Después de haber terminado con la tenebrosa maldición de las Minas del paso de Duvik, los supervivientes se aventuran en busca de más acción. En los corazones del grupo aun pesa la muerte de su amigo Bain Whitel, el monje guerrero.
Se encaminan hacia los montes, el día es soleado, ilumina las verdes praderas que resaltan sobre el gris de las piedras que jalonan las montañas. En los picos, la nieve empieza a derretirse y forma furiosos regueros que bajan hacia los valles.
¿Qué aventuras aguadaran en las montañas?
Tras acabar con el loco de Jean, el grupo se prepara para una bien merecida fiesta. Pero algo ocurre, la tormenta se desata, una horda de zombis se abalanza sobre la villa y los aventureros se tienen que poner de nuevo en marcha para evitar una masacre.
El grupo llega a un pequeño pueblo afectado por una terrible maldición, muchos de sus aldeanos desaparecen y algunos de los muertos se levantan cono muertos vivientes. Parce que la familia Tarascon es causante o al menos desencadenante la maldición, y la muerte de Jean, uno de los hermanos gemelos de la familia, parece poner fin a la trágica maldición. Escondido en la casa de la familia hay un extraño pergamino donde hay escritos varios de los versos que Luc a recitado.
Los aventureros aceptan la misión de matar a una bestia que se encuentra en un pantano. Durante el transcurso de la misión unas misteriosas brumas los trasladan a un lugar totalmente nuevo. Durante su periplo por la nueva y desconocida ciénaga se encuentran con un grupo de Vistanis que les leen el futuro, advirtiéndoles sobre una maldición. También se encuentran un joven solo en una cabaña en mitad del pantano, pare estar afectado por alguna enfermedad mental, solo murmulla algunas frases y los sigue, pero no es peligroso.