Gudrid había empezado a gritar tras la marcha de Strigandi y había continuado gritando durante horas hasta que la voz apenas le salía. La völva, el Thurl y las matronas de la aldea se habían encerrado con ella durante toda la tarde. A las puertas el jarl Knudsson, su otra hija, Jorunn, y el jarl Herjolf esperaban las noticias de las mujeres que se encontraban dentro.
En el pueblo apenas quedaban ya los restos de la fiesta que se había celebrado la noche anterior, algunas personas se congregaban cerca del gran salón y otras atareadas continuaban con su ajetreada vida. No fue hasta que el sol se empezaba a poner que no se abrió la puerta de la habitación.
En el marco estaba la völva con el pelo enmarañado y pegado a la cara por el sudor. Su rostro se veía triste cuando miró a Herjolf a los ojos. La mandíbula se le endureció mientras escuchaba a la mujer explicar lo ocurrido. Sus ojos se empañaron cuando el thurl salió cabizbajo sin mirar a nadie ni hacerlos caso alguno con un bulto pequeño entre los brazos. Herjolf entró corriendo en la habitación donde su mujer sollozaba sin parar y de un grito mando que todas las mujeres se marcharan. La puerta fue cerrada y no se abrió hasta el medio día del día siguiente.
Aquel invierno fue frío, sin duda, pero nadie se imaginaba que el Gran Invierno todavía estaba por llegar.
-Fin-
La aventura de nuestros héroes continúa, o más bien empieza en la primera temporada: Preludio al Gran Invierno.
Nos vemos pues en el siguiente capitulo: La Dama de la Escarcha.