Tras dejar al mocoso en estado de schock, me alejo de él con una sonrisa taimada en el rostro, pues sabía que después del susto que le había dado, se lo pensaría dos veces antes de abrir la boca.
Recorro lentamente la cubierta no sin antes dedicarle una última mirada llevando mi índice izquierdo a mis labios recordándole que debía guardar silencio.
Al llegar donde estaban mis compañeros, observo a Panacea y con expresión ufana anuncio.
Está hecho.
Pues, en cuanto lleguemos a puerto, ¡a Trebaz Sinara!
¿Cual de estos lugares nos convendrá visitar primero? ¿el cementerio del dragón, las fauces del leon o la rueda del fuego? ¿Llegando allá preguntamos?
Después de platicar con sus compañeros sobre estas opciones, Panacea se fue a convivir con los ex-prisioneros. Les debían la libertad y la vida, que no es poca cosa en Khorvaire en estos tiempos, así que esperaba algo de colaboración después de un poco de juego, bebida o diálogo mirando por el barandal. En particular buscaba a alguien que...
¿sabes entonces de Trebaz Sinara? Bueno, si si, ven al camarote. Mis amigos y yo queremos hablar contigo. Si, nada que agradecer. La justicia es primero.
- El cementerio del dragón creo que tiene el nombre más apropiado para lo que buscamos, ¿no os parece? Aunque creo que tendremos que visitar los tres lugares. Me da esa impresión. No estaba seguro de que rumbo tomar primero pero cualquiera de los tres era un buen sitio para empezar. Si en el diario no había más pistas no les quedaba otra opción que probar suerte.
Con el esclavista inconsciente tras esbozar una cara de auténtico terror al escuchar las palabras de Valinor el ogro rompió a reír, rodeado como se encontraba, su reacción sorprendió a todos. Se sentó cruzando sus piernas en el mismo lugar en el que se encontraba. Con un mano se rascaba la barbilla -Insensatos, no sabéis dónde os metéisTrebaz Sinara no es un lugar cualquiera. Sin un explorador... Moriréis y es más, aunque sea un magnífico explorador... Moriréis. Vais a necesitar un mapa- Los hasta hace poco prisioneros no daban crédito. Piratas, Magia, un extraño ogro. Algunos se envalentonaron para intentar linchar al Enano inconsciente. Un pequeño revuelo que impidió que oídos indiscretos escuchanen las palabras de Valinor en los oídos de Jukkeam. Unos susurros que surtieron efecto a tenor del rostro que puso. O logró articular ningún sonido. Con la boca entreabierta solo asentía lentamente.
Los prisioneros liberados y que no participaban en la revuelta confirmaron la versión del ogro, sin mapa sería una temeridad realizar una incursión en Trebaz Sinara. Varios aseguraron que en Port Verge, su actual destino, sería el mejor emplazamiento para conseguirlo ya que desde allí siempre partían varias expediciones.
Yo no quiero ser quemado ni entregado a la casa Kundarak. Soy nacido en Port Verge y conozco gente que os puede ayudar- El ogro dejo de sonreír mientras continuaba hablando -Mi trabajo ha terminado y tened por seguro que estoy aliviado de dejar a esa escoria. No lo hice antes porque soy un ogro de palabra y me compremetí, algo de lo que me arrepientoi
Pues bien amigo ogro, si puedes ayudarnos a conseguir un buen guía, entonces te lo voy a agradecer muchísimo, por cierto, ¿Cómo te llamas? - pregunto mientras dirijo una mirada significativa a los prisioneros.
Si alguien lo toca, lo arrojo por la borda, así que aléjense de él, pues el destino que le tengo reservado es diez veces peor que la muerte. La muerte sería un premio para este pedazo de escoria, cuando hable con los representantes de su casa no sólo será encarcelado, sino que sus dracomarcas serán borradas y perderá todo lo que tiene.
