Tras la Ceremonia Isawa Mashairo llama a todos los allí presentes y os hace una señal para que avanceis hasta donde se encuentra.
- Como bien sabeis encargué a los aquí presentes - dice señalandoos - la investigación sobre el asesinato de Azako Shizu-sama. Los he llamado para que expongan ante todos vosotros los resultados de sus investigaciones.
Dicho esto os cede la palabra permaneciendo en todo momento a vuestro lado en señal de respaldo.
Isawa Niseika se levantó con toda la dignidad posible y se acercó al centro de la sala invitando a sus compañeros a hacer lo mismo. Como miembro del clan, se sentía en la oblicación de desvelar ella la identidad ya que si uno de los dragones lo decía, pensarían que estaban tratando de defender a los suyos, y tras la rudeza de la cangrejo y la desconfianza que generaban los murciélagos seguramte haría que nadie les creyese. Con un suspiro, la fenix miró a sus compañeros y comenzó a hablar.
Siento anunciar que, para gran vergüenza de mi clan, las pruebas no llevan a pensar el asesino no es otro que Shiba Reiku-san. Su hostilidad y su violencia no tienen cabida en un clan como el nuestro, pero a pesar de ello no nos dimos cuenta de que el enemigo estaba en el nido. Me gustaría disculparme ante nuestros hermanos dragones por el injusto la encarcelmiento de Mirumoto Rai-sama. Si lo desean, mis compañeros y yo misma iremos mostrandoos las pruebas de su culpabilidad y de como intento inculpar a Rai-sama — concluyó dejando hablar a sus compañeros
El Murcielago enmudeció apartado del grupo, tratando de ocultar su inquietante sonrisa. La verdad es que la decepción por la solución del asesinato había sido un golpe duro, esperando que hubiese sido algún otro samurai lo suficientemente listo como para inculpar al dragón. Incluso se arrepentía, visto el resultado, de no haber dejado algo que le inculpara a él para divertirse viendo como trataban de acusarle o lavar su imagen.
Sin embargo, guardó silencio.
Como inicialmente indiqué, Mirumoto Rai-sama no había cometido el asesinato. Aseveré con fuerza e intensidad. Se encontraba conmigo cuando los hechos sucedieron, y testigo de ello es Isawa Niseika-sama, pues estuvimos hablando con ella y con Doji-sama en el jardin los cuatro durante un instante. Luego nos separamos y la noticia de la muerte se dio.
Que se dudase de la veracidad de mis propias palabras me resulta un tanto insultante, pero aun así hemos demostrado la inocencia de mi primo, demostrando que fue un Fénix el causante de tanto malestar, en pos de facilitar un enfrentamiento entre nuestras grandes familias y clanes.
Con voz más calmada y pacífica, terminé alegando la defensa de lo sucedido, aunque ya mis compañeros habían explicado adecuadamente los hechos. Quería dejar claro que el Dragón no tomaría represalias por el atentado al honor y al respeto por la paz. Si no fuera por haber conocido a Isawa Niseika-sama, no habría comprendido que este samurai era una anomalía dentro del clan del Fénix, y que el mayor propósito de vuestro clan es la paz.
EL culpable estaba claro pero no era facil demostrar su culpabilidad asi espere a que los demas hicieran sus juicios y se internaran en el camino de la acusacion para resolver aquel asunto
Los ataques personales sobraban en éste caso, pero entendía como el monje había llegado hasta ellos por lo que me guardé mis opiniones al respecto y me dispuse a mostrar las pruebas que teníamos.
- Como todos sabréis he hablado con cada uno de vosotros sobre el incidente y he descubierto que sólo hay dos samuráis sin nadie que confirme dónde se encontraban en el momento del asesinato. A ésto debemos sumarle que sólo uno es varón tal y como me advirtieron, por lo que únicamente quedaba un sospechoso: Shiba Reikun.
Omito mencionar a Keiko, pues sus motivos tendría para guardar en secreto dónde se encontraba y me resultaba totalmente innecesario.
