Partida Rol por web

- Entiendo por qué no habéis visto a vuestra madre y preguntado esas dudas. A menos que... temáis que su fortaleza no sea tan grande y no haya superado un dolor pasado. En tal caso disculpadme la rudeza, pero vuestro padre Shiba Wakou-sama creo que murió como un héroe. Juntos, Wakou e hijo, se enfrentaron a las tropas Dragón en las cercanías del Castillo de la Esposa Devota. Según tengo entendido lucharon codo con codo contra una emboscada. Desconozco el motivo de tal viaje. Aunque los rumores dicen que era el culpable del robo de los impuestos recaudados aquel mismo otoño y que realmente no hubo tal escaramuza, y que simplemente mató a su escolta, permitiendo a su hijo escapar. Sin embargo, días después se dijo que su hijo avisó de la marcha de los montañeros Dragón, y gracias a ese aviso pudieron prepararse adecuadamente. Si no me equivoco ese hijo no podía ser vuestro hermano, sino tu. Es por eso que no quiero creer lo que dicen los malos rumores. Es por eso que quiero creer que tu eres el hijo de aquel héroe. Y es por eso que me alegra tu regreso. Sin duda seréis un ícono de rectitud y lealtad sin mácula para todo Shiba.

Algo desanimada por la nefasta búsqueda en las habitaciones, llegamos hasta el kimono guardado entre las maderas. Al fin algo a lo que agarrarse, pero sigue siendo difícil encontrar al culpable solo con las ropas y más aun cuando no están en ninguna habitación. Voy un momento con Kojin y Kenshin. Allí Kojin nos cuenta su historia... tras la declaración de mi compañero no puedo evitar proponerme encontrar al culpable, alguien inocente no puede pagar por un crimen que no ha cometido o que no sabe ni tan siquiera si lo ha realizado por culpa de un maho-tsukai... pero ¿Keiko-san sería realmente lo que dice Kojín?... Tras meditar vuelvo con el resto de las personas
-Con esto se demuestra que Mirumoto-sama no es culpable, ya que... ¿Qué necesidad tendría de deshacerse de su propia vestimenta? Hubiese sido menos sospechoso que se las quedase. Masahiro-sama, Ejiro -sama ustedes son testigos del hallazgo del kimono... ahora si me lo permiten quemaré parte de él- 

Reviso las prendas por si tienen algo en su interior. Luego con la ayuda de los demás corto la parte baja del kimono, de cintura para abajo, obteniendo un buen trozo de tela. Finalmente lo coloco junto con algunas de las maderas que hay para quemar. -Por favor, ¿alguien podría ayudarme pidiendo una lámpara encendida? y... Kojín-san... necesitaré tu ayuda para realizar el conjuro.- 
Finalmente cuando obtengo lo que necesito comienzo a quemar el traje junto con las maderas y crear una hoguera. Saco los pergaminos adecuados en cada conjuro y comienzo con mis plegarias y el ritual de invocación.

-Magnifico y sabio Kami, por favor descríbeme a la persona que portaba la tela que te estoy ofreciendo-

- Era un hombre de poco peso, caminaba rápido. Sus ropas eran naranjas. Y porta en el interior de su espada a otro espíritu ancestral tan ligero como el tiempo. - Respondió en el interior de su cabeza.

Después de realizar el ritual, me giro hacía los demás. -Masahiro-sama... ¿cuantos Fénix en este palacio portan espadas ancestrales?- Es interesante... tan ligero como el tiempo...

— ¡Espadas... Ancestrales!... - Repitió rascándose la nuca. — Pues... no tengo ni idea. Pero le preguntaremos a Isawa Jitsukawa-sama o a Asako Keiko-sama.

— Se han fabricado en tierras Shiba bastantes espadas mágicas a lo largo de los años. Debería ver las espadas para poder compararlas...   — Solicitó la historiadora, a lo que Masahiro no puso objeción e hizo traer todas las espadas que no portaban los invitados en sus obis. En una tela roja de terciopelo con ribetes dorados se depositaron todas las espadas, que no eran muchas. Keiko dio unas vueltas alrededor de la alfombra negando con la cabeza.

El shugenja de Aire dio también varias vueltas alrededor del contenido de la tela roja, negando igualmente con la cabeza.

— Con el permiso de los presentes, lanzaré una plegaria para tal fin.

