Partida Rol por web

WarCraft: El Comienzo del Fin

Prólogo de Jason

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16/10/2010, 23:08
Director

 

Han pasado más de 5 años desde que Arthas fue derrotado por los campeones de las distintas facciones de Azeroth, sin embargo, no todas las tareas habían quedado finalizadas. Eres uno de los elegidos de Sylvanas Brisaveloz para darle a los Renegados la oportunidad de alzarse más allá de la mediocridad a la que se ve ante los ojos de las demás razas. En una misión especial y de alto secreto, tu dama oscura te ha ordenado regresar a la tierra olvidada de Corona de Hielo con el propósito de encontrar un poderoso recurso para tu pueblo, los restos de Hildana, una poderosa Valkyr que sirvió fielmente a su señor que si vuelve a la vida bajo tus rituales nigrománticos serían la clave para marcar la diferencia en una futura guerra.

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16/10/2010, 23:10
Director

Notas de juego

 Aquí deberás narrar tu llegada a Corona de Hielo y los comienzos de tu búsqueda del cuerpo de la Valkyr. Corona de hielo está bien protegida por los soldados de la Cruzada Argenta, sin embargo aún hay varios reductos de la plaga que intentarán aniquilar cualquier resquicio de vida en los alrededores de la Ciudadela.

Si tienes cualquier duda o problema avísame :)

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19/10/2010, 23:58
Sólo para el director

 Fran, te quiero mucho y por eso te van a dar mucho por el culete. Te voy a poner los nombres de las localizaciones en inglés porque no encuentro ninguna manera cómoda de buscar sus traducciones al español. Así que si ves alguna que no te suene mucho, vas a tener que googlear un rato :P 

 
Y después de este off rol, podemos comenzar:
 
 
 
El pesado buque de guerra atracó con fuerza en el maltrecho muelle de Vengeance Landing (Campo Venganza?). Un sonoro roce y crujir de madera contrastó con el sepulcral ruido de la cubierta, donde sólo el viento se atrevía a aullar lastimeramente. En aquella fría mañana ver aparecer a la espectral embarcación de entre la bruma, dirigiéndose con paso lento y firme hacia el puerto, sería una visión aterradora hasta para el marinero más curtido... pero no para aquellos que esperaban en el muelle. La muerte constituía una parte más de sus existencias, y ver aparecer un barco fantasma del horizonte les causaba tanta consternación como ver alzarse al sol cada mañana.
 
Desde luego ninguna otra expresión podría describir mejor a la embarcación que acababa de atracar que "barco fantasma". En todo su ser, el barco no albergaba ni un solo resquicio de vida. Desde la cubierta a la bodega, pasando por los camarotes, sólo un aura de muerte y oscuridad recibiría a las almas que se atreviesen a cruzar el puente. Y sin embargo no todo se encontraba inmóvil dentro de la embarcación. Moldes humanos, rellenos de huesos y carne putrefacta iban llamando en los ataúdes de los pasajeros. Sonoros golpes fueron inundando los pasillos y las bóvedas, mientras los ocupantes eran avisados de la llegada al destino y se preparaban para pisar tierra firme. 
 
Aquel era un barco de Renegados, la muerte viva comandada por la reina Silvanas Brisaveloz. Sus tripulantes no estaban vivos, ni muertos. Sí, la muerte había llamado a la puerta de todos y cada uno de ellos, pero habían sido arrebatados del eterno descanso que les correspondían para vagar atormentados atrapados sin remedio en el decadente cuerpo que poseían en vida. Eran una aberración, una monstruosidad, una broma macabra de lo que debería ser la vida. Y todos ellos iban apareciendo en la cubierta preparándose para bajar a tierra.
 
Jason se removió en su ataúd, donde había pasado la mayor parte de los 2 meses que duraba el trayecto. Había olvidado las incomodidades de los viajes, y ciertamente notaba el paso del tiempo en su maltrecho cuerpo. Sin embargo agradeció enormemente el desinterés que las demás razas estaban mostrando por la helada tierra de Rasganorte. Ninguna de las razas menores (Aquellas que no habían pasado por la bendición de Silvanas) viajaban en el mismo barco. Poder descansar repasando los catálogos de las nuevas especies de plantas descubiertas en Rasganorte y sus propiedades sin la molestia de los ruidos y ajetreos de los vivos fue algo que añoró en exceso durante su primer viaje a aquella desolada tierra. Puede que en su día él mismo hiciera lo propio, pero ahora, con una mayor perspectiva de las acciones y sus consecuencias, entendía la futilidad de todo aquel movimiento inútil. ¿Por qué alguien querría bailar? ¿Cuál era el sentido? ¿Qué pretendían obtener con ello? ¿Y la cerveza? Ciertamente se alegraba de haberse librado de sus antiguas y estúpidas cadenas, aunque ahora lastrara otras que podían ser aún más pesadas.
 
Una fina ventisca le dio la bienvenida cuando subió a la cubierta. Allí pudo dislumbrar de nuevo a la tripulación de la embarcación. Al igual que casi todos los partícipes de su condición estos tendían a no moverse demasiado, a menos que fuera estrictamente necesario. El capitán continuaba en su parapeto, ladrando las órdenes a los marineros que recogían las velas y aferraban los cabos. El puente fue tendido y la comparsa se puso en movimiento. Jasón se arropó bajo su capa. Su frío cuerpo hacía mucho que no le proporcionaba calor cuando se cobijaba bajo una manta, pero al menos así evitaba que la nieve cubriera su cuerpo. Sentir frío no era ningún problema para los Renegados, cuya voluntad les había permitido romper las cadenas que los subyugaba a su antiguo gobernante. Sin embargo, si no tomaba precauciones la nieve congelaría sus articulaciones, haciendo la tarea de moverse aún más pesada y agotadora.
 
Incomodidades, problemas y distracciones, eso era todo lo que este viaje representaba para Jason. No podía negar que se alegraba de poder estudiar las hierbas que crecen en la región de primera mano... pero no así. No había sido él quien había decidido hacer el viaje, y desde luego no era el mejor momento para dejar su laboratorio en Entrañas. Aún quedaban muchas pruebas por hacer, y notaba que los secretos estaban apenas a un par de mezclas de distancia. Otros crearían las pociones basadas en su trabajo y se quedarían la fama y los recursos que él se merecía. De no ser porque la orden venía de la misma Silvanas se hubiera encargado de "rechazarla diplomáticamente", de una forma o de otra. A fin de cuentas siempre necesitaba sujetos para sus experimentos. No, estaba realmente enfadado, furioso. Alguien iba a pagar un infierno por aquello.
 
El jefe pesteador Harris (Suena fatal, pero lo dejo así :P ) aguardaba en el puerto mientras la masa de Renegados abandonaba el barco. Jason lo vio pero dejó que fuera él quien se le acercase. Había que dejar claro quién mandaba sobre quién desde el principio.
 
- Es todo un honor poder recibir a un profesor de la real sociedad apotecaria en nuestra propia casa. Espero que el viaje no haya sido demasiado agotador. - Comenzó Harris.
 
- Ahórrate el sermoneo Harris, no he venido para oirte hablar. - Espetó Jason.
 
- Entiendo señor. El carruaje está preparado, podemos ponernos en marcha en cuanto desee.
 
- Supervisaré que mi equipaje es descargado y montado en el carruaje personalmente. - Ni siquiera se molestó en mirar a Harris a los ojos, estaba más ocupado mirando cómo las redes y cuerdas comenzaban a descargar la carga del barco.
 
