Partida Rol por web

Finalmente habíamos alcanzado nuestro destino: los gélidos parajes de la Tundra. Tanto nuestras monturas como mi mascota se habían quedado al otro lado del mar al ser completamente imposible el volar con ellas. Ahora eran nuestras espaldas las que cargaban con las reservas de comida, armas y supervivencia en general, y eso se notaba.

El viaje estaba siendo infinitamente más duro en este tramo y el parar a descansar a menudo se hacía, lamentablemente, indispensable. - ¿Queda mucho para llegar? - Pregunté a todos mis compañeros sin saber quién llevaba el mapa de la zona. Respiraba constantemente por la boca, haciendo el aliento visible al salir de mi interior por el efecto de consensación.

- Siempre he sido más de regiones calurosas... - Susurré para mí.

EL estado nervioso de Shel empeoraba por momentos y mas aún al ver la respuesta de la tierra, esas grietas le daban muy mala espina, aúna si siguió su camino junto a sus compañeros.

Si, sigamos un camino alternativo, no hay problema.

 Vamos, cuanto antes lleguemos antes tendré una buena siesta 

Otra grieta se abrió, y la tierra empezó a resquebrajarse con fuerza.

 Malandrel se arrodilla y reza a los espíritus para que lo guíen, de pronto una imagen corre por su mente. La grieta, que se abrió por la derecha del grupo, se formo no solo por la rotura de la tierra en si, sino ademas también por un grupo de encapuchados (la visión no llegaba a percibir bien sus rostros) manejando una especie de taladro, pareciendo que buscaran algo debajo de la tierra. La visión termina y Malantdrel intenta advertir a sus compañeros, pero el esfuerzo que tuvo que hacer para concentrarse le saco gran parte de su energía y apenas logra mantenerse de pié. Como Tony es quien esta más cerca lo toma por el hombro y señala a la derecha del grupo, luego señala su martillo para que entienda que puede haber batalla.