El ruido es alto, la mesa está limpia y la gente no os presta mucha antención. Es un lugar perfecto para hablar de cosas privadas...
Entramos a nuestra conocida mesa mientras saludo cordialmente con un cachete en el culete a una de las camareras. Pido una cerveza en jarra fría de madera y observo atentamente la concurrencia de la tasca.
La concurrencia es la que se puede esperar una mañana de primavera con tiempo apacible y el mercado abierto: muchos marinos, pocos mercaderes y alguna que otra prostituta. La cerveza se os sirve rápidamente y ante vosotros se abre una mañana preciosa para intercambiar ideas...
No teniais ganas de veros??? pues ala!!! vamos!! Althurin...
Relajadamente mientras espero la cerveza pedida, miro distraídamente toda la taberna, y una vez servidos me incorporo dejando los brazos encima de la mesa y echando un largo trago.
Miro a mi compañero y comienzo a decir…
Te veo con buen aspecto amigo mío, veo que estos meses la vida no te ha tratado mal del todo y me alegra que así sea, cuéntame que es lo que ha sido de ti estos meses, me he encontrado con muchas novedades en poco tiempo, como la rápida partida de nuestros compañeros mas misteriosos y una situación bastante tensa de nuestros conocidos… quizás tu puedas lanzar algo de luz a estos hechos…
Hay un momento de revuelo cuando dos marineros se ponen a discutir en la barra, pero Agnus, el viejo Agnus rápidamente saca la pacificadora y todo vuelve a estar en calma, como el mar tras una tormenta...
Enfrascados en vuestra conversación, prácticamente no os dais cuenta de la pequeña trifulca.
Viendo el pequeño incidente de reojo y sin darle importancia, comento con mi ansioso compañero:
"La vida ha sido dura este invierno... he estado casi todo el tiempo estudiando cosas de la ley para mejorar mi afinidad con la misma, pero no han dado fruto las mismas. Por otra parte, con nuestros compañeros suceden cosas extrañas. Ya sabemos la tendencia de uno de ellos por el caos, y tenemos a otro que no sé muy bien que tendencias tiene, pero desde luego no son buenas. Hay algo oscuro en él, un terrible secreto que siempre nos ha ocultado pero del que, y gracias al azar, tengo algo de conocimiento. Sé que algunos de ellos salieron corriendo de la ciudad, casualmente tras haberse cometido un extraño robo en casa de un comerciante. Solo los dioses (legales) sabrán lo que está sucediendo en este caótico mundo."
Y dicho esto vuelvo la mirada de reojo al incidente de la tasca, por si hay que quemar a alguien.
Enfrascado en la conversación con mi buen amigo, no me doy cuenta en un primer momento de nada de lo que pasa en la tasca, veo que tiene poca idea pero alguna mas que yo, una vez termina de hablar Elmeci me percato de lo que acontece en la tasca, y me giro a ver que es lo que pasa, pero cuando veo que todo vuelve a su cauce, me vuelvo a acomodar en mi mesa.
Y querido amigo, ¿tienes alguna idea de a donde han podido dirigirse?, ¿y sabes donde se encuentra la casa de ese comerciante?
Y echo otro trago a mi cerveza.
Viendo que no se puede quemar a nadie, aparto mi interés de la tasca y en voz baja le digo al oído a mi compañero:
"El comerciante era un tal Ruffus Naraglio. No puede ser muy difícil encontrar su casa. Otra cosa será el saber a donde pudieron ir. ¿Tienes tú alguna información adicional?"
La gente se te queda mirando con verdadera cara de intriga, Althurin
¡¡¡¡Coño!!!! qué ha pasado casi un mes desde que te ha preguntado... que seguro le ha dado tiempo a darse una vuelta entera por la costa!!!! vamosssss si es queeeee....
Spoiler (marca el texto para leerlo):
Paso la mano por delante de sus ojos inexpresivos... cojo su copa, la huelo con cuidado y la vuelvo a dejar en la mesa... me levanto y observo su nuca, por si hay presencia de algún punzamiento, pero no veo nada... me siento y voy haciendo pajaritas de papel con las servilletas de la tasca... me rasco los huevos... me levanto, voy al baño y me vuelvo a sentar... silvo... me limpio las uñas y la parte más inaccesible de las narices ayudado por la parte inferior de la mesa... carraspeo... eructo... le echo un piropo a una camarera... me tiro un pedo... saco un libro y me pongo a leer...
Althurin no sabe cuánto tiempo ha estado inmóvil, repasando minuciosamente cada instante de ese invierno, recordando cada detalle cada mirada cada gesto, en busca de algo que le diera información.
A lo que reacciona con un pequeño espasmo y comienza a decir....
No dispongo de nueva información sobre nuestros amigos, mi querido amigo, tú eras mi única esperanza de saber algo mas y creo que la mejor manera es dirigiéndonos a la casa del comerciante ¿no te parece?
Y se termina de un trago la cerveza.
Os terminais las jarras de cerveza, y rápidamente, tras pagar, salís hacia la Ciudad Media... hacia la casa de Ruffus Naraglio
Pasamos a Ciudad Media. Recordad que vais sólo vosotros dos... así que en los post, marcad bien los personajes.