Partida Rol por web

Encuentras varias latas cuyas etiquetas están destinadas por el tiempo. En una de ellas, pequeña, logras leer "berberechos".

Encuentras un pequeño neceser con agujas, hilo, unas tijeras muy menudas y un dedal. También dos botellas de vidrio verde con las etiquetas despistadas por el paso del tiempo. Debe ser vino.

Xervasio ha encontrado latas de conservas.

Mirad, he encontrado 2 botellas de vino ¿quién las lleva? - tampoco se trata de que me cargue con todo, que ya llevo el depósito de metal para las cenizas y otros utensilios - también he encontrado aguja e hilo para cerrar esas heridas que tenéis - las botellas de vino, también las podemos dejar, que vale que es una bebida que aguanta el paso del tiempo pero tiene unas consecuencias bastante negativas para el entorno en el que nos movemos.

No sé qué estará buscando Xosé, espero que sea una Biblia o algo de especial valor, espero no sorprenderme con algo extraño.

Mi husmeo de perrpo ha dado sus frutos.... ¡una lata de berberechos en escabeche!! ... por experiencia propia se que estas latas aguantan más de lo que pueda parecer... aunque haya quien dice que algunos han muerto por tomárselas... Me la guardo en la mochila; para la cena....

-Vale, encuentra lo que sea que busques, pero hay que darse prisa; estar quietos con esos moviéndose a una calle, no es sano: puede que nos adelanten y nos los encontremos cuando salgamos a la calle al otro lado de esos escombros.

Señalo al edificio derruido del otro lado del patio interior de la manzana.

-Ahora solo tenemos esa ruta de escape, parece.

Saca la cuerda, la desenrolla, y la dispone para bajar; la pone de tal modo, doblada, que al llegar abajo, puede recuperarla con suma facilidad. Mañas que se adquieren con el tiempo...

-¡Vamos!

Cuando lo vi, el corazón prácticamente se me paró. La verdad, había estado dudando siempre de poder llegar allí, de que aquel lugar existiese, de que los pasos de su camino les llevaran hasta allí, o de que simplemente, existiese aún. Y allí estaba. El álbum. Su madre enferma tendría un consuelo... y medicina. Pero había que volver.  

Lo guardó en su mochila, cuidadosamente, delicadamente. Aquellas manos enormes de pescador de pronto se transformaron en cuidadosas y atentas, y depositaron el frágil objeto en una zona donde podía sufrir menos golpes. Se sentía más en paz con todo lo que había pasado y ya había dado el primer paso para volver... Pero aún quedaba el segundo encargo: La medicina, el Apóstol. La Catedral. La Zona Maldita... 

Oyó a sus compañeros exclamar que había que darse prisa, y en una nube de felicidad, que ellos tenían algo nuevo que habían cogido de la casa. Les oyó hablar de la ruta de huída, y les siguió. Había que bajar, y vio como Xervasio se metía a fuchicar con la cuerda. La altura era considerable, la carrera y el atravesar los escombros, algo complejo... Saqué mi querida caña, con su sedal de pesca, resistente, y miré a mis compañeros: 

-Podemos probar a apoyarnos en este sedal, junto a la cuerda... malo será  que no ayude... - Dije, con dudas, pero con intención de hacerlo. Cojí unos anzuelos, que los saqué de mi caja de útiles de pesca. Uní a unos de los anzuelos más gruesos y resistentes un par de sedales, y los coloqué paralelos a lo que Xervasio estaba haciendo con la cuerda. De ese modo, podríamos quizás bajar no sólo con más seguridad, si no con más velocidad, y ganar tiempo.  

Xena consigue descender y llegar hasta el otro lado sin despeinarse. En su camino ve que zombis de todos los alrededores se acercan, posiblemente debido al ruido de la granada.

Xose desciende por la cuerda y llega a abajo, sin embargo en el tramo recto tropieza y hace bastante ruido con unos hierros y una chapa. Los zombis que hay cerca os ven, y empiezan a caminar hacia aquí.

Xervasio es el último, se ha quedado para recoger su cuerda, pero cuando estaba a media altura se ha enredado con el sedal que Xose ha olvidado, se ha enganchado con los anzuelos y ha caído al suelo, lastimándose bastante. Con cortes en manos y cara, y una buena contusión en el muslo, se levanta y corre para reunirse con sus compañeros.

