Seis intrépidos aventureros, ya curtidos como grupo y con un fuerte sentimiento de hermandad, viajan por un páramo cenagoso bastante magullados después de su última y desastrosa hazaña. Heridos algunos, cansados y hambrientos todos ellos, aún conservan algo de vil metal con el que festejar el seguir con vida. No es poco. En el cielo se avecina tormenta y, sin demasiadas opciones, deciden recalar en una aldea situada en el Valle del río Dessarin.
Pronto, el grupo se dará cuenta de que están aislados en el lugar equivocado en el momento más inoportuno. Sus lazos de fraternidad se verán puestos a prueba, quizás rotos para siempre, y, a pesar de todo, tendrán que sobreponerse a un implacable y carismático enemigo que, de una manera o de otra, les marcará para siempre.
Verano de 1939. La Alemania nazi ha ocupado Checoslovaquia bajo el nombre de Protectorado de Bohemia y Moravia. Europa está al borde de otra guerra mundial y el gobierno en el exilio checoslovaco ha formado una resistencia en el país ocupado desde la seguridad de Londres.
Debido a información reportada acerca de experimentos de investigación médica y científica llevados a cabo por los alemanes con sujetos capturados, el Servicio Secreto de Inteligencia británico (SIS o MI6) considera necesario investigar las actividades del ejército alemán en el Castillo de Karlstein y contactar con el grupo de resistencia llamado Tres Reyes. Se autoriza el saboteo de la actividad alemana en el castillo si el líder de Tres Reyes lo considera necesario.