El Hospital St Jude fue fundado a principios del siglo XX en las afueras de la ciudad de Baker, Montana, como una institución especializada en el tratamiento de las enfermedades mentales. Durante su apogeo, el centro trataba a pacientes de todo el estado, pero en la década de 1970 fue clausurado tras una serie de incidentes perturbadores que incluyeron la desaparición de pacientes y rumores de maltrato. Oficialmente, el hospital cerró por "falta de fondos" y fue abandonado.
En los últimos años, varias personas han reportado fenómenos extraños en los alrededores del hospital: luces inexplicables en las ventanas, sombras que se mueven por los pasillos y sonidos de llantos y gritos provenientes del edificio vacío. Esto ha hecho que el lugar sea evitado por los habitantes de Baker.