El nombre de su casa será borrado de los anales de la casa Kundarak, su deshonra será tal que habrá deseado quedarse con los dolgaunts. Les aseguro que los Kundarak no lo dejarán siquiera acercarse a sus letrinas para asearlas y vaya que rogará por ello para ganarse al menos una pieza de plata.
Que lo sepan todos, cuando un marcado deshonra a su casa, la muerte es sólo una dulce añoranza, pues la justicia de las casas es implacable y brutal. Ahora si ustedes quieren librar a esta escoria de su justo castigo, pues adelante, pero en ese instante serán presa de mi ira y ya vieron lo que puedo hacer cuando quiero coger a alguien con vida.
Díganme ¿Quieren saber lo que soy capaz de hacer cuando quiero a alguien muerto? - digo en tono frío cortante y amenazante mientras un orbe de llamas aparece en mi mano.
¿Y bien quien será el primero que catará la tesitura de mis llamas? - le pregunto a los famélicos prisioneros mientras intento aplacar su conato de motín.
Motivo: Intimidar
Tirada: 1d20
Resultado: 6(+7)=13
Julius algo de ayuda por favor que el dado me falló.
Por lo que decía el ogro, Trebaz Sinara no debía ser un lugar cualquiera. No tenían la suerte de poder a un lugar que no estuviera lleno de peligros no, pero no había otra. Tenían que ir fuera como fuese y tendrían que hacerse con un mapa. De los peligros ya se encargarían como lo habían echo hasta ahora.
Cuando Valinor comenzó a soltar sus amenazas, el elfo se situó cerca de él con la mano sobre el alfajón dejando claro que no sólo Valinor daría cuenta de ellos, sino que él también. Aunque realmente en su cabeza no paraba de pensar sobre su nuevo destino.
Motivo: Aid another Valinor
Tirada: 1d20
Dificultad: 10+
Resultado: 3 (Fracaso)
Malditos dados.
Si, por favor, déjenlo vivo al ogro, y también a este tirano. Al menos para que los de Kundarak saquen de él las respuestas que necesitan. Y ya confesado, quizá puedan ser ustedes ser -parcialmente- compensados con los recursos que les expropien a esta red de traidores y abusadores.
Piensen que podrán ayudar con eso a sus familias, que han de haber sufrido mucho, en términos económicos, durante su ausencia. Y claro, la pérdida de tiempo es algo que no se podrá compensar. Pero con su testimonio en la corte enana, se asegurarán de que él, y sus socios, paguen un equivalente en tiempo, multiplicado.
Motivo: diplomacia
Tirada: 1d20
Resultado: 16(+6)=22
Los ánimos fueron calmándose poco a poco y al ponerse el ogro en pie mostrando su formidable musculatura, terminó por sofocar el conato de revuelta -Orth “Diente mellado”, ese es mi nombre- Extendió su brazo en señal de saludo como tantos otros guerreros.
Cuando lléguenos a puerto nos dirigiremos a “El ancla oxidada” y allí os ayudaré. Es una taberna con mala bebida pero con numerosos rumores-
Con el trato cerrado con Orth “Disnte mellado” y el Enano prisionero el viaje fue tranquilo. Un momento de relajación por fin.
El sol poniente proyectaba su reflejo carmesí a través de la Bahía de Regalport, ondeando a raíz de un barco comercial Zilargo. En la distancia, una ciudad se encontraba en el abrazo protector de la bahía. Un puñado de torres de marfil se elevaban desde la ciudad más allá del largo tramo de pasarelas y muelles de Regalport. Un gran enclave de hospitalidad de la Casa Ghallanda se encontraba en el centro del distrito del muelle, ofreciendo a los viajeros un respiro después de su largo viaje.
