Dejarla que vaya, con la suerte que tiene a saber que trae.
Algo me dice que va a haber algo xD
Ese Lekion ha sido un "voz del máster" claro xd
Veo algo más? No detecto mayor peligro? Si es así, supongo que me acerco a la pared, eso sí, haciendo lo de la antorcha.
Comadreja? Si no fuera por la luz, parecería un topo en un sitio tan estrecho. Jijiji. Se escuchó de fondo. Además, si me pasa "argo", tiráis de la cuerda y ya está. Pareces mi madreee...! Jujuju.
Ningun otrto peligro. Con el tamaño de esos escorpiones poco espacio mas podría haber en la parte ensanchada
Nehifile se acercó a la pared de las piedras brillantes. Iluminó lo mejor que pudo e intentó desincrustarlas con la daga y llenar los sacos pequeños con ellas. Luego vería si tenían algún valor. Alguna de las más grandes las guardó en su mochila. Ella se había arriesgado, merecía alguna más que los demás.
Jijiji, parece un buen tesoro. Valdrán mucho? - Pensaba para sí.
Si no ocurre nada más, subo con lo recogido.
Como me digas que son huevos, no me hará gracia. ;D
A los pocos minutos de entrar Nehifile, esta vuelve a asumar la cabeza por fuera del tunel, cubierta con algo de tierra, casi polvo que se le ha pegado a la cara, cuando saca las manos, estas están cubierta por algo más denso.
No tienes problemas para desincrustarlas, es algo como barro semihumedo, se quita facilmente agitando un poco las piedras.
¿Qué es eso? ¿Qué has encontrado? Pregunta la bruja sorprendida.
Entonces no es nada? Barro? Vaya chasco! Jopéee! xD
Alétheia apenas pudo disimilar la ansiedad, pero Thessaly se le adelantó, haciéndole la pregunta a la Elvariel. Algunos clérigos del Débil encaminaban sus vidas como inquisidores. Todas sus habilidades desplegadas a un mismo fin, desentrañar las intrincadas madejas que formaban las mentiras en torno a la Verdad, como pegajosas telas de araña, haciendo que pareciera lo que no es. Esclarecer la realidad, luchar contra la Negrura que ciega a los hombres, llevando la luz allí donde no la hay. Ese es el camino que deseaba seguir Alé. Con sus pelo besado por el fuego, algunos profetizaban ya que sería una gran inquisidora.
Se acercó correteando hacia Nehifile, con cara de preocupación.
Si, eso, Nehifile, ¿Has encontrado algo?
Nehifile salió del agujero con cara de pocos amigos. Estaba manchada, acalorada y, sobre todo, decepcionada.
Esto es lo que he encontrado, pardiez! En sus manos portaba dos saquitos, los cuales volcó a los pies del jefe. De ellos manó una sustancia marrón y pegajosa. Barro!
Mecagüen to... Había unos bultos en una pared que parecían piedras brillantes... Nah! Piedras brillantes? Una verga! Dijo totalmente enfadada... para luego arrugar el gesto como si le doliera algo...
Buaaaaa.... buahahaha... Pod un bobento... snif... pendé que dos Diocez... (sorvete de limón) ...pod fin be habían ezcudlado... Lloró desconsolada. Medio cuerpo dentro del agujero y la cara embarrada escondida entre los brazos y el suelo. Daba mucha lastimita. Daban ganas de comprarle un castillo, una carroza con corceles blancos, vestidos y joyas. La pobre sufría tanto por su injusto destino...
Buaaaaa.... buahahaha... Pod un bobento... snif... pendé que dos Diocez... (sorvete de limón) ...pod fin be habían ezcudlado... = Buaaa, buaaa. Por un momento pensé que los Dioses por fin me habían escuchado.
Traducción para los que no tengan niños ni se relacionen con ellos.