Al lanzar la plegaría, los ojos del shugenja fueron directamente al wakizashi que portaba Shiba Koujin. Al que señalo con su mano como si ofreciera monedas...

— Ahí tiene al único portador de esta sala con una espada de tales características, Asako Chie-sama... Isawa Masahiro-sama.

— ¡Por las Fortunas!. Shiba Koujin-sama, los kamis os acusan como la mano autora del crimen de ayer. ¿Confesáis haber cometido dicho crimen, o lo negáis?. Si lo negáis, me temo resolveremos el asunto con la espada. Y que las Fortunas decreten a quien consideran culpable privándole de su favor. Si por el contrario lo confesáis, dentro de una semana haréis seppuku frente al gran Roble Pálido. En dicho tiempo podéis avisar a vuestros familiares si ese es vuestro deseo. ¿Alguna pregunta o petición al respecto?.

Tras las palabras (supongo) de Koujin, Reikun alzó la cabeza triunfante y añadió.

— Masahiro-san. Dado que mi nombre ha sido sugerido en alguna ocasión, me ofrezco voluntario para librar el duelo en caso de que niegue su culpabilidad. O el de verdugo, en caso de que admita su crimen. - A lo que Masahiro asintió más mecánicamente de lo que su rostro, aun sorprendido y conmocionado podía.

Apesadumbrado e impactado por la acusación del kami al que él mismo había ayudado a invocar, se aferró a lo único que le quedaba. - Entonces llegáis a la conclusión de que yo fui el que mató al daimyo de un golpe fulminante al corazón y usé sus manos para escribir mal mi propio nombre. ¿Es ésta la famosa sabiduría de mi clan? - sintiendo la rabia en su interior miró a Reikun que parecía tener prisa por sentenciarle - Sea cual sea el resultado, el Dragón queda exculpado. No iremos a la guerra y tus ancestros se avergonzarán de tus actos. Aunque me mates, yo gano. Tu pierdes. -practicamente escupió las últimas dos palabras lleno de rabia.

Raikun ignoró las palabras llenas de cólera de Koujin. Y lo mismo hizo Masahiro, aunque podía verse en su rostro que le costaba cierto esfuerzo, como si tuviera algún dolor interno que le impeliese replicar, el apretar los labios y mantener el silencio. Tras cumplir todos los requisitos para el duelo, se dio inicio al mismo.

Ambos mantuvieron la miradas fijas. Por su parte Reikun no fue capaz de percibir absolutamente nada de su rival. Y cuando la espera parecía dar algún fruto, se dio cuenta de que su cabeza observaba su propio cuerpo y como éste caía de bruces sin que pudiera hacer nada al respecto salvo sucumbir a una oscuridad total.

- Tal vez has ganado tú. - Dijo Reikun. - Pero deberías saber que cuando dos partes no llegan a un acuerdo, es el duelo el que selecciona y ejecuta al culpable favorecido por las fortunas. Y nadie, absolutamente nadie, puede rebatir la Justicia del Tengoku.

Tras finalizar el duelo, se dio permiso a todos para abandonar el castillo. Masahiro, junto con su esposa, se disculparon por las orgullosas palabras de de Reikun a Kenshin y el resto de los investigadores.

EPILOGO... en off.

Bueno, la trama de la aventura era la que está en el manual básico, con varios retoques por mi parte. Unos los habéis descubierto, otros no, y otros habéis estado muy cerca pero... no.

En lineas generales el PJ de Koujin tenía Maldición del Señor Luna, aunque obviamente él no lo sabia. Pero sin duda lo sospechaba por un pasado y unos nombres que no le eran familiares. Koujin me lo puso huevo cuando se puso a perseguir a Reikun. Le pedí una tirada de Voluntad y... la falló. El resultado de la misma es que él mató al daimyo, aunque para él (ya que lógicamente no le iba a dar ninguna pista de ello) seguía persiguiendo a su sospechoso.

Sin embargo, nadie se dio cuenta (ya que nadie se puso a vigilar los pasillos o a los invitados y/o guardias) de que el Mirumoto fue a la habitación del daimyo asesinado por la noche lanzando disimuladamente una pócima soporifera de sus parientes Tamori y sobornando a los dos guardias "supervivientes" para escribir el nombre de Koujin, sin saber que era el verdadero asesino. Todo ello lo revelaron los kamis, aunque me temo no fueron muy explícitos. Tampoco podía serlo. xDDD