Partida Rol por web

LOOPER Parte 3

Sonrio al ver la expresion facial de la joven piloto, parece muy abierta y cada vez su desparpajo me gusta mas. Prefiero a gente asi que los que son tan tiesos que parecen que lleven una escoba metida en el culo.

- Puedes estar segura, soy muy dinamico y lo pasaras bien a mis ordenes. -hago una pausa y añado- De momento como no hay zepelin estoy reuniendo a la tripulacion en mi preciosa y a la vez espaciosa casa del distrito noble. -le doy algunos detalles para que sepa llegar. En cuanto puedas recoge tus cosas y vente Looper, estas contratada. -sonrio mas ampliamente al final y le tiendo la mano para estrecharla-.

Vas a buscar el tenderete donde compró Ram y lo encuentras cerrado. Encima de él hay un cartel que pone "Comercio abastecedor de la Casa Real".

Encuentras otro lugar donde comprar una pluma rara para la reina y te presentas ante ella con el regalo, que recibe de tus propias manos, con gracia. El ligero roce de sus manos está cargado de energía, que hace que te estremezcas.

Mientras vas desgranando los detalles de tu petición ella te mira algo distraida, acariciándose la cara con la pluma que le acabas de regalar. Cuando terminas se detiene y te mira.

Muchas cosas pedís para una audiencia. Un zepelin, un hostal de despertados, una escuela de magia... Tenéis prisa... Sí... Os recuerdo. Sois uno de los que se encargó de aquel feo asunto del licántropo... ¿Quizás creeis que aquel acto so da derecho a solicitarme tales prebendas? No... Supongo que no... Sois un joven muy guapo y muy educado... Me ha gustado mucho vuestro regalo, y me gusta que mis nuevos súbditos se interesen por el bienestar de su Reina... Pero vuestras peticiones ya están cubiertas. Un dirigible de exploración de otros mundos... ya tengo unos cuantos. Escuela para despertados ya tengo una. Veo que sois un maestro de fuerzas, Dorian, y eso es muy respetable, pero necesito saber la razón por la cual os debería otorgar un permiso para crear algo que no necesito.

Por dentro me alegro al ver que el regalo le ha gustado a la Reina Mathair observando su primera reaccion. Cuando empieza a hablarme me mantengo serio. Sin sonrisas ya que quiero mostrarme lo mas respetuoso posible ante su Majestad.

Cuando menciona que si me creo con derechos a solicitar algo, agacho la cabeza cual subdito fiel. Y acabo de escuchar lo que dice, sonriendo levemente cuando me adula.

Con voz clara y convincente pero sin olvidar la dulzura y devocion digo:

- Su Majestad, no me creo con derecho a solicitar nada. Siento con toda el alma haberos dado esa impresion, cuando acabe con el licantropo lo hice porque era mi deber cumplir con lo que me habiais pedido y estar hoy ante vuestra presencia es mas que suficiente recompensa para mi. -hago una pausa y la mira a los ojos, para que vea en mi que no miento.- Mi querida Reina Mathair, yo siempre os servire lealmente. Si fletais un zepelin para mi cumplire vuestros deseos, yendo a los lugares mas lejanos para la gloria de su Majestad y Novanglia. Intentare complaceros en todo ya que siempre recordare que el zepelin del que soy Capitan existe por vuestra gracia divina y que solo lo merezco porque vos lo quereis asi. -despues añado- Si pudiese formar a los Despertados que encontrase en esos viajes ademas de los que fuesen aceptados de Novanglia los formaria mejor que en la Escuela que ya existe. Porque aunque el nivel ahi seguro que es alto, yo mismo impartiria clases sobre Fuerzas y ademas me encargaria de que los Profesores fuesen leales a vos y no como Johanan. Durante todo el asunto del licantropo no se mostro como un fiel subdito de su Majestad y yo no lo olvido, no acepte nada de el ni he querido volver a verlo ya que soy de la opinion que los que van en vuestra contra tambien van contra mi.

Al acabar mis palabras me agacho de nuevo reverencioso ante la Reina Mathair y espero paciente su respuesta. Por dentro me siento orgulloso de mi mismo ya que creo estar actuando como se espera de un Noble de verdad y no como el que se arrastraba por White Chapel cepillandose todo lo que llevase faldas.

La Reian sonrie ante tus osadas palabras. Se levanta del trono y avanza unos paso hacia ti, con la pluma en su mano.

Sea. Queréis un zepelin. Os daré la gracia.

Saca un pergamino de su manga, doblado sellado y lacrado.

Yo, Su exaltada Majestad Mathair, os doy licencia para fletar un dirigible cuyo cometido será buscar a despertados y formarlos para que no sean un peligro para los demás y se conviertan en fieles súbditos de Novanglia. Por la presente, se hace notar que todos los pasajeros de este dirigible pertenecerán, en última instancia a la Reina Mathair, y podrá disponer de ellos como crea oportuno. Quedará, además, el capitán Dorian sujeto bajo orden directa de su Reina para lo que sea necesario además de tener que pagar un tributo Real de un Quinto sobre cualquier carga que contenga, que será elegido por la Reina o sus representantes. La reian Mathair tendrá exclusividad sobre cualquier descubrimiento que haga el capitán Dorian y estará obligado a dejar constancia de sus viajes en la Royal Society.

El incumplimento de este contrato en cualquiera de sus puntos acarreará el castigo del capitán Dorian mediante la pena de separación de su cabeza del tronco hasta la muerte.

De todo ello dejo constancia...

Va recitando... Caundo acaba, se abre el pergamino sin que la Reina lo toque y te señala un espacio al final para que firmes.