Considera como tercer round (si es valido) a partir de mis palabras...
Observo el enfrentamiento desde una cierta distancia, divertido pero sin querer acabar envuelto en el grupo de salvajes que gritan y apuestan como locos. Repaso mentalmente los conjuros que conozco por si alguno pudiera hacerme ganar las apuestas de forma sutil, pero cualquier cosa que intente llamará demasiado la atención.
En fin, dejemos que los chicos se diviertan un rato. No creo que el minotauro sea de los que se quejen si tiene alguna magulladura cuando despierte mañana.
La clériga suspiró. No disfrutaba con ese tipo de exhibiciones de violencia, pero también sabía que a veces los hombres gustaban de presentarse así ante otros hombres. Y muchas veces después de las peleas se les podía ver cantando y bebiendo juntos como si fueran amigos de toda la vida. Otras veces las cosas acababan con sangre y muerte, pero afortunadamente aquel no parecía el caso. Al menos de momento.
-Dos monedas por mi compañero Gaidar. Si hay que apostar, se apuesta siempre por el de casa.
Y ojalá aquella pelea terminara con tragos y risas en vez de con curas urgentes...
Motivo: Disimular trampas
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+2)=18
Motivo: Zancadilla
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+5)=12
La fuerza del osgo le había permitido no solo aguantar el brutal embate de Gaidar si no que también lo había devuelto al punto de partida, de nuevo en el centro, Zarghokk miraba como ganar ventaja desde su posición, no se dejó intimidar por las astas del contrincante así que igualmente recurrió a su mejor recurso, la fuerza bruta, para acabar con él.
Con la cabeza gacha, apoyó todo el peso en su hombro para cargar contra el toro logrando afianzar el primer pie mientras tomaba impulso con el segundo.
Mientras tanto, los semiorcos tomaron también nota de la apuesta de la clériga sumándola al total.
Motivo: Prueba de fuerza
Tirada: 1d20
Resultado: 14(+3)=17
Turno actual, las tiradas, como verás, cambian:
Zarghokk no te cabe duda que está haciendo algo, sientes un dolor en una de tus piernas/pata, te digo, por si no lo sospechas ya, puedes hacer una acción adicional a parte de empujar para imponer una desventaja a tu rival o darte a ti ventaja (mira las habilidades, pero si no se te ocurre, piensa que puedes tratar de imponerte usando tretas o la misma lengua XD, aunque igualmente tienes la cabeza...)
Apostar era deshonroso para mi, pero sabia que aquello uniría algo mas al grupo, asi que no iba a pararlo a no ser que pusiera en riesgo nuestros futuro trabajo ...
- Demuestrame lo que vales Gaidar ... yo gane a este osgo sin mucha dificultad cuando llegue, verdad Zarghokk ... -
Sabia que eso ayudaria al minotauro a entrar en furia si fuera necesario, teniendo en cuenta que dormiriamos pornto de seguro que un poco de lucha seria mas que necesaria, asi dormiria como un ternerito.
Motivo: Perspicacia
Tirada: 1d20
Dificultad: 18+
Resultado: 20 (Exito)
Motivo: Salvacion
Tirada: 1d20
Dificultad: 17+
Resultado: 5(+6)=11 (Fracaso)
Motivo: Fuerza
Tirada: 1d20
Dificultad: 17+
Resultado: 7(+6)=13 (Fracaso)
Pues se que pasa pero no logro pasar las fuerzas... Hice las tiradas pero luego recorde que me pediste esperara si pasaba la primera, tu diras...
Brisa seguía con interés la pelea. No era tan sencillo saber cual sería el desenlace, eran dos contrincantes realmente poderosos y ambos iban a dar todo de si en el combate.
Le importaba poco perder o ganar el dinero, pero prefería que ganase Gaidar. Una victoria le subiría en gran medida la autoestima y eso era algo bueno para el grupo.
- ¡Vamos Gaidar! ¡Sácalo del campamento! - Gritaba entusiasmada apoyando a su compañero.
No sabía muy bien como reaccionar en esta situación. Lo mío era pasar desapercibida. Por otro lado tampoco quería perder mis dos oros y parecía que lo suyo era tratar de dar ánimos a nuestro campeón.
- ¡Venga Gaidar! ¡Demuéstrale quien los tiene más grandes! - grité suponiendo que todos entenderían que me refería a los cuernos.
