Partida Rol por web

Por fín, la pesadilla ha terminado. Hay mucho que hacer, pero sin la influencia del Códice, puede hacerse; reparar las partes dañadas de la nave, despertar a algunos durmientes supervivientes con conocimientos suficientes como para dirigir la nave, y poneros rumbo a alguna colonia cercana, quizás en Marte. Todo el grupo ha sobrevivido.

Mientras, girando en la inmensidad del espacio, una extraña marabunta macabra de criaturas se arremolinan alrededor de una luz azul y fría que destella con una perversa inteligencia. "Me han gustado estos humanos... la oscuridad, el orgullo, el egoismo, la maldad potencial que pueden desarrollar... me han gustado estos humanos...", rumia en silencio, mientras se acerca a un planeta azul, cubierto de agua y de nubes de contaminación...

-Joder tía, eso significa que puedes cambiar de forma y todas esas mariconadas que hacía el angelito... como mola...

Lo dudo Hans, Joanna sigue siendo Joanna ya que como ha comentado el "querubin" este ha transmitido su código genético a toda a Joanna. Me quedo pensando, no soy un experto en estos temas pero es obvio que Joanna sigue siendo humana gracias al sacrificio de ese ser.

En fin, ¿que hacemos ahora? ¿por donde empezamos? ¿Por dormir un rato? Me parece la mejor idea...

Escucho al angelito con cara de pasmo.- ¿Soy un extraterrestre?¿Este cuerpo era suyo?.- Me aparto de Leston mirandome las manos sin poder creerlo. Pero yo pienso como antes... yo no tengo sus recuerdos...yo...

- Lo que te voy a transformar es la cara de un guantazo.- Espeto a Hans confusa y cabreada.- ¡Una mierda son estas tetas las de que el querubin ese!.- exclamo desconcertada, mi mente no quiere creer por mucho que sepa que puede ser cierto. ¿Como asumir que tu cuerpo es una mutacion transgenica de un extraterrestre y tus recuerdos una burca copia? Johanna realmente murio en el espacio ¿Quien soy yo?

Entiendo tus dudas.- musito a Joanna al ver la mirada perdida de esta.- pero te aseguro que después de ese beso, puedes ser mil cosas; pero NUNCA un angelito.- digo con una mueca pícara tratando de quitarle hierro al asunto.

Además, ya estás apartando ideas absurdas de tu cabeza. Tienes que estar al 100 % para lo que está a punto de venir... y no me refiero a la mamonada esa de pilotar la nave de vuelta a casa.- apunto con un gesto lascivo y una gran sonrisa.

Realmente no sé quien ha vuelto a nacer... si Joanna o yo mismo.

Tengo una posibilidad de empezar de nuevo; sin generarme muchas expectativas. Tan solo vivir el día a día.

Sujetando por la cintura a una Joanna semidesnuda, únicamente medio tapada con una manta, avanzo hacia un nuevo y prometedor futuro.

Escucho a Paulus y luego a leston. Sonrio mucho y me abrazo a Leston, casi colgandome de su cuello pero mis palabras son para responder a Paulus.- Yo no se que hara usted, padre, pero yo pienso meterme en un camarote con Leston... y no pienso dormir.

Sorprendido, aun no se porqué, por el comentario de la ingeniero. Miro hacia arriba, Dios mio esta mujer nunca cambiará, y me doy la vuelta en dirección a Lewis.

Hans, ¿que te parece si llevamos a Lewis a algún lugar donde se encuentre mejor? ¿Nos acompañas Chris? Creo que estos dos prefieren estar solos.

Miro hacia los lados y veo que Atmôn aun no ha salido de la nave.

Carla, ¿puedes traer al Egipcio? Creo que te hará más caso a ti que a mi. Sonrio a la ingeniero y digo, ojala haya quedado algún medico vivo a bordo. A ver si logramos que Lewis se recupere digo mirando sus heridas.

ZZzzZZ...ZZZ.zzzz

Hans observa a Joanna y se ríe...

-Vale, así si que me puedo creer que eres tú... aunque... puaj... que empalagosa te has vuelto...

-Creo que deberíamos trasladarnos todos a algún sitio desde el que empezar las operaciones que creamos necesarias, no deberíamos disgregarnos sin motivo ya que esto es enorme... Deberíamos dirigirnos hacia allí - dice Hans señalando a los ascensores. - si llegamos al puente seguro que cerca encontramos todo lo necesario para vivir, y desde allí tendremos acceso a toda la información que necesitemos... me pido el puesto de Capitán chiflado - Hans guiña un ojo y suelta una carcajada...

-Debemos de trasladar a Lewis hasta allí, seguro que encontraremos camarotes para que Joanna y Leston... bueno, "descansen"... y una enfermería para Lewis... Padre, agarrele de los pies y movámoslo lentamente, ese cabrón le preparó una muy gorda... es increible que este vivo.

Si el cura colabora Hans comienza a mover a Lewis hacia el ascensor en dirección al puente de mando.

-Por cierto, angelito, gracias... pero... ¿no hay regalos para los demás?

...

