Entra en la zona de la piscina y se sienta con las piernas cruzadas, intentando meditar y relajarse, a pesar de que le costaba debido a la situación.
A los exploradores se les acaba la casa sin haber encontrado una cocina donde servir café ni nada de excesiva utilidad.
Salen al jardín por una de las puertas y se encuentran de frente con la piscina y con la chica joven sola y asustada sentada en su borde.
Cuando llegan van hablando.
Siempre cabía la posibilidad de que encontrásemos algo útil, aunque no fuese incriminatorio... ¡Ah! ¡Hola! - Dice con sorpresa al ver a Elizabeth.
¿Qué haces aquí sola? No te habrán hecho nada, ¿no? - Dice preocupado. Era una chica joven y guapa. Bastante tenían con el tema de los asesinos como para encima exponerse a que alguno de los lumbreras se hubiera propasado.
Vanessa y Henry entran en escena
-Algo útil ya habíamos encontrado, la mesa de billar tenía la altura adec...¡Ups!-es la chiquita de antes. Le faltaban un par de pucheros para tener algo de carne en las caderas, pero era muy mona. Esquelética pero mona. A ningún hombre le gustaba clavarse las caderas de su pareja de baile mientras la empotraba. Parece que el tequila mañanero me estaba subiendo más de lo que creía.- Oye Henry, parece que está a sus cosas. Igual deberíamos seguir con el tour, dudo que encuentres nada en el fondo de la piscina.
Prefería acaparar la compañía de Henry, aunque la muchacha ésta había demostrado tener más corazón al asustarse ante el mensaje. O tal vez, era muy buena actriz y nos había engañado a todos.
Una voz la sacó de su meditación, era el chico que había abandonado antes la escena - No... No me han hecho nada, necesitaba relajarme yo sola un rato. Es que aún no me creo esta situación, ¿cómo puede ser que tengamos que matarnos entre nosotros? - dijo con un ligero temblor en la voz - Yo... Yo no quiero matar a nadie, no quiero morir... Pero supongo que no tenemos más remedio, ahora estamos hablando aquí tranquilamente y esta noche cualquiera de vosotros dos podría estar clavándome un cuchillo o algo.
Resopló un poco, angustiada - Creo que debería dormir un poco antes de que llegue la noche, ya empieza a atardecer. Nos vemos mañana si seguimos con vida, siento haberos preocupado. - dicho esto se dirigió a su habitación a descansar y prepararse para la noche.
Henry se encogió de hombros y se sirvió una buena copa de Ginebra en el vaso de tubo que llevaba consigo.
Después bebió medio vaso de un trago.
Se giró hacia Vanessa.
Tiene razón, ¿cuándo se nos ha hecho tan tarde?. No sé si tiene mucho sentido seguir con el tour a estas horas.
Henry estaba algo desconcertado. Seguramente se habían despertado más tarde de lo que recordaba. Después añadió.
Necesitamos despejarnos antes de dormir.
Y como si no hubiese acabado de indicar que debían despejarse, apuró la copa de Ginebra.
Después dejó la copa y la botella en el suelo, se quitó la camiseta y el pantalón y los dobló junto a la botella.
Saltó a la piscina, se sumergió buceó un poco haciendo un par de largos y volvió a salir del agua.
Mientras se secaba al aire habló.
Nos habrán encerrado para matarnos, pero está claro que no quieren que nos aburramos esperando
Contemplo a Henry nadando, es todo un espectáculo para la vista.
- Sí, será mejor que vayamos a dormir. Si al amanecer estamos con vida, tal vez podamos aprovechar más el día.
Mientras nada, me quedo de pie sobre su ropa, con un zapato a cada lado de sus prendas. Cuando se apoya para salir de la piscina no puedo evitar el impulso de apoyar la punta redondeada de mis tacones en su hombro. Le miro desde arriba con lujuria, pero antes de ser una molestia me aparto.
- Sécate, no queremos que pilles un resfriado.
Cogiendo la botella de ginebra en una mano y con el vaso vacío en la otra, me voy a mi cuarto con paso firme y sin mirar atrás. Si sobrevivíamos ambos, tendría que pedirle el número de teléfono.
salgo
Vanessa apoya la curva de su tacón en el hombro de Henry cuando este va a salir de la piscina y, desde su perspectiva, puedo ver su larga pierna y como se insinúa el inicio de su muslo por debajo de la falda. Su provocación se ve acentuada por una mirada lujuriosa que le eriza el bello de la nuca.
Tendré que andarme con ojo, a esta mujer le va el rollo dominatrix.
Antes de que pueda reaccionar, Vanessa retira la pierna y le permite salir de la piscina. Recoge su ropa pero no se la pone, puesto que no tiene ningún recambio y no quiere que se moje más de lo imprescindible.