- Si me permite decirlo, señor, entiendo que su tiempo es muy valioso y no merecería la pena que lo gastase viendo cómo descargan el barco al completo. Tenemos sirvientes leales de la sociedad que pagarán con su vida si algún daño llegara a ocurrir a su equipaje. - Intentó con esmero razonar Harris.
 
- Tu puesto sería el primero en caer si una astilla salta de alguna de mis cajas. - Dijo Jason en un tono bastante neutral, como indicando el preciso curso de acción de un acontecimiento inevitable. - De todas formas no habrá nada de lo que preocuparse, supongo. - Dijo mientras se giraba a mirarle, con una malévola sonrisa dibujada en la cara. - A fin de cuentas se supone que el jefe de apotecarios en este peñón del fin del mundo sabrá manejar situaciones mucho más comprometidas que una simple descarga de material.
 
- Por supuesto señor. No tenga la menor duda de ello señor. Su equipaje llegará intacto a nuestro destino. Permítame ofrecerle refugio en la carroza mientras su equipaje aparece para la supervisión, señor. - Harris abrió la puerta de la carroza con una reverencia, donde comparado con la ventisca del exterior, que empezaba a arreciar, el cómodo interior ofrecía una acogedora bienvenida.
 
Jasón se limitó a clavar su mirada en Harris.
 
- No señor. - Respondió este.
 
Y volvió a fijar su atención en la carga que bajaba del barco.
 
Pasó un buen rato en silencio mientras cajas de diversos tamaños y emblemas iban bajando del barco. Harris notó el tiempo pasar particularmente lento. El moho se había apoderado de parte de sus piernas, y la humedad hacía que el problema se agravase. Le costaba moverse y estar ahí afuera con el frío y la humedad no iba a ayudarle en absoluto. Trataba de cambiar de postura a intervalos regulares en una suerte de baile ritual que sólo él conocía. No, esta no era tarea para un jefe apotecario. No había subido tanto en la escala de la sociedad, desintegrando a sus oponentes en el camino, para acabar siendo la niñera de un megalomaníaco de la capital. Sabía de sobra que este profesor Jason no era más que un gusano con el ego de una catedral con una salvaguardia de Silvanas bajo el brazo. No iba a olvidar esta humillación. Iba a encontrar EL descubrimiento. Él iba a encontrar LA receta definitiva y podría abandonar de una vez este lugar de mala muerte para volver a la capital. Y cuando eso pasara, cuando ascendiera en la escala los peldaños que le correspondían, iba a tener muy en cuenta a este "profesor" Jason.
 
- ¡Eh! ¡Tú! - Le sacó de sus pensamientos los gritos del profesor. - ¡Será mejor que cuides la carga que sigue a la que manejas ahora perro de mar! ¡Esos grimorios valen más que la madriguera en donde te refugias, sabandija!
 
- ¡Claro señor! - Respondió el marinero socarronamente. - La Dama Gris es famosa por el buen trato a su carga. - Dijo el marinero dejando caer pesadamente las cajas sobre el muelle. - No tiene nada de lo que preocuparse.
 
Toda la cubierta estalló en carcajadas. Los marineros dejaron lo que estaban llevando a cabo y prestaron atención a la escena. Puede que estuviesen muertos, pero una lección de humildad a aquellos que se creían superiores a ellos siempre les levantaba el ánimo. Harris hizo todo lo posible por disimular una sonrisa. Jason metió su mano dentro de la túnica y rebuscó ligeramente. El marinero, cuya sonrisa no se le había borrado de lo que le quedaba de cara, miró curioso a ver qué arma sacaba aquel individuo. Sin importar qué pasara, ahora él tenía la sartén por el mango y no pensaba dejar que le arruinasen el momento. ¿Sería una daga con lo que pensaba amenazarle? Estaba acostumbrado a esas cosas y, pese a su condición, podría zafarse sin problemas. Además, no parecía muy diestro con las armas. Tenía más bien pinta de rata de biblioteca. ¿Sería entonces una varita? ¿Qué cara se le pondría cuando se balancease y evitara el rayo? El secreto residía en mirar el brazo. Muévete cuando el brazo comienza el movimiento y estarás a salvo. Por lo que sabía las cargas de las varitas eran tan limitadas como caras. El marinero siguió mirando a la figura arropada en su túnica. Por favor, que sea una daga, tenía ganas de reirse un rato.
 
Finalmente Jasón sacó la mano de su túnica. La expectación era tal que el marinero pudo escuchar el suave tintineo que salía de su mano.
 
- ¡Capitán! - Gritó - ¡50 piezas de oro por llevarme su cabeza como souvenir si algún daño llega a mi cargamento!
 
El capitán simplemente asintió. En la cubierta algunos marineros sonreían por el nuevo giro de acontecimientos mientras otros volvían a sus quehaceres, pensando que ya no había nada que observar. El marinero se quedó serio de golpe. La carga bajo lentamente y se posó gracilmente en el suelo.
 
- ¡Aparta tus sacas rápido! ¡Aún queda mucha carga por preparar! - Se permitió espetar el ayudante de carga.
 
Jasón dio dos palmadas - ¡Vosotros, aseguraos de que todo está en orden y cuidad de guardar todo adecuadamente en la carroza! - Dijo a los asistentes de la sociedad que estaban preparados para retirar su cargamento.  Los asistentes se trotaron para recuperar las cajas. Jason puso su mano en el hombro del primero cuando éste pasaba por su lado. - No hace falta que vayáis con prisa. Esa carga es delicada, tomaos el tiempo que necesitéis.
 
Los asistentes se miraron entre sí. Con una sonrisa comenzaron a andar parsimoniamente hacia las cajas. Era la primera vez que no tenían que soportar al capataz ladrando órdenes de "¡más brío!" o algún pasajero que exigía salir de aquel agujero cuanto antes, y pensaban saborear el momento. Mientras, el marinero miraba consternado cómo le hacían perder el tiempo bajo la nieve mientras los cargueros revisaban las cajas y cargaban una a la vez. - ¡Daos prisa panda de huesos roídos! - Gritó cuando le pudo la rabia y le falló la compostura. Los cargueros se limitaron a ignorarle y reirse de él, lo que sólo ayudaba a aumentarle la ira. Harris, que se había regocijado con la jugada del marinero ahora lo maldecía por dentro. Por culpa de su enorme boca ahora tenía que esperar aún más tiempo bajo el temporal. Algunas ratas no saben mantenerse calladas en su madriguera. ¿Quién se había creído que era este gusano de mar? Él podría estar ya resguardado del tiempo camino a su laboratorio. Para Harris cada segundo era un motivo más para infuriarse.
 
Finalmente la última de las cajas fue asegurada a  la carroza, y Jasón se giró hacia la puerta.
 
- Marchemos de una vez, no tenemos ni un segundo que perder.
 
- Claro que sí, señor. - No existían palabras para expresar lo que Harris pensaba en aquel momento.
 
- ¿Algún problema Harris? - Preguntó Jason mientras se adentraba a la carroza.
 
- No señor, claro que no. Estaba avergonzado por la actitud de aquel marinero, señor. Una gran manera de tratar con aquellos que no respetan a la autoridad, si me permite decirlo. - Comentó mientras por fin pudo ponerse al resguardo de la carroza.
 
