Cuando los siete reinos estaban unidos en uno solo, una profecía fue dada a cada raza "cuando la guerra alcance a todas las tierras y ninguna criatura este a salvo de ella, de las semillas esparcidas por los dioses nacera un elegido por cada tierra, que salvara o conquistara este mundo"
Pides otra cerveza a esa camarera con acento del valle que se gana un sobresueldo en ese club infecto a un par de manzanas, aquí en la Ciénaga, cuando acaba su jornada en el antro que tú y tus colegas habéis escogido para celebrar el golpe de esta noche. Sonríes paseando la vista sobre el aforo del local: runners de escasa reputación, un roquero fracasado tratando de impresionar a un par de fulanas vietnamitas, un par de tipos duros buscando el fondo de la botella y pandilleros de diferentes colores, hay payasos y cuchillas e inquisidores, y dando un trago a tu nueva cerveza intuyes que la calma durará poco.
—Ey, yo a ti te conozco. —El tipo pronuncia de un modo extraño—. ¿No estabas en ese grupo salvaje que dio el palo a los Tong?
Niegas con la cabeza pero insiste usando la jerga urban, la del centro de la Ciudad, al decir que ha sido un golpe realmente magistral. Ensalza la ejecución perfecta y cómo jodisteis al viejo Mahan. El modo en que se quedó con un palmo de narices cuando trató de atraparos soltando a la Pasma Portuaria en pleno. Clavas la mirada en sus ojos oscuros, son humanos, y de soslayo confirmas que lleva un arma bajo esa chaqueta blindada.
El tipo levanta las manos en gesto conciliador.
—Vamos, vamos… tanto sólo andaba en busca de algo de conversación.
—Pues, colega, si sigues así a lo mejor encuentras otra cosa.
—Tal vez tenga algo interesante que decir a quien quiera escuchar.
Algo va mal.
—Párate a pensarlo —continúa—, si alguien como yo está al tanto en tan poco tiempo de quiénes forman el grupo que asaltó el buque de los Tong…
Buscas con la mirada a los demás, están a un par de metros, y endureciendo la expresión agarras al arreglador por la pechera.
—Habla.
—Si no abandonáis Night City, duraréis menos que una virgen en un burdel… ¿sabes?
Ahora los ves.
Son al menos cuatro, armas automáticas bajo las gabardinas, y esa expresión de cansado veterano en sus rostros dice dos cosas: la primera es que les importa una mierda cargarse a toda la escoria que hay en el local y, bueno, esa pasmosa seguridad en sus movimientos y decisión en la mirada confirma como segundo dato que fuera tienen refuerzos.
Suspiras antes de enfilar al arreglador.
—¿Qué quieres?
—Necesito formar un grupo. Gente que pueda aportar una inversión inicial y, joder, con la pasta que os ha dado el checo por el golpe del muelle será suficiente.
—¿Qué? —llevas la mano a la culata.
—Me lo comentó antes de que los Tong fuesen a por él… pobre idiota. —Sonríe—. ¿Te suena Andrei Karimov?
Niegas impaciente viendo cómo los tres tipos toman posiciones.
—El jefe de la mafia uzbeka… hay una recompensa muy jugosa por él —dice mientras haces un gesto a los tuyos—. Algo así como diez mil por cabeza.
No sabes qué decir; jamás has participado en algo tran grande.
—Me han dicho que está arriba —prosigue desenfundando su arma.
—¿Arriba? —lo imitas buscando un objetivo.
—Sí, arriba… en Crystal Palace.
Y es ahora cuando esos tipos sacan sus armas y empieza la fiesta.
Tras la muerte de Daenerys la guerra acecha a Poniente e, incluso, más allá de sus tierras. Cuatro son los que se han coronado, los que devastarán ciudades y pueblos con sus ejércitos, tratando de alcanzar el único trono, el Trono de Hierro.
Katapesh
¡Katapesh!. Tierra de aventuras, emoción y adicción. El presente se entremezlca con el pasado igual que las antiguas ruinas y monolitos desgastados salen a la luz. Ardientes tormentas de arena deshacen las dunas para revelar los lados planos de las pirámides. Las caravanas que se extravían en la sabana encuentra los huesos de antiguos asentamientos, sus habitantes hace tiempo desaparecidos pero sus reliquias abandonadas detrás. Los recuerdos y baratijas del Katapesh antaño todas encuentran su camino hacia la gran ciudad del mismo nombre, para encontrar un lugar entre los tenderetes y tiendas de la ciudad del comercio. Allí, el collar de oro batido que una vez colgó alrededor del cuello de un faraón Osiriano se confunder con suaves paquetes de pesh, mientras los enigmáticos Señores del Pacto se deslizan, su demente apariencia oculta tras una extraña máscara.
Katapesh puede ser muchas cosas: hostil, brutal, tramposa, oportunista, incivilizada, piadosa -incluso bella. Pero nunca es aburrida.
Bienvenido al bazar de lo extraño, extranjero.
Avisaron de que en 2012 se iba a acabar el mundo. La gente hablaba de tormentas solares y apagones mundiales pero fue una plaga. Un virus de origen incierto que afectó a muchos humanos. La mayoría de la población murió pero las alarmantes noticias que venían de Europa y África permitieron hacer algunas preparaciones al desastre. Se construyeron muchos refugios aunque la mayoría eran inútiles ante la pandemia.
Wellcome to Bowling Paradise.
12 pistas de bolos, 6 billares, un restaurante, un bar abierto hasta las 6 de la mañana, un escenario y una sala de cine.
Menu especial jugadores que consiste en nuestro famoso " bistec de 16 onzas", acompañado de patatas fritas, y helado de postre. 27 sabores y 10 toppings para elegir. Te invitamos al cafe!! !!Y todo esto por sólo 19.90!!
Éste establecimiento cerca de Lawrence y al borde la interestatal 70, se encuentra aproximadamente a 15 millas a oeste del centro de la ciudad. Es una atracción local que atrae tanto a la población cercana cómo a los viajeros que pasan por la carretera de Kansas.
Bowling Paradise está bien situado y sus precios son atractivos; además, está abierto las 24 horas. La gente va allí a divertirse, pero sobre todo a comer, especialmente las hamburguesas y los bistecs con los que se han ganado su reputación.
La reina ha muerto. Su testamento no ha convencido a la mayoría de las grandes casas. La guerra vuelve a Poniente.
Anno Domini 519. Noticias recorren Europa anunciando la unificacion de Britannia por manos de un joven rey llamado Arturo, proclamado heredero de Uther Pendragon. Junto a ellas, rumores mas vagos hablan de la aparicion de una fina niebla que rodea las costas de Albion y separan la isla del resto del continente, no solo por el espacio del Canal Ingles sino tambien en los acaeceres del tiempo, tras la que se encuentra el Encantamiento de Britannia.