Partida Rol por web

" Votemos y que sea lo que Theus Quiera, yo por mi parte voto por seguir hacia Vodacce porque empeñamos nuestra palabra en realizar el trabajo, y una persona vale tanto como vale su palabra"

Bien; Julian y Leina llevan el cuerpo a los establos. Lo cubren con una vieja manta. Regresan expectantes de ver las decisión.

Yo ya he plasmado mi opinión de ir a Vodacce, aunque lo cierto es que no se que palabra dices que hemos dado, José Antonio.

Cuando vuelve de cargar, junto con Leyna, con el cadáver, encuentra a sus compañeros con indecisos sobre el curso a tomar. Tras escuchar un momento sus argumentos, de nuevo, Julián se pronuncia:

- Como le dije a Leyna antes, lo cierto es que pensaba que lo mejor era escurrir el bulto pero... la cuestión de unos mosqueteros matando a sangre fría a alguien que ha sido preso en algún momento... La verdad es que me escama que la flor y nata del ejército de Montaigne obrando así me intriga MUCHO. Quizá deberíamos hacer indagaciones sobre esos mosqueteros y, de ser posible, ver qué hay detrás de todo este asunto. Digamos que me asusta menos perseguir, aunque sea al poder, que ser perseguido: llevar la iniciativa suele ser bueno. Además, la posibilidad de que se dirijan a Vodace está ahí, con lo que quizá podamos matar dos pájaros de un tiro. ¿Qué pensáis los demás? Alguno aún no ha dicho nada, creo, y, sea lo que sea lo que pretendamos hacer, es mejor que lo hagamos cuanto antes.

Tenemos una cuarta opción, pero creo que será del desagrado de los presentes. Leyna los mira con cara de ·lo siento chicos pero es verdad"

Podemos ir hacia Vodacce a hacer lo que veniamos a hacer en un principio. Si de suerte nos encontramos con los mosqueteros, les preguntamos por qué nos han dejado un cadaver en la posada sin disculparse siquiera o dejar unas monedas para su entierro. Si encontramos a los piratas primero, cosa que dudo, les preguntamos porqué están siendo perseguidos.

Pero ya lo habeis dicho, votad y así se hará. Mi voto está con lo que diga Enrique.

Con un gran contoneo, camina despacio hasta una de las sillas de la taberna, se sienta y cruza las piernas en señal de espera. Algunos se preguntarán cómo con esa armadura se pueden cruzar las piernas de ese modo, algún día lo explicará. ;)

- Bueno, la opción de Leyna, al fin y al cabo, tampoco es tan diferente de la que yo defiendo. O, mejor dicho, la que yo defiendo puede acabar siendo la misma que la que ofrece Leyna, puesto que no sabemos si los mosqueteros se dirigen a Vodace o no aún.

Julián hace rato que dejó de mirar por la ventana y observa con curiosidad a sus compañeros. La historia del prisionero no acaba de cuadrarle mucho, así que lo comenta con los demás.

- A ver si lo he entendido bien... ¿Los mosqueteros llevaban consigo a este tipo y no encuentran un momento mejor para matarle que en plena taberna, con testigos? No sé, es todo muy raro...  Por otro lado, si no supone mucho desvío, podríamos ir al lugar de la cita en el momento que pone la carta, a ver qué averiguamos.

- De todas las opciones que hemos manejado, la que propone Julián me parece la mejor, la verdad. Además, no veo cómo íbamos a enterarnos de nada más sobre este asunto si no es acudiendo a esa cita, o lo que sea.

Julián vuelve a acariciarse lentamente el mentón, en ese gesto suyo tan característico cuando medita sobre algo.

- Además, si hay que observar sin ser vistos, creo que puedo hacer algo al respecto... - termina, con el gesto de quien conoce una broma secreta-

- Me sumo a lo opinado de acudir. Julián, yo también tengo ciertas habilidades para no ser descubierto. Si lo deseas podemos investigar juntos. Cuatro ojos ven mejor que dos -

Desde su última intervención Enrique ha permanecido callado. Cuando habla es para decir lo siguiente:

Bueno, parece que somos mayoría. La cita no es hasta dentro de 16 días, pero se trata de la región Vodaccia más alejada de nuestra situación actual. Además, solo tenemos un nombre y no un lugar.