Vanessa sale primero, Henry en boxers se seca un poco al aire antes de volver a la habitación.
Me temo que esta mujer no me va a dejar salir de aquí entero. Confío en que al menos sí vivo.
Al salir de la piscina, y después de haberse secado un poco al aire Henry recoge su ropa pero no se la pone para que no se le moje puesto que no tiene recambio.
Vestido únicamente con boxers, con la ropa al hombro y los zapatos en la mano se dirige hacia su habitación.
Al pasar junto a la joven modelo le dirige la palabra.
Se hace tarde, deberíamos irnos a nuestras respectivas habitaciones por si acaso los mensajes del móvil resultasen ser ciertos.
Salgo
Montserrat hizo acto de presencia con una toalla en sus hombros, una camiseta sin mangas, los típicos pantalones hippie de perroflauta de todos los colores y más y la riñonera donde guardaba su tabaco, el grinder y otros accesorios indispensables para liarse los porros.
Dejó sus cosas en una de las tumbonas que había cerca de la piscina y empezó a quitarse la ropa, quedándose solo con sus bragas, sujetador y veintisiete pulseras y collarines. Aprovechando el precioso sol que iluminaba la piscina se tumbó como si estuviera en su casa y se dejó bañar por los rayos de luz, alzando una de sus piernas sin depilar con gusto. No podía quejarse, tenían agua corriente, luz y gas, todos esos lujos que en las casas okupa en las que había vivido no podían permitirse.
Empezó a liarse un cigarro mientras echaba una miradilla a la barbie con sus pelitos, sus ropitas, su miradita... No quería juzgarla demasiado, pero parecía una de esas. De todas formas quién era ella para juzgar a nadie, una pena que Twitter no funcionara ahora mismo que sino la ponía verde a ella y a la sociedad.
Entro.
Cansado de esperar en mi habitación sin que ninguno de mis invitados acudiese, decidí explorar un poco más el recinto donde estábamos cautivos. Recordé entonces la piscina que había mencionado Mr. Dilliger y pensé en echar un vistazo a ver si encontraba a alguien para entablar conversación.
Al llegar a la piscina me encontré con la chica de pelo azul que había hablado en otro idioma y por eso creí que no entendería el mío, luego por el macabro chat supe su nombre, así que me dirigí a ella.
- Hola Ms. Montserrat, ¿qué tal está?- Dije con una sonrisa. - Creo que empezamos con mal pie. Perdóneme por lo de antes. Me molestó el comentario sobre el patriarcado, porque precisamente yo soy un arduo defensor de la igualdad de género y mi respeto por las mujeres es en extremo sincero. Mi novia y yo acudíamos con frecuencia a eventos relacionados con este tema. ¿Me entiende ahora? No todos los hombres somos machistas y trogloditas.
— Bien. — Respondió y llevo un par de hojas de lechuga de la ensalada que estaba comiendo a la boca. Crunch, crunch, hizo al masticar. — Claro, no hay problema. — De nuevo se sirvió de su plato. Crunch, crunch...
- Ummmm, esa ensalada se ve muy buena.
No he comido nada desde ayer. ¿Dónde puedo encontrar comida?
- Tiene sentido, jajaja.- Dije sin poder evitar la carcajada por la obvia respuesta. - Cuando estuve allí antes,
ni siquiera pensé en eso. Será mejor que vaya pues no quiero morir de inanición y ahorrarle trabajo a los tipos estos. Hasta mañana señorita.
Salgo
Llego a la zona de piscina y sin hablar con nadie comienzo a quitarme la ropa hasta desnudarme y saltar al agua... hacía días no me bañaba y realmente necesitaba algo de agua.
Montserrat mira con especial entusiasmo al chico bañarse en pelotas. Se acaricia un pecho.
"¿Cómo ha llegado un cadáver a la piscina?" se preguntaba a sí mismo el secuestrador mientras veía flotando el cadáver de Guy por ahí "¿Por qué la fémina anti-machos se está tocando un pecho admirando el dicho cadáver?" no creía posible nada de lo que estaba viendo "¿Es real esto o estoy flipando? ¿A caso este juego que he creado existe? ¿A caso YO existo?" Empezó a sudar y a dudar de toda ley existente de la física y la dinámica, pero tras un breve periodo de agonía y casi locura, observó que el collar de Guy tenía los niveles de veneno un poco bajos y por eso tardó en morirse.
"Menos mal, estaba asustándome" pensó para dentro "Sería una lástima que otro jugador que debiera estar muerto no lo estuviera, debería informar al comité de que hay gente capaz de resistir perfectamente y sin consecuencias el veneno mortal" por suerte imaginó que ningún otro collar fallaría por el bien de todos.