- Guárdate tus adulaciones para aquellos que necesiten que les refuercen su autoestima, Harris. Hay temas más importantes que debemos tratar ahora.
 
- Claro señor. - Se limitó a responder Harris. La carroza se puso en movimiento, con el paso marcado por el errático movimiento de los corceles esqueléticos que tiraban de ella.
 
- Quiero un informe de progresos desde el último registrado de la sociedad.
 
- Estará listo en dos días, señor.
 
- No sólo eso, quiero ver los últimos avances personalmente, con las posibles aplicaciones y contraindicaciones.
 
- Sin ningún inconveniente señor. Estará arreglado en cuanto sea posible. Aunque debo advertirle de que el espacio del laboratorio es limitado y no podremos hacer todas las presentaciones al mismo tiempo. Habrá que preparar el laboratorio para cada uno y perderemos valiosas horas montando y desmontando cada escenario de pruebas.
 
- Soy perfectamente consciente de las tareas de laboratorio, Harris, no hace falta que me alecciones. Estudiaré cada escenario y me encargaré personalmente de que todos sean preparados con la mayor eficiencia posible. Pero quiero ver resultados. ¿Ha quedado eso suficientemente claro?
 
- Como el cristal, señor.
 
La carroza traqueteaba sobre el pavimento. La ciudad se había extendido desde la última vez que la visitó. Había nuevas calles y plazas por lo que recordaba que eran las explanadas colindantes. El exterior de la ciudad estaba salpicado de comercios y residencias, donde los recién llegados podían abastecerse o encontrar cobijo. Se alegró de ver que la población consistía casi exclusivamente de Renegados. Mejor, así no tendría ninguna distracción de las ruidosas razas menores. Si los humanos eran malos compañeros, al menos ellos no parecían compartir la idea generalizada entre los orcos de que arrojarse cuesta abajo cabalgando un arriete contra un cuartel del ejército de turno era una buena manera de acabar una noche de borrachera con la brigada. Notó sin embargo que aquí podían verse algunos goblins por las calles. De las razas menores eran los que más detestaba. Esos despreciables carroñeros irían a cualquier parte y harían cualquier cosa por un par de monedas de cobre. Podrían ser de utilidad llegado el momento de necesidad... de una forma o de otra. Hablando de carroñeros... Jason notó cómo una línea negra parecía surcar los tejados de la ciudad. Allí arriba cientos de ojos miraban cada rincón del suelo. Cuervos, cuervos por todas partes. También podrían ser interesantes.
 
- Por supuesto mis aposentos estarán preparados para cuando lleguemos. - Continuó su lista de demandas a Harris.
 
- Por supuesto señor.
 
- Bien, sería terrible que un error insignificante manchase mi informe a la sociedad.
 
- Terrible, señor.
 
- Quiero ver mi laboratorio en cuanto me haya instalado en mis aposentos. 
 
- Señor, andamos realmente escasos de espacio en nuestros laboratorios con las nuevas especies de plantas que hay que catalogar y comprobar... - Comenzó a decir Harris.
 
Jason se dignó a girarse para mirarle directamente a la cara.
 
- ... así que... - Continuó Harris. - ... así que espero que no le incomode trabajar en un espacio favorable aunque ciertamente apretado. - Concluyó.
 
- No esperaba encontrar los recursos y comodidades de la capital en este pueblucho. - Comentó mientras volvía a mirar por la ventana. - Tendré que conformarme con lo poco que seáis capaces de ofrecerme.
 
- Un noble gesto de su parte, señor.
 
- Por supuesto quiero que me pongas al día de los experimentos que se estén llevando a cabo pero que aún no han dado resultados, incluyendo los tuyos. - Continuó Jason.
 
- ¿Señor? - ¿Tenía la desfachatez de venir aquí a meter las narices en SUS experimentos? Esta era una línea que ningún miembro de la sociedad estaba dispuesto a que se traspasara, y Harris no iba a ser una excepción. Y no importaba qué rango tuviera o quién lo mandase. No pensaba dejar que un acartonado y estirado noble de la capital viniera a robarle SU trabajo.
 
Jasón se irguió en su asiento y encaró a Harris sin un gesto de duda - ¿No me he expresado con claridad? Mis disculpas. Permítame su señoría que me exprese en terminos más vulgares para que vuestro intelecto pueda abordar las ideas aquí presentadas. La real sociedad está creciendo, y nuevas mentes hambrientas de poder y reconocimiento se están abriendo paso entre las filas. Cada vez miembros más jóvenes proponen ideas más audaces para invertir nuestros ingredientes  y laboratorios, y algunas voces están llegando a la cúpula directiva. Esta no es una visita de cortesía, Harris, ni un informe rutinario. He sido enviado expresamente desde arriba para evaluar tus ideas y progresos, y la viabilidad de tus proyectos. Si no estás a la altura de la sociedad, serás reemplazado por alguien más capaz. ¿Me he expresado más claramente en esta ocasión?
 
- Alto y claro, señor.
 
- Perfecto. - Dijo mientras se volvía a reclinar sobre su asiento, con la mirada perdida en el paisaje. - Sinceramente me importa un bledo quién esté al mando de esta expedición, mientras los avances sean sustanciales y los resultados prometedores. Pero estoy seguro de que alguien con tus aptitudes habrá sabido aprovechar el tiempo invertido en estas instalaciones.
 
- No tenga la menor duda, señor.
 
- Una ultima cosa, Harris. - Dijo Jason mientras el edificio de la sociedad aparecía delante de la carroza.
 
- ¿Sí, señor?
 
- Deseo que me prepares una escolta hacia la Ciudadela de la Corona de Hielo a la mayor brevedad posible. He oído que ahora la cruzada argéntea mantiene el control de la zona.
 
De pronto los ojos de Harris se iluminaron con un brillo que había perdido en todo el día. Era el brillo de la oportunidad. No una oportunidad cualquiera, sino una jugosa oportunidad servida a sus pies, sobre una riveteada bandeja de plata. - ¿A la Ciudadela de la Corona de Hielo ha dicho, señor? - Preguntó para asegurarse.
 
- Veo que tus oídos aún funcionan, Harris. Eso es exactamente lo que he dicho. Ahora que me encuentro aquí no pienso perder esta oportunidad de comprobar de primera mano cómo ha evolucionado ese maldito lugar. No pienso volver a montar en barco para regresar una segunda vez.
 
- Entiendo, señor. Una sabia decisión, si me permite decirlo. Creo que la próxima caravana sale en una semana, señor. Me encargaré de que todo esté preparado a la mayor brevedad posible.
 
La Ciudadela de la Corona de Hielo. El trono mismo del rey exánime. El cruel verdugo que los mató en vida y los resucitó con su maldición sólo para alimentar las filas de su ejército. Harris había oído las historias. Esperaba que los levantados bajo el domino del rey exánime quedaran libres de su control una vez que éste murió hace 5 años. Esperaba ver hordas de levantados correr por todo Rasganorte, arrasando con todo lo que encontraran en su errático paso. Sin embargo nada de eso fue lo que pasó. Los levantados se replegaron, como invocados por una misteriosa fuerza oculta. Sin embargo el rey exánime fue derrotado. Él mismo vio el cuerpo inerte de Arthas, el príncipe que sirvió como último recipiente. Y Fordring y el resto de cruzados salieron victoriosos. Y sin embargo.... Los rumores dicen que la cruzada aún combate levantados en Corona de Hielo. Que un nuevo rey exánime se ha levantado y comanda las legiones. Y este... "Jason" no ha preguntado nada al respecto. Bueno, no es mi obligación importunarle con una charla vacía acerca de rumores y divagaciones. Es su deseo examinar la ciudadela y mi deber hacer todo lo que esté en mi mano por cumplir con lo que solicite. Aunque sería una lástima que le ocurriera cualquier accidente a este profesor de la sociedad en un lugar tan peligroso. Una lástima y una terrible pérdida para la sociedad, si señor.
 
