Vicente tiene 32 años, ingeniero en informática a los 21, certificado en más de 15 lenguajes de programación y teletrabajador de una importante empresa americana. Es un joven exitoso, con 7 cifras en el banco, soltero y sin hijos, y, para ser informático, tiene un empujón. Vicente destaca detrás de una pantalla, pero sigue viviendo con una madre castrante, no tiene novia, ni la ha tenido, no tiene amigos y si preguntas en su escalera la mitad de la gente dirá que no lo conoce. Es un fantasma que duerme de día y trabaja de noche....
Todo iba bien, hasta que se despertó aquella tarde y se fue a la ducha. Tenía reunión con los japoneses, y si salía bien pegaría un pelotazo que le permitiría jubilarse, si es que tuviera algo que hacer además de trabajar. Se estaba duchando cuando resbaló y golpeó con la cabeza en el suelo, muriendo en el acto. La muerte bajó a por él y al ver la escena se empezó a descojonar, lo cual molesto a Vicente, que podía estar muerto pero que tenía su corazoncito. Sacando un valor que no sabía que existía se atrevió a mandar a tomar viento a la muerte, que la muy cabrona más le decía más se descojonaba. El pobre hombre vencido y abrumado le contó su vida, lo poco que había vivido, sus planes de hacer cosas después de dar ese pelotazo, y la muerte, que será una cabrona pero a veces tiene sus cositas le concedió un último día. La siguiente tarde moriría, mientras podía intentar vivir en un día todo lo que no había hecho antes.
Partida en la que nos meteremos en la piel del pobre Vicente en su último día de vida. ¿Que hará un informático soso, castrado por su madre en cuanto se entere de que no hay mañana?
Partida al sprint. Acaba 23/12