Partida Rol por web

¡Avanza de una puñetera vez! ¡Nos necesitan ahi delante!

Mientras el sargento hace fuego de cobertura, tu te mueves hasta la siguiente posición, haciendo lo mismo para que el resto de tu escuadra pueda avanzar. Con profesionalidad, buen entrenamiento y un par de cojones avanzais por la selva venusiana luchando contra un destacamento de la legion oscura que está de incursion. O estaba, porque ahora han cambiado de objetivo, y tu compañia esta recibiendo tiros de un amplio frente.Estais aguantando el frente mientras la fuerza aerea llega con un regalito para ellos: Litros y litros de napalm que no dejará nada mas que cenizas del grueso de vuestro enemigo. Pero hasta que lleguen estais jodidos.

El Sgto Tovlich toma una cobertura cercana a la tuya, Boris y Vorian un poco mas adelantada, mientras os encontrais de frente con los restos de la escuadra Eco, tres husares que aguantan como fieras la embestida de los legionarios no muertos. Los disparos aumentan mientras mas os acercais a la trinchera improvisada con un enorme arbol caido que estan ocupando vuestros camaradas. El sargento os grita- BORIS, VORIAN, por la derecha, ALEXANDR, a la izquierda- Y se dirige hacia los tres husares a los que estais apoyando.

 La orden del Sgto Tovlich me espolea hacia delante con la determinación del que sabe que su único camino es avanzar, aunque llueva fuego, como es el caso. Me despliego hacia la izquierda, tratando de cubrirme con árboles o cascotes que puedan ofrecerme algo de cobertura en mi avance. Cuando me veo obligado a atravesar desprotegido, lanzo un infierno de fuego hacia donde están los enemigos, con más intención de obtener cobertura que de abatirlos, si bien lo segundo siempre es bienvenido.

 Mientras avanzo, en la medida de lo posible, miro de reojo cómo están progresando mis compañeros.

Cubres por el fuego tu posicion, aguantando la linea del ataque disparando con tu arma. Cuando miras a tus compañeros, ves como el sargento está dando ordenes para que los husares cubran bien su sector. De repente, uno de esos husares cae con la cabeza destrozada por un certero disparo, convirtiendola en una pulpa sanguinolenta a ojos vista. El sargento busca cobertura, pero cuando está tirado recuperandose del cuerpo a tierra, de unos arbustos cercanos oyes un rugido espeluznante, y ves salir de el un Razida asaltando contra el. Si vas a ayudarlo, tal vez puedas salvarlo, pero arriesgas tu puesto. Si no, tendreis un razida mas y un sargento menos tras vuestras lineas. En un momento, todas esas palabras pasan por tu cabeza, creando una encrucijada donde debes elegir .

 Pienso rápido: si abandono mi posición, quizá avancen los enemigos por ese flanco, pero si el sargento cae perdemos el nexo y, sin tiempo para reorganizarse, nos cazarán como a ratas.

 Por tanto, cambio la dirección de mis pasos y arremeto contra el Razida descargando toda mi furia contra él en forma de fuego y metralla. Confío que al atacarle desde el flanco pueda pillarle por sorpresa, al menos relativamente, ya que parece centrado en el sargento. No se trata de un ataque kamikaze, conforme avanzo hacia el enemigo me voy fijando en la cobertura que pueda ofrecerme el terreno por si he de usarla rápidamente.

Al recibir tus disparos, el Razida ruge de dolor y se gira hacia ti, disparanod su arma. La rafaga pasa cerca tuya, impactando en tu armadura un rebote, sin causar daño.  Mientras ruge, ves como comienza a cargar hacia ti, con toda la potencia que sus piernas le dan. El sargento, libre del monstruo, se levanta, poniendose de rodillas y apuntando con su arma, con la cual efectua un disparo que da en la parte trasera de la rodilla de la bestia, lo que hace que caiga al suelo en su carrera.

¡REMATALO Vasilevski!- Grita- Vosotros seguid cubriendo el sector

 Doy gracias por la suerte que he tenido, pues si me llega a alcanzar de lleno, no lo habría contado.

 Si fiarme un pelo por que la bestia esté herida, descargo un ataque contundente mientras el Razida rueda por el suelo. Atento por si en una acción desesperada pueda intentar acabar conmigo. Mientras disparo intento apartarme de su camino, escorándome hacia la posición del sargento.

La bestia, rugiendo, Lanza sus brazos hacia ti, aunque en ese momento ya no estas. Con un movimiento torpe, debido a su rodilla destrozada, se levanta como puede, disparando con una mano hacia ti. Tus rafagas impactan sobre el, volviendo a tumbarlo, no sin que antes un disparo te impacte de lleno en la placa de tu estomago. Esta para gran parte del golpe, pero cuando te fijas, estas sangrando. El monstruo todavia se mueve, aunque no lo ves muy por la labor de seguir vivo mucho mas tiempo. Eso no quiere decir que este muerto todavia, pues trata de levantar de nuevo su arma, para disparar a quien le ha echo eso.

Pero va demasiado lento para el. Una lluvia de fuego cae en las filas enemigas, dando descanso a tus compañeros en la defensa de su posicion. Entonces vuelven en tu ayuda, disparando y friendo a tu enemigo cuando lo ven. Entonces, empiezan a flaquearte las fuerzas y a dolerte la herida.

 - ¡AAAGGH! MALDITO ENGENDRO - Exclamo, con los dientes apretados y curvando la espalda, para no dar tirantez a la herida del abdomen. Intento sobreponerme al dolor creciente y miro en derredor, por si hubiera más enemigos a la vista. Intento mantener la formación con mis compañeros.

 - Ya habrá momento para recibir asistencia médica. - Pienso, intentando mantener la cabeza fría - Este es momento para resistir y conseguir volver todos juntos. De una pieza.

Chico, ¿estas bien?- te pregunta el sargento Vardov- Me has salvado la cabeza, muchacho, me aseguraré que te compensen por eso... y ahora no te preocupes, ha llegado la caballeria...
Tras el ves varios vehiculos blindados avanzar soltando rafagas de plomo sobre el enemigo, haciendo retroceder a los pocos con seso y convirtiendo en trozos de carne esparcidos por la selva a los que ni tenian ni tienen ya. Un par de camilleros aparecen de un oruga-ambulancia, bastante cargado por lo que ves, y te ayudan a ir hacia alli

Vasilevski, te debo una.- Dice Vardov despidiendose de ti, mientras la compuerta sube y se cierra con un golpe seco.