Harris no pudo evitar que una siniestra sonrisa se subiera por la comisura de los labios.
 
Finalmente la caravana llegó a su destino. Jason se encargó de que todas las cajas llegaran en orden a su recámara siguiendo su propio estilo de hacer las cosas. Mientras, el jefe apotecario Harris estaba absorto en sus propios pensamientos.
 
- Prepara los informes que te he solicitado, Harris. Yo saldré a requerírtelos. No deseo ser molestado por ningún motivo. - Dijo Jason antes de cerrar las puertas de su recámara detrás de sí.
 
- Entendido, señor. - Y Harris no pudo contener el rictus macabro de su cara por un segundo más.
 
En su recámara, Jason abría las cajas y organizaba los tomos y grimorios en las estanterías. Mientras, repasaba todo lo que debía hacer mentalmente. La prioridad era investigar en la ciudadela. Esa sería su primera pista sobre el destino de la Val'kir que había sido enviado a localizar. Si era tan poderosa como se suponía, seguramente sirvió como guarda de Arthas en sus horas finales. Mientras ordenaba tarros y botes con reagentes seguía repasando su lista mental. Tengo que hacerle la vida imposible a este Harris para que no sospeche nada. Tendré que aferrarme a su sombra como un terrier a un hueso. ¡Malditos recados y maldito lugar! ¡Distracciones! ¡Problemas todos!
 
Pero no, no... Puedo usar esto en mi provecho. Quién sabe qué información podré sacar de las almas que aún deben morar dentro de la ciudadela. Sacó varias gemas de una caja. Tengo que atrapar algunas almas aquí. Con algo de suerte obtendré el alma de un nigromante de la Ciudadela... De ahí a exprimir sus conocimientos sólo habrá que aplicar un poco de... persuasión.
 
(Continuaré que te dejo esto para entrar en tiempo :P )
Cargando editor
20/10/2010, 01:05
Sólo para el director

 Aún tenía que prepararse para visitar aquel terreno maldito. Habiendo sufrido la presencia del mismísimo rey exánime la tierra misma debería estar corrupta hasta la médula. ¡La plantas que deberían crecer allí tenían que ser increíbles! Necesitaría frascos listos para tomar muestras, ¡y etiquetas!, ¡y bocetos! Dejó que la emoción se apoderase de él por unos momentos, y se permitió divagar sobre las propiedades de las plantas que podría encontrar allí. ¿Encontraría plantas que se alimentasen de puras sombras? Tales plantas podrían ser exprimidas para obtener directamente un concentrado de energía oscura con la que poder levantar cadáveres o animar objetos. ¿Plantas que se alimentasen de almas? Tal y como hacía la temible espada de Arthas. ¿Qué podría hacer esa planta si la sembrase como defensa? ¿Y como veneno? ¿Podría ver cómo sus oponentes eran consumidos desde el interior, dejando una concha de carne desprovista de alma? ¿Qué más podría encontrar? Sólo el tiempo lo diría.

 
No tenía razón preguntarse sobre qué podría encontrar en aquel lugar. Debía prepararse para su visita, y no debía dejar ni un cabo suelto. Primero necesitaría explorar el lugar, y cerciorarse de que no haya ningún peligro inminente. Sacó unas gemas rojas de una de sus cajas y las miró contra la luz de las velas. Parecía que los sirvientes sombras seguían en su sitio. Las gemas se encargarían de protegerlas contra las guardas y protecciones que la cruzada tenga levantadas en el campamento y la ciudadela. Si bien la cruzada ha podido estudiar a fondo a los no muertos tras la batalla contra el rey exánime, nosotros también aprovechamos la oportunidad para estudiar sus estrategias y preparar las contramedidas. Miró el contenido de un pequeño frasco azul. Un par de gotas de este elixir y podría doblegar la voluntad de quien lo beba. Abrió otra caja. Comprobó que el saco lleno de esporas estaba intacto, así como el orbe que le acompañaba. Si esparcía los hongos sobre una superficie podría detectar movimiento en la zona usando el orbe. Con el tiempo los hongos crecerían y, con un poco de suerte, le dejarían ver la zona a través del orbe.
 
Espiar estará bien para la primera fase, pero si hay "algo" allí dentro tendré que prepararme para confrortarlo, se dijo. Comenzó a releer su libro de nigromancia. La parte sobre cómo invocar espíritus y comandarlos le pareció de sumo interés, y dejó un marcador puesto para acceder rápidamente a ella. También pensó que sería conveniente repasar las diversas técnicas para manejar esqueletos, zombies y ghouls. Incluso miró el manual para construir abominaciones. ¿Quién sabe? Podría topar con algún trabajo a medio acabar del profesor Putricidio.
 
El profesor Putricidio... 5 años no han sido suficiente para borrar los recuerdos. Putricidio había tomado la técnica para reanimar cadáveres y la exaltó al rango de arte. No era ninguna sorpresa que Arthas quisiera a una mente tan talentosa entre sus filas. Un sólo agente en la Ciudadela consiguió adelantar a toda la sociedad en cuestión de meses. ¡Qué demonios! Ni siquiera hoy los trabajos que se realizan dentro de la sociedad pueden hacer sombra a sus creaciones. Carapútrea y Panzachancro son ya material del que se alimentan las leyendas. Jason cerró el libro que estaba leyendo. Si tan sólo pudiera tener un golpe de inspiración como la suya... Si pudiera hacer esas increibles creaciones... Ciertamente Putricidio debió dejar algo de su conocimiento. Un libro de notas, frascos, reagentes, experimentos a desarrollar, ¡algo! Si tan solo parte de su trabajo no haya sucumbido a las llamas del KirinTor...
 
Bueno, se dijo, será mejor que deje de divagar y me prepare para lo que se me avecina.
Cargando editor
20/10/2010, 12:36
Director

 Con tus ambiciosas intenciones y con varios objetivos al frente, conseguiste presentarte en las puertas de la ciudadela. Tal y como esperabas, los alrededores estaban albergando numerosos puestos de la Cruzada Argenta, había decenas de soldados adornados con sus lujosas insignias por méritos de guerra, yendo de un lugar a otro en un intento por convertir aquel terrorífico lugar en un bastión de la luz.

Cerca de ti no podías ver ninguna cara conocida, de hecho ni siquiera había más renegados entre las filas de la cruzada. En un primer momento parecía que tenías acceso libre para entrar a tus anchas en la fortaleza sin embargo el sonido de las herraduras de un caballo te hizo detenerte en seco.

Se trataba de un paladín, un hombre de larga melena negra adornado de una glamurosa armadura. Tenía el tabardo de la cruzada argenta y varias medallas, seguramente sería alguien de alto cargo pero eso a ti no te impresionaba. No pudo reprimir su cara de repugnancia al verte y con bastante mal gusto comenzó a dirigirte la palabra

- ¿Que haces aquí, Renegado? - dijo brevemente

- Este territorio pertenece ahora a la Cruzada Argenta, no tienes derecho ni privilegio de pisar este lugar si no es bajo la supervisión de alguno de nuestros veteranos de guerra - tras esas palabras aquel hombre se bajó de su montura y acarició su lomo

- ¿y bien? ¿vas a darme una explicación?

