Partida privada +18
Nadie podía imaginar lo que ocurrió el 28 de Febrero de 2005. Ningún científico comprendía el origen de la planta que, como un torrente de sangre, se expandía por todo el planeta, matando la vegetación a su paso y ocupando su lugar.
El Manto rojo, lo llamaron. Un mes después, germinaron sus frutos. Aquellas pequeñas bayas, sabrosas, eran posiblemente el alimento más completo jamás encontrado. Pronto saltaron las primeras hipótesis, acusando a Monsanto de haber creado aquél vegetal transgénico que lo devoraba todo.
Pero aún había más. Las frutas habían ocultado el verdadero método de reproducción del supervegetal: las microesporas.
Mecidas por el viento, provinientes de todas direcciones a la vez, las esporas fueron inhaladas por todo ser viviente, momento en que el desconcierto dejó paso a la pesadilla.
Diez años después, todavía caminan por las ciudades aquellos desafortunados que sucumbieron a las esporas. En sus cerebros, arraigadas las rojas raíces del Manto rojo. Cual zombies, alimentándose de bayas hasta que la fortuna les hacía encontrar un cuerpo sano que canibalizar.
Las ciudades, carmesíes como los campos.
Sólo había una vía de escape: el mar. Aquellos que sobrevivieron encontraron allí un peligroso hogar, mientras sus mentes, infectadas, mutaban.