Te aferraste a los mandos de nuevo con la intención de lograr lo imposible, salvar el aparato ¿cuestión de dinero, profesionalidad o quizás orgullo? notabas como las altas velocidad y la presión casi te hacían perder la consciencia, el paisaje montañoso se movía a gran velocidad según caías con aquellas toneladas de metal.
Diste todo lo que había de ti para llevar aquel trasto a un lugar seguro, conseguir aquel objetivo que te habías autoimpuesto, pero a cada segundo que pasaba te dabas cuenta que era muy complicado. Los cristales comenzaban a agrietarse, la sangre fluía por tus venas a gran velocidad y fue en ese momento cuando comenzaste a recordar todo lo que habías hecho en tu vida, tus viajes, tu padre, todo lo que amabas de la informática y sobre todo tus progresos en el campo de la tecnología armamentística, fue algo que para ti compuso gran parte de tu vida, un éxito que quizás nunca llegarías a saber si completarías.
Fue entonces cuando en un acto impulsivo, te tapaste el rostro con tus brazos, un instinto natural ante el inminente riesgo del choque. En aquellos momentos tan solo querías gritar ¿dolor?¿angustia?¿frenesí? gritar, eso era lo único que querías...
Fue entonces cuando despertaste, emitiste un gran grito. Estabas en la soledad de tu habitación, en tu hogar, un flexo iluminaba tu escritorio, todo aquel repleto de esquemas y esbozos técnicos sobre tu armadura, bajo tu regazo un libro sobre ocultismo, en tu monitor había una extraña página web: Velo de Tiresias. Fue entonces cuando te diste cuenta que sonó la alarma de tu móvil, en menos de 6 horas tenías una rueda de prensa con accionistas, ibas a presentar tus primeros esbozos del modelo de armadura exoesquelética retroalimentada por "energía espiritual", hoy era tu gran día...
Gracias por haber participado campeón :)
Jenell no había podido dormir nada bien durante las últimas tres noches. El primer día no podía creerselo. Esperaba que de repente vinieran a darle la noticia de que Kiandra había hecho algun invento y había caído en otro lado, lejos. Pero no. Ni rastro. Realmente, en la noche del segundo día, había terminado de asumor que había...muerto, realmente. Se sintió cumplable, pero que había pasado? ¡Si ella le había dejado el paracaídas! Solo tenía que soltar los controles...
Si, Jenell era inteligente. Si, podía ser fría cuando quisiera. Pero hasta ella era humana, y haber visto dos muertos, una monstruosidad, y saber que una persona que le había salvado la vida había acabado muerta también le había afectado mucho. Aunque le gustaban algunas obras un tanto fuertes como las de Poe, no era lo mismo leer que realmente vivirlo.
Tampoco es que esperara una gran felicitación o algo, pero ni la mas mínima delicadeza había sido tomada en cuenta. Jenell volvía a dudar sobre la "buena" organización de la institución, y aquellas cuatro paredes se le hacían mas opresivas que nunca. Taciturna como estaba, le llegó el citatorio del director. Poco animada, y con ojeras un tanto marcadas por su palidez, decidió no hacerse esperar y acudir.
Ricardo aguardaba en su habitación mientras afilaba la espada. Pobre diablo, realmente había sido un gran compañero. No había tenido tiempo a conocerlo pero se le veia una buena persona. Es terrible los sacrificios que se deben hacer para mantener un mundo en orden y evitar que los demonios lo infesten todo. Siempre que moría un compañero tenia costumbre de pagar a un cura cristiano y ofrecerle santa sepultura para que Dios cuidara de su alma. Cuando tuviera tiempo de seguro lo haría. No iba a llorar ni a perder el sueño todos morimos y él ha tenido la muerte de un héroe la pena radica en que muriese tan jóven y que nunca se sepa de su valor. Cuando lo llaman se dirige recto y recio hacia el despacho, el tiempo continua y las agujas lo acercan a algo nuevo.
Fue en el despacho del director donde ambos compañeros, Jenell y Ricardo, se volvieron a encontrar tras la misión. Visiblemente uno estaba más abatido que el otro.
En la mesa del despacho se encontraba sentado el director, con su semblante serio y frío de siempre, no mostró una sonrisa ante vuestra llegada, simplemente se levantó y os hizo tomar asiento en las elegantes sillas.
- Gracias por venir - dijo tajante.