Notas de juego

Ha llegado la hora de que te ganes tu acceso a la ciudadela. De momento parece ser que la vía comunicativa es la única salida, sin embargo siempre puedes improvisar otros recursos. Si deseas decirle algún tipo de mentira o "verdad encubierta" debes hacer una tirada de 3d10 bajo el concepto de "mentir" (la tirada debe ser desglosada). Si por el contrario quieres usar tu labia, tienes que tirar por carisma.

Como ya te dije por Skype me encanta como has llevado esto, sin embargo creeme que no es necesario abarcar tanto, sobre todo si el ritmo de la partida es medio, ya que implica hacer post así de largos en muy corto espacio de tiempo. De todas formas, ya sabes que cualquier duda que tengas debes preguntarme sin problema :)

PD: Tampoco he visto tan mal el final, solo porque tengas mejunjes y cachibaches exóticos o porque quieras ver los estudios de Putricidio, es coherente :P

Cargando editor
23/10/2010, 00:43
Sólo para el director
(Fran, te modifico un poco las cosas para ajustar la escena a lo que imagino que haría mi personaje. Encárgate de modificarla de nuevo según veas conveniente)
 
Diario de Rasganorte, día 1:
 
Acabo de llegar a Campo Venganza. El viaje ha sido agotador pero sin sobresaltos. Todo el material ha llegado intacto.
 
Harris estuvo presente para recibirme. Ya le he encargado suficiente tarea como para que no pueda husmear en mis asuntos. Debo recordar pedirle más cosas, sólo por si acaso.
 
Anotaré más detalles en cuanto termine de instalarme en mi nueva cámara.
 
 
Diario de Rasganorte, día 2:
 
El laboratorio parece que funciona a buen ritmo, aunque no veo progresos cuantiosos. Ya me he encargado de hacérselo saber a Harris. Las abominaciones están preparando mi sala para que pueda continuar mis estudios sobre plantas devoradoras de almas. No espero hacer muchos progresos con este equipo tan rudimentario. 
 
La próxima caravana a Corona de Hielo parte dentro de 3 días, según Harris. Se le ve ilusionado en que me vaya. Eso es bueno.
 
 
Diario de Rasganorte, día 3:
 
Harris me ha presentado los informes que le pedí y he podido ver de primera mano uno de los resultados en los que estaban trabajando. Debo reconocer que estoy francamente impresionado por lo que han conseguido hacer con este equipamiento. Obviamente me encargué de que Harris y su séquito de lameculos se pasen las próximas 3 semanas pegados a un banco de laboratorio. Me gusta saborear estos días en los que disfruto plenamente con mi trabajo.
 
En otro tema relacionado con este, estoy injertando variedades locales de plantas con mi propia cepa de Entrañas. Debo aparentar que hago algo de interés aquí. Me parece un desperdicio de buen material, pero nadie puede sospechar. Y ¿Quién sabe? Quizás encuentre una mezcla tan interesante como inesperada.
 
Sí, y quizás Harris encuentre un linaje perdido que lo convierta en el rey de Entrañas.
 
Los preparativos para la caravana están listos. Solicité una escolta de entre los Renegados, pero Harris sugirió que alquile los servicios de la misma cruzada. Un grupo de muertos andantes pueden ser confundidos fácilmente con levantados descarriados si no van bien identificados, argumentó. Puede que no sea tan necio como pensaba.
 
 
Diario de Rasganorte, día 4:
 
La sala principal está siendo remodelada para dar cabida al siguiente experimento, sobre cómo moldear grandes abominaciones.
 
Harris está suficientemente ocupado trabajando en las modificaciones que le sugerí bajo mi atenta supervisión.
 
Las plantas no dan señales de cambio.
 
Me alegro de que por fin haya pasado este día. Estaré repasando los mapas de la Ciudadela y sus alrededores antes de ir a reposar.
 
 
Diario de Rasganorte, día 5:
 
La caravana llega este mediodía. Todo está preparado para el viaje. Me llevo frascos, muestrarios y una bitácora de campo. Tomaré muestras personalmente para estudiarlas más a fondo en Entrañas. No soy el único que desea que la carvana llegue de una vez. Antes de irme me he encargado de que Harris redoble sus esfuerzos. Creo que está empezando a contar los segundos que faltan para que me vaya.
 
La caravana ya ha llegado. La cruzada no parece mediar palabra a menos que sea estrictamente necesario. Mejor. Lo último que necesitaba era una consorte de santuchos tratando de redimir mi alma. El sonido de las monedas parece soltarles las lenguas, al menos al tesorero que cierra los tratos. Viaje en carroza con escolta por una zona controlada por un precio nada barato. El oro está para gastarlo. No pienso abandonar mis huesos por un poco de metal. La escolta la podré alquilar una vez lleguemos, por lo que me ha hecho entender. La caravana trae cruzados de Corona y parece que va a llevar refrescos desde el campamento. Esperaba poder viajar sólo.
 
Nos ponemos en marcha.
 
 
Diario de Rasganorte, día 6:
 
Después de varias paradas y tras pasar la noche en una posada a mitad de camino hemos llegado a Corona de Hielo. Me dispongo a contratar la escolta y empezar la misión.
 
 
 
Aquella era una mañana por llamarlo de alguna forma. En esta tierra olvidada el sol era negro y no irradiaba ni luz ni calor. No había día, ni noche, tan sólo un ciclo de penumbra y oscuridad. Jason miró a su alrededor para descubrir un desierto helado. No podía divisar vegatación alguna a simple vista. Si algo crecía en esta yerma tierra, serían unas plantas tan resistentes como para soportar las condiciones más adversas. Se arropó con su capa para resguardarse de la nieve.
 
- Hacía 5 años que no pisaba esta tierra. - Pensó para sus adentros. - De no ser por la nieve perpetua sería un lugar idóneo de ser llamado hogar.
 
Se dirigió hacia el puesto militar de la cruzada, pensando en cuan retiradas estaban el resto de las razas menores de aquellos páramos. Sólo los miembros de la cruzada parecían interesados en la tierra, y por motivos que no eran el paraje en sí. Dos guardias uniformados de la cruzada se encontraban custodiando la entrada al campamento. Le dieron el alto mientras seguía absorto en sus pensamientos.
 
- ¡Alto! ¡Esta es una zona militar, los civiles no pueden pasar! Vete a encargarte de tus asuntos a otra parte.
 
- Mis asuntos me llevan a hablar con tu capitán, mozalbete. Requiero una escolta para transitar por esta tierra. 
 
Los guardias se miraron, entendiendo que su indeseado huésped no iba a irse fácilmente. 
 
- Iré a consultar al capitán. - Dijo uno de los guardias. Con movimientos marciales, dio media vuelta y se marchó marcando el paso.
 
Jason se quedó a solas con el segundo guardia, que cambió la estancia de guardia por otra defensiva con el escudo a media altura y la mano sujetando el pomo de su espada.
 
- ¡Buh! - Pensó Jason para sí mismo. Le gustaba sentir que inspiraba temor en los que le rodeaban.
 
Pasó algo de tiempo hasta que el guardia regresara con el capitán. Su cara reflejaba una mezcla de perplejidad y repulsión.
 