- No entiendo...- Alétheia observaba con el ceño fruncido los sacos que había tirado Nehifile.- ...¿Sacos lleno de barro?...-Pegó unos toquecitos con el pie a los sacos. ¿Aquello era barro de verdad? Se tapó la boca con la mano para ocultar la sonrisa que forcejeaba por formarse en su rostro.- ...jiji...¿Me estás diciendo...jiji...que ahí abajo había unos sacos llenos de barro?...- No le encontraba el sentido y era realmente cómico. La sacerdotisa veía la firma del Débil por todas partes. Dio unos golpecitos en la espalda a Nehifile, consolándola.- Anímate. Si me hubieras esperado yo misma te hubiera dicho lo que había sin que te mancharas de esa manera.¡Ay! Si me hicieras caso niña.... Levántate, anda, no seas tonta. Para recompensarte, si quieres, esta noche te leo las estrellas. ¡Quizá pueda decirte que la Fortuna te sonríe!
Una vez volcada la mercancia sacada por Nehifile, y al respirar el aire limpio de fuero se fue haciendo más y más evidente que no era barro lo que cubria las piedras brillantes, sino excrementos quasisecos de los escorpiones.
A la luz del día, esas piedras devolvían colores muy vivos, sin duda, piedras preciosas. Además, al golpear el suelo y esparcirse, dos pergaminos quedaron semivisibles en un estado lamentable.
La pobre elvariel lloraba desconsolada. Las palabras de la pelirroja habían sido bienintencionadas, sin duda, pero el dolor era muy grande, como una hoguera. Apagarlo supondría algo más que una copa de agua.
Buaaaa... dos... dos dacos (snif)... don vios... dos he llenado yo... buhahaaaa!
De repente paró un poco. (sorbete de limón largo).
Entonces eres adivina?
Buaaaa... dos... dos dacos (snif)... don vios... dos he llenado yo... buhahaaaa! = (lloro) Los sacos son míos, los he llenado yo! (más berrinche).
La pobre seguía sin levantar la cabeza y no podía ver los brillos y los pergaminos.
Nehifile no pudo ver como Alé se quedaba ojiplática cuando el supuesto barro (mierda de scorpión, ese algo más que le había susurrado el Débil) dejó paso las piedras preciosas, y lo que es aún más raro, a los pergaminos en mal estado. Se sintió como una adivina de tres al cuarto, por no haber podido profundizar en la neblina lo suficiente como para ver qué es lo que que había entre el barro. ¡Qué vergüenza! En alguna parte del Cosmos, el Viejo debía estar dibujando una sonrisa en su arrugado rostro. Al menos le había otorgado la visión que de su nueva amiga volvía sana y salva del agujero. No pudo más que sonreir también, se estaba acostumbrado a el sarcástico sentido del humor del Débil
- Claro que soy adivina...pero está claro que tengo que esforzarme más y mejorar.- Tomó de la barbilla a la elvariel para forzarla a levantar la vista. Sacó un pañuelo y le obligo a sonarse la nariz, para que dejara de sorber como una niña pequeña y maleducada.- ¡Mira! Al final vamos a tener suerte.- Se acercó pausadamente al tesoro. Las gemas no le interesaban en absoluto, pero le picaba la curiosidad con respecto a los pergaminos.- Habrá que limpiarlos y secarlos con mucho cuidado para que no se estropeen más de lo que ya están.
La pícara despertó levemente, todavía incrédula, de su húmedo letargo. Su cabecita se alzó con los ojos todavía borrosos y la cara sucia.
Qué? (ya sin mocos por la acción del pañuelo de Ale).
Pero pronto sus espejos mojados se fueron abriendo poco a poco. Ese, ese era el brillo que había creído ver!
Impulsivamente metió una mano en una de las boñigas de escorpión rebuscando una gema o algo valioso. A la melindrosa princesita no le importaba embadurnarse de mierda si valía la pena. Los pergaminos no le interesaban, pero no los tocaría. Sabía que podían tener valor. No era tan tonta. Pero que se encargaran las brujas. Ella estaba ocupada.
Jijiji. Pon una elvariel ladrona en tu vida.
Lavad las piedras con un poco de agua. Cuando volvamos podremos sacar un buen precio por ellas. Debemos partir cuanto antes, tenemos una mision que cumplir.
Dice Lekion, contento de que todo haya salido bien, unas criaturas menos, heridas leves y un buen tesoro.