresionante lo mucho que cambiaban las demás criaturas. Instintivamente dejó escapar un gruñido y apretó sus blancos dientes, mientras se los enseñaba, tratando de contenerse a la espera de la señal de sus compañeros.

Cuando Kanuth hizo el gesto, el ewok reaccionó inmediatamente, casi de forma automatica, comprendiendo enseguida lo que estaba sucediendo. Aquello era su lenguaje, acechando y acorralando a su presa a medida que se ecercaban lentamente.

Se preparó para soltar el arco, que aun mantenía en sus manos cargado ya con una flecha, para estar listo para desenfundar su espada y lanzarse al ataque. Pero entonces lo escuchó, en esa contestación, "cuando te mate, chiss"... no hacía falta más, para Wistie el combate ya había iniciado.

— ¡Dangar! — Rápidamente apuntó con su arco, que había hecho con sus propias manos, y disparó una certera flecha. Inmediatamente después, el joven ewok dejó caer al suelo su arco y corrió hacia el enemigo desenfundando su espada larga de metal, la cual enseguida comenzó a emitir un ruido constante similar a un motor. — ¡Gruñidora, calla! — Dijo el ewok y el arma se silenció. Pero a mitad del recorrido Wistie se detuvo, pensandolo mejor... aquel no era un soldado, como los demás, seguramente atacaría con una espada en cuerpo a cuerpo, no era necesario ir a por él ya que él mismo iría. Así que Wistie asumió una pose de esgrima, colocando el pomo de su espada a la altura de su entrepierna apoyando el peso de la espada contra el muslo de su pierna izquierda, pretendiendo tomar como estrategia usar el largo de su espada para interponerla contra su enemigo y mantenerlo a cierta distancia... si quería herirlo tendría que apartar primero su espada de en medio.

En ese momento a Wistie le cruzaron unos pensamientos, "¿El traidor asesino está con él? ¿Habría ido allí él solo? ¿Por qué? ¿Habría ido allí especialmente para cazarlos a ellos tres?". Pero ahora no era momento de distraerse con reflexiones, debía mantener la mente atenta y despejada, vacía y ligera.

La Fuerza los había estado avisando, o al menos eso pensó Sena cuando vio a su antiguo compañero de la academia, aquel niño repelente y prepotente que un día la hubiera lanzado hacia atrás sobre su silla.

Sena apretó los labios y tomó la empuñadura de su sable, moviéndose como Kanuth había propuesto.

- Ya ha habido suficiente muerte por hoy ¿no crees? - le dijo para intentar - No tiene porqué haber más muertes - añadió.

Sena recordaba las palabras de sus maestros, de como se debían tender puentes con sus antiguos compañeros. Aquello chocaba directamente con lo que le nacía hacer en aquel momento, pero Wistie tomó la iniciativa justo cuando estaba casi convencida de que le debía tender la mano y ofrecerle volver a Yavin IV, para volver a la senda de la que jamás debió haberse separado.

La padawan chiss activó su sable que zumbó al extenderse pero se quedó quieta al ver que, aunque su compañero ewok había atacado a Mark, prefería esperar para una pelea abierta con el. Bien hecho Wistie pensó a la vez que esperaba que Kanuth diera la señal.

Se concentró para enviar un mensaje a sus compañeros. Sin duda a sus mentes les llegaría un mensaje en forma de sensación, sugería que quizá sería mejor pelear a la defensiva, intentar atraer a Mark donde la maestra Umi se encontraba, flashes del camino que habían recorrido hasta ahí sugerían aquello.

Ni Sena creía estar proponiendo aquello, el sentimiento contra Mark era fuerte, recordó las sensaciones de ser empujada por este de pequeña, de la treta que montó cuando pelearon con los droides de entrenamiento. Pero la Fuerza parecía avisarla, quizá no era ese el momento ni el lugar para enfrentar a su antiguo compañero de academia.

Wistie no perdió el tiempo y lanzó una flecha preparándose para atacar. En un movimiento sin apenas esfuerzo, Mark activo su sable de luz de un color rojo vivo y partió la flecha del ewok por la mitad volviendo a desactivar su sable.
-¿Una vibroespada?.- Preguntó en voz alta sin llegar a creerselo. -Sería mejor que no le permitierais usar armas a vuestra mascota,- dijo insultándolo claramente. -podría hacerse daño.

Mark extendió la mano hacia Wistie y la cerró en un puño. La Fuerza era poderosa en él, pero esa sensación sobrepasó vuestros recuerdos y llegó hasta vuestro ser. Wistie se sintió mareado, desorientado y tuvo que usar su espada como apoyo para mantenerse en pie. 
-Patetico animalillo.- Y el sable de Mark se encendió emanando ira.