- ¿Qué asuntos te traen a la Corona de Hielo? - Preguntó secamente.
 
- Mis asuntos son míos. - Fue la respuesta. - Sólo vengo a contratar una escolta, creo que eso será suficiente información.
 
- No pienso poner en peligro la vida de buenos hombres para satisfacer quién sabe qué viles deseos. ¡Aclara tus motivos o vete! - Dijo tajante el capitán.
 
Jason se quedó callado por un momento, sopesando la situación. Era una escena delicada. Si no conseguía la confianza del capitán se vería sólo en aquel páramo rodeado de una legión de levantados frenéticos. Pero tampoco podía revelar a qué había venido. Era hora de recurrir a la persuasión.
 
- Alguien del que dependen tantas vidas como vuestra merced entenderá que revelar los detalles de una misión no es una conversación que se pueda tener en público. - Comenzó. - Disculpe si he tenido que ser cauto y conciso en mis motivos, pero confío en que entienda que ciertas cuestiones deben ser tratadas... en privado. Según tengo entendido la cruzada es muy discreta con respecto a temas delicados. Confío en que si revelo mis intenciones bajo secreto militar y profesional la información obtenida no saldrá de la tienda en donde nos reunamos, tanto si se me concede la escolta como si se me deniega la misma.

Notas de juego

 Pues nada, tú me dices qué tengo que hacer o si continúo con la escena tal y como la estoy planteando.

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23/10/2010, 12:17
Capitán

 El capitán te miró enarcando una ceja para después hacerte un rápido gesto con la mano.

- Se ve que eres alguien que entiende de este mundo, acompañadme pues a mi tienda, allí hablaremos con calma del asunto y valoraré si mereces el apoyo de la Cruzada Argenta o si por el contrario te pido amablemente que abandones este territorio - No dijo mucho más y comenzó a andar en aquel campo de entrenamiento improvisado. Estuvisteis andando un par de minutos, dejaste atrás muchas otras tiendas, además de pequeños edificios hechos de piedra y madera donde tenían cobijo algunos soldados para recibir alimento y recuperar fuerzas.

Finalmente el capitán te mostró la entrada a la tienda, se podía observar que era de las más grandes de los alrededores y con un acto de educación te dejó pasar a ti primero, pero seguía siendo más que evidente que tratar con un Renegado no estaba dentro de sus actividades favoritas.

- Toma asiento y cuéntame todo lo que tengas que contarme - dijo mientras el también tomaba asiento. Había una mesa repleta de papeles y muchos mapas del lugar, era fácil comprobar que se trataba de planos del interior de la ciudadela, repleta de indicaciones como si quieran hacer una reforma.

- Más vale que seas claro a la hora de indicarme tus objetivos, si quieres ganar acceso debo estar al corriente de todo lo que ocurrirá allí dentro, si la tarea me convence y considero oportuno entregarte la vida de unos cuantos de mis hombres así lo haré, pero toda la responsabilidad caerá sobre ti y tu raza si algo sale mal ¿que te parece? - mientras acababa la frase comenzó a rascarse la parte superior del labio y a mirarte una y otra vez.

Notas de juego

 Pues seguimos a partir de ahora dentro de la campaña, si vas a decir alguna información que no sea cierta sobre tu misión, debes acompañar tu narración con una tirada de 3d10 por mentir. Si quieres pedirle algún tipo de favor especial o consideras que tus motivos pueden ser difíciles de aceptar, haz la misma tirada pero esta vez por labia :D

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23/10/2010, 14:15
Sólo para el director

 Jason rebuscó en su zurrón y sacó los mapas de Corona de hielo y la Ciudadela que le habían entregado antes de partir desde Entrañas. Los desplegó encima de la mesa y miró a su alrededor, para asegurarse. Comenzó con voz baja y firme.

 

- He sido envíado desde la capital de los Renegados para recabar inteligencia de primera mano sobre el estado de la Ciudadela. La reina desea saber si tras todos estos años este lugar sigue representando una amenaza para nuestra raza o si por el contrario su influjo está decayendo. Necesitaré que me actulicen los mapas. Quiero saber qué zonas están controladas por la cruzadas, qué cámaras han sido ya exploradas, los puestos de la cruzada a los que acudir en caso de necesidad y cualquier información relevante para poder salir de la Ciudadela con mi pellejo. Por supuesto necesitaré una escolta que se encargue de mi protección personal mientras llevo a cabo mi trabajo. Mi intención es recoger muestras del terreno sobre el que se levanta la Ciudadela, plantas, huesos o, si fuera posible, incluso un ejemplar andante de cualquier criatura que more la fortaleza. Asímismo evaluaré personalmente cualquier otro trazo de información que estime conveniente.

 

- Espero que entienda la gravedad de esta misión y la importancia de que nadie más sepa lo que aquí se está llevando a cabo. Con la adecuada información podríamos prevenir otro desastre como el ocurrido en Stratholme antes de que sea demasiado tarde. Sin embargo, si los resultados cayeran en las manos equivocadas, podría desatarse un cataclismo que azotase a todas las razas de Azeroth.

 

Jason dejó que pasara un momento para que el capitán pudiera digerir sus palabras.

 

- Entonces, ¿Puedo confiar en la experiencia de la cruzada para ayudarme a evaluar esta posible amenaza?

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23/10/2010, 15:50
Capitán

 El capitán se quedó mirándote en silencio durante un par de minutos

- Stratholme ¿eh?, se perdió mucho allí, como humano perdí muchos amigos por culpa de aquella masacre y nadie quiere volver a revivir aquella mancha negra en nuestra historia - dijo mientras comenzaba a mirar tus mapas y a contrastarlos con los que el tenía

- No toda la ciudadela ha podido ser controlada por la Cruzada, ese baluarte aún es demasiado grande y esconde secretos que incluso tras la muerte de Arthas sigue estando ocultos para nuestros ojos - comentó dirigiéndote de nuevo la mirada.

- Como miembro de la Cruzada Argenta tengo el deber de hacer todo lo posible por encontrar todas las vías posibles para acabar con esta peste de no-muerte, sin faltar - dijo en un intento por no meterte dentro del mismo saco de sus acusaciones

- Te daré a dos de mis hombres como escolta si así lo deseas, tienes el camino asegurado en casi la totalidad de la Ciudadela a excepción de las salas de Escarcha, aún nos es complicado adentrarnos allí, parece que los espíritus de los caídos no dejan el lugar con la paz que necesita, sin embargo las salas donde antes moraba la reina de sangre ahora son un emplazamiento de investigación arcana, la magia que utilizaba esa criatura está ayudando a investigar campos de la magia que antes desconocíamos y por supuesto, los talleres de la peste ahora están siendo un excelente laboratorio para nuestros alquimistas. - el capitán se levantó de su asiento y se ofreció a tenderte la mano

- Si estás de acuerdo con todo, podrás llevar a cabo tu investigación siempre y cuando mis dos hombres supervisen todo lo que hagas, además de protegerte ante cualquier imprevisto. ¿todo correcto? - finalizó el humano

Notas de juego

 Aquí deberás narrar cualquier impresión o comentario adicional que desees hacer ante el capitán. Parecía que había aceptado tu propuesta de investigación, nombrar Stratholme te ha abierto muchas puertas gracias a la sensibilidad que rodea aquel trágico suceso.