La pierna que se mantenía adelantada del minotauro comenzaba a sentirse entumecida, el osgo estaba haciendo algo y no comprendía el qué. Hasta que pudo ver de que se trataba, de algún modo Zarghokk había logrado ir pateando la gravilla del suelo mezclada con su saliva goteante para formar pelotas compactas que lanzaba contra su rodilla cada vez que pateaba el suelo generándole una sensación de quemazón por el efecto caustico de la baba y pinchazos por los filos de las piedrecillas. Algo demasiado elaborado y difícil de creer proveniente de una mente tan simple como aquella si no fuera porque él mismo estaba siendo testigo en aquel momento, tal vez la coraza del forjado lo hubiera prevenido de sufrir aquel daño en el combate que se jactaba de haber ganado en el pasado, o tal vez simplemente estaba fanfarroneando sobre un evento que ni siquiera hubiera tenido lugar.
En cualquier caso, sus compañeros lo estaban animando y eso le insufló una fuerza con la que no contaba, permitiendo tomar una ligera ventaja en el siguiente envite.
No te preocupes, si ves la triquiñuela se supone que ya vale. Este asalto tienes ventaja en la tirada de fuerza, así que haz una tirada con 2 dados veinte en la prueba de fuerza y asegúrate de dar al botón de desglosar, se tomará el valor más alto para el efrentamiento.
Muy ingeniosa tu manera de pujar y tirar bastardo... pero lo siento por ti, combatir con estas triquiñuelas no te servirá de nada contra mi... y mientras empujo en la posición que estaba doy lentamente un giro de mi cabeza como ajustando postura mas cómoda, provocando "inocentemente" que mis cuernos pasen cerca de su rostro rozar incluso si no se aparta un poco, tomando así una postura mas natural de empuje para mi raza...
Motivo: Tirada de fuerza
Tirada: 2d20
Dificultad: 17+
Resultado: 18(+4)=22, 7(+4)=11 (Suma: 33)
Exitos: 1
Tras el cruce de palabras pareció que la contienda había llegado a un punto muerto, por unos instantes a los dos luchadores les resultaba imposible imponerse a la fuerza bruta del otro. El osgo se había decidido a ganar usando una estrategia más directa y limpia por respeto al minutauro, pero estaba claro que aquello no hizo la tarea de Gaidar nada sencilla.
La tensión enmudeció a los asistentes y cada vez parecía más claro que el juego finalizaría en tablas al menos hasta que uno de los mercenarios se atrevió a romper el silencio. Profiriendo una amenaza a su camarada para que no le hiciera perder la parte que se había apostado por su victoria animó al resto de los compinches a lanzar nuevos vítores para animar a uno y otro bando a los que terminaron por sumarse parte de los aventureros.
Con sus fuerzas recargadas, Gaidar y Zarghokk cruzaron miradas desafiantes listos para el último pulso. La fuerza del choque de los dos colosos levantó una nube de grava y tierra que dificultó seguir el combate. El rostro del orcoide se enrojeció conforme a las venas de su cuello crecían mientras que chorros de vapor salían disparados como géiseres por las fosas nasales del minotauro. Sus pies se hundían en el terreno en el que se asentaban como estacas en tierra mojada tratando de evitar perder tracción y escapar de la derrota llegando a hacer a los presentes plantearse si aquello no sería la antesala de algo mucho más serio debido a la violencia apenas contenida que rodeaba a la escena.
Un bramido sobrecogedor fue la señal que anunciaba el desenlace. Al ver su resistencia mermada, Gaidar cayó en la cuenta de que no podría ganar al osgo en una lucha de aguante, por lo que su mejor baza era usar la brutalidad nata de su raza para evitar morder el polvo. Poniendo toda la carne en el asador, el hombre toro lanzó un cabezazo y empujó con todo su peso a su contrincante en una temeraria jugada que fácilmente podría haberle costado perder el equilibrio y darse de bruces contra el suelo. Pero la fortuna lo sonrió, rebasado por aquella mole albina de puro músculo, Zarghokk no tuvo tiempo de reaccionar, perdiendo de una sola vez todo el terreno que había defendido tan bien hasta el momento hasta salir arrojado con impotencia fuera del perímetro acotado.
El golpetazo del osgo levantó una segunda polvareda, acallando nuevamente a todos temerosos de que ocurría a continuación. Por suerte esa respuesta fue mucho más rauda que la del final del "juego" orco. Un nudoso brazo se proyecto en dirección al minotaruo a la espera de una respuesta acompañado por las risotadas del grandullón derrotado.
Continua en la noche previa a la partida