Se quita las lentes con las que había examinado el papel y se las guarda en el bolsillo. En su cara hay un gesto de resolución.

Vamos a Falisci, si partimos hoy mismo llegaremos con tiempo suficiente para indagar e intentar averiguar algo más.

De todos modos, si me permitís mi opinión acerca de lo que aquí está ocurriendo, necesitaré que alguien me responda a esta pregunta.

Se acerca al sitio donde reposa el cadáver y aparta la ropa del lugar donde se halla el tatuaje señalándolo.

¿A alguno de vosotros le pareció ver un tatuaje extraño en vuestros compañeros de juego de anoche? Intentad hacer memoria, estos tatuajes suelen hacerse en el antebrazo...

Julián sube a su cuarto para recoger sus cosas, se cuelga el zurrón al hombro, espada al cinto y baja con los demás, a la espera de partir hacia una nueva aventura. La cabeza de Mirto asoma con curiosidad del bolso.

Leyna al ver que todos parecen dispuestos a salir en busca de los mosqueteros sube a su habitación y recoge todas sus pertenencias. Despues se acerca al tabernero y le paga lo convenido. Con firmeza se dirige hacia las cuadras y cepilla a su caballo, le de de comer y beber, lo mima un poco y termina por ensillarlo y cargarle sus posesiones y un pequeño arcón.

Bueno, creo que está todo decidido, si no les importa sugieros que partamos en cuanto nos sea posible, la mañana avanza y por esta zona escasean las ventas y las posadas.

Acto seguido comienza a otear el horizonte y calcula a ojo de buen cubero el día que les puede esperar. En cuanto se aburre de esperar mira a sus compañeros con impaciencia. Comienza a hacer andar a su caballo para que vaya entrando en calor. Siempre con las riendas en la mano y caminando a su lado.

Julián sale fuera de la posada,se ciñe bien el sombrero y se ajusta la capa para protegerse lo mejor posible del frío matutino. Ensilla su caballo y coloca a Mirto en la grupa, detrás de él, para que no vaya todo el rato metido en el zurrón y le dé un poco el aire. Además ya están acostumbrados el uno al otro a cabalgar así.

Hace trotar un poco al caballo para que estire las piernas y vaya calentándose para la larga jornada que les espera.

Siguiendo al compañero con el que comparte nombre, Julián sale de la posada con sus escasas pertenencias en un pequeño fardo que transporta atado a la espalda. La verdad, no han comenzado el viaje y ya está cansado de él. Ir por ahí a la grupa de un caballo y que te salgan rozaduras en donde la espalda pierde su nombre no es, precisamente, la idea de Julián sobre la diversión. Pero va con sus compañeros, y eso mejorará las cosas, sin duda. Además, van en busca de resolver un misterio, lo cual da picante al asunto... más, probablemente, del picor real y físico que sentirá en las posaderas en poco tiempo. Y si no lo siente, malo, puesto que significará que viajan a pie, y no a caballo.

En vista de que nadie le ha hecho ni pizca de caso Enrique decide darse por vencido y subir a preparar sus bártulos. Cuando por fin tiene todo en su pequeño baúl de viaje carga con él y baja hasta los establos. Allí se encuentra con parte de sus compañeros que le esperan en la puerta. Entra a ensillar a su caballo y a cargarlo con su pequeño baúl, el cual ata con una soga a la silla. Después acompaña a su animal al exterior del edificio antes de subrise a su lomo.

Bueno, yo ya estoy dispuesto. Perdonad la tardanza, pero tenía todas mis pertenencias desperdigadas por la habitación. No contaba con que abandonaramos hoy este hospedaje.

Recojo mi equipo, empaqueto bien las cosas y bajo a mi montura para esperar la orden salida