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28/10/2010, 00:47
Sólo para el director
- Es un consuelo comprobar que aún quedan personas cuerdas entre tanta demencia. - Comenzó con voz aterciopelada Jason. - Empezaba a temer que los prejuicios de las razas vivas nublaran su razón. Los términos me parecen aceptables. Confío en poder empezar mis pesquisas de inmediato.
 
El nigromante rechazó cordialmente la mano del capitán. - Espero no resultarle descortés. - Continuó. - Pero no llevo guantes y entiendo que los vivos encuentran mi tacto... desconcertante. - Emprendió el camino hacia la salida de la tienda. - ¡Ah! Una última pregunta. - Se giró en el último momento. - Supongo que se me permitirá preguntar a los alquimistas presentes por sus descubrimientos y fuentes de posibles amenazas. Mi conocimiento en magia arcana es bastante limitado, pero creo que podría resultar de utilidad en con respecto a hierbas y pociones. Creo que ambos podríamos salir muy beneficiados de la transferencia de conocimiento mutuo en nuestros campos de especialización.
 
Jason se quedó a escuchar la respuesta expectante. Con un poco de suerte conseguiría algún tipo de autorización para tener de su lado al departamento de alquimistas que trabajaban en la mismísima Ciudadela. Si ellos eran tan tontos como para compartir su conocimiento él no iba a ser el que despreciara la oferta. Por supuesto un intercambio sería esperado, y tenía en mente varias recetan que acababan en un callejón sin salida que resultaban prometedoras como primera impresión. En todo caso su labor aquí había terminado, sólo quedaba cosechar los frutos de su trabajo y preparar los siguientes pasos.

Notas de juego

 Pues Fran, he estado pensando en qué hacer ahora pero necesito que me digas qué va a pasar. Básicamente mi PJ está preguntando por algún salvoconducto para que los alquimistas estén más inclinados a compartir la información, en lugar de ser un vulgar no muerto el que pide que les dé sus secretos. Ahora mismo mi PJ está esperando su escolta y quiere irse de ahí para dejar de chuparle el ano al capitán. El plan es recoger plantas y muestras del suelo cuando llegue a la Ciudadela para ganarse la confianza de la escolta, preguntar a los alquimistas por avances, examinar por sí mismo el estado de la Ciudadela y presencia de no muertos, preguntar por sicarios de Arthas que estén perdidos (Supuestamente muertos pero sin cuerpo recuperado), y darle esquinazo a la escolta cuando esté seguro de que no se lo van a comer.

 

Son muchas cosas pero ya iremos yendo a por cada una a su tiempo :P

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28/10/2010, 11:41
Director

 El capitán aceptó el rechazo a su estrechamiento de manos por cuestiones obvias aunque el si que llevaba guantes. No había duda de que la posibilidad de intercambiar información entre alquimistas era una opción que la Cruzada Argenta no iba a descartar. Desde Desde que el Rey Exánime murió y hubo renegados que participaron en dicha batalla, las tensiones entre razas eran palpables pero no tan críticas como en el pasado, eso hizo que aquel hombre te diera su consentimiento para que hablaras con los científicos y alquimistas que trabajasen dentro de la ciudadela.

Con la satisfacción de comprobar como los planes por ahora iban saliendo bien, te dedicaste a esperar a tu escolta. No tardó demasiado en llegar, era fácil pensar que te daría a un pequeño grupo de soldados de a pié, los que siempre suelen caer en la batalla en primer lugar, pero en su defecto tan solo entró en escena una sola persona, era un humano, vestía ropajes ligeros pero dejando bien visible su tabardo de la Cruzada Argenta. Tenía un aspecto algo salvaje, tenía tatuajes en el rostro y un aspecto menos civilizado que el de un humano común.

- Soy Draz'Luma, y seré tu compañero, te guiaré donde lo necesites pero no seré tu niñera, espero que todo haya quedado lo suficientemente claro - El iba con un bastón por el cual se apoyaba, no tenías muy claro a que se dedicaba pero no tenía demasiado aspecto de ser un guerrero normal.

Notas de juego

 Eso es bueno, que tengas muchas cosas en mente :D, pero como has dicho lo mejor es ir poco a poco. Ahora mismo ya tienes a tu escolta a tu lado. Puedes narrar como haces tu primera parte del plan, es decir, recolectar plantas y demás. Pero debes acompañar la narración con una tirada de Botánica, son 3d10 con la tirada desglosada. Eres libre de narrar lo que encuentras pero en base a tu tirada dictaré la relevancia que tendrán para ti de cara a un futuro :)

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01/11/2010, 11:22
Director

Notas de juego

Jhonicín >_<, tengo que ponerte tarjeta amarilla por inactividad

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03/11/2010, 03:16
Sólo para el director

 - Sí, no tengas duda alguna. Está suficientemente claro que la cruzada ya no reparte la disciplina que usaba cuando la sombra del rey Exánime planeaba sobre nuestras cabezas. - Comenzó en su tono habitual Jason. - No te atrevas a mirarme por encima del hombro, mozalbete, yo estuve aquí cuando Tirion y la cruzada derrumbaron las puertas de la Ciudadela y lo que vi entonces es muy distinto a lo que veo ahora. En su día la Cruzada era una fuerza de valor y honor. Tirion logró lo imposible, que horda y alianza dejasen sus disputas y se unieran contra un enemigo común ¿Y qué estandarte portan las nuevas generaciones? ¿El desprecio y el aire de soy-más-puro-que-tú? Donde antes había fuerza ahora veo prepotencia, en la arenga de batalla ahora sólo veo arrogancia. Sólo espero que el valor que hizo famosa a la cruzada no haya sido también sustituido por palabrería vana.

 

Con movimientos pesados, Jason comenzó a levantarse de su asiento. Se tomó un buen momento para dejar que sus palabras calasen en el nuevo guardia. Esperaba que eso lo dejase en su lugar y se pensara mejor las cosas antes de volver a hablarle. Con un poco de suerte el guarda no volvería a dirigirle la palabra, con eso se ahorraría tener que escuchar una sarta de absurdas letanías de arrepentimiento y redención. Sin embargo aún no había acabado con él. Se detuvo a un par de pasos de él y le miró a los ojos. Necesitaba darle el toque de gracia.

 

- Yo también perdí a gente muy allegada a mí en esa batalla. La pérdida en conocimientos y habilidades útiles para las futuras generaciones es simplemente incalculable. Y aprendí algo de toda aquella locura. Para salvaguardar todo lo que nos era preciado, debíamos pagar un alto precio en sacrificios. Así pues, espero que en el futuro no seas tan rápido en tus juicios con respecto a las razas que tuvisteis como aliados y que os ayudaron a doblegar a la sombra que se extendía en esta tierra, por muy diferentes que estas razas te resulten. De cualquier forma - Continuó - tú no tienes que caerme bien a mí ni yo tengo por qué caerte bien a ti. Yo tengo mi misión: Asegurarme de que ninguna sombra volverá a alzarse de esta tumba. Y tú también tienes la tuya: Asegurarte de que ningún mal se cierne sobre mí mientras hago mi trabajo. La cruzada ya me ha dado su palabra de que cumplirán con su parte. - Dijo mirando hacia el capitán. - Y tengo plena confianza en que así será.

 

- ¡Y ahora vámonos! - Jaleó - Ya hemos perdido demasiado tiempo en esta charla sin sentido.