En una amplia franja del malecón de almenos una milla se encontraba el famoso mercado pirata, una enorme galería de varios pisos llena de marineros y pasajeros recién llegados y los turistas. En el interior, los comerciantes vendian sus mercancías desde cabinas, puestos de madera y pequeñas embarcaciones de vendedores ambulantes que navegaban por canales estrechos en el paseo marítimo. Una cacofonía de animales vivos y negociaciones acaloradas, se extendia a través de la bahía.
Demasiados barcos para contar los muelles, pero uno destacaba entre ellos como un semiorco en una reunión de gnomos: Dragoneye. El buque insignia de Prince Ryger era una embarcación impresionante, cuyo casco de madera estaba rematado con placas mitrales forjadas para que pareciesen una piel escamosa. Desde algunos ángulos, el barco se asemejaba a un dragón gigantesco montando las olas más que a una vela mundana.
Llega el momento de un poco de “sandbox”’para buscar la información sobre el mapa. El mercado es enorme y se puede comprar prácticamente de todo y aún tenéis al Enano prisionero bajo el cuidado del capitán, para que estéis tranquilos y podías maniobrar con Libertad que pocas veces se encuentra un aventurero en un puerto pirata con tantas posibilidades
Muy bien amigos, primero deshagamonos del peso muerto, Pana y yo iremos al enclave de la casa Kundarak a negociar la entrega de ese miserable de Filgam y ustedes dos vayan a la taberna con Orth para conseguir lo que necesitamos para el viaje.
Nos veremos en la plaza en un par de horas. ¿Están de acuerdo o prefieren otra distribución de tareas? - pregunto con serenidad.
Tenía plena confianza en mi plan, pero estaba seguro de que alguno de mis amigo podría tener una idea mejor que la mia, en cuyo caso, bien valdría la pena ponerla en práctica, por lo que estaba más que dispuesto a escucharla.
De acuerdo Valinor. Y de ahí iremos al local de Casa Jorasco, y Casa Ghallanda. En ambos espero encontrar info valiosa, y un guía más sólido que un forjado, jeje.
- Me parece perfecto, Julius y yo nos encargaremos de dirigirnos al ancla oxidada con Orth, a ver si averiguamos algo. Ir con un paladín por un puerto pirata no era una de las mejores ideas, pero no tenían tiempo que perder. Debían encontrar un guía que les llevase hasta su destino e información sobre el lugar.
El gran mercado del puerto pirata era Un hervidero. Todo se compraba, todo se vendía, personas, animales y toda clase de objetos. Andar por su laberinto de tenderetes, no era una labor sencilla. Los gritos con las ofertas de multitud de objetos, todos ellos extraños y únicos según sus vendedores, eran una constante. Los ojos debían de estar atentos ya que podían verse volar pequeños animales incluso dagas, que se lanzaban entre comerciantes por el supuesto robo de clientes.
Tuvisteis varios empujones que os pusieron nerviosos al principio, quizás porque visteis a varios cortabolsas actuando. El puerto y este enorme mercado en particular, no era un lugar seguro o por lo menos no como antaño.
La casa Kundarak era fácil de localizar y como siempre, sus puertas estaban abiertas y fuertemente vigiladas por fornidos enanos. Tuvisteis que dar vuestros nombres ante un viejo y cascarrabias Enano con una pata de palo y sin uno de sus ojos, el izquierdo.
Y ¿bien? No te tengo todo el día ¿Que solicitáis de nuestra casa? El Enano tullido no había levantado la vista de las hojas en las que escribía los nombres de los que querían acceder a la casa Kundarak. Dependiendo de las respuestas que se ofrecían al Enano, era él mismo el que seleccionaba las diferentes puertas a las que hacía pasar a todos los que hasta él llegaban. Los dirigía a varias, pero nunca al piso superior y eso que tras su espalda una escalinata vigilada por 4 Enanos daba paso a una doble puerta ornamentada
El gran mercado del puerto pirata era Un hervidero. Todo se compraba, todo se vendía, personas, animales y toda clase de objetos. Andar por su laberinto de tenderetes, no era una labor sencilla. Los gritos con las ofertas de multitud de objetos, todos ellos extraños y únicos según sus vendedores, eran una constante. Los ojos debían de estar atentos ya que podían verse volar pequeños animales incluso dagas, que se lanzaban entre comerciantes por el supuesto robo de clientes.
