Partida Rol por web

 Intentando no pegarme una hostia al volante, comente a mis compañeros, mientras conducía, con cara pálida de pánico:

 - Supongo que ahora no es un buen momento para decir que no sé conducir...

Cordelia cayó sobre Xander decidida a salir corriendo de allí, ya que el resto había echado a correr. Salió de la casa a empujones del resto y entró en el coche de mala gana. Cuando oyó a Gabriel decir que no sabía conducir casi le dio la risa.

No sé por qué pero me esperaba algo así. Vaya ejército de salvación.... Bueno ¿Alguien me va a explicar lo que ha pasado en mi cocina?

Andrew se colocó en el coche un poco asustado por la bruma que les rodeaba. El vigilante mostraba un rostro impasible, para que ni Melisa ni los demás supieran su estado de ánimo. No querían que se le notara, pero lo mejor era dejar que condujera otra persona. No estaba en su mejor estado para llevar el coche y lo más probable es que terminase estrellándolo. Ese tipo de situaciones de estrés, no ayudaban en nada en el manejo del vehículo.

Así que miró al resto, como esperando que alguno de aquellos jóvenes alumnos, hubiese cogido un coche en su vida y supiese ponerlo en marcha.

La carrera había sido intensa, pero todos estaban a salvo, aunque algo amontonados en el coche del profesor Fullen. Al ver que Gabriel no sabía que hacer frente al volante y que nadie más tomaba su lugar, la chica saltó del asiento trasero a la parte de adelante* y como pudo, desplazó al muchacho y se ubicó frente al tablero. Por su edad, ella no debía saber conducir, pero la realidad era que Melissa desobedecía las reglas más a menudo de lo que su madre consideraba propio de su edad y ya habían habido varias veces antes de la mudanza, en las que había podido entrar en el autocinema sin la presencia de ningún adulto.

-A ver... luces por aquí, freno de mano fuera... Sujétense bien!- la chica levantó la vista hacia el espejo retrovisor, y al ver que la calle estaba despejada, apretó el acelerador a fondo, haciendo chirriar las ruedas y dejando una marca larga en el pavimento.

Melissa consigue hacerse con el volante y todos se mueven de un lado al otro, como en un barco averiado, mientras se alejan con rapidez de la casa. La bruma va quedando atrás...

 Aliviado de que no nos la pegábamos... Me dí cuenta de que estaba sentado encima de Xander, al que estaba asfixiando:

- Lo siento... - Le dije, sonriente. - ¡... Pero a que jode!.

 Entre quejas, protestas y gruñidos, logré acomodarme en el asiento de atrás, con Will en mi regazo, tratando que la cercanía haga que mis puñeteras hormonas me jueguen una mala pasada, mientras los demás estaban distribuidos de manera similar.

-Eeehem... Cof!! No sé de que hablas. Sólo conduce Melissa, salgamos de aquí. No quiero volver a ver a esa cosa blanca. O.. o que Cordelia se aproveche de mi inocencia.

Dijo Xander con una risa torcida.

La Cazadora pudo con el volante y comenzó a recorrer las pocas calles que separaban ese lugar de la biblioteca.

Willow estaba atenta al viaje lo suficiente para no notar si Gabriel se entusiasmaba mucho con su cercanía.

Cordelia estaba apretujada en el asiento de atrás, sobre Andrew, no podía moverse, pero al oír el comentario de Xander consiguió liberar una mano para darle una colleja.    No sabía qué estaba haciendo en ese coche, si sus amigas la veían ahí montada seguro que la dejaban de hablar. Miró a Andrew esperando respuesta Maldita sea, espero que lleguemos pronto a la biblioteca! ¿Alguien me quiere contar exactamente qué es lo que pasa? ¿Qué era eso? ¿Desde cuándo la niebla habla? y ¿Por qué ha entrado en mi casa? Miró a Andrew esperando respuesta

Pues sinceramente, Cordelia. Aún no dispongo de esa información, no sé que narices es eso. ¿Tú sabes algo Willow? Parece que sabíais que con el círculo de sal estarían seguros.