 

La nieve caía copiosamente bajo el gris cielo de la Corona de Hielo. Aquí el tiempo era bastante temperamental, y no ofrecía tregua alguna. La figura del nigromante salió de la tienda del capitán, ajustándose su túnica para protegerse de los elementos mientras comenzaba su lento caminar. Dejó que el guarda se quedase detrás meditando sus palabras. Quizás el capitán desearía recordarle alguna lección o instruirle sobre el trato que debía dispensarle. En cualquier caso no dudaba de que sería el guardia quien fuese a buscarlo a él y no al contrario. Había que dejar bien claro desde el principio quién era el que mandaba en el grupo. Mientras, la caminata le permitiría planear cuáles serían sus primeros movimientos.

 

Debía mantener su fachada de protector de las razas delante de la cruzada. Necesitaba que todas las palabras que emplease delante de la cruzada fueran estrictamente ciertas. A fin de cuentas estaba seguro de que los cruzados podrían detectar una mentira muy fácilmente. Sin embargo debía ser cauto y no nombrar la misión que la Reina banshee le había encomendado. La búsqueda de las valkirias perdidas de Arthas era algo que la cruzada no necesitaba saber para cumplir con su cometido. Por ahora sólo había hablado y usado palabras. El primer paso estaba claro: Mantener la imagen que se había forjado delante de la cruzada. Usaría este primer día para recoger plantas y tomar muestras del suelo. También se acercaría a los alquimistas para presentarse, aunque sin intentar ahondar en sus trabajos. Las cosas más interesantes vendrían en los próximos días.

 

Un rítmico sonido sordo empezó a escucharse varios pasos detrás de Jason mientras la ventisca iba arreciando. El distinguible ruido de un bastón golpeando el suelo se fue haciendo más y más fuerte y cercano. El nigromante no se molestó en mirar atrás. Su perro guardían ya venía a servirle.

 

- Excelente. - Pensó - Por fin puedo obtener algo de provecho de este día.

Notas de juego

 Perdona Fran, entre pillar la careta de nomuerto de Halloween (Me he quedado por 3er año sin ella T.T), farmear repu con Zul'Gurub antes de que venga el Cataclismo y que me petó el ordenador el domingo cuando pensaba responderte por la noche después del evento para estar a tiempo, pues al final mierda para mí. No te preocupes que entiendo la tarjeta.

 

Cositas: pues sí, quiero mirar plantas. Y paso de pedirte cosas, ya me dirás qué encuentro :P No tengo ni idea de cómo tirar dados por web. Pero si lo que estás pidiendo son 3d10 IRL, pues 3, 8, 6

 

Me vas a tener que explicar qué encuentro en ICC que no quiero narrar algo que vaya en contra de lo que tienes pensado para luego tener que reescribirlo todo. Así que coméntame qué es lo que veo al llegar y cómo está la situación allí. Por supuesto mi PJ tendrá los ojos abiertos para ver qué guardias hay por la zona, dónde podría escabullirse para trastear por su cuenta, qué zonas están controladas por la cruzada, y cuánta presencia de no muerto hay por los alrededores.

 

Lo dicho, ya me contarás cómo está el tema por ICC :P

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03/11/2010, 09:30
Director

Notas de juego

 Wiii, temí haberte perdido en las profundidades del olvido. Recuerda que si alguna vez te ves mal y piensas que se te va a cumplir el plazo, gasta el comodín para que tengas inmunidad durante una semana :D.

Te voy respondiendo:

- Tirar dados es sencillito. Si te fijas en la esquina superior derecha del cuadro de texto hay un icono con forma de dado de 20 caras. Haz click en el y se te abrirá un menú que gestiona las tiradas. Ahí marcar que sean 3d10 y en el concepto/motivo de la tirada pones "botánica". Si te pregunta si quieres la tirada desglosada di siempre que si :D.

En base a esa tirada yo te describiré qué es lo que encuentras y qué uso puedes darle, así que en tu siguiente mensaje haz solamente la tirada

No tengas miedo sobre lo que narras o encuentras en ICC, porque siempre que tenga un mínimo de lógica te lo voy a dar por válido. Raro será que te haga reescribir una cosa en ese aspecto. Actualmente ICC está llena de trabajadores, muchos se encargar de reconstruir/redecorar la fortaleza mientras muchos soldados de la cruzada se dedican a escoltar. La presencia de no-muertos es casi nula, ya sea tanto hostiles como aliados.

La salas de la peste tal y como esperabas son ahora un gran laboratorio de investigación en obras, hay muchos científicos de razas que forman parte de la alianza en el, siempre puedes intentar dialogar con ellos. Las salas inferiores están repletas de estandartes de la Cruzada y todo está repleto de pequeños campamentos con soldados apostados en el.

Los pisos superiores son los que están aún sin tocar. Tu objetivo se encuentra efectivamente en los pisos superiores, sin embargo para acceder a ellos debes pasar coger un elevador que está custodiado por dos guardias. Si te acercas te dirán que el acceso está restringido y tu compañero te intentará convencer (sin éxito) de que lo mejor es regresar.

 

Cargando editor
03/11/2010, 13:40
- Tiradas (1)

Tirada: 3d10
Motivo: Botánica
Resultados: 8, 1, 3

Cargando editor
03/11/2010, 13:41
Sólo para el director

Notas de juego

 Vale, ya veo cómo funciona esto. Esperaba un botón o un algo dentro del editor. El icono ese no creo que lo hubiera visto o que le hubiese dado si no me indicas que tenía que buscarlo directamente. Intentaré ser más rápido en mis respuestas, aunque ahora tendré que pensar en alguna forma de escabullirme del resto. Supongo que disfrazarme de caja no sirve, verdad? :P

Cargando editor
03/11/2010, 13:44
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Tirada: 3d10
Motivo: ¿Qué pasa si cancelo?
Resultados: 5, 8, 1

Notas de juego

¡ No puedo evitarlo! ¡Soy informático! >.<!!!!!!

Cargando editor
03/11/2010, 13:45
- Tiradas (1)

Tirada: 3d10
Motivo: ¡Mierda que no había cancelado con la costumbre!
Resultados: 1, 6, 4

Cargando editor
03/11/2010, 16:18
Director

Notas de juego

 Trastajea trastajea que no me importa xD pero solo valdrá la primera tirada que hiciste :P

La mediana de las tres tiradas es el 3, así que ese será el valor que nos quedaremos

3+15=18.

En tu búsqueda anterior a parte de las tradicionales plantas de Rasganorte encontraste una que anteriormente no habías visto jamás. Su apariencia era muy parecida a la flor de fuego que se puede ver en Tanaris pero su color es azulado. Aún es pronto para conocer sus propiedades exactas pero crees que puedes darle algún tipo de utilidad medicinal, ahora tan solo necesitabas personas con quien experimentar.

En cuanto a tu idea de la caja ¡puedes intentarlo! a Snake le funcionó (algunas veces) pero no me hago responsable de las consecuencias xD.

Si te siguen surgiendo dudas avisame.

Cargando editor
07/11/2010, 09:15
Director

Notas de juego

 Jhonicín que te ha pasado :'(

ya es la segunda tarjeta amarilla por inactividad porque ha vuelto a pasar el plazo de 3 días y eso implica que te tengo que sacar. No sé si te ha pasado o es que andas mu liado con otras cosas >_< pero ya tuve que echar a Cristobita anteriormente por lo mismo y no puedo hacer excepciones aunque seas mi amor secreto :(