Partida Rol por web

Aunque sabía que su hija no era una santa, no podía otra cosa que mirarla con buenos ojos.

Hija hoy vienen unos compradores a cenar - dice mientras abre una pequeña cajita de donde saca un puro cortando una de las puntas y encendiendolo, el olor nunca te ha gustado pero le has cogido cariño ya que lo hueles en tu padre - creo que tendrás que comprarte algo bonito para esta noche, ¿por qué no vais tu amiga y tu a por algo de ropa? - le dice acariciando el bello rostro de su hija.

Sonrío con alegría, aquello es lo que me gusta de mi padre: Ser su favorita.

-Iré por ella, tendrás una bonita hija en esa cena. Como siempre-bromeo pero ambos sabemos que es verdad.-¿Te molesta si me llevo a Hugo y a ese otro guardaespaldas, el bajito...?-no consigo recordar el nombre.-La ciudad está hecha una locura últimamente. Creo que es el nuevo, Jeff creo que se llama...

Bueno, si ya lo desanimé una vez, uno nunca sabe. Además, buscar ropa puede ser tedioso hasta para Hugo.

Tu padre te mira con cariño - claro puedes llevarte a los guardaespaldas que necesites, preciosa - toca tu pelo colocándolo por detrás de la oreja - tu madre estaría orgullosa de ti...

Sales de allí y Hugo está esperando en la puerta, donde te dejó.

Antes de mirar a Hugo a los ojos y decirle que me va a acompañar a buscar a mi amiga, bajó la mirada unos segundos a mi mano y me encuentro con un típico anillo de esos que se usan en Las Vegas; lo remuevo un poco en mi mano y me pregunto de dónde habrá salido, juro que antes no lo tenía. Con el gesto algo preocupado, miro al buen Hugo.

-Busca a Jeff, tú, yo, él y mi amiga, Sherley, saldremos de compras-bromeé un poco aunque sin sonreír.-Apuesto lo que sea que les encantará.

Me encamino por el pasillo acompañada de Hugo y poco antes de entrar en mi habitación, me detengo sorpresivamente haciéndolo tropezar conmigo.

-¿De dónde crees que pudo haber salido esto?-le pregunto y le muestro mi nuevo anillo.

La verdad es que me sorprendes Melisa, eso es un anillo de casada en cualquiera de las capillas express de Las Vegas puedes encontrar anillos con esa forma - una mueca de preocupación se dibuja en su rostro - ¿te has casado y ni siquiera me avisaste?

Lo miro con aire sorprendido e incrédulo al mismo tiempo.

¿Casada? ¡Casada!

No puede ser, Hugo debe estar jugando, por un momento parece que perderé el control pero al siguiente nada, me enderezo, lo miro a los ojos, me le acerco un poco, lo suficiente para ponerlo nervioso y le sonrío seductoramente.

-¿Te parece que haría yo una cosa así? Debe ser la broma de alguien...

Entonces pienso en Jeff y en las posibilidades de que... ¡Pero no, no se atrevería!

-¿Entonces, mi estado civil te detendría, muchachote?-bromeo con claras intenciones.