Zombis empiezan a acercarse de todas partes, una nueva horda empieza a congregarse tras vosotros. Estáis frente al centro antiguo de la ciudad, que ahora es poco más que una escombrera salpicada de arbustos y amasijos metálicos, apenas se reconocen algunos edificios o calles. Al fondo la catedral, que parece estar bastante entera, a apenas quinientos metros. El sol empieza a estar bajo, pero aún queda un buen rato de luz solar.

-oooh, mierda

...mascullo: en nuestro afán por seguir avanzando, hemos hecho demasiado ruido. Miro hacia adelante; la catedral está allí. En condiciones normales, una carrera corta, y llegaríamos sin problemas... Claro está, en condiciones normales...

Ahora tenemos zombis detrás, y nuestro destino, delante, pero pocas opciones para elegir ruta, y eso no me gusta...ç

-Esto es una ratonera; ¡solo podemos ir hacia adelante!

Tengo una serie de rasguños, en especial, en la pierna; no es nada del otro jueves, pero duele, la jodía... No me lo pienso, no es momento de escatimar recursos; echo mano a uno de los bolsillos de la mochila, y saco una rama de plantas; la echo un vistazo para asegurarme de que es la correcta, y, haciendo una bola de ella, me la meto en la boca, dejándola en un carrillo.

Puede parecer gracioso, que en esta situación tenga un carrillo hinchado, y el otro normal, pero las hierbas del matojo, tienen cualidades anestesiantes, y no se como se llaman los otros efectos, pero el caso es que la frotas, luego de haberla salibado bien, por la herida, y ayuda a que ni duela, ni se ponga peor.

Después, para no desaprovecharla, me la meto de nuevo a la boca, para ir chupando jugos de ella....

Nos descolgamos del edificio pero con la mala suerte de que ellos se caen, uno más que otro. El ruido no pasa desapercibido entre los zombis de alrededor, así que, probablemente los más hábiles tampoco tardarán mucho en aparecer si nos quedamos allí. La idea es seguir hacia adelante - veo la catedral ahí, no podemos arriesgarnos a correr hasta allí sin saber qué podemos encontrarnos, así que, vayamos a alguna edificación cercana - miro a los compañeros - ¿podéis o necesitáis ayuda? - se habían caído, pero yo estaba bien así que me acerco a Xervasio que es el que parece más afectado por la caída - vamos, yo te ayudo.

Mi idea es avanzar hasta uno de los edificios próximos a la plaza, no necesariamente en la plaza misma. Y si algún zombie nos ve, igual era bueno crear una maniobra de distracción, el fuego de noche ilumina, es una idea, aún no tiene desarrollo.

La huida de la casa fue algo accidentada, de modo que me caí, aunque no me hice daño de consideración, hice suficiente ruido como para advertir a algunos Zombies que andaban por la zona...y como una onda, eso se podía extender a aquellos Zombies que estaban más alejados... Veo que Xervasio se ha hecho daño, pero ha comenzado a curarse el mismo, y en ese momento, Xena le ayuda, así que ... Saco él mapa y se puso delante de sus compañeros, tridente en mano, la red al hombro, para ver el posible camino. 

-Ehh... A ver... parece que de aquí... Podríamos seguir... Ehhh por la rúa do Franco... Parece... Ahí a la derecha... Aunque hay como varias... Y a la izquierda... Ehhh... una calle más ancha... Con dos o tres edificios.... Más ancho él camino... Por mi ese...

Se me notaba con la voz cansada... La alegría de conseguir parte del objetivo había hecho que luego la adrenalina me dejase algo más cansado... Pero bueno, aun no era hora de descansar... Había que encontrar un lugar para hacerlo...

Camináis a paso ligero. Los zombis os siguen de cerca, son muchos, no da tiempo a pararse demasiado a inspeccionar. Gran parte de los edificios están derribados, dejando huecos a izquierda y derecha de la Rua do Franco. La mayoría están agrietados, y alguno parece haber resistido.

En las calle, y en los huecos de de escombros, hay una especie de montones de color negro. El negro es muy intenso, y llama mucho la atención sobre la piedra, los escombros y la vegetación. Son piras. Piras apagadas, pero recientes, en las que aún pueden verse cuerpos apilados, huesos. En el aire se mezcla la podredumbre con el olor a barbacoa.

Justo antes de llegar a la catedral, en la misma calle, hay una especie de barricada, alta, resistente, y os veis forzados a girar en una pequeña plaza que se abre a vuestra derecha. Ahí encontráis un edificio que parece seguro, parece resistente. En el bajo un antiguo letrero de hierro reza "Bar Charra" junto a una cruz de Santiago de color rojo. No lo dudáis y entráis. Al fondo una estrecha escalera sube hasta el primer piso.

