Abrió los ojos, pero no veía nada; la oscuridad le rodeaba. Sentía sus músculos agarrotados, incapacitados para moverse. Sólo podía girar la cabeza… Estaba tumbado, encerrado en algo. Pasado un tiempo escuchó un ruido lejano de llantos y una voz fuerte hablando en otro idioma.
Escuchó un sonido, un golpe encima de él. Otro y otro más. Fnalmente comprendió: le estaban enterrando vivo. Quiso gritar, decirles que le dejarán salir de allí, que se equivocaban, que él no estaba muerto. Pero no pudo, ningún sonido brotó de su garganta…
Empezó a sentir más calor, y apenas oía ya los llantos. Angustiado, notó que le empezaba a faltar el aire, pero se hundió en la inconsciencia (en un tremendo paroxismo de terror), a medida que no llegaba oxígeno a su cerebro…
Sólo tuvo tiempo de formularse una pregunta: ¿moriría en realidad de forma tan horrible?
Una muerte marcará el destino de aquellos que se aventuren a las desconocidas sombras de la noche...