Con las esposas aun puestas corría por el almacén, vestido con un uno de esos trajes naranjas que se les ponen a los presos para que no se les pueda perder de vista.

La respiración acelerada, tenso, y con sudor frío cayendo por la frente.

Ha sido una fuga difícil, y la sangre aun corre por el brazo, goteando. Solo un poco.

A tientas y con las manos juntas palpaba en la oscuridad en busca de algo con lo que cortar los grilletes.

Una vieja sierra radial hizo su cometido, y los eslabones de la cadena volaron por la habitación.

-Voy a necesitar algo de ropa...

Buscó entonces el interruptor. Una vieja bombilla de tungsteno se encendió. Un cálido brillo anaranjado. Un vestigio del pasado, que nada tenía que ver con los fríos tubos halógenos que ahora iluminan todos esos modernos y bonitos edificios de la Federación Terra.

Abrí ahora mas calmado una de las  taquillas de aquel taller.

Empecé a sacar toda mi ropa, las chaquetas de cuero, el mono vaquero...

Una recortada.

Sin balas..

Seguí registrando el fondo de la taquilla.

Algo tiene que haber aquí.

Sorprendido encontré el traje con el que llegué a aquel desierto. Antes de conocer a Ray, Brams, Jose...

Era un mono rojo, de trabajo, junto a él, una gorra con el símbolo de "Coca-Cola"

De la pechera cuelga una tarjeta plastificada.

Me veo reflejado en ella, pero ya no soy yo.

Una sonrisa estúpida, la gorra de la empresa, bien afeitado. Disfrutando de ser un engranaje mas en la farsa en la que vivimos.

-Matheu R. Gregory... Operario de nivel 3...

...

Ahora me daba asco a mi mismo. Otra vez con el traje de trabajo puesto.

Tuve suerte de que no anularan la acreditación de trabajador.

Pasé desapercibido ente todos las hormiguitas trabajadoras de la fábrica.

Escondiendo la cara cada vez que algún miembro de seguridad se acercaba.

Llegué a los vestuarios.

Necesito una identificación nueva, una nueva identidad...

Miraba las taquillas, una a una. En busca de una foto que pudiera parecerse algo a mi.

BINGO!

Una cara parecida, un expediente perfecto, nombre... un poco ridículo, pero eso era lo de menos.

Un billete para embarcar en la Utopía. Perfecto para empezar de nuevo.

A nombre de Lewis McConahium

...

Mientras arrastramos Hans y yo a Lewis no puedo por menos que recordar la razón por la que había venido a esta nave. Utopía. Realmente me parecia el más desolador y estupido proyecto de la raza humana. A mi alrededor había visto morirse de hambre a gente, había visto la corrupción de la clase gobernante, había visto la degradación de la Iglesia y de muchas otras religiones, había visto a soldados humillar y y matar impunemente a cientos de personas. Todavía recuerdo las risas de esos macabros energumenos. Mi vida había corrido peligro muchas veces por el simple hecho de defender a una persona sin recursos, débil y desamparada. Más de una cicatriz me recuerda aquella época.

Utopía... era la mayor aberración que había podido imaginar. Una forma más de la extensión de la maldad del ser humano. Esto no se podía permitir. Los humanos ya habíamos destrozado casi todo nuestro planeta, aunque fuera un idealista no iba a permitir que esto se extendiera... Utopía debía fracasar... y vaya si lo hizo.

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Vuelvo de mis pensamientos y miro a Hans:

- ¿Llegaremos con vida a algún lado? Espero que al menos hay alguien capaz de pilotar este trasto...

Ha sido un día de pesadilla, pero ya ha terminado; a pesar de las inevitables muertes, los compañeros pueden estar contentos. Tras despertar a una tripulación seleccionada entre los durmientes, la nave está lista para funcionar; arreglais los sistemas, os deshacéis de los cadáveres, y en un par de semanas estais listos para comenzar de nuevo. Habéis dado parte a las autoridades, y pronto vendrán con naves de refuerzo para tomar el control de la situación.

Mientras tanto, Leston y Joanna no salen mucho de su camarote, apurando su tiempo libre. Al igual que Paulus y Chris; el antiguo sacerdote descubre cual es el área de conocimiento en la que su compañera es una auténtica experta. Hans, como único mando militar que queda en la nave, toma el mando de una fuerza de seguridad. (En realidad no es el único, pero el que queda es un zumbado con una cresta amarilla al que hubo que sacar de un montón de fláccidas carnes de Boomers).

Atmón, por su parte, ha sido contratado de forma remota por una importante cadena de televisión, y se encarga de hacer un reportaje tras otro sobre lo sucedido en la nave, y sobre su renacer. Le acompaña Carla, que se convirtió en una buena amiga y ha conseguido arreglarle una de sus cámaras, destrozada durante los acontecimientos. Y Lewis, que se muestra encantado de poder tocarle la moral a las autoridades, que no están para nada de acuerdo con la difusión de esta información. ¿Podrán seguir retransmitiendo cuando lleguen los nuevos mandos y las naves de refuerzo?.

Quién sabe.

En algún punto del Kalahari, un punto luminoso cae a tierra desde el cielo.

Podría ser un meteorito.

Pero no lo es...