- Antes que nada, me gustaría felicitaros por el cumplimiento de vuestra misión, esta ha sido para vosotros vuestra prueba inicial, el detonante de lo que puede ser para vosotros un nuevo futuro en la organización. Sé que habéis perdido a dos de vuestros compañeros y nosotros a uno de nuestros mejores pilotos, pero a cambio se ha ganado capturar a Doukas con vida, el cual nos ha revelado ya los focos de actividad de varios demonios drenadores, lo cual significa que habéis dado el primer paso para salvar muchas vidas, y ya no solo hablamos de Niza. -
- Actualmente tenéis mi beneplácito para ser considerados Acechadores, las pruebas son duras y la muerte siempre está presente, pero la crueldad de la vida real en el exterior es la mejor herramienta para abrirle los ojos a nuestros hombres y mujeres, ahora la pregunta es ¿deseáis continuar con nosotros? - en ese momento el director sacó varios folios de su escritorio, estaban todos dentro de un gran fichero.
- Hemos estado evaluando vuestras capacidades tras esta misión, el Velo además de un dispositivo de camuflaje también recopila todo vuestros movimientos y conversaciones, nosotros desde la orden nos limitamos a observaros, fuera cual fuera el precio - cogió con elegancia uno de los folios.
- Jenell Van Reinhart, aún a pesar de tu corta edad has demostrado una capacidad de análisis de la situación bastante óptima, no sin dejar atrás tus brillantes conocimientos sobre ocultismo, cuando leí en el informe que supiste detectar qué tipo de enemigo era al que os enfrentabais supimos que tu lugar sería en el centro de investigación y localización de entes paranormales, tuya es la decisión de si deseas contribuir a la humanidad o volver a tu rutina - Acto seguido cogió el siguiente folio
- Ricardo Sánchez, quizá fuiste un gran hombre en el pasado y lo diste todo por mis antepasados por preservar la humanidad, pero ha sido ahora, en esta época moderna cuando podemos dar las gracias de que alguien con tu capacidad física esté ante nosotros. Fuiste capaz de adentrarte en la catedral sin emplear ningún tipo de herramienta, necesitamos hombres de tu categoría para los equipos de asalto - poco después guardó los papeles.
- Como veis, tenemos un lugar para cada uno de vosotros, ¿qué decidís? -
Este será vuestro último turno chicos, donde decidís si queréis continuar en Velo de Tiresias o volver a vuestra vida normal. Que sepáis que ha sido un enorme placer teneros aquí :)
Jenell meditó.
Realmente le había parecido demasiado brusco quizá ese detonante. Aunque lo cierto era que antes de ingresar al Velo por las pistas y portales ocultos de la organización se advertia claramente que no era un juego o algo a tomarse a la ligera. A pesar de todo, ella había llegado quizá como tantos, pensando que "no era para tanto". Pero si lo era, y a pesar de haber sido un trago muy amargo, al menos ahora si estaba consciente del todo de lo que era el trabajo allí. Vivir para procurar combatir amenazas impensables e increíbles. Morir de forma anónima, sin honores ni gloria como Kiandra, Dan, Ernest...
Y la recompensa no iba a ser reconocimiento, sino la simple oscuridad que recibe a uno al entrar en su habitación. Eso, y saber que había cumplido, y que con esa colaboración se había salvado mucha mas gente de la perdida. Gente que quizá no lo mereciera, como su padre. Pero también podía ser que si fueran personas a las que valiera la pena salvar.
Suspiró.
Oh no me digas que lo piensas enserio...
-Yo me quedo, me dí cuenta de muchas cosas en esta jornada, y entre ellas que me siento bien ayudando a la gente si puedo hacerlo.
Idealista...tsk...
Ricardo atiende a las palabras del director. Para él la decisión es clara, que vida normal le espera a él fuera del velo? apenas si pudiera volver al pasado habría una posibilidad pero con esas y todo era improbable. Pasó mucho tiempo en el velo ya no sabe que es la vida normal. No conoce otro oficio que el de matar demonios infiltrarse en lugares y enfrentarse a horrores de los que nadie mas osaria. Su destino fue y siempre ha sido morir cumpliendo el deber como hizo Kiandra.
Acepto la propuesta de ser acechador señor, no conozco a dia de hoy otra vida que no sea esta.
Fue así como Jenell y Ricardo lograron encontrar una motivación que darle a sus vidas, un hogar donde vivir y la seguridad de que estaban haciendo algo más grande de lo que se pudiera imaginar un ciudadano de a pié.
Quizás no sería un trabajo de ensueño, la frialdad y el misterio siempre rodeaba cada una de las paredes, pero era vuestro lugar, quizás fue cosa del destino o del azar pero Velo de Tiresias pasó a formar parte central en vuestras vidas.
Como dije antes, gracias por todo :)