Tuvisteis varios empujones que os pusieron nerviosos al principio, quizás porque visteis a varios cortabolsas actuando. El puerto y este enorme mercado en particular, no era un lugar seguro o por lo menos no como antaño.
Orth “diente mellado” se abría paso apartando sin temor a cualquiera que saliese a su paso -El ancla oxidada es la mejor taberna de este puerto. Y no solo por su ambiente. Los mejores mercaderes, los señores piratas, los agentes de la seguridad casas de dragón e incluso el mismísimo Ryger ir’wynarn la frecuentan- El ogro os iba haciendo de improvisado guía hasta llegar a las puertas de la taberna. Un lugar menos ruidoso que el muelle pero también atestado de personas de todo tipo. Nada más traspasar sus puertas el olor a tabaco y vino espaciado lleno vuestras fosas nasales. Una sala común grande, tanto que más de 100 personas podrían estar sentadas en mesas y sin contar las que se encontraban en las varias barras que poseía.
Traigo un asunto de suma importancia que debo discutir con el magister del enclave, pues si la información que tengo se filtrase por error, toda la reputación y buen nombre de la casa Kundarak se vería arruinada.
Y todo debido a las deshonrosas acciones de alguien que lleva su dracomarca y manejaba una operación de tráfico de esclavos en nombre de su noble casa. - digo modulando mi voz, para que sólo nuestro interlocutor pudiera escuchar lo que tenía que decir, para luego dar una mirada a mi alrededor
Ahora buen señor, ¿Quiere que discuta todos los detalles aquí con usted, ante la atenta mirada de todos estos ojos curiosos, ávidos por conocer la verdad y pregonar esta delicada información a los cuatro vientos o prefiere concederme una audiencia con el magister del enclave en un sitio más privado y menos concurrido? - pregunto elevando mi voz lo suficiente como para atraer la atención de algunos curiosos, reafirmando así mi posición de poder en la negociación.
Yo sabía perfectamente que las casa defendían su honor y prestigio a sangre y fuego, por lo que un anuncio así no sería tomado a la ligera.
El intendente bien podía creer en mi palabra y ordenar que nos condujeran ante la cabeza del enclave o arriesgarse a que cumpliera mi palabra y revelara todo en público, cosa que estaba más que seguro que no haría pues podría costarle algo más que su puesto de trabajo.
Muy pocos en Khorvaire se atreverían a hacer lo que acababa de hacer sin prueba alguna, por lo que ahora le tocaba al intendente sopesar mis palabras y actuar en consecuencia.
Ándele si, porfavorcito, dijo Panacea después de haberse echado el hechizo de "guía" a si misma. Aún así era poco lo que había dicho y, si no fuera por que actuaba a dúo con Valinor, quien sabe si hubiera logrado sonar convincente.
Motivo: diplomacia
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+7)=14
Shahnaz miraba de reojo al paladín, debía de sentirse como en casa rodeado por aquella gente. Más tenso que las cuerdas de una vela al soplar el viento con fuerza. Su mano se movía de vez en cuando también hacia el alfajón. No le gustaba tanto caos alrededor de él. De ningún tipo, pero lo llevaba algo mejor que el paladín. El ogro les comunico información sobre la taberna. Su cabeza se volvió para mirar a Julius. Aquello no iba a salir bien, quizás deberían haber cambiado los roles y dejar esto a Valinor. Pero ya se habían separado y debían realizar su cometido.
- Avancemos rápido, cuanto antes salgamos de aquí mejor para nuestras vidas, y la de un puñado de rufianes.