Parece haber servido de refugio a alguien hace algún tiempo. Bloqueáis la puerta con las mesas de madera, lo mejor que podéis, en las escaleras igual. La turba se agolpa contra la empalizada que habéis improvisado, muchos de ellos pasan de largo. Subís hasta lo alto, un cuarto piso abuhardillado. Un agujero en la pared medianera, abierto hace años, da al tejado del edificio contiguo. Justo a continuación una pasarela hecha con tablones de madera, y enfrente una ventana de la catedral. El puente salva los pocos metros que separan la cornisa de esta manzana del sagrado lugar.

Ya es casi de noche. las defensas de abajo resistirán un tiempo, pero podríais reforzarlas si queréis dormir aquí. Hay maderas por todas partes, sillas, mesas, cajas de botellines, barriles de cerveza... todo vacío. Tras la frenética carrera atravesando el centro de la ciudad, podéis respirar un poco y asimilar todo lo que habéis visto. Un enorme ventanal sin vidrios, a modo de balcón, os ofrece unas vistas preciosas del parque de la Alameda y contrasta con lo que se congrega abajo en la calle.

Esas hogueras... la barricada... este lugar... esa pasarela... parecen bastante recientes...

Agotado tras la caminata, pese a todo, estoy medianamente contento; estamos a tiro de piedra... jamás pensé que podría llegar a estar tan cerca de este lugar... ¡Si hasta lo podríamos tocar!. Solo nos separa de él una pasarlea precaria...

Pero hay que reconocerlo... estamos agotados; algunos en mejor estado que otros... y está oscureciendo, y además... debe hacer alguien más...

-Os habéis fijado... las hogueras recientes, la barricada; el butrón en la pared y la pararela; aquí hay gente, gente viva, o al menos estaban vivos cuando encendieron esas piras. No se si sabrán que estamos aquí, pero... tampoco sabemos que tipo de gente son, si son... buena gente o unos cabrones; creo que lo mejor sería reponer fuerzas, y enfrentarnos a lo que sea en la mejor forma posible... Hay mierda aquí como para bloquear el acceso y tres más como él, y a las malas, podríamos cruzar la pasarela, pero sería a oscuras, y un fallo... y adiós...

Me siento en el suelo; queda lejos el rato que pudimos descansar en aquella casa...

-Lo que no entiendo... los fráteres deberían saber algo de todo esto, de que hay gente que, probablemente, tienen su casa en la Catedral.

Pero son todo preguntas sin respuesta; aprovechando el alto, hace un poco de inventario de sus cosas...

-Deberíamos reforzar la barricada, comer, dormir montando guardias, y mañana.. señalo con cabeza la pasarela...

Pasamos a toda prisa de un edificio hasta la calle, con bastantes complicaciones tras la caída de mis compañeros, que provocó que los impuros nos escuchasen. Pero por suerte, les llevábamos la delantera y tuvimos la suerte de entrar en el local idóneo, uno que había servido de refugio a alguien. Ya dentro contemplamos a través de un ventanal que había habido movimiento en la plaza de la catedral, uno bastante organizado con barricadas, fogatas y pasarelas - Ésto no es normal, digo que, aquí hay alguien más. No sé si es otro grupo de exploradores como nosotros o una peregrinación en serio - aquellos restos no habían sido organizados por impuros, eso estaba claro. 

Hay que mejorar la barricada de acceso, bloquear totalmente la puerta o la escalera para poder dormir con tranquilidad, mañana será un día duro - bajo para buscar objetos y muebles para parapetar bien las entradas y evitar sustos nocturnos. También busco por si hubiera algún mensaje del anterior morador (sino lo hubiere dejo mi propio graffiti de que Xervasio, Xose y yo estuvimos aquí en tal fecha). 

Una vez, fortificada la defensa/puertas y escaleras. Ya vuelvo a la habitación del ventanal para observar a través de los prismáticos por si se ve a alguien que no sea impuro o a "brutalidad". Después cenaría y compartiría la comida restante (por eso de eliminar estorbos y cansancio) 

Llegué totalmente exhausto. Por un lado, la tensión del día me había resultado infame, absolutamente desgarradora, desde el momento en que por la mañana tuve que aplicarme al entrar en la ciudad, pero ahora, estaba agobiado por el album que llevaba encima. En general, estaba a la par tan cansado como agobiado por el número de cachivaches que llevaba... 