- Llegados a éste punto, pedimos permiso a Isawa Masahiro-sama para registrar las habitaciones de Shiba Reikun y encontramos el kimono verde ensangrentado del asesino. Testimonios y pruebas señalan al asesino de Asako Shizu.
Concluyo preparándome para recibir un posible ataque de ira del Fenix al exponer sus fechorías.
A medida que hablais y exponeis las pruebas podeis notar como la cara Shiba Reikun se torna en una mueca de ira contenida.
Al terminar vuestra exposición Isawa Mashairo asiente a las palabras pronunciadas por Hiruma Ayako.
- Así es. - dice. Yo mismo fuí testigo de las pruebas encontradas en la habitación de Shiba Reikun.
- Mi honor ha sido mancillado. - grita Shiba Reikun. Exijo un duelo para de mostrar mi inocencia.
Ante el estallido de Shiba Reikun Isawa Masahiro levanta la mano.
- No. - le dice. No habrá ningún duelo pues tu honor no ha sido mancillado por ninguno de los aquí presentes. Has sido tú quien lo ha mancillado al asesinar a Asako Shizu-sama.
- Las pruebas son claras. Yo mismo fuí testigo de las mismas.
- Guardias, apresad a Shiba Reikun y liberad a Mirumoto Rai-san.
Los Guardias rápidamente apresan a Reikun y liberan al Mirumoto.
Tras dejar pasar un breve lapso de tiempo para que las aguas se calmen Isawa Masahiro vuelve a tomar la palabra.
- Ha llegado el momento de declarar al vencedor de esta Competición. - dice.
Consulta un papel que le entregan los jueces y se dispone a anunciar al Campeón mientras esboza una sonrisa.
- Hiruma Ayako-san. - dice.
- Os hago entrega del Premio. - añade entregándote un abanico bendecido, un bello artefacto grabado con el mon del Fénix y que se dice que llevó el mismo Asako.
Niseika había asistido al estallido del asesino inmutable, pues imaginaba que aquella sería su reacción. Era un hombre irascible, indigno del clan fenix e indigno del título de samurai. Esperaba que el hombre tuviese el suficiente honor para aceptar las consecuencias de la vileza de sus actos y no desprestigiase aún más a su clan.
Cuando Masahiro anunció el ganador del torneo, la fenix no pudo evitar sentir una punzada de envidia, aunque su rostro no lo reflejara, lo que la llevó a meditar que ella no era inmune a los sentimientos negativos, como bien sabía y que tendría que trabajar más en el control de sus emociones. Aún no era digna de aquel trofeo, aunque para ser claros, la cangrejo no era tampoco merecedora de halagos por su autocontrol pero esperaba serlo la próxima vez que viese ese trofeo. Los kamis cada día mostraban algo y la edad no era un obstáculo para aprender cada día algo nuevo. La mujer inclinó su cabeza como saludo y respeto ante la ganadora.
Felicidades, Ayako sama—dijo a la joven— Como habéis visto, el torneo no era un ardid para que nuestro clan resultase vencedor en las antiguas artes, si no mas bien una forma de recordarnos que están en nosotros.
Una victoria era una victoria sim importar dónde se consiguiera, aunque tenía la impresión de que ésta me traería mucho más problemas tanto en casa como fuera de ella, pues de seguro me encontraría con gente deseosa de humillar a mi clan a través de mi persona. Conforme recibía el premio, la espina de que me esperaban tiempos difíciles pinchaba con más fuerza.
- Que ilusión. - declaro carente de toda ella - ¿No os basta con los problemas que ya me habéis causado, sino que además me otorgáis semejante presente?
Definitivamente éstos Fenix no sabían lo que hacían o lo sabían demasiado bien.
- Dádselo a Asako Keiko. No sólo tiene la sangre adecuada, también ha demostrado ser más capaz que un par de momentos de inspiración.
Lo cual era cierto, pues había conseguido llamar la atención de los jueces en todas las pruebas.