Patente de Corso es un divertido juego de avaricia, engaño y acumulación de riqueza como corsarios de los siete mares. Los jugadores deben atravesar el océano con sus galeones repletos de oro, al mismo tiempo que envían a sus corsarios a saquear los barcos enemigos, evitando a los navíos mejor armados que ellos. Con sólo dos barcos de escolta para cinco tesoros que transportar, cada jugador debe engañar a los demás para que sus barcos puedan atravesar ilesos el océano y depositar sus merecidas riquezas en los bancos de la metrópoli, al mismo tiempo que intenta hacerse con tanto oro de sus enemigos como le sea posible.
Contenido: Reglamento, 30 cartas de tesoro, 30 barcos de plástico, 30 bases de plástico y 18 cartas de cañón.
¡Todo a estribor! ¡Izad nuestra bandera! ¡Fuego por babor a mi señal! ¡Ese tesoro ha de ser nuestro!
Pues hoy mismo lo he recibido y probado, y la verdad es que no me ha parecido nada del otro mundo... para los componentes que trae me parece caro, son pocas cartas y barquitos de plástico, lo que pasa que al traer hasta para seis jugadores, encarece.
El sistema es muy sencillo y dinámico, cada jugador dispone de cinco barcos (dos de ellos armados con cañones y tres indefensos), cinco cartas de tesoro y tres cartas de cañones. Cada turno los jugadores pueden elegir entre sacar a la mar uno de sus barcos (sin que los demás sepan si va armado o no) y ponerle debajo una carta de tesoro aleatoria de las cinco disponibles o hacer atracar un barco que estuviese en la mar y obtener el tesoro que transportaba, o por último usar una de sus tres cartas de cañón para atacar a un barco enemigo e intentar robarle su botín.
La intriga está en que en principio nadie sabe qué barcos de los rivales están defendidos por cañones, por lo que si atacas con una de tus cartas de cañón a un barco defendido, le darás un punto extra de victoria al oponente.
La cuestión es que una vez un barco con cañones haya sido atacado, todo el mundo sabe que lleva cañones, y ya nadie le atacará, por lo que el juego se reduce bastante, pues si te arriesgas a poner un barco con cañones a proteger un tesoro de pocos puntos, utilizándolo como señuelo, tan sólo vas a ganar un punto extra de victoria, cuando te sale más rentable en la mayoria de ocasiones poner tus barcos con cañones a proteger los tesoros de mayor puntuación.
No está mal para echar unas partidas sueltas, pero a mi desde luego el precio me ha parecido abusivo para lo que trae y el juego que da.
Opino que al juego le falta algún componente que le añada mayor emoción. He probado a jugar la ronda preliminar apostando barcos sin saber qué tesoro sacas a la mar y creo que es una buena solución, aunque quizá necesite algunos cambios más, como aumentar el valor de los proyectiles de cañón que te lleves cuando ataquen tus barcos defendidos.
La verdad es que hay algo en el juego que me echa para atrás. En principio pensé que era el precio, pero al leer las reglas en la web de Edge, tampoco me animé a cambiar de idea. He leido críticas realmente buenas sobre él pero no me convence del todo...
Quizás algún día lo consiga probar y cambie de opinión.
Bueno, hoy probé el juego, jugué dos partidas, y la verdad no le veo mucha gracia ni miga. Hay que mentir como en el póker pero sin más, no aporta nada novedoso ni especial. Es realmente simple y con poca chica. Casi prefiero el piedra papel y tijera, o el póker, aunque al menos es justo y todo el mundo tiene las mismas posibilidades y no depende de la suerte en lo que toque. Otra cosa buena, es que se explica rápido y se juega en nada de tiempo. No creo que merezca la pena pagar dinero por él.
A mi no me ha gustado nada, es simple y bastante aburrido, se puede saber rápidamente quien ha gastado los dos cañones y quien no...
Lo único divertido es cuando se juega a cuatro personas o más y le toca el turno al despistado del grupo e insiste en atacar a un barco que ya fue atacado anteriormente...
Y mejor no mencionar la calidad de los barquitos (teniéndo en cuenta el precio del juego...)la mitad ya venían con las velas torcidas...