Miré a Xervasio y a Xena. Negué con la cabeza. No pensaba moverme. - Estoy destrozado. Podré ayudaros a preparar las trampas, pero... Necesito descansar. - Los miro, los veo exhaustos, y pienso: Iba a pedirles que me llevaran algo, pero... no van a poder. Voy a tener que abandonar... algo... Y miró su caña, pensó en sus sedales... Le dije a Xervasio y Xena: -Creo que no voy a poder cargar más con mi caña, y mi caja de anzuelos y sedales. No nos ha sido muy útil hasta ahora, pero a mi ya no me dejan ir cómodo, me estorban en demasía. Se que es mucho, pero si alguno pudiera llevarmelos... me son muy útiles en mi vida... si no, Xervasio, luego me tendrás que poner en contacto o ayudarme a conseguir otros... Yo podría llevaros algo... 

Empecé a pensar en las trampas, a ver qué se podía hacer. Xena misma estaba diciendo que era el lugar para bloquear, y descansar. De nuevo, asentí, y comenté. 

-No se cuanto sabrán lo frateres. Ahora mismo, sean quienes sean, no creo que sepan que andamos aquí... pero si andan cerca a estas horas, verán a nuestros compañeros de abajo... y se extrañarán. Yo me quedaría aquí, y reforzaría esto... y prepararé alguna trampa, aunque no sea capaz de hacerlo bien... ¿Cómo organizamos las guardias?- Le había extrañado todo lo que habían visto de camino, pero no tenía capacidad de pensar en qué lo motivaría... No tenía ese conocimiento ni, ahora mismo, la mente despejada para ello... 

Nos pusimos a almacenar unos cuantos muebles más ante la puerta, las ventanas, y, ante la indicación de Xena, en la misma escalera. Cogí cordel de mi mochila, cogí unas cuantas piedras afiladas de las que tenía en la mochila, enderecé anzuelos y usando también sedal, algunas sillas, las colgué del techo, les puse pinchos en las patas, les puse algo de peso, y las preparé para que, cuando fuesen avanzando los podridos, cayesen una serie de sillas con pinchos sobre el primer zombie... y varios de detrás. 

Visto que vamos a descansar; antes de nada, ayudo a bloquear el acceso, y disponer elementos que suenen si alguien se acerca; después, me dispongo a preparar algo de comer. Dado que hay barriles vacíos, papelajos, cubos, cosas de madera... preparo en el lugar de menos visibilidad posible un pequeño fuego.

En uno de los cubos, meto papeles resecos por los años, algunos trozos de madera, y uso el mechero; por suerte, ¡funciona!... es un pequeño tesoro. Luego, cojo el cazo que recogí, y vuelco en él el contenido de dos de las latas de mejillones en escabeche, junto con el líquido de la conserva; se que conviene hervir siempre que se pueda, y... Demonios, esto es Galicia!, podría conseguir agua de cualquier canalón, pero no sería agua limpia, así que no me la juego, y hiervo con solo su jugo. Luego lo ingiero y me quedo relativamente satisfecho... Lástima no tener para hacer una arrocito cojn berberechos.

Mientras como, hago caso a las palabras de mis compañeros...

-Peregrinación, o residentes... Es una barricada muy bien montada. Nos enteraremos más pronto que tarde, seguro. Xose, Yo no puedo llevar mucho más peso, teniendo en cuenta que, al margen de lo que encontremos ahí, luego tenemos que volver... y sabéis lo que nos ha costado llegar hasta este lugar. Tengo aún hierbas medicinales, y un para de latas de berberechos; si las necesitas, solo dilo, que estamos juntos en esto. A las muy malas, puedes pensar en dejar lo que sea aquí, y luego recuperarlo en el camino de retorno... dudo que los zombis se dediquen a robar a los vivos...

Xena puede comrobar que abajo se congregan infieles, la ciudad está plagada de zombis, aunque en las proximidades de la catedral (salvo donde estáis vosotros) todo parece más tranquilo.

Las trampas os defienden en una ocasión de la entrada de zombis, uno de ellos activa una de ellas y llama la atención de otros varios, que se agolpan al oír el ruido. Al rato se calman, bloqueados por las barricadas de las escaleras.

La noche pasa sin incidentes. Oís algunos ruidos a lo lejos, zombis.